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Old/New Testament

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Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
2 Crónicas 25-27

Amasías, rey de Judá

25 Amasías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Joadán, de Jerusalén.

Él hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, aunque no con un corazón íntegro. Sucedió que cuando el reino se consolidó con él, mató a sus servidores que habían herido de muerte al rey, su padre. Pero no dio muerte a los hijos de ellos, conforme a lo que está escrito en la Ley, en el libro de Moisés, donde el SEÑOR mandó diciendo: Los padres no morirán por culpa de los hijos, ni los hijos morirán por culpa de los padres; sino que cada cual morirá por su propio pecado[a].

Amasías derrota a los edomitas

Después Amasías reunió a los de Judá y los organizó por todo Judá y Benjamín, de acuerdo con sus casas paternas, bajo jefes de millares y de centenas. Luego contó a los de veinte años para arriba y halló que eran trescientos mil escogidos para ir a la guerra, los cuales portaban lanza y escudo. Además, tomó a sueldo a cien mil hombres valientes de Israel, por tres mil trescientos kilos de plata.

Entonces un hombre de Dios fue a él y dijo:

—Oh rey, que no vaya contigo el ejército de Israel; porque el SEÑOR no está con Israel ni con ninguno de los hijos de Efraín. Aunque tú fueras y te esforzaras en la batalla, Dios te haría fracasar delante del enemigo. Porque en Dios hay poder para ayudar o para hacer fracasar.

Amasías preguntó al hombre de Dios:

—¿Qué será, pues, de los tres mil trescientos kilos de plata que he dado al ejército de Israel?

El hombre de Dios respondió:

—El SEÑOR puede darte mucho más que eso.

10 Entonces Amasías apartó las tropas que habían venido a él de Efraín, para que se fueran a sus casas. Ellos se enojaron muchísimo contra Judá y se volvieron a sus casas enfurecidos. 11 Pero Amasías se esforzó y guió a su pueblo; fue al valle de la Sal y mató a diez mil de los hijos de Seír. 12 Los hijos de Judá tomaron vivos a otros diez mil, que llevaron a la cumbre de un peñasco y de allí los despeñaron, y todos se hicieron pedazos. 13 Pero las tropas que Amasías había despedido para que no fueran con él a la batalla, saquearon las ciudades de Judá desde Samaria hasta Bet-jorón, mataron a tres mil de ellos y se llevaron mucho botín.

Apostasía de Amasías

14 Pero sucedió que después que Amasías vino de la matanza de los edomitas, trajo consigo los dioses de los hijos de Seír y los puso como dioses para sí, y se inclinó ante ellos y les quemó incienso. 15 Entonces el furor del SEÑOR se encendió contra Amasías, y le envió un profeta que le dijo:

—¿Por qué has acudido a los dioses de ese pueblo, que no pudieron librar a su pueblo de tu mano?

16 Y sucedió que cuando el profeta le habló estas cosas, él le respondió:

—¿Te hemos puesto a ti por consejero del rey? ¡Cállate! ¿Por qué te han de matar?

Entonces el profeta concluyó diciendo:

—Yo sé que Dios ha decidido destruirte, porque has hecho esto y no has escuchado mi consejo.

Joás, rey de Israel, derrota a Amasías

17 Después de haber tomado consejo Amasías, rey de Judá, mandó a decir a Joás hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel: “¡Ven, y enfrentémonos!”.

18 Y Joás, rey de Israel, mandó a decir a Amasías, rey de Judá: “El cardo que está en el Líbano mandó a decir al cedro que está en el Líbano: ‘Da tu hija a mi hijo por mujer’. Entonces pasó una fiera salvaje del Líbano y pisoteó el cardo. 19 Tú dices: ‘He aquí, he derrotado a Edom’, y tu corazón se ha envanecido, y te glorías. Ahora pues, quédate en tu casa. ¿Por qué provocas un mal, en que puedas caer tú y Judá contigo?”.

20 Pero Amasías no quiso escuchar, porque esto estaba determinado por Dios, quien los quería entregar en mano de sus enemigos, porque habían acudido a los dioses de Edom. 21 Entonces Joás, rey de Israel, subió; y se enfrentaron él y Amasías, rey de Judá, en Bet-semes, que pertenece a Judá. 22 Los de Judá fueron derrotados ante Israel y huyeron, cada uno a su morada.

23 Entonces Joás, rey de Israel, prendió en Bet-semes a Amasías, rey de Judá e hijo de Joás, hijo de Ocozías; y lo llevó a Jerusalén. Y abrió una brecha en el muro de Jerusalén, desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la Esquina, ciento ochenta metros. 24 Luego tomó todo el oro, la plata y todos los utensilios que se hallaban en la casa de Dios con Obed-edom, y los tesoros de la casa del rey. También tomó rehenes y regresó a Samaria.

Últimos años y muerte de Amasías

25 Amasías hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Joás hijo de Joacaz, rey de Israel. 26 Los demás hechos de Amasías, los primeros y los últimos, ¿no están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel? 27 Desde el tiempo en que Amasías se apartó del SEÑOR, hicieron una conspiración contra él en Jerusalén. Él huyó a Laquis, pero enviaron gente tras él a Laquis, y lo mataron allí. 28 Después lo llevaron sobre caballos y lo sepultaron con sus padres, en la Ciudad de David[b].

Uzías, rey de Judá

26 Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Uzías, que tenía dieciséis años de edad, y lo proclamaron rey en lugar de su padre Amasías. Él reedificó Eilat y la restituyó a Judá, después que el rey reposó con sus padres. Uzías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolía, de Jerusalén.

Él hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que había hecho su padre Amasías. Se propuso buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en las visiones de Dios; y en el tiempo en que buscó al SEÑOR, Dios lo prosperó. Salió y combatió contra los filisteos, y abrió brecha en el muro de Gat, en el muro de Yabne y en el muro de Asdod. Edificó ciudades en la zona de Asdod y entre los filisteos. Dios le ayudó contra los filisteos, contra los árabes que habitaban en Gur-baal y contra los meunitas. Los amonitas dieron tributo a Uzías, y su nombre se difundió hasta la entrada de Egipto, porque se había hecho poderoso en extremo.

Uzías también edificó torres en Jerusalén, junto a la puerta de la Esquina, junto a la puerta del Valle y junto al ángulo, y las fortificó. 10 También edificó torres en el desierto y cavó muchos pozos, porque tenía mucho ganado, tanto en la Sefela como en la costa. Tuvo también agricultores y viñadores en la región montañosa y en los campos fértiles, porque era amante de la agricultura.

11 Uzías mantuvo un ejército entrenado para la batalla, que salía a la campaña por divisiones, conforme al número de su lista hecha por el escriba Jeiel y por el oficial Maasías, bajo la dirección de Ananías, uno de los funcionarios del rey. 12 El número total de los jefes de las casas paternas al frente de los guerreros valientes era de dos mil seiscientos. 13 Bajo su mando estaba un ejército de trescientos siete mil quinientos guerreros, una fuerza poderosa para ayudar al rey contra los enemigos. 14 Uzías preparó para todo el ejército escudos, lanzas, cascos, cotas de malla, arcos y piedras para las hondas[c]. 15 En Jerusalén hizo máquinas, ingeniosamente diseñadas por técnicos, para que estuvieran en las torres y en las esquinas, a fin de lanzar dardos y grandes piedras. Su fama se difundió muy lejos, porque halló ayuda de manera sorprendente, hasta que se hizo fuerte.

Últimos años y muerte de Uzías

16 Cuando Uzías se hizo fuerte, su corazón se enalteció hasta corromperse. Él actuó con infidelidad contra el SEÑOR su Dios y entró en la casa del SEÑOR para quemar incienso en el altar del incienso. 17 El sacerdote Azarías entró tras él, y ochenta sacerdotes del SEÑOR con él, hombres valientes. 18 Estos se pusieron contra el rey Uzías y le dijeron:

—¡No te corresponde a ti, oh Uzías, quemar incienso al SEÑOR, sino a los sacerdotes hijos de Aarón, que han sido consagrados para ello! ¡Sal del santuario, porque has actuado mal! ¡Esto no te servirá de gloria delante del SEÑOR Dios!

19 Pero Uzías, quien tenía en su mano un incensario para quemar incienso, se llenó de ira. Y al airarse contra los sacerdotes, brotó lepra en su frente, en presencia de los sacerdotes, en la casa del SEÑOR, junto al altar del incienso. 20 El sumo sacerdote Azarías y todos los sacerdotes lo vieron, y he aquí que él tenía leprosa la frente. Entonces lo hicieron salir aprisa de allí. Él mismo se apresuró a salir, porque el SEÑOR lo había herido. 21 El rey Uzías quedó leproso hasta el día de su muerte. Siendo leproso habitó aislado en una casa, porque había sido excluido de la casa del SEÑOR. Su hijo Jotam tenía a su cargo la casa del rey y gobernaba al pueblo de la tierra.

22 Los demás hechos de Uzías, los primeros y los últimos, los ha escrito el profeta Isaías hijo de Amoz. 23 Uzías reposó con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en el campo de sepultura de los reyes, aunque dijeron: “Él es leproso”. Y su hijo Jotam reinó en su lugar.

Jotam, rey de Judá

27 Jotam tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jerusa hija de Sadoc.

Él hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que había hecho su padre Uzías, salvo que no entró en el templo del SEÑOR. Sin embargo, el pueblo continuaba corrompiéndose.

Jotam edificó la puerta superior de la casa del SEÑOR e hizo muchas edificaciones en la muralla del Ofel. Edificó ciudades en la región montañosa de Judá, y fortalezas y torres en los bosques. También hizo guerra contra el rey de los hijos de Amón, a los cuales venció. Aquel año los hijos de Amón le dieron tres mil trescientos kilos de plata, dos millones doscientos mil kilos de trigo y dos millones doscientos mil kilos de cebada. Esto mismo le dieron los hijos de Amón el segundo y el tercer año. Jotam se hizo fuerte, porque dispuso sus caminos delante del SEÑOR su Dios.

Los demás hechos de Jotam, todas sus guerras y sus actividades, he aquí que están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá. Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. Jotam reposó con sus padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David. Y su hijo Acaz reinó en su lugar.

Juan 16

16 “Les he dicho esto para que no se escandalicen. Los expulsarán de las sinagogas, y aun viene la hora cuando cualquiera que los mate pensará que rinde servicio a Dios. Esto harán porque no conocen ni al Padre ni a mí. Sin embargo, les he dicho estas cosas para que, cuando venga su hora, se acuerden de ellas, que yo se las dije.

El ministerio del Espíritu Santo

“Sin embargo, no les dije esto al principio porque yo estaba con ustedes. Pero ahora voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: ‘¿A dónde vas?’. Más bien, porque les he dicho esto, su corazón se ha llenado de tristeza. Pero yo les digo la verdad: Les conviene que yo me vaya; porque si no me voy el Consolador no vendrá a ustedes. Y si yo voy, se lo enviaré.

“Cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. En cuanto a pecado, porque no creen en mí; 10 en cuanto a justicia, porque me voy al Padre y no me verán más; 11 y en cuanto a juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado.

12 “Todavía tengo que decirles muchas cosas, pero ahora no las pueden sobrellevar. 13 Y cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad pues no hablará por sí solo sino que hablará todo lo que oiga y les hará saber las cosas que han de venir. 14 Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y les hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por esta razón dije que recibirá de lo mío y se lo hará saber.

Jesús: vencedor del mundo

16 “Un poquito, y no me verán; de nuevo un poquito, y me verán”[a].

17 Entonces algunos de sus discípulos se dijeron unos a otros:

—¿Qué significa esto que nos dice: “Un poquito, y no me verán; de nuevo un poquito, y me verán” y “porque voy al Padre”? 18 —Decían, pues—: ¿Qué significa esto que dice: “un poquito”? No entendemos lo que está diciendo.

19 Jesús comprendió que le querían preguntar y les dijo:

—¿Preguntan entre ustedes de esto que dije: “Un poquito, y no me verán; y de nuevo un poquito, y me verán”? 20 De cierto, de cierto les digo que ustedes llorarán y lamentarán pero el mundo se alegrará. Ustedes tendrán angustia, pero su angustia se convertirá en gozo. 21 La mujer, cuando da a luz, tiene angustia porque ha llegado su hora. Pero después que ha dado a luz un niño ya no se acuerda del dolor por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. 22 También ustedes, por cierto, tienen angustia ahora pero yo los veré otra vez. Se gozará mucho su corazón, y nadie les quitará su gozo. 23 En aquel día no me preguntarán nada. De cierto, de cierto les digo que todo cuanto pidan al Padre en mi nombre, él se lo dará. 24 Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su gozo sea completo.

25 »Les he hablado de estas cosas en figuras; pero viene la hora cuando ya no les hablaré más en figuras sino claramente les anunciaré acerca del Padre. 26 En aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que yo rogaré al Padre por ustedes 27 pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que yo he salido de la presencia de Dios. 28 Yo salí de la presencia del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y voy al Padre.

29 Le dijeron sus discípulos:

—He aquí, ahora hablas claramente y no hablas en ninguna figura. 30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas y no necesitas que nadie te pregunte. En esto creemos que has salido de Dios.

31 Jesús les respondió:

—¿Ahora creen? 32 He aquí la hora viene, y ha llegado ya, en que serán esparcidos cada uno por su lado y me dejarán solo. Pero no estoy solo porque el Padre está conmigo. 33 Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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