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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
La Biblia de las Américas (LBLA)
Version
Éxodo 9-11

Quinta plaga: la peste en el ganado

Entonces el Señor dijo a Moisés: Ve a Faraón y dile: «Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva(A). Porque si te niegas a dejarlos ir(B) y los sigues deteniendo[a], he aquí, la mano del Señor vendrá[b] con gravísima pestilencia(C) sobre tus ganados que están en el campo: sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre las vacadas y sobre las ovejas. Pero el Señor hará distinción entre los ganados de Israel y los ganados de Egipto(D), y nada perecerá de todo lo que pertenece a los hijos de Israel(E)”». Y el Señor fijó un plazo definido, diciendo: Mañana el Señor hará esto en la tierra. Y el Señor hizo esto al día siguiente, y perecieron todos los ganados de Egipto(F); pero de los ganados de los hijos de Israel, ni un solo animal murió(G). Y Faraón envió a ver, y he aquí, ni un solo animal de los ganados de Israel había perecido. Pero el corazón de Faraón se endureció[c] y no dejó ir al pueblo(H).

Sexta plaga: las úlceras

Entonces el Señor dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de hollín de un horno, y que Moisés lo esparza hacia el cielo en presencia de Faraón; y se convertirá en polvo fino sobre toda la tierra de Egipto, y producirá[d] furúnculos que resultarán en[e] úlceras en los hombres y en los animales, por toda la tierra de Egipto(I). 10 Tomaron, pues, hollín de un horno, y se presentaron[f] delante de Faraón, y Moisés lo arrojó hacia el cielo, y produjo[g] furúnculos que resultaron en[h] úlceras en los hombres y en los animales. 11 Y los magos[i] no podían estar delante de Moisés a causa de los furúnculos, pues los furúnculos estaban tanto en los magos[j] como en todos los egipcios(J). 12 Y el Señor endureció[k] el corazón de Faraón y no los escuchó, tal como el Señor había dicho a Moisés(K).

Séptima plaga: el granizo

13 Entonces dijo el Señor a Moisés: Levántate muy de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: «Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva(L). 14 Porque esta vez enviaré todas mis plagas sobre ti[l], sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra(M). 15 Porque si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo con pestilencia, ya habrías sido cortado de la tierra. 16 Pero en verdad, por esta razón te he permitido permanecer[m]: para mostrarte mi poder(N) y para proclamar mi nombre por toda la tierra. 17 Y todavía te enalteces contra mi pueblo no dejándolos[n] ir. 18 He aquí, mañana como a esta hora, enviaré[o] granizo muy pesado, tal como no ha habido en Egipto desde el día en que fue fundado hasta[p] ahora(O). 19 Ahora pues, manda poner a salvo tus ganados(P) y todo lo que tienes en el campo, porque todo hombre o[q] todo animal que se encuentre en el campo, y no sea traído a la casa, morirá cuando caiga sobre ellos el granizo(Q)”». 20 El que de entre los siervos de Faraón tuvo temor de[r] la palabra del Señor(R), hizo poner a salvo a sus siervos y sus ganados en sus[s] casas, 21 pero el que no hizo caso a[t] la palabra del Señor, dejó[u] a sus siervos y sus ganados en el campo.

22 Y el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga[v] granizo(S) en toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los animales y sobre toda planta del campo por toda la tierra de Egipto. 23 Y extendió Moisés su vara hacia el cielo, y el Señor envió[w] truenos[x] y granizo, y cayó fuego sobre la tierra. Y el Señor hizo llover granizo(T) sobre la tierra de Egipto. 24 Y hubo granizo muy intenso, y fuego centelleando continuamente[y] en medio del granizo, muy pesado, tal como no había habido en toda la tierra de Egipto desde que llegó a ser una nación. 25 Y el granizo hirió todo lo que había en el campo por toda la tierra de Egipto, tanto hombres como animales; el granizo hirió también toda planta del campo, y destrozó todos los árboles del campo(U). 26 solo en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo(V).

27 Entonces Faraón envió llamar a Moisés y Aarón y les dijo(W): Esta vez he pecado; el Señor es el justo(X), y yo y mi pueblo somos los impíos. 28 Rogad al Señor(Y), porque ha habido ya suficientes truenos y granizo de parte de Dios; y os dejaré ir y no os quedaréis(Z) más aquí. 29 Y Moisés le dijo: Tan pronto como yo salga de la ciudad, extenderé mis manos[z](AA) al Señor; los truenos cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es del Señor(AB). 30 En cuanto a ti y a tus siervos, sé que aún no teméis[aa] al[ab] Señor Dios(AC). 31 (Y el lino y la cebada fueron destruidos[ac], pues la cebada estaba en espiga(AD) y el lino estaba en flor; 32 pero el trigo y el centeno no fueron destruidos[ad], por ser tardíos.) 33 Y salió Moisés de la ciudad, de la presencia de Faraón, y extendió sus manos[ae] al Señor, y los truenos y el granizo cesaron(AE), y no cayó más[af] lluvia sobre la tierra. 34 Pero cuando Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, pecó otra vez, y endureció[ag] su corazón, tanto él como[ah] sus siervos. 35 Y se endureció[ai] el corazón de Faraón y no dejó ir a los hijos de Israel, tal como el Señor había dicho por medio[aj] de Moisés(AF).

Octava plaga: las langostas

10 Entonces el Señor dijo a Moisés: Preséntate[ak] a Faraón, porque yo he endurecido[al] su corazón y el corazón de sus siervos(AG), para mostrar[am] estas señales mías en medio de ellos[an], y para que cuentes a[ao] tu hijo y a tu nieto, cómo me he burlado de los egipcios(AH), y cómo he mostrado[ap] mis señales entre ellos, y para que sepáis que yo soy el Señor(AI). Moisés y Aarón fueron a Faraón, y le dijeron: Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: «¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de mí(AJ)? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva(AK). Porque si te niegas a dejar ir a mi pueblo, he aquí, mañana traeré langostas a tu territorio. Y cubrirán la superficie de la tierra, de modo que nadie podrá verla[aq]. También comerán el resto de lo que ha escapado(AL), lo que os ha quedado del granizo, y comerán todo árbol que os crece en el campo. Y llenarán tus casas, las casas de todos tus siervos y las casas de todos los egipcios(AM), algo que ni tus padres ni tus abuelos han visto desde el día que vinieron al mundo[ar] hasta hoy». Y Moisés se volvió y salió de la presencia de[as] Faraón. Y los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo este hombre nos será causa de ruina[at](AN)? Deja ir a los hombres para que sirvan al Señor su Dios(AO). ¿No te das cuenta de[au] que Egipto está destruido? Entonces hicieron volver a Moisés y Aarón ante Faraón(AP), y él les dijo: Id, servid al Señor vuestro Dios(AQ). ¿Quiénes[av] son los que han de ir? Y Moisés respondió: Iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos; con nuestros hijos y nuestras hijas; con nuestras ovejas y nuestras vacadas iremos(AR), porque hemos de celebrar[aw] una fiesta solemne al Señor(AS). 10 Y él les dijo: ¡Así sea el Señor con vosotros si os dejo ir[ax] a vosotros y a vuestros pequeños! Tened cuidado[ay] porque tenéis malas intenciones[az]. 11 No será así; id ahora solo los hombres, y servid al Señor, porque eso es lo que habéis pedido. Y los echaron de la presencia de Faraón(AT).

12 Entonces el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano(AU) sobre la tierra de Egipto, para traer la langosta, a fin de que suba sobre la tierra de Egipto y devore toda planta de la tierra, todo lo que el granizo ha dejado(AV). 13 Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto, y el Señor hizo soplar un viento del oriente sobre el país todo aquel día y toda aquella noche; y al venir la mañana, el viento del oriente trajo las langostas(AW). 14 Y subieron las langostas sobre toda la tierra de Egipto y se asentaron en todo el territorio de Egipto; y eran muy numerosas[ba]. Nunca había habido tantas langostas como entonces, ni las habría después[bb](AX). 15 Porque cubrieron la faz de toda la tierra, y la tierra se oscureció; y se comieron toda planta[bc] de la tierra y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado. Así que nada verde quedó en árbol o planta[bd](AY) del campo por toda la tierra de Egipto. 16 Entonces Faraón llamó apresuradamente a Moisés y a Aarón(AZ), y dijo: He pecado contra el Señor vuestro Dios y contra vosotros(BA). 17 Ahora pues, os ruego que perdonéis mi pecado solo esta vez, y que roguéis al Señor vuestro Dios, para que quite de mí esta muerte(BB). 18 Y Moisés salió de la presencia de Faraón y oró al Señor(BC). 19 Y el Señor cambió el viento a un viento occidental muy fuerte que se llevó las langostas y las arrojó al mar Rojo[be]; ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto. 20 Pero el Señor endureció[bf] el corazón de Faraón, y este no dejó ir a los hijos de Israel(BD).

Novena plaga: las tinieblas

21 Entonces el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano(BE) hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas tales que puedan palparse(BF). 22 Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días(BG). 23 No se veían unos a otros, nadie se levantó de su lugar por tres días, pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas(BH). 24 Entonces llamó Faraón a Moisés y le dijo: Id, servid al Señor(BI); solo que vuestras ovejas y vuestras vacadas queden aquí. Aun vuestros pequeños pueden ir con vosotros(BJ). 25 Pero Moisés dijo: Tú también tienes que darnos[bg] sacrificios y holocaustos para que los sacrifiquemos[bh] al Señor nuestro Dios. 26 Por tanto, también nuestros ganados irán con nosotros; ni una pezuña quedará atrás; porque de ellos tomaremos para servir al Señor nuestro Dios(BK). Y nosotros mismos no sabemos con qué hemos de servir al Señor hasta que lleguemos allá. 27 Pero el Señor endureció[bi] el corazón de Faraón, y este no quiso dejarlos ir(BL). 28 Entonces Faraón dijo a Moisés[bj]: ¡Apártate de mí(BM)! Guárdate de no volver a ver mi rostro, porque el día en que veas mi rostro morirás. 29 Y Moisés respondió: Bien has dicho, no volveré a ver tu rostro(BN).

Anuncio de la décima plaga

11 Y el Señor dijo a Moisés: Una plaga más traeré sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual os dejará ir de aquí. Cuando os deje ir, ciertamente os echará de aquí completamente(BO). Di ahora al[bk] pueblo que cada hombre pida a su vecino y cada mujer a su vecina objetos de plata y objetos de oro(BP). Y el Señor hizo que el pueblo se ganara el favor[bl] de los egipcios(BQ). Además el mismo Moisés era muy estimado[bm] en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los siervos de Faraón como a los ojos del pueblo(BR). Y Moisés dijo: Así dice el Señor: «Como a medianoche(BS) yo pasaré[bn] por toda[bo] la tierra de Egipto, y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino[bp]; también todo primogénito del ganado(BT). Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto(BU), como nunca antes lo ha habido y como nunca más lo habrá. Pero a ninguno de los hijos de Israel ni siquiera un perro le ladrará[bq], ni a hombre ni a animal, para que entendáis[br] cómo el Señor hace distinción entre Egipto e Israel(BV)». Y descenderán a mí todos estos tus siervos y se inclinarán ante mí, diciendo: «Sal, tú y todo el pueblo que te sigue[bs]»; y después de esto yo saldré(BW). Y Moisés salió ardiendo en ira de la presencia de Faraón(BX).

Entonces el Señor dijo a Moisés: Faraón no os escuchará(BY), para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto(BZ). 10 Y Moisés y Aarón hicieron todas estas maravillas en presencia de Faraón(CA); con todo, el Señor endureció[bt] el corazón de Faraón, y este no dejó salir de su tierra a los hijos de Israel(CB).

Mateo 15:21-39

Jesús sana a la hija de una cananea

21 (A)Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón(B). 22 Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David(C), ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada(D). 23 Pero Él no le respondió palabra. Y acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Atiéndela[a], pues viene gritando tras nosotros. 24 Y respondiendo Él, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel(E). 25 Pero acercándose ella, se postró[b] ante Él(F), diciendo: ¡Señor, socórreme! 26 Y Él respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos. 27 Pero ella dijo: Sí, Señor; pero[c] también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe(G); que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento[d].

Jesús sana a muchos junto al mar de Galilea

29 (H)Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea(I), y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y vinieron a Él grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y Él los sanó(J); 31 de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados[e], los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel(K).

Alimentación de los cuatro mil

32 (L)Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión de la multitud(M), porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino. 33 Y los discípulos le dijeron*: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús entonces les dijo*: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y Él mandó a la multitud que se recostara en el suelo; 36 y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias(N), los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas(O). 38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Y después de despedir a la muchedumbre, subió a la barca(P) y fue a la región de Magadán[f](Q).

La Biblia de las Américas (LBLA)

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