Old/New Testament
Confesión del pecado de Israel
59 He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha endurecido su oído para oír;
2 pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no escucharos.
3 Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, y vuestra lengua habla maldad.
4 No hay quien litigue con justicia, ni quien defienda su causa con lealtad; confían en vanidad, y hablan mentiras; conciben maldades, y dan a luz iniquidad.
5 Incuban huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que come de sus huevos, muere; y si los aplastan, salen víboras.
6 Sus telas no servirán para vestir, ni de sus tejidos serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y actos de violencia hay en sus manos.
7 Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos son pensamientos de iniquidad; desolación y destrucción hay en sus caminos.
8 No conocen el camino de paz, ni hay justicia en sus pasos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas va, no conoce paz.
9 Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; buscamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad.
10 Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como los sin ojos; tropezamos a mediodía como si fuera al anochecer; estamos en lugares oscuros como los muertos.
11 Gruñimos como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no la hay; salvación, y se alejó de nosotros.
12 Porque nuestras transgresiones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados:
13 el prevaricar, renegar de Jehová, y el apartarse de seguir en pos de nuestro Dios; el hablar de opresión y rebelión, el concebir y proferir de corazón palabras de falsedad.
14 Al juicio recto se le ha hecho retirarse, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la rectitud no pudo entrar.
15 Y la verdad se echa de menos, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos que no se hiciese justicia.
16 Y vio que no había hombre, y se maravilló de que no hubiera quien intercediese; por eso su propio brazo lo salvó, y su misma justicia le sostuvo.
17 Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto;
18 conforme a sus obras les va a retribuir: con ira a sus enemigos, y con el pago a sus adversarios; el pago dará a los de las islas.
19 Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá como torrente impetuoso, empujado por el soplo de Jehová.
20 Y vendrá el Redentor a Sión, y a los que se conviertan de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.
21 Y éste será mi pacto con ellos, dice Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dice Jehová, desde ahora y para siempre.
La futura gloria de Sión
60 Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha amanecido sobre ti.
2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.
3 Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer.
4 Alza tus ojos alrededor y mira, todos ésos se han juntado, y vienen a ti; tus hijos vienen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos.
5 Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se habrá vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones habrán venido a ti.
6 Gran caravana de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efá; todos vendrán de Sebá; traerán oro e incienso, y proclamarán las alabanzas de Jehová.
7 Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebayot estarán a tu servicio; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.
8 ¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?
9 Ciertamente a mí esperarán los de las islas, y las naves de Tarsis las primeras, para traer a tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, por el nombre de Jehová tu Dios, y por el Santo de Israel, que te ha glorificado.
10 Hijos de extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te azoté, mas en mi buena voluntad tendré compasión de ti.
11 Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones, y conducidos a ti sus reyes.
12 Porque la nación o el reino que no te sirva perecerá; tales naciones serán del todo asoladas.
13 La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente, para embellecer el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies.
14 Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y te llamarán la Ciudad de Jehová, Sión del Santo de Israel.
15 En vez de estar abandonada y aborrecida, tanto que nadie pasaba por ti, haré que seas una lozanía eterna, el gozo de muchas generaciones.
16 Y mamarás la leche de las naciones, del pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo Jehová soy el Salvador tuyo; y el Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.
17 En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu gobierno, y justicia por tus magistrados.
18 Nunca más se oirá en tu tierra violencia, desolación ni destrucción en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.
19 El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria.
20 No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto se habrán acabado.
21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos en la que gloriarme.
22 El más pequeño vendrá a ser toda una tribu; el menor, una nación fuerte. Yo Jehová, a su tiempo apresuraré su cumplimiento.
Las buenas nuevas de salvación
61 El Espíritu del Señor Jehová está sobre mí, porque me ha ungido Jehová, para llevar buenas nuevas a los pobres, para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
2 para proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de la venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran;
3 para ordenar que a los afligidos de Sión se les dé diadema en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alabanza en lugar de espíritu abatido; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
4 Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones.
5 Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores.
6 Mas vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria os adornaréis.
7 Por cuanto vuestra vergüenza fue doble, y ellos se regocijaron diciendo: La confusión es su herencia; por eso también en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo.
8 Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio y del crimen; por tanto, les daré lealmente su recompensa, y haré con ellos un pacto perpetuo.
9 Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vean, reconocerán que son el linaje que Jehová ha bendecido.
10 En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me ha revestido con vestiduras de salvación, me ha rodeado de manto de justicia, como un novio se pone una diadema y como una novia se adereza con sus joyas.
11 Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.
Petición de oración
3 Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros,
2 y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque la fe no es de todos.
3 Pero fiel es el Señor, que os afianzará y guardará del mal.
4 Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os ordenamos.
5 Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.
El deber de trabajar
6 Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros.
7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros,
8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;
9 no porque no tengamos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitéis.
10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.
12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.
13 Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien.
14 Y si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se sienta avergonzado.
15 Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.
Saludo y bendición final
16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda circunstancia. El Señor sea con todos vosotros.
17 La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es la señal distintiva en toda carta mía; así escribo.
18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.