Old/New Testament
Mensaje contra Damasco
17 Mensaje de Dios contra Damasco:
«La ciudad de Damasco dejará de existir;
quedará hecha un montón de ruinas.
2 Será abandonada para siempre;
en sus ruinas comerán los animales,
sin que nadie los moleste.
3 Todo el reino de Siria dejará de existir,
al igual que la ciudad de Damasco;
además, las ciudades del norte,
que son el orgullo de Israel,
se quedarán sin murallas.
Yo soy el Dios todopoderoso,
y juro que así será».
El castigo de Israel
4 Dios continuó diciendo:
«Cuando Siria sea destruida,
también el gran pueblo de Israel
se quedará sin fuerzas
y perderá todas sus riquezas.
5-6 »Israel será arrasada;
quedará como un campo de trigo
después de la cosecha.
Los pocos que queden con vida
serán como esas espigas
que quedan tiradas en el campo,
o como las pocas aceitunas
que quedan en la punta del árbol
después de sacudirlo.
Yo soy el Dios de Israel,
y juro que así será».
El fin de la idolatría
7 En ese día, los israelitas se arrepentirán y volverán a confiar en su creador, el Dios santo de Israel. 8 No volverán a ofrecer sacrificios al dios Baal, ni a adorar a las estatuas de la diosa Astarté, las cuales hicieron con sus propias manos.
9 En ese día,
las ciudades fortificadas de Israel
quedarán abandonadas y desiertas,
tal como quedaron las ciudades
que Israel conquistó en Canaán.
10 Ustedes, israelitas,
se olvidaron de Dios,
que es su protector y salvador.
Ahora siembran hermosos huertos
en honor de otros dioses.
11 Se dedican a cuidar las plantas
y al día siguiente brota la semilla.
Pero llegará el día en que sufrirán,
y esa cosecha no les servirá de nada.
12-14 Oigan a los muchos ejércitos enemigos;
¡rugen más que un mar embravecido!
Por la noche causan terror,
pero al amanecer desaparecen.
En cuanto Dios los reprende,
salen corriendo y se van muy lejos.
¡Son como la paja que se lleva el viento,
como la hierba que arrastra el huracán!
¡Así acabarán las naciones
que han robado a Israel
y lo han dejado en la ruina!
Mensaje contra Egipto
18 ¡Qué mal le va a ir a Egipto,
ese país lleno de mosquitos,
2 y que envía a sus mensajeros
por el río Nilo en barcas de junco!
Veloces mensajeros, regresen a Egipto,
a ese pueblo rodeado de ríos,
de gente muy alta y de piel brillante;
a ese pueblo fuerte y orgulloso,
que todo el mundo teme.
3 ¡Habitantes del mundo,
no dejen de mirar hacia las montañas!
Estén alertas, porque pronto se dará la señal;
pronto sonará la trompeta
que anuncia la llegada del castigo.
4 Dios me dijo:
«Isaías, yo estoy en el cielo
y desde aquí observo tranquilo
a todo el mundo.
Estoy tranquilo,
como la luz del sol en un día de verano,
como la nube de rocío
en el día caluroso de la cosecha.
5-6 »La gente de Egipto
quedará abandonada en las montañas.
Será abandonada como los viñedos
después de la cosecha.
Será comida de buitres en el verano,
y alimento de las fieras en el invierno».
7 Egipto está rodeado de ríos,
tiene gente muy alta, de piel brillante.
Es un pueblo fuerte y orgulloso,
y todo el mundo le teme.
Pero cuando llegue el día de su castigo
traerá ofrendas a Jerusalén
y adorará al Dios todopoderoso.
19 Dios le dio este mensaje a Isaías, y él se lo comunicó al pueblo:
«¡Miren! Dios se acerca a Egipto,
cabalgando en una nube veloz.
Ante él tiemblan los dioses de Egipto,
y el pueblo egipcio se llena de miedo.
2 »Dios dice:
“Haré que los egipcios
se peleen unos con otros:
el amigo contra su amigo,
una ciudad contra otra,
un reino contra otro reino.
3 Haré que se vuelvan locos,
y que fracasen sus planes.
Entonces buscarán a los dioses,
a los brujos y adivinos,
y a los espíritus de los muertos,
y les preguntarán qué hacer.
4 ”Yo haré que un rey cruel y malvado
gobierne sobre Egipto.
Yo soy el Dios todopoderoso,
y les juro que así será”.
El río Nilo se secará
5-6 »Egipto se quedará sin agua,
y se marchitarán las cañas y los juncos.
El río Nilo se quedará seco,
y sus canales despedirán mal olor.
7 Los campos sembrados a orillas del Nilo
se echarán a perder.
8 Todos los pescadores del Nilo
se pondrán tristes y llorarán.
9-10 Los que tejen lino,
los que fabrican telas
y todos los artesanos
se asustarán y no sabrán qué hacer.
Los consejeros de Egipto fallan
11 »¡Ustedes, jefes de la ciudad de Soan,
que son los consejeros más sabios de Egipto,
en realidad son unos tontos!
¿De qué le sirve al rey de Egipto
que ustedes sean hijos de sabios y de reyes?
12 »Pobre de ti, rey de Egipto;
te has quedado sin consejeros.
Nadie podrá decirte ahora
los planes que el Dios todopoderoso
tiene preparados contra tu pueblo.
13 Los jefes de Soan son unos tontos,
los jefes de Menfis se dejaron engañar
y los jefes de las provincias
hicieron que Egipto se equivocara.
14-15 Dios ha confundido a sus consejeros
porque son unos malvados.
Egipto se tambalea como borracho,
y nadie podrá ayudarlo.
Israel, Egipto y Asiria vivirán en paz
16 »Los egipcios se llenarán de miedo cuando vean que el Dios todopoderoso se prepara para castigarlos. 17 Los egipcios tendrán miedo de la gente de Judá; con sólo acordarse de ellos se llenarán de espanto, porque los planes que el Dios todopoderoso tiene contra Egipto son terribles.
18-22 »Dios castigará a los egipcios, pero después ellos se arrepentirán de su maldad. Entonces Dios les tendrá compasión y los perdonará.
»Cuando llegue ese momento, cinco de las ciudades de Egipto hablarán el idioma de los israelitas y jurarán ser fieles al Dios todopoderoso. Una de esas ciudades se llamará “Ciudad del Sol”. También habrá en Egipto un altar dedicado a Dios, y cerca de su frontera se levantará un monumento en su honor. Ese monumento servirá de señal de que en Egipto se adora al Dios todopoderoso. Cuando los egipcios le pidan a Dios que los libere de sus enemigos, él les enviará un libertador para que los defienda y los salve. Así, Dios hará que los egipcios lo reconozcan y obedezcan, y ellos le presentarán ofrendas y regalos; le harán promesas y se las cumplirán.
23 »En ese tiempo habrá un camino entre Egipto y Asiria. Los egipcios irán a Asiria, y los asirios a Egipto, y ambos pueblos adorarán a Dios. 24 Israel, Egipto y Asiria vivirán en paz. Israel será una bendición para todos los pueblos de la tierra. 25 Y el Dios todopoderoso los bendecirá diciendo:
“Bendigo a Egipto,
pues me pertenece.
Bendigo a Asiria,
pues la hice con mis manos.
Bendigo a Israel,
pues es mi pueblo escogido”».
17 No sean tontos, sino traten de averiguar qué es lo que Dios quiere que hagan.
18 No se emborrachen, pues perderán el control de sus actos. Más bien, permitan que sea el Espíritu Santo quien los llene y los controle. 19-20 Cuando se reúnan, canten salmos, himnos y canciones espirituales. Alaben a Dios el Padre de todo corazón, y denle siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
21 Ustedes, que honran a Cristo, deben sujetarse los unos a los otros. 22 Las esposas deben sujetarse a sus esposos, así como lo hacen con Cristo. 23 Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza de su iglesia, y también su Salvador. Cristo es la cabeza, y la iglesia es el cuerpo. 24 Por eso, la esposa debe sujetarse a su esposo en todo, así como la iglesia se sujeta a Cristo.
25 Los esposos deben amar a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella. 26 Lo hizo para hacerla sólo suya, limpiándola por medio de su mensaje y del bautismo. 27 Cristo quiso regalarse a sí mismo una iglesia gloriosa, apartada del mal y perfecta, como un vestido sin una sola arruga ni una sola mancha, ni nada parecido. 28 El esposo debe amar a su esposa, así como ama a su propio cuerpo. El hombre que ama a su esposa se ama a sí mismo. 29 Porque nadie desprecia su propio cuerpo. Al contrario, lo alimenta y lo cuida, del mismo modo que Cristo cuida a la iglesia. 30 En realidad, cada uno de nosotros forma parte de la iglesia, que es el cuerpo de Cristo. 31 Dice la Biblia: «Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, para formar un solo cuerpo.» 32 Ésa es una verdad muy grande, y yo la uso para hablar de Cristo y de la iglesia. 33 En todo caso, el esposo debe amar a su esposa, como si se tratara de sí mismo, y la esposa debe respetar a su esposo.
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