Old/New Testament
Las palabras de Agur
30 Palabras de Agur, hijo de Jaqué, el de Massá; la profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal.
2 Ciertamente más rudo soy yo que ninguno,
Ni tengo entendimiento de hombre.
3 Yo ni aprendí sabiduría,
Ni conozco la ciencia del Santo.
4 ¿Quién subió al cielo, y descendió?
¿Quién encerró los vientos en sus puños?
¿Quién ató las aguas en un paño?
¿Quién afirmó todos los términos de la tierra?
¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si lo sabes?
5 Toda palabra de Dios es limpia;
Él es escudo a los que en él esperan.
6 No añadas nada a sus palabras, para que no te reprenda,
Y seas hallado mentiroso.
7 Dos cosas te pido;
No me las niegues antes que muera:
8 Aparta de mí falsedad y mentira;
No me des pobreza ni riquezas;
Concédeme mi diaria ración de pan;
9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová?
O que siendo pobre, hurte,
Y profane el nombre de mi Dios.
10 No calumnies al siervo ante su señor,
No sea que te maldiga, y sufras el castigo.
11 Hay gente que maldice a su padre
Y a su madre no bendice.
12 Hay gente pura en su propia opinión,
Si bien no se ha limpiado de su inmundicia.
13 Hay gente cuyos ojos son altivos
Y cuyos párpados están levantados en alto.
14 Hay gente cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos,
Para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres.
15 La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame!, ¡dame!
Tres cosas hay que nunca se sacian;
Y una cuarta que nunca dice: ¡Basta!
16 El Seol, la matriz estéril,
La tierra que no se sacia de aguas,
Y el fuego que jamás dice: ¡Basta!
17 El ojo que escarnece a su padre
Y menosprecia la enseñanza de la madre,
Los cuervos de la cañada lo saquen,
Y lo devoren los hijos del águila.
18 Tres cosas me son ocultas;
Y una cuarta que no comprendo:
19 El rastro del águila en el aire;
El rastro de la culebra sobre la peña;
El rastro de la nave en medio del mar;
Y el rastro del hombre en la doncella.
20 El proceder de la mujer adúltera es así:
Come, y limpia su boca
Y dice: No he hecho nada malo.
21 Por tres cosas tiembla la tierra,
Y la cuarta no la puede soportar:
22 Por el siervo cuando reina;
Por el necio cuando se sacia de pan;
23 Por la mujer desdeñada cuando se casa;
Y por la sierva cuando suplanta a su señora.
24 Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra,
Pero son más sabias que los sabios:
25 Las hormigas, multitud sin fuerza,
Y en el verano preparan su comida;
26 Los damanes, multitud sin poder,
Y ponen su casa en la piedra;
27 Las langostas, que no tienen rey,
Y salen todas por escuadrones;
28 La araña que se coge con sus patas,
Y está en palacios de rey.
29 Tres cosas hay de hermoso andar,
Y la cuarta pasea muy bien:
30 El león, fuerte entre todos los animales,
Que no retrocede ante nada;
31 El brioso caballo; asimismo el macho cabrío;
Y el rey, al frente de su ejército.
32 Si neciamente has procurado enaltecerte,
O si has pensado hacer mal,
Pon el dedo sobre tu boca.
33 Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla;
El que se suena fuerte las narices sacará sangre;
Y el que provoca la ira causará contienda.
Exhortación a un rey
31 Palabras de Lemuel rey de Massá; el oráculo con que le enseñó su madre.
2 ¿Qué, hijo mío?; ¿y qué, hijo de mi vientre?
¿Y qué, hijo de mis deseos?
3 No des a las mujeres tu fuerza,
Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.
4 No es para los reyes, oh Lemuel, no es para los reyes beber vino,
Ni para los príncipes los licores;
5 No sea que bebiendo olviden la ley,
Y perviertan el derecho de todos los afligidos.
6 Dad el licor fuerte al desfallecido,
Y el vino a los de amargado ánimo.
7 Beban, y olvídense de su necesidad,
Y de su miseria no se acuerden más.
8 Abre tu boca a favor del mudo
En el juicio de todos los desvalidos.
9 Abre tu boca, juzga con justicia,
Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.
Elogio de la mujer hacendosa
10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su valía sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
11 El corazón de su marido confía en ella,
Y no carecerá de ganancias.
12 Le aporta ella dicha y no desventura
Todos los días de su vida.
13 Busca lana y lino,
Y con ánimo alegre trabaja con sus manos.
14 Es como nave de mercader;
Trae de lejos sus provisiones.
15 Se levanta cuando todavía es de noche
Y da comida a su familia
Y labor a sus criadas.
16 Observa una finca, y la compra,
Y planta una viña del fruto de sus manos.
17 Ciñe con fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
18 Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.
19 Aplica su mano al huso,
Y sus palmas sostienen la rueca.
20 Alarga su palma al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.
21 No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de trajes forrados.
22 Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.
23 Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra,
24 Hace telas, y las vende,
Y da ceñidores al mercader.
25 Fuerza y honor son su vestidura;
Y sonríe ante el porvenir.
26 Abre su boca con sabiduría,
Y la instrucción bondadosa está en su lengua.
27 Vigila los caminos de su familia,
Y no come el pan de balde.
28 Se levantan sus hijos y la llaman dichosa;
Y su marido también la alaba:
29 Muchas mujeres se mostraron virtuosas;
Mas tú las sobrepasas a todas.
30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
31 Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.
11 ¡Ojalá me toleraseis un poco de insensatez! Sí, toleradme.
2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.
3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros pensamientos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
4 Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis,
5 y pienso que en nada he sido inferior a los más eminentes apóstoles.
6 Pues aunque sea tosco en la palabra, no lo soy en el conocimiento; en todo y por todo os lo hemos demostrado.
7 ¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios de balde?
8 He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros.
9 Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso.
10 Por la verdad de Cristo que está en mí, que no se me quitará esta mi gloria en las regiones de Acaya.
11 ¿Por qué? ¿Porque no os amo? Dios lo sabe.
12 Mas lo que hago, lo seguiré haciendo, para privar de pretexto a aquellos que desean un pretexto para ser considerados iguales a nosotros en aquello en que se glorían.
13 Porque los tales son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo.
14 Y no es de extrañar, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz.
15 Así que, no es mucho el que también sus ministros se disfracen como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.