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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Ezequiel 5-7

»Hijo de hombre, toma una espada afilada y úsala como navaja de afeitar para raparte la cabeza y afeitarte la barba. Luego toma una balanza y divide el cabello en tres partes. Cuando el sitio termine, quema una tercera parte del cabello en la ciudad, corta otra tercera parte en las afueras de la ciudad y esparce la última parte al viento. Yo los atacaré con mi espada. Toma también algunos cabellos y guárdalos en tu bolsillo. Luego toma algunos de ellos y arrójalos al fuego. De ahí se extenderá un fuego por todo el pueblo de Israel.

»Así dice el Señor DIOS: Este ladrillo representa la ciudad de Jerusalén. Yo la coloqué entre las naciones y territorios extranjeros a su alrededor. Pero esta misma Jerusalén es la que se rebeló contra mis decretos y leyes para hacer el mal aun más que todas las naciones. Rechazó mis decretos y no obedeció mis leyes.

»Por lo tanto el Señor DIOS dice: Ustedes han sido más rebeldes que las naciones a su alrededor y no obedecieron mis leyes ni mantuvieron mis decretos. Ni siquiera cumplen con los requisitos que les imponen las naciones a su alrededor. Por lo tanto, el Señor DIOS dice: Yo también estoy contra ustedes y ejecutaré el castigo contra ustedes a la vista de todas esas naciones. Por todas las cosas horribles que han hecho, haré con ustedes lo que nunca jamás he hecho ni nunca jamás volveré a hacer. 10 Así que por sus hechos, los padres se comerán a sus hijos, y los hijos se comerán a sus padres. Ejecutaré juicio contra ustedes y esparciré los restos al viento.

11 »El Señor DIOS dice: ¡Prometo por mí mismo que los destruiré! ¡No tendré misericordia ni compasión! Porque ustedes profanaron mi templo con sus horribles prácticas abominables y detestables. 12 Una tercera parte de ustedes morirá de enfermedad y hambre; otra tercera parte caerá bajo mi espada en los campos que rodean la ciudad; y la otra parte la esparciré al viento. Así con mi espada amenazaré de muerte a mi pueblo. 13 Cuando mi enojo se haya calmado, después de tomar revancha contra mi pueblo, sabrán que yo, el SEÑOR, he hablado con celo y que he saciado mi enojo contra mi pueblo.

14 »Dejaré que mueran a filo de espada y que sean la burla de las naciones vecinas y de todos los que pasen y los vean. 15 Cuando ejecute mi juicio y mi furia los reprenda, serán una burla y desgracia, servirán de lección y serán objeto de asombro para todas las naciones que los rodean. Yo, el SEÑOR, lo he dicho. 16 Todo esto sucederá cuando lance terribles “flechas de hambruna” contra ustedes para destruirlos mediante el hambre porque no habrá qué comer. 17 ¡Sí!, enviaré hambre y animales salvajes para robarles a sus seres queridos. La enfermedad y la violencia los visitarán. Mandaré la espada contra ustedes. Yo, el SEÑOR, lo he dicho».

Profecía contra la región de Efraín

El SEÑOR me habló y me dijo: «Hijo de hombre, fija tu mirada en los montes de Israel y profetiza contra ellos. Diles: Montes de Israel, escuchen la voz del Señor DIOS en los montes y colinas, en los ríos secos y los valles. El Señor DIOS dice: Voy a hacer venir contra ustedes la espada y destruiré sus lugares altos de idolatría. Destruiré sus altares y sus quemadores de incienso y echaré a sus muertos ante sus ídolos. Arrojaré los cadáveres de los israelitas ante sus dioses repugnantes y esparciré sus huesos por sus altares. Todas sus ciudades se convertirán en ruinas y sus altares serán destruidos para que todo quede desolado y sus repugnantes ídolos se hagan añicos y queden mudos, para que sus altares queden hechos pedazos y desaparezcan los ídolos que han hecho. ¡Caerán muertos entre ustedes para que aprendan que yo soy el SEÑOR!

»Pero dejaré que algunos cuantos se salven de mi espada entre las naciones extranjeras donde los he esparcido. Cuando estén entre las naciones a donde los haya enviado, los sobrevivientes pensarán en mí. Se darán cuenta cuánto me partió el corazón que ellos hubieran pensado en seguir sus deseos de prostituirse. Les dará asco esa maldad que practicaron y cómo se contaminaron, ya no tendrán más ganas de seguir haciéndolo. 10 Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando vean que les hablaba en serio».

11 Entonces el Señor DIOS me dijo: «¡Aplaude tú y pisotea fuerte! Grita de tristeza por todas las cosas malvadas y repugnantes que ha hecho el pueblo de Dios. Adviérteles que morirán por la enfermedad y el hambre. Diles que los matarán en la guerra. 12 Los que estén lejos morirán por la peste y los que estén cerca morirán a filo de espada. Los que alcancen a esconderse morirán de hambre. ¡Sólo así calmaré mi ira! 13 Así aprenderán que yo soy el SEÑOR, cuando en los altares queden esparcidos los cadáveres en medio de sus terribles ídolos, por las colinas y en las cumbres de los montes, bajo los árboles frondosos donde ofrecían gratos aromas a sus terribles ídolos. 14 Los castigaré y desolaré su tierra, desde el desierto hasta Riblá. ¡Así aprenderán que yo soy el SEÑOR!»

Se avecina el fin

El SEÑOR me habló y me dijo: «Hijo de hombre, así dice el Señor DIOS:

»¡Ya se termina!
    Le llega el fin a los cuatro puntos cardinales de la tierra.
Te ha llegado el fin,
    el momento en que descargue mi ira contra ti,
cuando te juzgue de acuerdo con tu vida
    y te pida cuentas por todos tus actos abominables.
No tendré piedad de ti,
    ni te mostraré ninguna compasión;
sino que te castigaré por tu conducta
    y por todos tus actos detestables.
    Así aprenderás que yo soy el SEÑOR.

»El Señor DIOS dice:
Desgracias se te vienen encima,
    una tras otra.
¡Se terminó! Llega el fin;
    está lista una cosecha para ti.
    Aquí está.
Habitantes del país, ha llegado el desastre.
    Ya llegó la hora, el día está cerca.
Se armó la guerra,
    no es sonido de cosecha
    el que se oye en las montañas.
Pronto derramaré mi furia contra ti
    y descargaré mi enojo contra ti.
Te juzgaré por tu conducta
    y te pediré cuentas por tus acciones abominables.
Al verlos así, no los salvaré
    ni les tendré compasión.
Te daré tu merecido
    y te pudrirás por tus horribles actos
de manera que sabrás que yo,
    el SEÑOR, te herí.

10 »Ya llegó el día,
    llega el desastre.
Germina y brota un tallo;
    florece la arrogancia.
11 Crece la violencia
    hasta ser como bastón de maldad.
Cuando termine el desastre,
    no quedará ninguno de ellos,
ni de la gente común ni de los ricos.
    No habrá diferencia.[a]
12 Ha llegado la hora,
    les toca el día.
Que no se alegre el que compra
    ni se entristezca el que vende,
porque la ira de Dios se desatará contra todos,
    y el vendedor no podrá regresar a la tierra que vendió.[b]
13 El vendedor no volverá a su propiedad,
    aunque el vendedor y el comprador estén vivos.
La visión es para todo el pueblo;
    no será anulada.
No se mantendrá firme ninguno
    que practique el pecado.

14 »Aunque toquen la trompeta,
    no se prepararán ni irán a la batalla,
    porque yo mostraré mi ira contra la multitud.
15 Afuera de la ciudad se encuentra el enemigo,
    mientras adentro están la peste y el hambre.
Los que estén en los campos morirán
    a filo de espada.
Los que estén en la ciudad morirán
    por la peste y el hambre.
16 Los sobrevivientes escaparán
    y huirán a los montes.
Como palomas del valle,
    cada quien llorará por su pecado.
17 Del susto caerán sus brazos y se orinarán,
    mojándose así las rodillas.
18 Se vestirán de luto y temblarán de miedo.
    Avergonzados, todos se lamentarán.
19 ¡Lanzarán su plata a las calles!
    Aún su oro es como basura.
Ni la plata ni el oro podrán librarlos
    en el día de la ira del SEÑOR.
Ni siquiera podrán calmar su hambre
    ni llenar su panza.
Es culpa de ellos mismos
    que su riqueza los haya hecho caer.
20 Porque Dios hizo un lugar de honor de la hermosa ciudad de su pacto;
    pero el pueblo introdujo en ella sus horribles ídolos abominables.
    Por eso, se los he convertido en basura.
21 Se los entregaré a extranjeros
    para que los echen a la suerte
y a los dirigentes de sus países
    para que los tomen como botín
    y los conviertan en basura.
22 Les daré la espalda,
    y los extranjeros entrarán
    en mi santuario para profanarlo.
Los invasores entrarán
    y lo profanarán.

23 »Prepara las cadenas para los prisioneros
    porque muchos en esta tierra están condenados a muerte,
    porque la tierra está llena de violencia.
24 Traeré malvados para que se posesionen
    de las casas de los israelitas.
Acabaré con la gloria de los poderosos
    y sus centros de adoración serán profanados.
25 ¡Se avecina un tiempo terrible!
    Buscarán la paz,
pero no la hallarán
    porque la paz no existirá.
26 Ocurrirá tragedia tras tragedia,
    sólo habrá malas noticias.
El pueblo demandará visiones,
    pero los profetas ya no las tendrán.
Los sacerdotes ya no sabrán la ley de Dios;
    y los ancianos ya no tendrán ningún buen consejo.
27 El rey llorará,
    el gobernante se vestirá de luto
    y las manos del pueblo temblarán.
Los castigaré por sus acciones.
    Los juzgaré y recibirán el castigo que merecen.
    Así aprenderán que yo soy el SEÑOR».

Hebreos 12

Fortaleza en medio del sufrimiento

12 Fijémonos entonces que nos rodean muchísimas personas que demostraron su fe. Corramos sin fallar la carrera que tenemos por delante. Quitemos de nuestra vida cualquier cosa que nos impida avanzar, especialmente el pecado que nos hace caer tan fácilmente. Fijemos nuestra mirada en Jesús, en quien la fe empieza y termina. En vez del gozo que podía haber tenido, sufrió la muerte en la cruz y aceptó la humillación como si no fuera nada. Después se sentó a la derecha del trono de Dios. Si alguna vez se sienten desfallecidos y agobiados, piensen en Jesús, quien soportó pacientemente el maltrato de parte de los pecadores.

Ustedes han luchado contra el pecado, pero no hasta el punto de perder la vida. Son hijos de Dios, pero olvidaron lo que él les dice a sus hijos para animarlos:

«Hijo mío, toma en serio la disciplina del Señor,
    no te desanimes cuando el Señor te corrija.
(A)El Señor disciplina a todo el que ama,
    y castiga a todo al que acepta como su hijo».[a]

Entonces soporten esos sufrimientos como se acepta la disciplina de un padre, porque Dios lo hace como un padre que corrige a sus hijos. Si Dios no los disciplinara, significaría que ustedes no le importan. Cuando un padre no corrige a sus hijos es porque realmente no los considera sus hijos. Todos hemos tenido padres en la tierra que nos han disciplinado y nosotros los respetamos. Entonces es aun más importante someternos a nuestro Padre celestial para poder vivir. 10 Nuestros padres en la tierra nos corrigieron por poco tiempo. Lo hicieron de la mejor manera que pudieron, pero Dios nos corrige para ayudarnos a ser santos como él. 11 No nos gusta cuando nos corrigen porque nos duele, pero luego de haber sido corregidos da buenos resultados. Entonces nos llenamos de paz y empezamos a vivir como debe ser.

12 Fortalézcanse nuevamente, porque se han debilitado. 13 Fíjense bien por dónde caminan para que su debilidad no los haga perder y así puedan salvarse.

Vida dedicada a Dios

14 Traten de vivir en paz con todo el mundo y tengan una vida libre de pecado. El que no tenga una vida dedicada a Dios, no podrá ver al Señor. 15 Tengan cuidado de que ninguno de ustedes pierda el favor[b] de Dios, ni sea como mala hierba, pues esto los puede perjudicar a todos. 16 No cometan inmoralidades sexuales ni le falten al respeto a Dios. Eso fue lo que hizo Esaú cuando vendió los derechos que tenía como hijo mayor a cambio de una sola comida. 17 Ustedes ya saben que después trató de conseguir la bendición de su papá y, aunque la suplicó con lágrimas, él no se la dio, pues ya no podía cambiar lo que había hecho.

18 [c] Ustedes han llegado a un nuevo lugar muy distinto del monte al que se acercó el pueblo de Israel. No han llegado a un monte que se puede tocar y que echa fuego. No es un lugar tormentoso, tenebroso ni oscuro. 19 No hay sonidos de trompeta ni esa voz que el pueblo oyó y rogó no volver a oír jamás. 20 (B)No soportaron la orden que se les dio: «Si alguien, incluso un animal, toca el monte, morirá a pedradas».[d] 21 (C)Todo parecía tan terrible que Moisés dijo: «Estoy temblando de miedo».[e]

22 Ustedes han llegado a un lugar diferente que es el monte Sion[f], la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén[g] celestial, donde se reúnen millares de ángeles para celebrar, y 23 también están reunidos los primogénitos[h] de Dios, cuyos nombres están escritos en el cielo. Ustedes han llegado a donde está Dios, el juez de todos, y a donde están los espíritus que fueron aprobados y perfeccionados por él. 24 Están junto a Jesús, quien trajo el nuevo pacto de Dios a la gente. En este lugar está la sangre que purifica,[i] la que nos habla de algo mejor que la sangre de Abel[j].

25 Asegúrense de no rechazar al que habla, pues los que se negaron a escucharlo cuando él les hizo la advertencia aquí en la tierra no escaparon del castigo. Mucho menos nosotros si no hacemos caso al que nos habla desde el cielo. 26 (D)En ese momento su voz hizo temblar la tierra. Ahora él promete: «Nuevamente haré temblar la tierra, pero también moveré el cielo».[k] 27 La palabra «nuevamente» nos demuestra con claridad que todo lo creado, lo que se puede hacer temblar será destruido y sólo permanecerá lo que no se puede mover.

28 Nosotros estamos recibiendo un reino que nadie puede hacer tambalear. Por eso seamos agradecidos y adoremos a Dios de la manera que a él le agrada. Hagámoslo con respeto y con temor, 29 porque nuestro Dios es como un fuego que puede destruirnos.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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