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Old/New Testament

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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
2 Crónicas 10-12

Roboam y la rebelión de Israel

10 (A)Entonces Roboam fue a Siquem, porque todo Israel había ido a Siquem para hacerlo rey. Y cuando lo oyó Jeroboam, hijo de Nabat (porque él estaba en Egipto adonde había huido de la presencia del rey Salomón(B)), volvió Jeroboam de Egipto. Y enviaron a llamarlo. Entonces vino con todo Israel, y hablaron a Roboam: «Su padre hizo pesado nuestro yugo(C); ahora pues, aligere la dura servidumbre de su padre y el pesado yugo que puso sobre nosotros y le serviremos». Entonces él les dijo: «Vuelvan otra vez a mí dentro de tres días». Y el pueblo se fue.

El rey Roboam pidió consejo a los ancianos que habían servido a(D) su padre Salomón cuando aún vivía, diciendo: «¿Qué me aconsejan que responda a este pueblo?». Y ellos le respondieron: «Si usted es bueno con este pueblo, les complace y les dice buenas palabras(E), entonces ellos serán sus siervos para siempre». Pero él abandonó el consejo que le habían dado los ancianos, y pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y le servían(F). «¿Qué aconsejan», les pregunto, «que respondamos a este pueblo que me ha hablado: “Aligere el yugo que su padre puso sobre nosotros”?». 10 Y los jóvenes que se habían criado con él le respondieron: «Así dirá al pueblo que le ha hablado: “Su padre hizo pesado nuestro yugo, pero usted hágalo más ligero para nosotros”. Así usted les dirá: “Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre. 11 Por cuanto mi padre los cargó con un pesado yugo, yo añadiré a su yugo; mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones”».

12 Entonces vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam al tercer día como el rey lo había dicho: «Vuelvan a mí al tercer día». 13 El rey les respondió con dureza, pues el rey Roboam había despreciado el consejo de los ancianos, 14 y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: «Mi padre les hizo pesado su yugo, pero yo lo haré más pesado; mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones». 15 El rey no escuchó al pueblo, porque esto venía de parte de Dios(G), para que el Señor confirmara la palabra que Él había hablado por medio de Ahías el silonita a Jeroboam, hijo de Nabat(H).

16 Cuando todo Israel vio que el rey no los escuchaba, el pueblo respondió al rey:

«¿Qué parte tenemos nosotros con David?
No tenemos herencia con el hijo de Isaí.
¡Cada uno a su tienda, Israel(I)!
¡Mire ahora por su casa, David!».

Y todo Israel se fue a sus tiendas(J). 17 Pero en cuanto a los israelitas que habitaban en las ciudades de Judá, Roboam reinó sobre ellos. 18 Entonces el rey Roboam envió a Adoram, que estaba a cargo de los trabajos forzados(K), pero los israelitas lo mataron a pedradas; y el rey Roboam se apresuró a subir a su carro para huir a Jerusalén. 19 Así Israel ha estado en rebeldía contra la casa de David hasta hoy(L).

Reinado de Roboam

11 (M)Cuando Roboam llegó a Jerusalén, reunió la casa de Judá y Benjamín, 180,000 hombres, guerreros escogidos, para pelear contra Israel y restituir el reino a Roboam. Pero la palabra del Señor vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo(N): «Habla a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y a todo Israel en Judá y Benjamín, diciéndoles: “Así dice el Señor: ‘No subirán ni pelearán contra sus hermanos(O); vuelva cada uno a su casa, porque de Mí ha venido esto’”». Y ellos escucharon las palabras del Señor(P) y desistieron de ir contra Jeroboam.

Y Roboam habitó en Jerusalén, y edificó ciudades para defensa en Judá(Q). Así edificó Belén, Etam, Tecoa, Bet Sur, Soco, Adulam, Gat, Maresa, Zif, Adoraim, Laquis, Azeca, 10 Zora, Ajalón y Hebrón, que son ciudades fortificadas en Judá y en Benjamín. 11 También reforzó las fortalezas y puso comandantes en ellas, y provisiones de víveres, aceite y vino. 12 Y puso escudos y lanzas en todas las ciudades y las reforzó en gran manera. Así mantuvo a su lado a Judá y a Benjamín.

13 Y los sacerdotes y los levitas que estaban en todo Israel se pasaron a él desde todos sus distritos. 14 Porque los levitas dejaron sus tierras de pastos y sus propiedades(R) y vinieron a Judá y a Jerusalén, pues Jeroboam y sus hijos los habían excluido de servir al Señor como sacerdotes(S). 15 Y Jeroboam designó sus propios sacerdotes para los lugares altos(T), para los demonios[a], y para los becerros que él había hecho. 16 Aquellos de entre todas las tribus de Israel que habían resuelto en su corazón buscar al Señor, Dios de Israel, los siguieron(U) a Jerusalén para sacrificar al Señor, Dios de sus padres. 17 Y fortalecieron el reino de Judá y apoyaron a Roboam(V), hijo de Salomón, por tres años, pues por tres años anduvieron en el camino de David y de Salomón.

18 Entonces Roboam tomó por mujer a Mahalat, hija de Jerimot, hijo de David y de Abihail, hija de Eliab(W), hijo de Isaí, 19 y ella le dio hijos: Jeús, Semarías y Zaham. 20 Después de ella tomó a Maaca, hija de Absalón, y ella le dio a Abías(X), Atai, Ziza y Selomit. 21 Y amó Roboam a Maaca, hija de Absalón, más que a todas sus otras mujeres y concubinas. Porque había tomado dieciocho mujeres(Y) y sesenta concubinas, y tuvo veintiocho hijos y sesenta hijas. 22 Roboam puso a Abías, hijo de Maaca, por cabeza y jefe entre sus hermanos, porque quería hacerlo rey(Z). 23 Y obró sabiamente, y distribuyó a algunos de sus hijos por todos los territorios de Judá y de Benjamín, por todas las ciudades fortificadas, les dio alimento en abundancia, y les buscó muchas mujeres.

Sisac invade Judá

12 Cuando el reino de Roboam se había afianzado y fortalecido(AA), él abandonó la ley del Señor(AB) y todo Israel con él. Y sucedió que en el año quinto del rey Roboam, debido a que ellos habían sido infieles al Señor, Sisac, rey de Egipto(AC), subió contra Jerusalén(AD) con 1,200 carros y 60,000 hombres de a caballo. Y era innumerable el pueblo que vino con él de Egipto: los libios, los suquienos y los etíopes(AE). Y tomó las ciudades fortificadas de Judá y llegó hasta Jerusalén(AF).

Entonces el profeta Semaías(AG) vino a Roboam y a los príncipes de Judá que se habían reunido en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: «Así dice el Señor: “Ustedes me han abandonado, por eso también Yo los abandono(AH) en manos de Sisac”». Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: «Justo es el Señor(AI)».

Cuando el Señor vio que se habían humillado, vino la palabra del Señor a Semaías, diciendo: «Se han humillado; no los destruiré(AJ), sino que les concederé cierta libertad y Mi furor no se derramará(AK) sobre Jerusalén por medio de Sisac. Pero serán sus siervos para que aprendan la diferencia entre servirme a Mí y servir a los reinos de los países(AL)».

(AM)Subió, pues, Sisac, rey de Egipto, contra Jerusalén y tomó los tesoros de la casa del Señor y los tesoros del palacio del rey. De todo se apoderó; se llevó hasta los escudos de oro que había hecho Salomón(AN). 10 Entonces el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, y los entregó al cuidado de los jefes de la guardia[b] que custodiaban la entrada de la casa del rey. 11 Y sucedía que cuando el rey entraba en la casa del Señor, venían los de la guardia y los llevaban, y después los devolvían a la sala de los de la guardia. 12 Cuando él se humilló(AO), la ira del Señor se apartó de él para no destruirlo totalmente; además las cosas mejoraron(AP) en Judá.

13 Se fortaleció, pues, el rey Roboam en Jerusalén, y reinó. Roboam tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que el Señor había escogido de entre todas las tribus de Israel para poner allí Su nombre. Y el nombre de su madre era Naama, la amonita(AQ). 14 Roboam hizo lo malo porque no dispuso su corazón para buscar al Señor(AR).

15 Los hechos de Roboam(AS), los primeros y los postreros, ¿no están escritos en los libros[c] del profeta Semaías(AT) y del vidente Iddo(AU), conforme al registro genealógico? Hubo guerras continuamente entre Roboam y Jeroboam. 16 Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David; y su hijo Abías(AV) reinó en su lugar.

Juan 11:30-57

30 Porque Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado(A). 31 Entonces los judíos que estaban con ella en la casa consolándola(B), cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron(C), suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí.

32 Al llegar María adonde estaba Jesús, cuando lo vio, se arrojó a Sus pies, diciendo: «Señor(D), si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto(E)». 33 Y[a] cuando Jesús la vio llorando, y a los judíos(F) que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente(G) en el espíritu, y se entristeció[b](H). 34 «¿Dónde lo pusieron?», preguntó Jesús. «Señor, ven y ve», le dijeron*.

35 Jesús lloró(I). 36 Por eso los judíos(J) decían: «Miren, cómo lo amaba(K)». 37 Pero algunos de ellos dijeron: «¿No podía Este, que abrió los ojos del ciego(L), haber evitado también que Lázaro muriera[c]?».

Resurrección de Lázaro

38 Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido, fue* al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella(M). 39 «Quiten la piedra», dijo* Jesús. Marta, hermana del que había muerto, le dijo*: «Señor, ya huele mal, porque hace cuatro días(N) que murió». 40 Jesús le dijo*: «¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios(O)?».

41 Entonces quitaron la piedra(P). Jesús alzó los ojos(Q), y dijo: «Padre, te doy gracias(R)porque me has oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud(S)que me rodea, para que crean que Tú me has enviado(T)». 43 Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal fuera!».

44 Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados(U) con vendas, y el rostro envuelto en un sudario(V). Jesús les dijo*: «Desátenlo, y déjenlo ir».

Complot para matar a Jesús

45 Por esto muchos de los judíos que habían venido a ver a María(W), y vieron lo que Jesús había hecho, creyeron en Él(X). 46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos(Y) y les contaron lo que Jesús había hecho.

47 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos(Z) convocaron(AA) un concilio(AB), y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales[d](AC). 48 Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en Él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar[e](AD) y nuestra[f] nación». 49 Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote(AE) ese año(AF), les dijo: «Ustedes no saben nada, 50 ni tienen en cuenta que les es más conveniente que un hombre muera por el pueblo(AG), y no que toda la nación perezca».

51 Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa[g], sino que siendo el sumo sacerdote ese año(AH), profetizó que Jesús iba a morir por la nación; 52 y no solo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos(AI). 53 Así que, desde ese día planearon entre sí matar a Jesús(AJ).

54 Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos(AK), sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín(AL); y se quedó allí con los discípulos. 55 Estaba cerca la Pascua de los judíos(AM), y muchos de la región subieron a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse(AN). 56 Entonces buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se decían unos a otros: «¿Qué les parece? ¿Que vendrá a la fiesta o no(AO)?». 57 Y los principales sacerdotes y los fariseos(AP) habían dado órdenes de que si alguien sabía dónde estaba Jesús, diera aviso para que lo prendieran.

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