Old/New Testament
Traslado del arca
13 Entonces David consultó con los capitanes de millares y de centenas, es decir, con todos los jefes. 2 Y David dijo a toda la asamblea de Israel: «Si les parece bien, y si es del Señor nuestro Dios, enviemos mensaje a todas partes, a nuestros parientes[a] que permanecen en toda la tierra de Israel, y también a los sacerdotes y a los levitas que están con ellos en sus ciudades y tierras de pastos, para que se reúnan con nosotros; 3 y traigamos a nuestro lado el arca de nuestro Dios, porque no la consultamos en los días de Saúl(A)». 4 Toda la asamblea dijo que así lo harían, porque esto pareció bien a todo el pueblo.
5 (B)Entonces David congregó a todo Israel(C), desde Sihor de Egipto hasta la entrada de Hamat, para traer el arca de Dios de Quiriat Jearim(D). 6 David subió con todo Israel(E) a Baala, es decir, a Quiriat Jearim(F), que pertenece a Judá, para hacer subir desde allí el arca de Dios el Señor, que está sobre los querubines, donde se invoca Su nombre(G). 7 Llevaron[b] el arca de Dios de la casa de Abinadab(H) en un carro nuevo, y Uza y Ahío guiaban el carro. 8 David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos y liras, arpas, panderos, címbalos y trompetas(I).
9 Pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano para sostener el arca, porque los bueyes casi la volcaron(J). 10 Y se encendió la ira del Señor contra Uza, y lo hirió porque había extendido su mano al arca(K); y allí murió delante de Dios(L). 11 Entonces David se enojó porque el Señor había estallado en ira contra Uza; y llamó aquel lugar Pérez Uza[c] hasta el día de hoy. 12 David tuvo temor a Dios aquel día, y dijo: «¿Cómo puedo traer a mí el arca de Dios?». 13 Así que David no llevó consigo el arca a la ciudad de David, sino que la hizo llevar a la casa de Obed Edom(M) el geteo. 14 Así que el arca de Dios permaneció tres meses en la casa de la familia de Obed Edom; y el Señor bendijo a la familia de Obed Edom(N) y todo lo que tenía.
David y su familia
14 (O)Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David, con madera de cedro, albañiles y carpinteros, para edificarle una casa. 2 Y comprendió David que el Señor lo había confirmado por rey sobre Israel, y que su reino había sido exaltado en gran manera por amor a su pueblo Israel.
3 (P)En Jerusalén David tomó más mujeres, y tuvo David más hijos e hijas. 4 Estos son los nombres de los hijos que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, 5 Ibhar, Elisúa, Elpelet, 6 Noga, Nefeg, Jafía, 7 Elisama, Beeliada y Elifelet.
8 (Q)Al oír los filisteos que David había sido ungido rey sobre todo Israel, todos los filisteos subieron en busca de David. Pero cuando David se enteró, salió contra ellos. 9 Pues los filisteos habían venido y hecho una incursión en el valle de Refaim(R). 10 David consultó a Dios: «¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano?». Y el Señor le dijo: «Sube, porque los entregaré en tu mano». 11 Entonces subieron a Baal Perazim, y David los derrotó allí. Y dijo David: «Dios ha abierto brecha entre mis enemigos por mi mano, como brecha de aguas». Por eso llamó aquel lugar Baal Perazim[d]. 12 Los filisteos abandonaron allí sus dioses, y David ordenó que fueran quemados.
13 Después los filisteos hicieron de nuevo otra incursión en el valle(S). 14 David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo: «No subas contra ellos; dales un rodeo por detrás, y sal a ellos frente a las balsameras. 15 Y cuando oigas el sonido de marcha en las copas de las balsameras, entonces saldrás a la batalla, porque Dios ya habrá salido delante de ti para herir al ejército de los filisteos». 16 David hizo tal como Dios le había mandado, e hirieron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Gezer. 17 La fama de David se extendió por todas aquellas tierras, y el Señor puso el terror de David sobre todas las naciones(T).
El arca llevada a Jerusalén
15 David hizo casas para sí en la ciudad de David, y preparó un lugar para el arca de Dios y levantó una tienda para ella(U). 2 Entonces David dijo: «Nadie ha de llevar el arca de Dios sino los levitas; porque el Señor los escogió para llevar el arca de Dios y servirle a Él para siempre(V)». 3 David congregó a todo Israel en Jerusalén(W) para subir el arca del Señor al lugar que había preparado para ella(X). 4 También David reunió a los hijos de Aarón y a los levitas(Y): 5 de los hijos de Coat: Uriel el jefe, y 120 de sus parientes[e]; 6 de los hijos de Merari: Asaías el jefe, y 220 de sus parientes; 7 de los hijos de Gersón: Joel el jefe, y 130 de sus parientes; 8 de los hijos de Elizafán: Semaías el jefe, y 200 de sus parientes; 9 de los hijos de Hebrón: Eliel el jefe, y 80 de sus parientes; 10 de los hijos de Uziel: Aminadab el jefe, y 112 de sus parientes.
11 Entonces David hizo llamar a los sacerdotes Sadoc(Z) y Abiatar(AA) y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab, 12 y les dijo: «Ustedes son los jefes de las casas paternas de los levitas. Santifíquense(AB), tanto ustedes como sus parientes, para que suban el arca del Señor, Dios de Israel, al lugar que le he preparado(AC). 13 Puesto que ustedes no la llevaron la primera vez, el Señor nuestro Dios estalló en ira contra nosotros(AD), ya que no lo buscamos conforme a la ordenanza».
14 Se santificaron, pues, los sacerdotes y los levitas(AE) para subir el arca del Señor, Dios de Israel. 15 Los hijos de los levitas llevaron el arca de Dios sobre sus hombros, con las barras puestas, como Moisés había ordenado conforme a la palabra del Señor(AF).
16 Entonces David habló a los jefes de los levitas para que designaran a sus parientes los cantores, con instrumentos de música, arpas, liras y címbalos muy resonantes, alzando la voz con alegría(AG). 17 Y los levitas designaron a Hemán(AH), hijo de Joel; y de sus parientes, a Asaf, hijo de Berequías; y de los hijos de Merari, sus parientes, a Etán, hijo de Cusaías, 18 y con ellos en segundo lugar a sus parientes: Zacarías, Ben, Jaaziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Benaía, Maasías, Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed Edom y Jeiel, los porteros.
19 Los cantores Hemán, Asaf y Etán fueron designados para hacer resonar címbalos de bronce; 20 Zacarías, Aziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Maasías y Benaía, con arpas templadas para alamot[f](AI); 21 Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed Edom, Jeiel y Azazías, para dirigir con liras templadas para el seminit[g](AJ). 22 Quenanías, jefe de los levitas, estaba a cargo del canto; él dirigía el canto, porque era hábil. 23 Berequías y Elcana eran porteros del arca. 24 Sebanías, Josafat, Natanael, Amasai, Zacarías, Benaía y Eliezer, los sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de Dios(AK). Obed Edom y Jehías también eran porteros del arca.
25 Fue, pues, David con los ancianos de Israel y los capitanes sobre miles a traer con alegría el arca del pacto del Señor(AL) desde la casa de Obed Edom(AM). 26 Y como Dios ayudaba a los levitas que llevaban el arca del pacto del Señor, ellos sacrificaron siete novillos y siete carneros(AN). 27 David iba vestido de un manto de lino fino, también todos los levitas que llevaban el arca, asimismo los cantores y Quenanías, director de canto entre los cantores. David además llevaba encima un efod de lino(AO). 28 Así todo Israel iba subiendo el arca del pacto del Señor con aclamaciones, con sonido de bocina, con trompetas, con címbalos muy resonantes, con arpas y liras.
29 Y sucedió que cuando el arca del pacto del Señor entró en la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, miró por la ventana, y vio al rey David saltando y regocijándose; y lo despreció en su corazón(AP).
La fiesta de los Tabernáculos
7 Después de esto, Jesús andaba por Galilea(A), pues no deseaba andar por Judea porque los judíos(B) lo querían matar(C). 2 La fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos(D), estaba cerca. 3 Por eso los hermanos de Jesús(E) le dijeron: «Sal de aquí, y vete a Judea para que también Tus discípulos(F) vean las obras que Tú haces. 4 Porque nadie hace nada en secreto cuando[a] procura ser conocido en público. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo». 5 Porque ni aun Sus hermanos(G) creían en Él.
6 Entonces Jesús les dijo*: «Mi tiempo aún no ha llegado(H), pero el tiempo de ustedes es siempre oportuno. 7 El mundo no puede odiarlos a ustedes, pero me odia a Mí(I), porque Yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas(J). 8 Suban ustedes a la fiesta; Yo no subo a esta fiesta porque Mi tiempo aún no se ha cumplido(K)».
9 Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.
Jesús sube a la fiesta en secreto
10 Pero cuando Sus hermanos(L) subieron a la fiesta, entonces Jesús también subió; no abiertamente, sino en[b] secreto. 11 Por eso los judíos(M) lo buscaban en la fiesta(N) y decían: «¿Dónde está Ese?».
12 Y había mucha murmuración entre la gente acerca de Él. Unos decían: «Él es bueno». Otros decían: «No, al contrario, extravía a la gente(O)». 13 Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de Él por miedo a los judíos(P).
Jesús enseña durante la fiesta
14 A la mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar(Q). 15 Entonces los judíos(R) se maravillaban, diciendo: «¿Cómo puede Este saber de letras(S) sin haber estudiado?».
16 Jesús entonces les respondió: «Mi enseñanza(T)no es Mía, sino del que me envió. 17 Si alguno está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, sabrá si Mi enseñanza es de Dios o si hablo de Mí mismo(U). 18 El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero Aquel que busca la gloria del que lo envió(V), Él es verdadero y no hay injusticia en Él. 19 ¿No les dio Moisés la ley(W), y sin embargo ninguno de ustedes la cumple[c]? ¿Por qué me quieren matar(X)?».
20 La multitud contestó: «¡Tienes un demonio(Y)! ¿Quién te quiere matar?». 21 Jesús les respondió: «Una sola obra hice(Z)y todos se admiran. 22 Por eso Moisés les ha dado la circuncisión(AA)(no porque sea de Moisés, sino de los padres(AB)), y en el día de reposo ustedes circuncidan al hombre. 23 Y si para no violar la ley de Moisés un hombre recibe la circuncisión aún en el día de reposo(AC), ¿por qué están enojados conmigo porque sané por completo a un hombre en el día de reposo? 24 No juzguen por la apariencia, sino juzguen con[d]juicio justo(AD)».
25 Entonces algunos de Jerusalén decían: «¿No es Este al que procuran matar? 26 Y vean, habla en público y no le dicen nada. ¿No será que en verdad los gobernantes(AE) reconocen que Este es el Cristo[e]? 27 Sin embargo, nosotros sabemos de dónde es Este; pero cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es(AF)».
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