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Old/New Testament

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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
2 Reyes 1-3

Muerte de Ocozías

Después de la muerte de Acab, Moab se rebeló contra Israel(A). En Samaria, Ocozías se cayó por la ventana de su aposento alto, y se enfermó. Entonces envió mensajeros diciéndoles: «Vayan, consulten a Baal Zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de esta enfermedad(B)». Pero el ángel del Señor dijo a Elías el tisbita: «Levántate, sube al encuentro de los mensajeros del rey(C) de Samaria y diles: “¿Acaso no hay Dios en Israel para que ustedes vayan a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón(D)?”. Por tanto, así dice el Señor: “No te levantarás del lecho donde te has acostado, sino que ciertamente morirás(E)”». Entonces Elías se fue.

Cuando los mensajeros volvieron al rey[a], este les dijo: «¿Por qué han vuelto[b]?». Ellos le respondieron: «Un hombre vino a nuestro encuentro y nos dijo: “Vayan, vuelvan al rey que los envió, y díganle: ‘Así dice el Señor: “¿Acaso no hay Dios en Israel para que envíes a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón(F)? Por tanto, no te levantarás del lecho donde te has acostado, sino que ciertamente morirás”’”». Y él rey les preguntó: «¿Qué aspecto tenía el hombre que subió al encuentro de ustedes y les habló estas palabras?». «Era un hombre cubierto de pelo, con un cinturón de cuero ceñido a sus lomos(G)», respondieron ellos. «Es Elías el tisbita», dijo el rey.

Entonces el rey envió un capitán de cincuenta con sus cincuenta hombres a buscarlo. El capitán subió a él(H), y allí estaba Elías sentado en la cumbre del monte, y le dijo: «Hombre de Dios, el rey dice: “Desciende”». 10 Elías respondió al capitán de cincuenta: «Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta(I)». Entonces descendió fuego del cielo, y lo consumió a él y a sus cincuenta(J).

11 De nuevo el rey envió a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta que le habló: «Hombre de Dios, así dice el rey: “Desciende inmediatamente”». 12 «Si yo soy hombre de Dios», respondió Elías, «que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta». Entonces el fuego de Dios descendió del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta.

13 De nuevo el rey le envió al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta. Cuando el tercer capitán de cincuenta subió, vino y se postró de rodillas delante de Elías y le rogó, diciéndole(K): «Hombre de Dios, le ruego que mi vida[c] y la vida[d] de estos cincuenta siervos suyos sean de valor ante sus ojos. 14 Ya que ha descendido fuego del cielo y ha consumido a los dos primeros capitanes de cincuenta con sus cincuenta; pero ahora, sea mi vida preciosa ante sus ojos».

15 Entonces el ángel del Señor dijo a Elías: «Desciende con él y no le tengas miedo(L)». Se levantó Elías y descendió con él a ver al rey(M), 16 y le dijo: «Así dice el Señor: “Por cuanto has enviado mensajeros a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón (¿acaso no hay Dios en Israel para consultar Su palabra(N)?), por tanto no bajarás del lecho al que has subido, sino que ciertamente morirás”».

17 Ocozías murió conforme a la palabra del Señor que Elías había hablado. Y Joram reinó en su lugar durante el año segundo de Joram, hijo de Josafat, rey de Judá(O), porque Ocozías no tenía ningún hijo. 18 Los demás hechos de Ocozías, lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?

Eliseo sucesor de Elías

Y sucedió que cuando el Señor iba a llevarse a Elías al cielo(P) en un torbellino, Elías venía de Gilgal(Q) con Eliseo(R). Y Elías le dijo a Eliseo: «Te ruego que te quedes aquí(S), porque el Señor me ha enviado hasta Betel[e](T)». Pero Eliseo le dijo: «Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti(U)». Así que ambos descendieron a Betel.

Entonces los hijos de los profetas que estaban en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: «¿Sabes que hoy el Señor va a quitarte a tu señor[f](V)?». Y él dijo: «Sí, yo lo sé; cállense». Elías entonces le dijo: «Eliseo, te ruego que te quedes aquí(W), porque el Señor me ha enviado a Jericó(X)». Pero él dijo: «Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti(Y)». Y fueron juntos a Jericó. También los hijos de los profetas que estaban en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: «¿Sabes que hoy el Señor va a quitarte a tu señor[g]?». Y él respondió: «Sí, yo lo sé; cállense(Z)». Entonces Elías le dijo: «Te ruego que te quedes aquí, porque el Señor me ha enviado al Jordán(AA)». Pero Eliseo dijo: «Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti». Y los dos siguieron caminando(AB).

Y cincuenta hombres de los hijos de los profetas fueron y se pararon frente(AC) a ellos, a lo lejos, mientras ellos dos se detuvieron junto al Jordán. Entonces Elías tomó su manto(AD), lo dobló y golpeó las aguas, y estas se dividieron a uno y a otro lado, y los dos pasaron por tierra seca(AE). Cuando ya habían pasado, Elías le dijo a Eliseo: «Pide lo que quieras que yo haga por ti antes de que yo sea separado de ti». Y Eliseo le respondió: «Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí(AF)». 10 Elías le dijo: «Has pedido una cosa difícil. Sin embargo, si me ves cuando sea llevado(AG) de tu lado, así te sucederá; pero si no, no será así.»

11 Mientras ellos iban andando y hablando, de pronto, apareció un carro de fuego y caballos de fuego(AH) que separó a los dos. Y Elías subió al cielo en un torbellino. 12 Eliseo lo vio y clamó: «Padre mío, padre mío, los carros de Israel y su gente de a caballo(AI)». Y no lo vio más. Entonces tomó sus vestidos y los rasgó(AJ) en dos pedazos. 13 También recogió el manto de Elías que se le había caído, y regresó y se paró a la orilla del Jordán. 14 Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: «¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?». Y cuando él golpeó también las aguas, estas[h] se dividieron a uno y a otro lado, y Eliseo pasó(AK).

15 Cuando lo vieron los hijos de los profetas que estaban en Jericó frente a él(AL), dijeron: «El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo». Entonces fueron a su encuentro y se postraron ante él, 16 y le dijeron: «Aquí entre tus siervos hay cincuenta hombres fuertes; te rogamos que los dejes ir a buscar a tu señor; tal vez el Espíritu del Señor lo ha levantado y lo ha echado en algún monte o en algún valle(AM)». Y él dijo: «No los envíen». 17 Pero cuando le insistieron hasta la saciedad(AN), dijo: «Envíenlos». Entonces enviaron cincuenta hombres; y buscaron durante tres días, pero no lo hallaron. 18 Volvieron a Eliseo que se había quedado en Jericó, y él les dijo: «¿No les dije: “No vayan”?».

19 Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: «El emplazamiento de esta ciudad es bueno, como mi señor ve, pero el agua es mala y la tierra estéril». 20 Y él dijo: «Tráiganme una vasija nueva, y pongan sal en ella». Y se la trajeron. 21 Eliseo fue al manantial de las aguas, echó sal en él, y dijo: «Así dice el Señor: “He purificado[i] estas aguas; de allí no saldrá[j] más muerte ni esterilidad(AO)”». 22 Y las aguas han quedado purificadas[k] hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo.

23 Después subió de allí a Betel[l]; y mientras subía por el camino, unos muchachos salieron de la ciudad y se burlaban(AP) de él, diciéndole: «¡Sube, calvo; sube, calvo!». 24 Cuando él miró hacia atrás y los vio, los maldijo(AQ) en el nombre del Señor. Entonces salieron dos osas del bosque y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos. 25 De allí, Eliseo fue al monte Carmelo(AR), y desde allí regresó a Samaria.

Rebelión y derrota de Moab

Joram, hijo de Acab, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria en el año dieciocho de Josafat, rey de Judá(AS); y reinó doce años. Hizo lo malo ante los ojos del Señor, aunque no como su padre y su madre, pues quitó el pilar sagrado de Baal(AT) que su padre había hecho(AU). Sin embargo, se aferró a los pecados de Jeroboam(AV), hijo de Nabat, con los que hizo pecar a Israel(AW), y no se apartó de ellos.

Y Mesa, rey de Moab, era criador de ovejas, y pagaba al rey de Israel 100,000 corderos(AX) y la lana de 100,000 carneros. Pero cuando Acab murió, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel(AY). Y aquel mismo día el rey Joram salió de Samaria y alistó a todo Israel. Y fue y envió palabra a Josafat, rey de Judá, diciendo: «El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Irás conmigo a pelear contra Moab?». Y él respondió: «Subiré. Yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos(AZ)». Y le preguntó: «¿Por qué camino subiremos?». Y Joram respondió: «Por el camino del desierto de Edom».

Entonces el rey de Israel(BA) fue con el rey de Judá(BB) y el rey de Edom(BC); y después de dar un rodeo de siete días de camino, no había agua para el ejército ni para los animales que los seguían. 10 Así que el rey de Israel dijo: «¡Ah! Porque el Señor ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab». 11 Pero Josafat dijo: «¿No hay aquí un profeta del Señor para que consultemos al Señor por medio de él(BD)?». Y uno de los siervos del rey de Israel respondió: «Aquí está Eliseo, hijo de Safat(BE), el que vertía agua en las manos de Elías(BF)». 12 Y Josafat dijo: «La palabra del Señor está con él». Así que el rey de Israel y Josafat y el rey de Edom fueron adonde estaba Eliseo.

13 Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: «¿Qué tengo que ver con usted? Vaya a los profetas de su padre y a los profetas de su madre(BG)». Y el rey de Israel le dijo: «No, porque el Señor ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab». 14 Y Eliseo dijo: «Vive el Señor de los ejércitos, ante quien estoy(BH), que si no fuera por respeto a la presencia de Josafat, rey de Judá, no lo miraría ni lo atendería. 15 Pero tráiganme ahora un músico(BI)».

Y sucedió que mientras el músico tocaba, la mano del Señor vino sobre Eliseo(BJ), 16 y él dijo: «Así dice el Señor: “Hagan en este valle muchas zanjas”. 17 Pues así dice el Señor: “No verán viento, ni verán lluvias; sin embargo ese valle se llenará de agua(BK), y beberán ustedes y sus ganados y sus bestias. 18 Aun esto es poco ante los ojos del Señor(BL); también entregará en manos de ustedes a los moabitas. 19 Ustedes destruirán[m] toda ciudad fortificada y toda ciudad principal, talarán todo árbol bueno, cegarán todas las fuentes de agua y dañarán con piedras todo terreno fértil(BM)”». 20 Y aconteció que por la mañana, a la hora de ofrecer el sacrificio(BN), el agua vino por el camino de Edom, y la tierra se llenó de agua.

21 Y todos los moabitas oyeron que los reyes habían subido a pelear contra ellos. Y convocaron a todos, desde los que podían ponerse armadura[n] en adelante, y se colocaron en la frontera. 22 Se levantaron muy de mañana, y cuando el sol brilló sobre el agua, los moabitas vieron el agua frente a ellos tan roja como la sangre. 23 Entonces dijeron: «Esto es sangre; sin duda los reyes han peleado entre sí, y se han matado unos a otros. Ahora pues, ¡Moab, al despojo!». 24 Pero cuando llegaron al campamento de Israel, los israelitas se levantaron e hirieron a los moabitas, y estos huyeron delante de ellos; y los israelitas invadieron el país matando a los moabitas. 25 Destruyeron las ciudades, y cada uno arrojó su piedra en toda parcela de tierra buena, y las llenaron. Cegaron todas las fuentes de agua y talaron todos los árboles buenos(BO), hasta dejar en Kir Hareset(BP) solo sus piedras; no obstante, los honderos la rodearon y la destruyeron[o]. 26 Al ver el rey de Moab que la batalla arreciaba contra él, tomó consigo 700 hombres que sacaban espada, para abrir brecha hacia el rey de Edom, pero no pudieron. 27 Entonces tomó a su hijo primogénito que había de reinar en su lugar, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. Y hubo gran ira contra los israelitas, quienes se apartaron de allí(BQ) y regresaron a su tierra.

Lucas 24:1-35

La resurrección

24 (A)Pero el primer día de la semana, al rayar el alba, las mujeres vinieron al sepulcro trayendo las especias aromáticas que habían preparado. Encontraron que la piedra había sido removida del sepulcro, y cuando entraron, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús(B).

Aconteció que estando ellas perplejas por esto, de pronto se pusieron junto a ellas dos varones(C) en vestiduras resplandecientes(D). Estando ellas aterrorizadas e inclinados sus rostros a tierra, ellos les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado(E). Acuérdense cómo les habló cuando estaba aún en Galilea(F), diciendo que el Hijo del Hombre debía ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y al tercer día resucitar(G)».

Entonces ellas se acordaron de Sus palabras(H), y regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los once apóstoles y a todos los demás. 10 Eran María Magdalena y Juana(I) y María, la madre de Jacobo[a](J). También las demás mujeres con ellas decían estas cosas a los apóstoles(K). 11 A ellos estas palabras les parecieron como disparates, y no las creyeron(L). 12 Pero Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Inclinándose para mirar adentro, vio* solo[b] las envolturas de lino(M), y se fue a su casa(N) maravillado de lo que había acontecido.

Jesús se manifiesta a dos discípulos

13 Aquel mismo día dos de los discípulos iban a una aldea(O) llamada Emaús, que estaba como a once kilómetros de Jerusalén. 14 Conversaban entre sí acerca de todas estas cosas que habían acontecido. 15 Y mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos. 16 Pero sus ojos estaban velados[c] para que no lo reconocieran(P).

17 Y Él les dijo: «¿Qué discusiones[d]son estas que tienen entre ustedes mientras van andando?». Y ellos se detuvieron, con semblante triste. 18 Uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo: «¿Eres Tú el único visitante en Jerusalén que no sabe[e] las cosas que en ella han acontecido en estos días?». 19 «¿Qué cosas?», les preguntó Jesús. Y ellos le dijeron: «Las referentes a Jesús el Nazareno(Q), que fue un profeta[f](R) poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo los principales sacerdotes y nuestros gobernantes(S) lo entregaron a sentencia de muerte y lo crucificaron. 21 Pero nosotros esperábamos que Él era el que iba a redimir a Israel(T). Además de todo esto, este es el tercer día desde que estas cosas acontecieron. 22 Y[g] también algunas mujeres de entre nosotros nos asombraron; pues cuando fueron de madrugada al sepulcro(U), 23 y al no hallar Su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto una aparición de ángeles que decían que Él vivía. 24 Algunos de los que estaban con nosotros fueron al sepulcro, y lo hallaron tal como también las mujeres habían dicho; pero a Él no lo vieron».

25 Entonces Jesús les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho(V)! 26 ¿No era necesario que el Cristo[h]padeciera todas estas cosas y entrara en Su gloria(W)?».

27 Comenzando por[i] Moisés(X) y continuando con[j] todos los profetas(Y), les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras. 28 Se acercaron a la aldea adonde iban, y Él hizo como que iba más lejos(Z). 29 Y ellos le insistieron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado». Y entró a quedarse con ellos. 30 Al sentarse[k] a la mesa con ellos, Jesús tomó pan, y lo bendijo; y partiéndolo, les dio(AA). 31 Entonces les fueron abiertos los ojos y lo reconocieron(AB); pero Él desapareció de la presencia de ellos. 32 Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría[l] las Escrituras(AC)?».

33 Levantándose en esa misma hora, regresaron a Jerusalén, y hallaron reunidos a los once apóstoles(AD) y a los que estaban con ellos(AE), 34 que decían: «Es verdad que el Señor ha resucitado(AF) y se ha aparecido a Simón(AG)».

35 Y ellos contaban sus experiencias[m] en el camino, y cómo lo habían reconocido al partir el pan(AH).

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