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Old/New Testament

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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
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1 Samuel 17-18

Desafío de Goliat

17 Los filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra(A), y se concentraron en Soco, que pertenece a Judá; y acamparon entre Soco(B) y Azeca(C), en Efes Damim[a](D). Y Saúl y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle de Ela(E), y se pusieron en orden de batalla para enfrentarse a los filisteos. Los filisteos estaban a un lado del monte, e Israel estaba al otro lado del monte, y entre ellos, el valle.

Entonces de los ejércitos de los filisteos salió un campeón llamado Goliat(F), de Gat(G), cuya estatura era de 6 codos y un palmo (casi 3 metros). Tenía un casco de bronce sobre la cabeza y llevaba puesta una cota de malla, y el peso de la cota era de 5,000 siclos (57 kilos) de bronce. Tenía también grebas[b] de bronce en las piernas y una jabalina de bronce(H) colgada entre los hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar(I) y la punta de su lanza pesaba 600 siclos (6.84 kilos) de hierro; y su escudero iba delante de él(J).

Goliat se paró y gritó a las filas de Israel: «¿Para qué han salido a ponerse en orden de batalla? ¿Acaso no soy yo filisteo y ustedes siervos de Saúl(K)? Escojan un hombre y que venga contra[c] mí. Si es capaz de pelear conmigo y matarme[d], entonces seremos sus siervos; pero si yo lo venzo y lo mato[e], entonces ustedes serán nuestros siervos y nos servirán(L)». 10 De nuevo el filisteo dijo: «Hoy desafío a las filas de Israel. Denme un hombre para que luchemos mano a mano[f](M)». 11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, se acobardaron y tuvieron gran temor.

12 David era hijo del[g] efrateo(N) de Belén de Judá(O), llamado Isaí, y este tenía ocho hijos(P). En los días de Saúl, Isaí ya era viejo, avanzado en años entre los hombres. 13 Los tres hijos mayores de Isaí habían ido con[h] Saúl a la guerra. Los nombres de los tres hijos que fueron a la guerra eran: Eliab, el primogénito, Abinadab, el segundo, y Sama, el tercero(Q). 14 David era el menor(R). Los tres mayores siguieron, pues, a Saúl, 15 pero David iba y venía de donde estaba Saúl(S) a Belén para apacentar el rebaño de su padre(T). 16 Durante cuarenta días el filisteo vino mañana y tarde, presentándose en desafío.

17 Y dijo Isaí a su hijo David: «Lleva ahora a tus hermanos un efa (22 litros) de grano tostado y estos diez panes(U), y corre al campamento a donde están tus hermanos. 18 Lleva también estos diez quesos[i] al capitán de los mil(V), y mira a ver cómo están[j] tus hermanos y trae noticias[k] de ellos(W). 19 Porque Saúl y tus hermanos y todos los hombres de Israel están en el valle de Ela, peleando contra los filisteos».

20 Y se levantó David muy de mañana, dejó el rebaño con un guarda, y tomando las provisiones, se fue como Isaí le había mandado. Llegó al perímetro del campamento(X) cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra. 21 E Israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, ejército contra ejército. 22 Entonces David dejó su carga[l] al cuidado[m] del que guardaba el equipaje(Y) y corrió a la línea de combate y entró a saludar a[n] sus hermanos. 23 Mientras hablaba con ellos, el campeón, el filisteo de Gat llamado Goliat, subió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras(Z) de su desafío, y David las oyó. 24 Cuando todos los hombres de Israel vieron a Goliat, huyeron de él, y tenían gran temor. 25 Y los hombres de Israel decían: «¿Han visto a ese hombre que sube? Ciertamente sube para desafiar a Israel. El rey colmará[o] con grandes riquezas al que lo mate[p], le dará su hija(AA) y hará libre[q] en Israel a la casa de su padre».

26 Entonces David preguntó a los que estaban junto a él: «¿Qué harán por el hombre que mate a este filisteo y quite el oprobio de Israel(AB)? ¿Quién es este filisteo incircunciso(AC) para desafiar a los escuadrones(AD) del Dios viviente(AE)?». 27 Y el pueblo le respondió según aquella palabra: «Así se hará al hombre que lo mate(AF)».

28 Eliab, su hermano mayor, oyó cuando él hablaba con los hombres; y se encendió la ira de Eliab contra David, y le dijo(AG): «¿Para qué has descendido acá? ¿Con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la maldad de tu corazón, que has descendido para ver la batalla». 29 Pero David respondió: «¿Qué he hecho yo ahora? ¿No fue solo una pregunta[r]?». 30 Entonces se apartó de su lado hacia otro y preguntó lo mismo[s]; y el pueblo respondió lo mismo que antes[t](AH).

David acepta el reto

31 Cuando se supieron las palabras que David había hablado, se lo dijeron a[u] Saúl, y él lo hizo venir. 32 Y dijo David a Saúl: «No se desaliente el corazón de nadie a causa de él(AI); su siervo irá y peleará con este filisteo(AJ)». 33 Entonces Saúl dijo a David: «Tú no puedes ir contra este filisteo a pelear con él, porque tú eres un muchacho y él ha sido un guerrero desde su juventud(AK)». 34 Pero David respondió a Saúl: «Su siervo apacentaba las ovejas de su padre, y cuando un león o un oso venía y se llevaba un cordero del rebaño, 35 yo salía tras él, lo atacaba[v], y lo rescataba de su boca(AL); y cuando se levantaba contra mí, lo tomaba por la quijada, lo hería y lo mataba. 36 Su siervo ha matado[w] tanto al león como al oso; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente». 37 Y David añadió: «El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este filisteo(AM)». Y Saúl dijo a David: «Ve, y que el Señor sea contigo(AN)». 38 Saúl vistió a David con sus ropas militares, le puso un casco de bronce en la cabeza y lo cubrió con una armadura. 39 David se ciñó la espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no se las había probado antes. Entonces David dijo a Saúl: «No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con[x] ellas». David se las quitó, 40 y tomando su cayado en la mano, escogió[y] del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al filisteo(AO).

Victoria de David y del pueblo

41 El filisteo vino, y se fue acercando a David, con su escudero delante de él. 42 Cuando el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco(AP) porque era un muchacho, rubio[z] y bien parecido(AQ). 43 Y el filisteo dijo a David: «¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos(AR)?». Y el filisteo maldijo a David por sus dioses(AS). 44 También dijo el filisteo a David: «Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo(AT)». 45 Entonces dijo David al filisteo: «Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel(AU), a quien tú has desafiado. 46 El Señor te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra(AV), para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel(AW), 47 y para que toda esta asamblea sepa que el Señor no libra ni con espada ni con lanza(AX); porque la batalla es del Señor y Él los entregará a ustedes en nuestras manos(AY)».

48 Sucedió que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, este[aa] corrió rápidamente hacia el frente de batalla para enfrentarse al filisteo(AZ). 49 David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro.

50 Así venció David al filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; pero no había espada en la mano de David. 51 Entonces David corrió y se puso sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza con ella(BA). Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, huyeron(BB). 52 Y levantándose los hombres de Israel y de Judá, gritaron y persiguieron a los filisteos hasta el[ab] valle y hasta las puertas de Ecrón(BC). Los filisteos muertos estaban tendidos[ac] a lo largo del camino a Saaraim(BD), aun hasta Gat y Ecrón. 53 Los israelitas regresaron de perseguir a los filisteos y saquearon sus campamentos. 54 Entonces David tomó la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén, pero puso sus armas en su tienda.

55 Cuando Saúl vio a David salir contra el filisteo, dijo a Abner, el comandante del ejército: «Abner, ¿de quién es hijo este joven(BE)?». Y Abner dijo: «Por su vida, oh rey, no sé». 56 Y el rey dijo: «Pregunta de quién es hijo el joven». 57 Cuando regresó David de matar[ad] al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó ante Saúl, con la cabeza del filisteo en su mano(BF). 58 Y Saúl le dijo: «Joven, ¿de quién eres hijo?». Y David respondió: «Yo soy hijo de su siervo Isaí el de Belén(BG)».

Amistad de David y Jonatán

18 Y aconteció que cuando David acabó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada al alma de David(BH), y Jonatán lo amó como a sí mismo(BI). Saúl tomó a David aquel día y no lo dejó volver a la casa de su padre(BJ). Entonces Jonatán hizo un pacto con David, porque lo amaba como a sí mismo(BK). Jonatán se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David con sus ropas militares, incluyendo su espada, su arco y su cinturón(BL). David salía adondequiera que Saúl le enviaba, y prosperaba[ae]. Saúl lo puso sobre hombres de guerra, y esto fue agradable a los ojos de todo el pueblo y también a los ojos de los siervos de Saúl.

Envidia de Saúl

Y aconteció que cuando regresaban, al volver David de matar al filisteo, las mujeres de todas las ciudades de Israel salían cantando y danzando al encuentro del rey Saúl, con panderos, con cánticos de júbilo y con instrumentos musicales[af](BM). Las mujeres cantaban mientras tocaban[ag](BN), y decían:

«Saúl ha matado a sus miles(BO),
Y David a sus diez miles(BP)».

Entonces Saúl se enfureció, pues este dicho le desagradó[ah], y dijo: «Han atribuido a David diez miles, pero a mí me han atribuido miles. ¿Y qué más le falta sino el reino(BQ)?». De aquel día en adelante Saúl miró a David con recelo.

10 Y aconteció al día siguiente que un espíritu malo de parte de Dios se apoderó de Saúl(BR), y este deliraba en medio de la casa(BS), mientras David tocaba el arpa con su mano como de costumbre[ai](BT). Saúl tenía la lanza en la mano(BU), 11 y Saúl le arrojó la lanza, pues se dijo: «Clavaré a David en[aj] la pared(BV)». Pero David lo evadió[ak] dos veces.

12 Saúl temía a David(BW), porque el Señor estaba con él(BX) pero Él se había apartado de Saúl(BY). 13 Por tanto, Saúl alejó a David de su presencia[al] nombrándolo capitán de 1,000 hombres; y él salía y entraba al frente de la tropa[am](BZ). 14 David prosperaba[an] en todos sus caminos, porque el Señor estaba con él(CA). 15 Cuando Saúl vio que él prosperaba mucho[ao], le tuvo temor. 16 Pero todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de ellos(CB).

17 Entonces Saúl dijo a David: «Mira, te daré por mujer(CC) a Merab, mi hija mayor, con tal que me seas hombre valiente y pelees las batallas del Señor(CD)». Pues Saúl se decía: «No será mi mano contra él, sino sea contra él la mano de los filisteos(CE)». 18 Y David respondió a Saúl: «¿Quién soy yo, o qué es mi vida, o quién es la familia de mi padre en Israel, para que yo sea yerno del rey(CF)?». 19 Pero llegado el tiempo en que Merab, hija de Saúl, debía ser dada a David, esta fue dada por mujer a Adriel(CG) el meholatita(CH).

20 Mical(CI), la otra hija de Saúl, amaba a David. Cuando se lo informaron a Saúl, el asunto le agradó[ap]. 21 Y Saúl se dijo: «Se la daré para que le sirva de lazo y para que la mano de los filisteos sea contra él(CJ)». Saúl, pues, dijo a David por segunda vez: «Serás mi yerno hoy(CK)». 22 Entonces Saúl ordenó a sus siervos: «Hablen en secreto a David y díganle: “El rey se deleita en ti y todos sus siervos te aman; ahora pues, sé yerno del rey”». 23 Así que los siervos de Saúl hablaron estas palabras a oídos de David. Pero David dijo: «¿Les parece poca cosa llegar a ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de poca estima(CL)?». 24 Y los siervos de Saúl le informaron conforme a[aq] estas palabras que David había hablado. 25 Entonces Saúl dijo: «Así dirán a David: “El rey no desea dote[ar] alguna(CM), sino 100 prepucios de los filisteos, para tomar venganza de los enemigos del rey(CN)”». Pero Saúl pensaba hacer caer a David por mano de los filisteos(CO).

26 Cuando sus siervos contaron a David estas palabras, agradó a David[as] llegar a ser yerno del rey. Y antes que el plazo se cumpliera[at](CP), 27 se levantó David y se fue con[au] sus hombres, y mató[av] a 200 hombres de entre los filisteos(CQ). Entonces David trajo sus prepucios y se los dio[aw] todos al rey a fin de ser yerno del rey(CR). Y Saúl le dio a su hija Mical por mujer. 28 Cuando Saúl vio y comprendió que el Señor estaba con David, y que su hija Mical lo amaba, 29 temió Saúl aún más a David. Y Saúl fue siempre[ax] enemigo de David.

30 Y salían los capitanes de los filisteos a campaña(CS), y sucedía que cada vez que salían, David se comportaba con más sabiduría que todos los siervos de Saúl(CT), por lo cual su nombre era muy estimado.

Lucas 11:1-28

Jesús enseña sobre la oración

11 Aconteció que estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de Sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó también a sus discípulos». (A)Y Él les dijo: «Cuando oren, digan:

[a] Padre, santificado sea Tu nombre.
Venga Tu reino.
-”Danos hoy[b] el pan nuestro de cada día[c](B) .
-”Y perdónanos nuestros pecados,
Porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben(C) .
Y no nos metas[d] en tentación”».

También les dijo: «Supongamos que uno de ustedes[e]tiene un amigo, y va a él a medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha llegado de viaje a mi casa, y no tengo nada que ofrecerle[f]”; y aquel, respondiendo desde adentro, le dice: “No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados[g]; no puedo levantarme para darte nada”. Les digo que aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, no obstante, por su importunidad(D)se levantará y le dará cuanto necesite.

»Así que Yo les digo: (E) pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. 10 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

11 »O supongan que a uno de ustedes que es padre, su hijo le pide[h] pan, ¿acaso le dará una piedra? O si le pide un[i] pescado, ¿acaso le dará una serpiente en lugar del pescado? 12 O si le[j]pide un huevo, ¿acaso le dará un escorpión? 13 Pues si ustedes siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial[k]dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan(F)?».

Jesús y Beelzebú

14 (G)Jesús estaba echando fuera un demonio que era mudo, y cuando el demonio salió, el mudo habló; y las multitudes se maravillaron. 15 Pero algunos de ellos dijeron: «Él echa fuera los demonios por Beelzebú(H), príncipe de los demonios(I)».

16 Y otros, para poner[l] a prueba a Jesús, demandaban de Él una señal[m](J) del cielo. 17 (K)Pero conociendo Él sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma[n], se derrumba. 18 Y si también Satanás(L)está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino? Porque ustedes dicen que Yo echo fuera demonios por Beelzebú(M). 19 Y si Yo echo fuera demonios por Beelzebú(N), ¿por quién los echan fuera los hijos de ustedes? Por tanto, ellos serán sus jueces. 20 Pero si Yo por el dedo de Dios(O)echo fuera los demonios, entonces el reino de Dios ha llegado(P)a ustedes.

21 »Cuando un[o] hombre fuerte, bien armado, custodia su palacio, sus bienes están seguros[p] . 22 Pero cuando uno más fuerte que él lo ataca y lo vence, le quita todas sus armas en las cuales había confiado y distribuye su botín. 23 El que no está a Mi lado, contra Mí está; y el que a Mi lado no recoge, desparrama(Q).

24 (R)Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso; y al no hallarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí”. 25 Y al llegar, la encuentra barrida y arreglada. 26 Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero».

La verdadera dicha

27 Mientras Jesús decía estas cosas, una de las mujeres en la multitud alzó la voz y dijo: «¡Dichosa la matriz[q] que te concibió[r] y los senos que te criaron(S)!». 28 «Al contrario», le contestó Jesús, «dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan(T)».

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