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Old/New Testament

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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
1 Samuel 4-6

Los filisteos derrotan a Israel

La palabra de Samuel llegaba a todo Israel. Cuando Israel salió para enfrentarse en batalla con los filisteos, acampó junto a Ebenezer(A), mientras que los filisteos habían acampado en Afec(B). Los filisteos se pusieron en orden de batalla para enfrentarse a Israel. Entablado el combate, Israel fue derrotado[a] delante de los filisteos, quienes mataron como a 4,000 hombres en el campo de batalla. Cuando el pueblo volvió[b] al campamento, los ancianos de Israel dijeron: «¿Por qué nos ha derrotado hoy el Señor delante de los filisteos(C)? Tomemos con nosotros, de Silo, el arca del pacto del Señor(D), para que vaya en medio de nosotros y nos libre del poder[c] de nuestros enemigos». El pueblo envió gente a Silo, y trajeron de allí el arca del pacto del Señor de los ejércitos que está[d] sobre los querubines(E). Los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios.

Y aconteció que cuando el arca del pacto del Señor entró al campamento, todo Israel gritó con voz tan fuerte que la tierra tembló(F). Al oír los filisteos el ruido del clamor, dijeron: «¿Qué significa el ruido de este gran clamor en el campamento de los hebreos?». Entonces comprendieron que el arca del Señor había llegado al campamento. Y los filisteos tuvieron temor, pues dijeron: «Dios ha venido al campamento». Y añadieron: «¡Ay de nosotros! Porque nada como esto ha sucedido antes(G). ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a los egipcios en el desierto con toda clase de plagas. Cobren ánimo y sean hombres(H), oh filisteos, para que no lleguen a ser esclavos de los hebreos como ellos han sido esclavos de ustedes. Sean hombres, pues, y peleen(I)».

10 Los filisteos pelearon, Israel fue derrotado(J) y cada cual huyó a su tienda(K); la mortandad fue muy grande, pues de Israel cayeron 30,000 soldados de a pie. 11 El arca de Dios fue capturada, y murieron Ofni y Finees(L), los dos hijos de Elí.

Muerte de Elí

12 Y un hombre de Benjamín corrió del campo de batalla, y llegó aquel mismo día a Silo, con sus vestidos rotos y polvo[e] sobre su cabeza(M). 13 Cuando llegó, Elí estaba sentado en su asiento junto al camino esperando ansiosamente[f], porque su corazón temblaba por causa del arca de Dios(N). Así pues, el hombre fue a anunciarlo en la ciudad, y toda la ciudad prorrumpió en gritos. 14 Al oír Elí el ruido de los gritos, dijo: «¿Qué significa el ruido de este tumulto?». Entonces el hombre se acercó apresuradamente y dio la noticia a Elí. 15 Elí tenía 98 años, sus ojos se habían cegado[g] y no podía ver(O). 16 El hombre le dijo a Elí: «Yo soy el que vine del campo de batalla. Hoy escapé del campo de batalla». «¿Cómo fueron las cosas, hijo mío(P)?», preguntó Elí. 17 El que trajo la noticia respondió: «Israel ha huido delante de los filisteos, además ha habido gran matanza entre el pueblo, también han muerto tus dos hijos, Ofni y Finees, y el arca de Dios ha sido tomada». 18 Cuando mencionó el arca de Dios, Elí cayó de su asiento hacia atrás, junto a la puerta(Q), se rompió la nuca y murió, pues[h] era entrado en años y pesaba mucho. Elí había juzgado a Israel durante cuarenta años.

19 Su nuera, la mujer de Finees, estaba encinta y a punto de dar a luz, y al oír la noticia que el arca de Dios había sido tomada y que su suegro y su marido habían muerto, se arrodilló y dio a luz, porque le sobrevinieron los dolores de parto. 20 Al tiempo que moría, las mujeres que estaban junto a ella le dijeron: «No temas, porque has dado a luz un hijo(R)». Ella no respondió ni prestó atención[i]. 21 Pero llamó al niño Icabod[j] y dijo: «¡Se ha ido la gloria de Israel(S)!», por haber sido tomada el arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido(T). 22 Ella dijo: «Se ha ido la gloria de Israel, porque el arca de Dios ha sido tomada».

El arca en manos de los filisteos

Los filisteos tomaron el arca de Dios y la llevaron de Ebenezer(U) a Asdod(V). Entonces los filisteos tomaron el arca de Dios y la introdujeron en el templo[k] de Dagón(W), y la pusieron junto a Dagón. A la mañana siguiente, cuando los de Asdod se levantaron temprano, vieron que Dagón había caído rostro en tierra delante del arca del Señor(X). Así que tomaron a Dagón y lo pusieron otra vez en su lugar(Y). Pero al levantarse temprano al día siguiente, otra vez Dagón había caído rostro en tierra delante del arca del Señor. Y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral; solo el tronco le quedaba a Dagón[l](Z). Por tanto, hasta hoy, ni los sacerdotes de Dagón ni ninguno de los que entran en el templo[m] de Dagón, pisan el umbral(AA) de Dagón en Asdod.

Y la mano del Señor se hizo pesada sobre los de Asdod(AB), y los desoló y los hirió con tumores(AC), tanto a Asdod como a sus territorios. Cuando los hombres de Asdod vieron lo que les sucedía[n], dijeron: «El arca del Dios de Israel no debe quedar con nosotros, pues su mano es dura sobre nosotros y sobre Dagón nuestro dios». Así que enviaron a buscar e hicieron venir[o] a todos los príncipes de los filisteos(AD), y les dijeron: «¿Qué haremos con el arca del Dios de Israel?». «Que se traslade el arca del Dios de Israel a Gat», respondieron ellos. Y trasladaron el arca del Dios de Israel. Pero después que la habían trasladado, la mano del Señor estuvo contra la ciudad causando gran confusión(AE); e hirió a los hombres de la ciudad, desde el menor hasta el mayor, saliéndoles tumores(AF). 10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Y sucedió que cuando el arca de Dios llegó a Ecrón, los ecronitas clamaron y dijeron: «Han traído el arca del Dios de Israel hasta nosotros[p] para matarnos a nosotros[q] y a nuestro[r] pueblo».

11 Por tanto, mandaron reunir a todos los príncipes de los filisteos, y les dijeron: «Saquen de aquí[s] el arca del Dios de Israel(AG), y que vuelva a su sitio, para que no nos mate a nosotros[t] y a nuestro pueblo». Porque había un pánico mortal por toda la ciudad; la mano de Dios se hizo muy pesada allí(AH). 12 Y los hombres que no murieron fueron heridos con tumores, y el clamor de la ciudad subió hasta el cielo(AI).

Los filisteos devuelven el arca

El arca del Señor había estado siete meses en la tierra[u] de los filisteos. Entonces los filisteos llamaron a los sacerdotes y a los adivinos(AJ) y les preguntaron: «¿Qué haremos con el arca del Señor? Dígannos cómo[v] la hemos de enviar a su lugar». Y ellos contestaron: «Si envían el arca del Dios de Israel, no la envíen vacía(AK); sino que ciertamente devolverán a Dios una ofrenda por la culpa(AL). Entonces serán sanados y sabrán por qué Su mano no se ha apartado de ustedes».

Y los filisteos preguntaron: «¿Cuál será la ofrenda por la culpa que le hemos de devolver?». Y ellos dijeron: «Cinco tumores de oro(AM) y cinco ratones de oro conforme al número de los príncipes de los filisteos(AN), porque la misma plaga estuvo sobre todos ustedes y sobre sus príncipes. Harán, pues, semejanzas de sus tumores, y semejanzas de sus ratones que asolan la tierra, y darán gloria al Dios de Israel(AO). Tal vez Él alivie Su mano de sobre ustedes(AP), de sobre sus dioses y de sobre su tierra(AQ). ¿Por qué entonces endurecen sus corazones, como endurecieron sus corazones los egipcios y Faraón(AR)? Cuando Él los trató severamente, ¿no dejaron ir al pueblo[w], y ellos se fueron(AS)?

»Ahora pues, tomen y preparen un carro nuevo(AT) y dos vacas con crías sobre las cuales no se haya puesto ningún yugo(AU). Aten las vacas al carro y lleven sus becerros a casa, lejos de ellas. Tomen el arca del Señor y colóquenla en el carro; y pongan en una caja a su lado los objetos de oro(AV) que le entregarán como ofrenda por la culpa(AW). Luego, déjenla ir, y que se vaya. Y observen bien: si sube por el camino de su territorio[x] a Bet Semes(AX), entonces Él nos ha hecho este gran mal. Pero si no, entonces sabremos que no fue Su mano la que nos hirió(AY); nos sucedió por casualidad».

10 Entonces los hombres lo hicieron así. Tomaron dos vacas con crías, las ataron al carro y encerraron sus becerros en casa. 11 Colocaron el arca del Señor en el carro, y la caja con los ratones de oro y las semejanzas de sus tumores. 12 Y las vacas tomaron el camino recto en dirección[y] a Bet Semes(AZ). Iban por el camino(BA), mugiendo mientras iban, y no se desviaron ni a la derecha ni a la izquierda. Los príncipes de los filisteos las siguieron hasta el límite de Bet Semes. 13 El pueblo de Bet Semes estaba segando el[z] trigo en el valle, y alzaron sus ojos y, al ver el arca, se alegraron al verla.

14 El carro llegó al campo de Josué el betsemita y se detuvo allí donde había una gran piedra; y ellos partieron la madera del carro y ofrecieron las vacas en holocausto al Señor(BB). 15 Los levitas bajaron el arca del Señor y la caja que estaba con ella, en la cual estaban los objetos de oro, y las colocaron sobre la piedra grande(BC). Entonces los hombres de Bet Semes ofrecieron holocaustos e hicieron sacrificios aquel día al Señor. 16 Cuando los cinco príncipes de los filisteos vieron esto, regresaron a Ecrón(BD) el mismo día.

17 Estos son los tumores de oro que los filisteos entregaron como ofrenda por la culpa al Señor(BE): uno por Asdod, uno por Gaza, uno por Ascalón, uno por Gat y uno por Ecrón; 18 y ratones de oro conforme al número de todas las ciudades de los filisteos que pertenecían a los cinco príncipes, tanto de ciudades fortificadas como de aldeas sin murallas(BF). La piedra grande[aa] sobre la cual colocaron el arca del Señor es testigo hasta el día de hoy en el campo de Josué el betsemita(BG).

19 El Señor hirió a los hombres de Bet Semes porque habían mirado dentro del arca del Señor. De todo el pueblo hirió a 50,070 hombres, y el pueblo lloró porque el Señor había herido al pueblo con gran mortandad(BH). 20 Y los hombres de Bet Semes dijeron: «¿Quién puede estar delante del Señor, este Dios santo(BI)? ¿Y a quién subirá al alejarse de nosotros?». 21 Entonces enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat Jearim(BJ) y les dijeron: «Los filisteos han devuelto el arca del Señor; desciendan, y llévenla con ustedes».

Lucas 9:1-17

Misión de los doce

Reuniendo Jesús a los doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios(A) y para sanar enfermedades. Los envió a proclamar el reino de Dios(B) y a sanar a los enfermos. Y les dijo: «(C)No tomen nada para el camino, ni bordón, ni alforja[a], ni pan, ni dinero; ni tengan dos túnicas cada uno(D). En cualquier casa donde entren, quédense allí, y sea de allí su salida. En cuanto a los que no los reciban, al salir de esa ciudad, sacudan el polvo de sus pies en testimonio contra ellos(E)».

Entonces salieron, e iban por las aldeas anunciando(F) el evangelio y sanando por todas partes.

Herodes oye hablar de Jesús

(G)Herodes el tetrarca(H) se enteró de todo lo que estaba pasando, y estaba muy perplejo, porque algunos decían que Juan(I) había resucitado de entre los muertos, otros, que Elías había aparecido, y otros, que algún profeta(J) de los antiguos había resucitado. Entonces Herodes dijo: «A Juan yo lo hice decapitar; ¿quién es, entonces, Este de quien oigo tales cosas?». Y procuraba ver a Jesús(K).

Alimentación de los cinco mil

10 Cuando los apóstoles regresaron, dieron cuenta a Jesús de todo lo que habían hecho(L). Y (M)tomándolos con Él, se retiró aparte a una ciudad llamada Betsaida(N). 11 Pero cuando la gente[b] se dio cuenta de esto, lo siguió; y Jesús, recibiéndolos, les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que tenían necesidad de ser curados.

12 El día comenzaba a declinar, y acercándose los doce, le dijeron: «Despide a la multitud, para que vayan a las aldeas y campos de los alrededores, y hallen alojamiento y consigan alimentos[c]; porque aquí estamos en un lugar desierto». 13 «Denles ustedes de comer», les dijo Jesús. Y ellos dijeron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces, a no ser que vayamos y compremos alimentos para toda esta gente». 14 Porque había como 5,000 hombres. Y Jesús dijo a Sus discípulos: «Hagan que se recuesten en grupos(O)como de cincuenta cada uno».

15 Así lo hicieron, haciendo recostar a todos. 16 Tomando Él los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, los bendijo, los partió y los iba dando a los discípulos para que los sirvieran a[d] la gente. 17 Todos comieron y se saciaron; y se recogieron de lo que les sobró de los pedazos: doce cestas llenas(P).

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