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Old/New Testament

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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
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Jueces 4-6

Débora y Barac

Después que Aod murió, los israelitas volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor(A). Y el Señor los vendió en mano de Jabín, rey de Canaán, que reinaba en Hazor(B). El comandante de su ejército era Sísara, que vivía en Haroset Goyim(C). Entonces los israelitas clamaron al Señor, porque Jabín[a] tenía 900 carros de hierro(D) y había oprimido duramente a los israelitas durante veinte años.

Débora, profetisa, mujer de Lapidot, juzgaba a Israel en aquel tiempo. Ella se sentaba[b] debajo de la palmera de Débora entre Ramá y Betel(E), en la región montañosa de Efraín; y los israelitas subían a ella a pedir juicio. Ella mandó llamar a Barac(F), hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: «Esto ha ordenado[c] el Señor, Dios de Israel: “Ve, marcha al monte Tabor y lleva contigo a 10,000 hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón. Y yo atraeré hacia ti a Sísara, comandante del ejército de Jabín, con sus carros y sus muchas tropas[d] hacia el torrente Cisón, y lo entregaré en tus manos(G)”».

Barac le respondió: «Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no vas conmigo, no iré». «Ciertamente iré contigo», le dijo Débora. «Sin embargo, el honor no será tuyo en la jornada que vas a emprender, porque el Señor venderá a Sísara en manos de una mujer(H)». Entonces Débora se levantó y fue con Barac a Cedes. 10 Barac convocó a Zabulón(I) y a Neftalí en Cedes, y subieron con él[e] 10,000 hombres(J). Débora también subió con él.

11 Heber el quenita(K) se había separado de los quenitas, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda cerca de la encina en Zaanaim(L), que está junto a Cedes.

Derrota y muerte de Sísara

12 Avisaron a Sísara que Barac, hijo de Abinoam, había subido al monte Tabor. 13 Y juntó Sísara todos sus carros, 900 carros de hierro(M), y a toda la gente que estaba con él, desde Haroset Goyim(N) hasta el torrente Cisón. 14 Entonces Débora dijo a Barac: «¡Levántate! Porque este es el día en que el Señor ha entregado a Sísara en tus manos. Ya que el Señor ha salido delante de ti[f](O)». Bajó, pues, Barac del monte Tabor seguido de 10,000 hombres.

15 El Señor derrotó[g] a Sísara, con todos sus carros y todo su ejército(P), a filo de espada delante de Barac. Y Sísara bajó de su carro, y huyó a pie. 16 Barac persiguió los carros y el ejército hasta Haroset Goyim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada. No quedó ni uno(Q).

17 Pero Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el quenita. Porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el quenita. 18 Jael salió al encuentro de Sísara, y le dijo: «Venga[h], señor mío, venga[i] a mí; no tema». Y él fue[j] hacia ella a la tienda, y ella lo cubrió con una manta. 19 Y él le dijo: «Te ruego que me des a beber un poco de agua, porque tengo sed». Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber(R); entonces lo cubrió. 20 Y él le dijo: «Ponte a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta: “¿Hay alguien aquí?”, tú responderás: “No”».

21 Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda y tomando[k] en la mano un martillo, se le acercó silenciosamente y le clavó la estaca en las sienes(S), la cual penetró en la tierra, pues él estaba profundamente dormido y agotado, y murió. 22 Y cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael salió a su encuentro, y le dijo: «Ven, y te mostraré al hombre que buscas». Y él entró con[l] ella, y vio que Sísara estaba tendido, muerto con la estaca en la sien.

23 Así sometió Dios en aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los israelitas(T). 24 Y la mano de los israelitas se hizo más y más dura[m] sobre Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron[n].

Cántico de Débora y Barac

Entonces Débora y Barac, hijo de Abinoam, cantaron en aquel día(U) y dijeron:

«¡Por haberse puesto al frente los jefes[o] en Israel(V),
Por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente(W),
Bendigan al Señor!
-»¡Oigan, reyes; presten oído, príncipes!
Yo al Señor, yo cantaré,
Cantaré alabanzas al Señor, Dios de Israel(X).
Señor, cuando saliste de Seir(Y),
Cuando marchaste del campo de Edom,
La tierra tembló, también cayeron gotas del cielo[p],
Y las nubes destilaron agua(Z).
-»Los montes se estremecieron[q] ante la presencia del Señor(AA),
Aquel[r] Sinaí, ante la presencia del Señor, Dios de Israel(AB).
¶»En los días de Samgar, hijo de Anat(AC),
En los días de Jael(AD), quedaron desiertos[s] los caminos,
Y los viajeros andaban por sendas tortuosas.
-»Se habían terminado los campesinos, se habían terminado en Israel,
Hasta que yo, Débora, me levanté,
Hasta que me levanté, como madre en Israel.
-»Habían escogido nuevos dioses(AE);
Entonces la guerra estaba a las puertas.
No se veía escudo ni lanza
Entre 40,000 en Israel.
-»Mi corazón está con[t] los jefes de Israel,
Los voluntarios entre el pueblo.
¡Bendigan al Señor(AF)!
10 -»Ustedes que cabalgan en asnas(AG) blancas,
Que se sientan en ricos tapices,
Que viajan por el camino, canten[u].
11 -»Al sonido de los que dividen las manadas entre los abrevaderos(AH),
Allí repetirán los actos de justicia del Señor(AI),
Los actos de justicia para con Sus campesinos en Israel.
Entonces el pueblo del Señor descendió a las puertas(AJ).
12 ¶»Despierta, despierta(AK), Débora.
Despierta, despierta, entona un cántico.
Levántate, Barac, y lleva a tus cautivos(AL), hijo de Abinoam.
13 -»Entonces los sobrevivientes descendieron sobre los nobles.
El pueblo del Señor vino a mí como guerreros.
14 -»De Efraín descendieron los arraigados[v] en Amalec(AM),
En pos de ti, Benjamín, con tus pueblos.
De Maquir descendieron jefes,
Y de Zabulón los que manejan vara de mando[w].
15 -»Los[x] príncipes de Isacar estaban con Débora;
Como estaba Isacar, así estaba Barac(AN).
Al valle se apresuraron pisándole los talones[y].
Entre las divisiones de Rubén
Había grandes resoluciones de corazón.
16 -»¿Por qué te sentaste entre los rediles(AO),
Escuchando los toques de flauta para los rebaños?
Entre las divisiones de Rubén
Había grandes indecisiones de corazón.
17 -»Galaad se quedó[z] al otro lado del Jordán(AP).
¿Y por qué se quedó Dan en las naves?
Aser se sentó a la orilla del mar,
Y se quedó[aa] junto a sus puertos.
18 -»Zabulón(AQ) era pueblo que despreció su vida hasta la muerte.
Y también Neftalí, en las alturas del campo.
19 ¶»Vinieron los reyes y pelearon(AR);
Pelearon entonces los reyes de Canaán
En Taanac(AS), cerca de las aguas de Meguido.
No tomaron despojos de plata(AT).
20 -»Desde los cielos las estrellas pelearon(AU),
Desde sus órbitas pelearon contra Sísara.
21 -»El torrente Cisón los barrió,
El antiguo torrente, el torrente Cisón.
Marcha, alma mía con poder(AV).
22 -»Entonces resonaron[ab] los cascos de los caballos
Por el galopar, el galopar de sus valientes corceles[ac](AW).
23 “Maldigan a Meroz”, dijo el ángel del Señor,
“Maldigan, maldigan a sus moradores;
Porque no vinieron en ayuda del Señor,
En ayuda del Señor contra los guerreros(AX)”.
24 ¶»Bendita entre las mujeres es Jael,
Mujer de Heber el quenita;
Bendita sea entre las mujeres de la tienda.
25 -»Él pidió agua, y ella le dio leche.
En taza de nobles le trajo cuajada[ad].
26 -»Extendió ella la mano hacia la estaca de la tienda,
Y su diestra hacia el martillo de trabajadores.
Entonces golpeó a Sísara, desbarató su cabeza.
Destruyó y perforó sus sienes(AY).
27 -»A[ae] sus pies él se encorvó, cayó, quedó tendido;
A[af] sus pies se encorvó y cayó.
Donde se encorvó, allí quedó muerto[ag].
28 ¶»Miraba por la ventana y se lamentaba
La madre de Sísara, por entre la celosía[ah]:
“¿Por qué se tarda en venir su carro?
¿Por qué se retrasa el trotar[ai] de sus carros?”.
29 -»Sus sabias princesas le respondían,
Aun a sí misma ella repite sus palabras:
30 “¿Acaso no han hallado el botín(AZ) y se lo están repartiendo?
¿Una doncella, dos doncellas para cada guerrero.
Para Sísara un botín de tela de colores,
Un botín de tela de colores bordada,
Tela de colores de doble bordadura en el cuello del victorioso[aj]?”.
31 -»Así perezcan todos Tus enemigos, oh Señor(BA).
Pero sean los que te aman como la salida del sol en toda su fuerza(BB)».

Y el país tuvo descanso por cuarenta años.

Opresión de Israel por los madianitas

Entonces los israelitas hicieron lo malo ante los ojos del Señor(BC), y el Señor los entregó en manos de Madián(BD) por siete años. Y el poder[ak] de Madián prevaleció sobre Israel. Por causa de los madianitas, los israelitas se hicieron escondites en las montañas y en las cavernas y en los lugares fortificados(BE).

Porque sucedía que cuando los hijos de Israel sembraban, los madianitas venían[al] con los amalecitas y los hijos del oriente y subían contra ellos. Acampaban frente a ellos y destruían el producto de la tierra(BF) hasta[am] Gaza, y no dejaban sustento alguno en Israel, ni oveja, ni buey, ni asno(BG). Porque subían con su ganado y sus tiendas, y entraban como langostas en multitud(BH). Tanto ellos como sus camellos eran innumerables, y entraban en la tierra para devastarla. Así fue empobrecido(BI) Israel en gran manera por causa de Madián, y los israelitas clamaron al Señor.

Cuando los israelitas clamaron al Señor a causa de Madián, el Señor envió un profeta a los israelitas que les dijo: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Fui Yo el que los hice subir a ustedes de Egipto, y los saqué de la casa de servidumbre[an](BJ). Los libré de la mano de los egipcios y de la mano de todos sus opresores. Los desalojé delante de ustedes, les di su tierra, 10 y les dije: ‘Yo soy el Señor su Dios. No temerán[ao] a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitan(BK). Pero ustedes no me han obedecido[ap]’”».

Llamamiento de Gedeón

11 Entonces vino el ángel del Señor(BL) y se sentó debajo de la encina[aq] que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás de Abiezer(BM). Y su hijo Gedeón(BN) estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo[ar] de los madianitas. 12 Y el ángel del Señor se le apareció, y le dijo: «El Señor está contigo, valiente guerrero».

13 Entonces Gedeón le respondió: «Ah, señor mío, si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? ¿Y dónde están todas Sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo: “¿No nos hizo el Señor subir de Egipto?”. Pero ahora el Señor nos ha abandonado, y nos ha entregado en mano[as] de los madianitas(BO)». 14 Y el Señor lo miró[at], y le dijo: «Ve con esta tu fuerza(BP), y libra a Israel de la mano[au] de los madianitas. ¿No te he enviado Yo?».

15 «Ah Señor», le respondió Gedeón, «¿cómo[av] libraré a Israel(BQ)? Mi familia es la más pobre en Manasés(BR), y yo el menor de la casa de mi padre». 16 Pero el Señor le dijo: «Ciertamente Yo estaré contigo(BS), y derrotarás[aw] a Madián como a un solo hombre».

17 Y Gedeón le dijo: «Si he hallado gracia ante Tus ojos, muéstrame una señal de que eres Tú el que hablas conmigo(BT). 18 Te ruego que no te vayas de aquí hasta que yo vuelva a Ti, y traiga mi ofrenda y la ponga delante de Ti». «Me quedaré hasta que vuelvas», le respondió el Señor.

19 Y Gedeón entró y preparó un cabrito y pan sin levadura con un efa de harina (22 litros). Puso la carne en una cesta y[ax] el caldo en un caldero, y los llevó y se los presentó al ángel debajo de la encina[ay](BU). 20 Y el ángel de Dios le dijo: «Toma la carne y el pan sin levadura, ponlos sobre esta peña y derrama el caldo». Y así lo hizo Gedeón. 21 Entonces el ángel del Señor extendió la punta de la vara que estaba en su mano y tocó la carne y el pan sin levadura. Y subió fuego de la roca que consumió la carne y el pan sin levadura(BV). Y el ángel del Señor desapareció[az] de su vista.

22 Al ver Gedeón que era el ángel del Señor, dijo[ba]: «¡Ay de mí, Señor Dios[bb]! Porque ahora he visto al ángel del Señor cara a cara(BW)». 23 Y el Señor le dijo: «La paz sea contigo. No temas; no morirás». 24 Y Gedeón edificó allí un altar al Señor y lo llamó El Señor es Paz[bc], el cual permanece en Ofra de Abiezer hasta hoy(BX).

Destrucción del altar de Baal

25 Aquella misma noche el Señor le dijo: «Toma el novillo de tu padre y otro[bd] novillo de siete años. Derriba el altar de Baal que pertenece a tu padre y corta la Asera[be](BY) que está junto a él. 26 Edifica después, en debida forma, un altar al Señor tu Dios sobre la cumbre de este peñasco. Toma el segundo novillo y ofrece holocausto con la leña de la Asera que has cortado». 27 Gedeón tomó diez hombres de sus siervos e hizo como el Señor le había dicho. Pero como temía mucho a la casa de su padre y a los hombres de la ciudad para hacer esto de día, lo hizo de noche.

28 Cuando los hombres de la ciudad se levantaron temprano en la mañana, vieron que el altar de Baal había sido derribado y cortada la Asera que estaba junto a él, y que el segundo novillo había sido ofrecido en el altar que se había edificado. 29 Y se dijeron unos a otros: «¿Quién ha hecho esto?». Y cuando buscaron e investigaron, dijeron: «Gedeón, hijo de Joás, ha hecho esto». 30 Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: «Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal, y también ha cortado la Asera que estaba a su lado».

31 Pero Joás dijo a todos los que estaban contra él: «¿Lucharán ustedes por Baal, o lo librarán? A cualquiera que luche por él, se le dará muerte antes de llegar la mañana. Si es un dios, que luche por sí mismo, porque alguien ha derribado su altar». 32 Por tanto, aquel día Gedeón[bf] fue llamado Jerobaal(BZ), es decir, que Baal luche contra él, porque había derribado su altar.

33 Todos los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente se reunieron, y cruzaron y acamparon en el valle de Jezreel(CA). 34 Y el Espíritu del Señor vino sobre[bg](CB) Gedeón, y este tocó la trompeta(CC) y los de Abiezer se juntaron para seguirlo. 35 Envió mensajeros por todo Manasés, que también se juntó para seguirlo. Y envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí(CD), que subieron a su encuentro(CE).

La prueba del vellón

36 Entonces Gedeón dijo a Dios: «Si has de librar a Israel por mi mano(CF), como has dicho, 37 voy a poner un vellón de lana en la era. Si hay rocío solamente en el vellón y toda la tierra queda seca, entonces sabré que librarás a Israel por mi mano, como has dicho». 38 Y así sucedió. Cuando se levantó temprano en la mañana, exprimió el vellón y escurrió el rocío del vellón, un tazón lleno de agua. 39 Y Gedeón dijo a Dios: «No se encienda Tu ira(CG) contra mí si hablo otra vez. Te ruego que me permitas hacer otra vez una prueba con el vellón. Que ahora quede seco el vellón y haya rocío en toda la tierra». 40 Así lo hizo Dios aquella noche, porque solamente quedó seco el vellón y había rocío en toda la tierra.

Lucas 4:31-44

Jesús enseña en Capernaúm

31 Jesús descendió a Capernaúm(A), ciudad de Galilea, (B)y les enseñaba en los días de reposo. 32 Todos se admiraban de Su enseñanza(C) porque Su mensaje[a] era con autoridad(D). 33 Y había en la sinagoga un hombre poseído por el espíritu[b] de un demonio inmundo, y gritó a gran voz: 34 «Déjanos. ¿Qué tienes que ver con nosotros[c](E), Jesús de Nazaret[d]? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién Tú eres: el Santo de Dios(F)».

35 Jesús entonces lo reprendió(G), diciendo: «¡Cállate y sal de él!». Y después que el demonio lo derribó en medio de ellos, salió de él sin hacerle ningún daño. 36 Todos se quedaron asombrados[e], y discutían entre sí: «¿Qué mensaje es este? Porque[f] con autoridad(H) y poder manda a los espíritus inmundos y salen». 37 Y Su fama[g] se divulgaba por todos los lugares de aquella región(I).

Jesús sana a la suegra de Simón y a muchos otros

38 (J)Levantándose, Jesús salió de la sinagoga y entró en casa de Simón. La suegra de Simón se hallaba sufriendo con una fiebre muy alta(K), y le rogaron por ella. 39 Inclinándose sobre ella, Jesús reprendió(L) la fiebre y la fiebre la dejó; al instante ella se levantó y les servía.

40 (M)Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades(N) se los llevaban a Él; y poniendo las manos(O) sobre cada uno de ellos, los sanaba(P). 41 También de muchos salían demonios, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios(Q)!». Pero, reprendiéndolos(R), no les permitía hablar, porque sabían que Él era el Cristo[h](S).

Jesús recorre otras ciudades

42 (T)Cuando se hizo de día, Jesús salió y se fue a un lugar solitario. Las multitudes lo buscaban, y llegaron adonde Él estaba y procuraban detener a Jesús para que no se separara de ellos. 43 Pero Él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar las buenas nuevas[i]del reino de Dios, porque para esto(U)Yo he sido enviado».

44 Y predicaba en las sinagogas de los judíos[j](V).

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