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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Josué 4-6

Doce piedras conmemorativas

Cuando todo el pueblo acabó de pasar el Jordán(A), el Señor le dijo a Josué: «Escojan doce hombres del pueblo, uno de cada tribu(B), y ordénenles: “Tomen doce piedras de aquí, de en medio del Jordán, del lugar donde los pies de los sacerdotes están firmes, y llévenlas con ustedes y colóquenlas en el lugar donde han de pasar la noche(C)”».

Josué llamó a los doce hombres que había señalado de entre los israelitas, uno de cada tribu; y Josué les dijo: «Pasen delante del arca[a] del Señor su Dios al medio del Jordán, y alce cada uno una piedra sobre su hombro, de acuerdo con el número de las tribus de los israelitas. Sea esto[b] una señal entre ustedes, y más tarde[c] cuando sus hijos pregunten: “¿Qué significan estas piedras para ustedes(D)?”, entonces les responderán: “Es que las aguas del Jordán quedaron cortadas delante del arca del pacto del Señor. Cuando esta pasó el Jordán, las aguas del Jordán quedaron cortadas(E)”. Así que estas piedras servirán como recuerdo a los israelitas para siempre(F)».

Así lo hicieron los israelitas, tal como Josué ordenó, y alzaron doce piedras de en medio del Jordán, como el Señor dijo a Josué, según el número de las tribus de los israelitas. Las llevaron consigo al lugar donde acamparon y allí las depositaron(G). Entonces Josué colocó doce piedras(H) en medio del Jordán, en el lugar donde habían estado los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto, y allí permanecen hasta hoy.

10 Porque los sacerdotes que llevaban el arca estuvieron parados en medio del Jordán hasta que se cumpliera todo lo que el Señor había mandado a Josué que dijera al pueblo, de acuerdo con todo lo que Moisés había mandado a Josué. Y el pueblo se apresuró y pasó. 11 Cuando todo el pueblo había acabado de pasar, el arca del Señor y los sacerdotes pasaron delante del pueblo.

12 Los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés pasaron en orden de batalla delante de los israelitas(I), tal como Moisés les había dicho. 13 Como 40,000 equipados para la guerra, pasaron delante del Señor hacia los llanos de Jericó, listos para la batalla. 14 Aquel día el Señor engrandeció a Josué ante los ojos de todo Israel; y le temieron[d], tal como habían temido[e] a Moisés todos los días de su vida(J).

15 Entonces el Señor habló a Josué: 16 «Ordena a los sacerdotes que llevan el arca del testimonio(K) que suban del Jordán». 17 Josué dio órdenes a los sacerdotes y les dijo: «Suban del Jordán». 18 Y cuando los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del Señor subieron de en medio del Jordán, y las plantas de los pies de los sacerdotes salieron[f] a tierra seca, las aguas del Jordán volvieron a su lugar y corrieron sobre todas sus riberas como antes.

Las piedras erigidas en Gilgal

19 El pueblo subió del Jordán el día diez del mes primero(L) y acamparon en Gilgal al lado oriental de Jericó. 20 Y aquellas[g] doce piedras que habían sacado del Jordán(M), Josué las erigió en Gilgal(N).

21 Entonces habló a los israelitas: «Cuando sus hijos pregunten a sus padres el día de mañana: “¿Qué significan estas piedras?”, 22 ustedes se lo explicarán a sus hijos y les dirán: “Israel cruzó este Jordán en tierra seca(O)”. 23 Porque el Señor su Dios secó las aguas del Jordán delante de ustedes hasta que pasaron, tal como el Señor su Dios había hecho al mar Rojo[h], el cual Él secó delante de nosotros hasta que pasamos(P), 24 para que todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano del Señor es poderosa(Q), a fin de que ustedes teman[i] al Señor su Dios para siempre[j](R)».

Circuncisión de los israelitas y primera Pascua en Canaán

Cuando todos los reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán hacia el occidente, y todos los reyes de los cananeos que estaban junto al mar(S), oyeron cómo el Señor había secado las aguas del Jordán delante de los israelitas hasta que ellos habían[k] pasado, sus corazones se acobardaron, y ya no había ánimo en ellos a causa de los israelitas(T).

En aquel tiempo el Señor dijo a Josué: «Hazte cuchillos de pedernal(U) y vuelve a hacer la circuncisión, por segunda vez, a los israelitas». Entonces Josué hizo cuchillos de pedernal y circuncidó a los israelitas en la colina de Aralot[l]. Esta es la razón por la cual Josué los circuncidó: todos los del pueblo que salieron de Egipto que eran varones, todos los hombres de guerra, murieron en el desierto, por el camino(V), después que salieron de Egipto. Porque todos los del pueblo que salieron fueron circuncidados, pero todos los del pueblo que nacieron en el desierto, por el camino, después de salir de Egipto, no habían sido circuncidados. Pues los israelitas anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que pereció[m] toda la nación, es decir, los hombres de guerra que salieron de Egipto(W), porque no escucharon la voz del Señor. A ellos el Señor les juró que no les permitiría ver la tierra que el Señor había jurado a sus padres que nos daría(X), una tierra que mana leche y miel.

Y a los hijos de ellos, que Él levantó en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no los habían circuncidado en el camino. Cuando terminaron de circuncidar a toda la nación, permanecieron en sus lugares en el campamento hasta que sanaron[n].

Entonces el Señor dijo a Josué: «Hoy he quitado[o] de ustedes el oprobio(Y) de Egipto». Por eso aquel lugar se ha llamado Gilgal[p] hasta hoy. 10 Estando los israelitas acampados en Gilgal, celebraron la Pascua en la noche del día catorce del mes(Z) en los llanos de Jericó(AA).

11 El día[q] después de la Pascua, ese[r] mismo día, comieron del producto de la tierra, panes sin levadura y cereal tostado. 12 El maná cesó el día[s] después que habían comido del producto de la tierra, y los israelitas no tuvieron más maná, sino que comieron del producto de la tierra de Canaán(AB) durante aquel año.

El capitán del ejército del Señor

13 Cuando Josué estaba ya cerca de Jericó, levantó los ojos y vio que un hombre estaba frente a él con una espada desenvainada en la mano(AC), y Josué fue hacia él y le dijo: «¿Es usted de los nuestros o de nuestros enemigos?». 14 «No», respondió; «más bien yo vengo ahora como capitán del ejército del Señor». Y Josué se postró en tierra, le hizo reverencia[t](AD), y dijo: «¿Qué tiene que decirle mi señor a su siervo?». 15 Entonces el capitán del ejército del Señor dijo a Josué: «Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar donde estás es santo(AE)». Y así lo hizo Josué.

La conquista de Jericó

Jericó estaba muy bien cerrada por miedo a los israelitas. Nadie salía ni entraba. Pero el Señor dijo a Josué: «Mira, he entregado en tu mano a Jericó, y a su rey(AF) con sus valientes guerreros. Ustedes marcharán alrededor de la ciudad, todos los hombres de guerra rodeando la ciudad una vez. Así lo harás por seis días.

»Siete sacerdotes llevarán siete trompetas de cuerno de carnero(AG) delante del arca. Al séptimo día ustedes marcharán alrededor de la ciudad siete veces, y los sacerdotes tocarán las trompetas. Y sucederá que cuando toquen un sonido prolongado con el cuerno de carnero, y ustedes oigan el sonido de la trompeta, todo el pueblo gritará a gran voz, y la muralla de la ciudad se vendrá abajo[u]. Entonces el pueblo subirá, cada hombre derecho hacia adelante[v]».

Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes, y les dijo: «Tomen el arca del pacto, y que siete sacerdotes lleven siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca del Señor». Entonces dijo[w] al pueblo: «Pasen, y marchen alrededor de la ciudad, y que los hombres armados vayan delante del arca del Señor».

Después que Josué había hablado al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante del Señor, se adelantaron y tocaron las trompetas. Y el arca del pacto del Señor los seguía. Los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas, y la retaguardia(AH) iba detrás del arca, mientras ellos continuaban tocando las trompetas(AI).

10 Pero Josué dio órdenes al pueblo: «No gritarán ni dejarán oír su voz, ni saldrá palabra de su boca, hasta el día que yo les diga: “¡Griten!”. Entonces gritarán». 11 Así hizo que el arca del Señor fuera alrededor de la ciudad, rodeándola una vez. Entonces volvieron al campamento, y pasaron la noche en el campamento.

12 Josué se levantó muy de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca del Señor. 13 Los siete sacerdotes llevando las siete trompetas de cuerno de carnero iban delante del arca(AJ) del Señor, andando continuamente y tocando las trompetas. Los hombres armados iban delante de ellos y la retaguardia iba detrás del arca del Señor mientras ellos seguían tocando las trompetas(AK). 14 Así que el segundo día marcharon una vez alrededor de la ciudad y volvieron al campamento. Así lo hicieron por seis días.

15 Entonces en el séptimo día se levantaron temprano, al despuntar el día, y marcharon alrededor de la ciudad de la misma manera, pero siete veces. Solo aquel día marcharon siete veces alrededor de la ciudad. 16 A la séptima vez, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas, Josué dijo al pueblo: «¡Griten(AL)! Pues el Señor les ha entregado la ciudad. 17 La ciudad será dedicada al anatema[x](AM), ella y todo lo que hay en ella pertenece al Señor(AN). Solo Rahab la ramera y[y] todos los que están en su casa vivirán, porque ella escondió a los mensajeros que enviamos. 18 Pero ustedes, tengan mucho cuidado en cuanto a las cosas dedicadas al anatema, no sea que las codicien[z] y tomando de las cosas del anatema, hagan maldito el campamento de Israel y traigan desgracia sobre él(AO). 19 Toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, están consagrados al Señor. Entrarán en el tesoro del Señor(AP)».

20 Entonces el pueblo gritó y los sacerdotes tocaron las trompetas; y sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo gritó a gran voz y la muralla se vino abajo[aa](AQ). El pueblo subió a la ciudad, cada hombre derecho hacia adelante[ab], y tomaron la ciudad. 21 Destruyeron por completo[ac], a filo de espada, todo lo que había en la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, bueyes, ovejas y asnos(AR).

22 Pero Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: «Entren en la casa de la ramera y saquen de allí a la mujer y todo lo que posea, tal como se lo juraron(AS)». 23 Entraron, pues, los jóvenes espías y sacaron a Rahab(AT), a su padre, a su madre, a sus hermanos, y todo lo que poseía. También sacaron a todos sus parientes y los colocaron fuera del campamento de Israel. 24 Entonces prendieron fuego a la ciudad y a todo lo que en ella había(AU). Solo pusieron en el tesoro de la casa[ad] del Señor, la plata, el oro y los utensilios de bronce y de hierro.

25 Pero Josué dejó vivir a Rahab la ramera(AV), a la casa de su padre y todo lo que ella tenía. Ella ha habitado en medio de Israel hasta hoy, porque escondió a los mensajeros a quienes Josué había enviado a reconocer a Jericó(AW).

26 Entonces Josué les hizo un juramento en aquel tiempo y dijo: «Maldito sea delante del Señor el hombre que se levante y reedifique esta ciudad de Jericó. Con la pérdida de su primogénito echará su cimiento, y con la pérdida de su hijo menor colocará sus puertas(AX)». 27 El Señor estaba con Josué(AY), y su fama se extendió[ae] por toda la tierra(AZ).

Lucas 1:1-20

Introducción

Por cuanto muchos han tratado de poner en orden y escribir una historia de las cosas que entre nosotros son muy ciertas[a](A), tal como nos las dieron a conocer los que desde el principio(B) fueron[b] testigos oculares(C) y ministros(D) de la palabra[c](E), también a mí me ha parecido conveniente, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el principio(F), escribírtelas ordenadamente(G), excelentísimo(H) Teófilo(I), para que sepas la verdad precisa acerca de las cosas que te han sido enseñadas(J).

Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista

Hubo en los días de Herodes(K), rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías(L), que tenía por mujer una de las hijas de Aarón[d] que se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios(M), y se conducían intachablemente(N) en todos los mandamientos y preceptos del Señor. No tenían hijos, porque Elisabet era estéril, y ambos eran de edad avanzada[e].

Pero aconteció que mientras Zacarías[f] ejercía su ministerio sacerdotal delante de Dios según el orden indicado a su grupo(O), conforme a la costumbre del sacerdocio, fue escogido por sorteo para entrar al templo del Señor y quemar incienso(P). 10 Toda la multitud del pueblo estaba afuera orando(Q) a la hora de la ofrenda de incienso. 11 Y se le apareció a Zacarías un ángel del Señor(R), de pie, a la derecha del altar del incienso. 12 Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de[g] él(S).

13 Pero el ángel le dijo: «No temas(T), Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás[h] Juan(U). 14 Tendrás gozo y alegría y muchos se regocijarán por su nacimiento, 15 porque él será grande delante del Señor. No beberá vino ni licor(V), y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre, 16 y hará volver a muchos de los israelitas al Señor su Dios(W). 17 Él irá delante del Señor(X) en el espíritu y poder de Elías(Y) para hacer volver los corazones de los padres a los hijos(Z), y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar(AA) para el Señor un pueblo bien dispuesto».

18 Entonces Zacarías dijo al ángel: «¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada[i](AB)». 19 El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel(AC), que estoy en[j] la presencia de Dios(AD), y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas. 20 Así que te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo».

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