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Old/New Testament

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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
2 Reyes 7-9

Eliseo predice abundancia de pan

Entonces Eliseo dijo: «Oigan la palabra del Señor. Así dice el Señor: “Mañana como a esta hora en la puerta de Samaria, una medida (7.3 litros) de flor de harina se venderá a un siclo (11.4 gramos de plata), y dos medidas de cebada a un siclo(A)”». El oficial real en cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios, y dijo: «Mira, aunque el Señor hiciera ventanas en los cielos(B), ¿podría suceder tal cosa?». Entonces Eliseo dijo: «Bien, tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello(C)».

Había cuatro leprosos a la entrada de la puerta, y se dijeron el uno al otro: «¿Por qué estamos aquí sentados esperando la muerte(D)? Si decimos: “Vamos a entrar en la ciudad”, como el hambre está en la ciudad, moriremos allí; y si nos sentamos aquí, también moriremos. Ahora pues, vayamos y pasemos al[a] campamento de los arameos(E). Si nos perdonan la vida, viviremos; y si nos matan, pues moriremos».

Los leprosos se levantaron al anochecer para ir al campamento de los arameos, y cuando llegaron a las afueras del campamento de los arameos, resultó que no había nadie allí. Porque el Señor había hecho que el ejército de los arameos oyera estruendo de carros y ruido de caballos, el estruendo de un gran ejército(F), de modo que se dijeron el uno al otro: «Ciertamente el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los hititas(G) y a los reyes de los egipcios(H), para que vengan contra nosotros». Por lo cual se levantaron y huyeron(I) al anochecer, y abandonaron sus tiendas, sus caballos y sus asnos y el campamento tal como estaba, y huyeron para salvar sus vidas. Cuando los leprosos llegaron a las afueras del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y se llevaron de allí plata y oro y ropas, y fueron y lo escondieron(J); y volvieron y entraron en otra tienda y de allí también se llevaron botín, y fueron y lo escondieron.

Entonces se dijeron el uno al otro: «No estamos haciendo bien. Hoy es día de buenas nuevas, pero nosotros estamos callados; si esperamos hasta la luz de la mañana, nos vendrá castigo. Vamos pues, ahora, y entremos a dar la noticia a la casa del rey». 10 Así que fueron y llamaron a los porteros de la ciudad, y les informaron: «Fuimos al campamento de los arameos, y vimos que no había nadie allí, ni siquiera se oía voz de hombre; solamente los caballos atados, también los asnos atados y las tiendas intactas». 11 Los porteros de la puerta llamaron, y lo anunciaron dentro de la casa del rey. 12 Entonces el rey se levantó de noche y dijo a sus siervos: «Ahora les diré lo que los arameos nos han hecho. Saben que estamos hambrientos(K); por tanto han salido del campamento para esconderse en el campo, diciendo: “Cuando salgan de la ciudad, los tomaremos vivos y entraremos en la ciudad(L)”».

13 Entonces uno de sus siervos respondió: «Deja que algunos hombres tomen cinco de los caballos que quedan, de los que quedan en la ciudad. Porque en todo caso les sucederá como a toda la multitud de Israel que queda en la ciudad, (como a toda la multitud de Israel que ya ha perecido), vamos a enviarlos y veamos qué sucede». 14 Así que tomaron dos carros con caballos, y el rey los envió en pos del ejército de los arameos, diciendo: «Vayan y vean». 15 Los siguieron hasta el Jordán, y resultó que todo el camino estaba lleno de vestidos y objetos diferentes que los arameos habían arrojado en su prisa. Entonces los mensajeros volvieron e informaron al rey.

16 Y el pueblo salió y saqueó el campamento de los arameos. Entonces una medida de flor de harina se vendió[b] a un siclo y dos medidas de cebada a un siclo, conforme a la palabra del Señor(M). 17 El rey había puesto a cargo de la puerta de la ciudad al oficial real en cuyo brazo se apoyaba(N); pero el pueblo lo atropelló junto a la puerta y murió, tal como había dicho el hombre de Dios, el cual habló cuando el rey descendió a verlo(O). 18 Aconteció tal como el hombre de Dios había hablado al rey, cuando dijo: «Mañana a estas horas a la puerta de Samaria dos medidas de cebada serán vendidas a un siclo y una medida de flor de harina a un siclo(P)». 19 Y el oficial real, había respondido al hombre de Dios, diciendo: «Mira, aunque el Señor hiciera ventanas en los cielos, ¿podría suceder tal cosa?». Y Eliseo le dijo: «Bien, tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello(Q)». 20 Y así sucedió, porque el pueblo lo atropelló a la puerta, y murió.

Devolución de los bienes a la sunamita

Eliseo habló a la mujer, a cuyo hijo él había devuelto la vida(R), diciéndole: «Levántate y vete, tú y tu casa, y reside donde puedas residir, porque el Señor ha llamado al hambre(S) que vendrá sobre la tierra por siete años(T)». Entonces la mujer se levantó e hizo conforme a la palabra del hombre de Dios, y se fue ella con los de su casa y residió en la tierra de los filisteos siete años.

Después de los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; y salió a implorar al rey por su casa y por su campo. El rey estaba hablando con Giezi, criado del hombre de Dios(U), diciéndole: «Te ruego que me cuentes todas las grandes cosas que ha hecho Eliseo». Mientras él contaba al rey cómo había devuelto la vida a un muerto(V), en ese momento la mujer a cuyo hijo había devuelto la vida, imploró al rey por su casa y por su campo. Y Giezi dijo: «Oh rey señor mío, esta es la mujer y este es su hijo, al que Eliseo devolvió la vida». Cuando el rey preguntó a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey le asignó un oficial, diciendo: «Restáurale todo lo que era suyo y todo el fruto del campo desde el día que dejó el país hasta ahora».

Eliseo en Damasco

Entonces Eliseo fue a Damasco(W). Y Ben Adad, rey de Aram(X), estaba enfermo, y le avisaron: «El hombre de Dios(Y) ha venido acá». Y el rey dijo a Hazael(Z): «Toma un presente en tu mano(AA) y ve al encuentro del hombre de Dios y consulta al Señor por medio de él, diciendo: “¿Sanaré de esta enfermedad(AB)?”».

Hazael fue a ver a Eliseo, y tomó un presente en su mano de todo lo bueno de Damasco, la carga de cuarenta camellos; y vino y se puso delante de él y le dijo: «Su hijo Ben Adad, rey de Aram, me ha enviado a usted, a preguntarle: “¿Sanaré de esta enfermedad(AC)?”». 10 Entonces Eliseo le dijo: «Ve y dile: “Ciertamente usted sanará(AD)”; pero el Señor me ha mostrado que ciertamente morirá(AE)». 11 Y puso rígido su rostro y fijó sus ojos en Hazael hasta que se sintió avergonzado(AF), y el hombre de Dios lloró(AG). 12 Y Hazael dijo: «¿Por qué llora mi señor?». Entonces respondió: «Porque sé el mal que harás a los israelitas(AH): incendiarás sus fortalezas, matarás a espada a sus jóvenes, estrellarás a sus niños y rasgarás el vientre a sus mujeres encinta(AI)». 13 Entonces Hazael dijo: «Pero, ¿qué es su siervo, sino un perro, para que haga tan enorme cosa(AJ)?». Y Eliseo respondió: «El Señor me ha mostrado que tú serás rey de Aram(AK)».

14 Entonces Hazael se alejó de Eliseo y regresó a su señor, quien le dijo: «¿Qué te dijo Eliseo?». Y él respondió: «Me dijo que ciertamente usted sanará(AL)». 15 Pero al día siguiente Hazael tomó una colcha, la empapó en agua y se la puso al rey sobre la cara, y murió(AM). Entonces Hazael reinó en su lugar.

Reinados de Joram y Ocozías

16 En el año quinto de Joram, hijo de Acab, rey de Israel, siendo Josafat rey de Judá, comenzó a reinar Joram, hijo de Josafat, rey de Judá(AN). 17 (AO)Tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén. 18 Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, tal como había hecho la casa de Acab (porque la hija de Acab era su mujer); e hizo lo malo ante los ojos del Señor(AP). 19 Sin embargo, el Señor no quiso destruir a Judá por amor a David Su siervo, ya que le había prometido darle una lámpara por medio de sus hijos para siempre(AQ).

20 En sus días se rebeló Edom contra el dominio de Judá, y pusieron rey sobre ellos(AR). 21 Entonces pasó Joram a Zair, y todos sus carros con él. Y se levantó de noche y atacó a los edomitas que lo tenían cercado a él y a los jefes de los carros, pero su ejército[c] huyó a sus tiendas(AS). 22 Y Edom se rebeló contra el dominio de Judá, hasta el día de hoy(AT). Entonces Libna se rebeló(AU) en ese mismo tiempo. 23 Los demás hechos de Joram y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá? 24 Y Joram durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David(AV); y su hijo Ocozías reinó en su lugar(AW).

25 (AX)En el año doce de Joram, hijo de Acab, rey de Israel, comenzó a reinar Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá. 26 Ocozías tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre era Atalía, nieta[d] de Omri(AY), rey de Israel. 27 Él también anduvo en el camino de la casa de Acab(AZ), e hizo lo malo ante los ojos del Señor, como había hecho la casa de Acab, porque era yerno de Acab. 28 Entonces fue con Joram, hijo de Acab, a la guerra contra Hazael(BA), rey de Aram, en Ramot de Galaad(BB); y los arameos hirieron a Joram. 29 Y el rey Joram regresó a Jezreel para ser curado de las heridas que los arameos le habían hecho en Ramot, cuando peleó contra Hazael, rey de Aram(BC). Entonces Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, descendió a Jezreel para visitar a Joram, hijo de Acab, porque estaba enfermo(BD).

Jehú rey de Israel

El profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas(BE), y le dijo: «Prepárate, toma este frasco de aceite(BF) en tu mano(BG) y ve a Ramot de Galaad(BH). Cuando llegues allá, busca a Jehú(BI), hijo de Josafat, hijo de Nimsi(BJ). Entra y haz que se levante de entre sus hermanos, y llévalo a un aposento interior. Entonces toma el frasco de aceite, derrámalo sobre su cabeza, y dile: “Así dice el Señor: ‘Yo te he ungido(BK) rey sobre Israel’”. Abre luego la puerta y huye, no esperes».

El joven, el siervo del profeta, fue a Ramot de Galaad(BL). Cuando llegó allá los capitanes del ejército estaban sentados, y él dijo: «Capitán, tengo un mensaje para ti». Y Jehú dijo: «¿Para cuál de nosotros?». Y él dijo: «Para ti, capitán». Entonces Jehú se levantó y entró en la casa, y el joven derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te he ungido rey sobre el pueblo del Señor, sobre Israel(BM). Tú herirás la casa de Acab tu señor, para que Yo cobre venganza por la sangre de Mis siervos(BN) los profetas(BO), y la sangre de todos los siervos del Señor derramada por mano de Jezabel(BP). Toda la casa de Acab perecerá, y cortaré de Acab todo varón(BQ), tanto siervo como libre en Israel(BR). Yo pondré la casa de Acab como la casa de Jeroboam(BS), hijo de Nabat, y como la casa de Baasa(BT), hijo de Ahías. 10 Los perros se comerán a Jezabel en el campo[e] de Jezreel, y nadie la sepultará(BU)”». Entonces abrió la puerta y huyó.

11 Entonces Jehú salió a los siervos de su señor, y uno le dijo: «¿Va todo bien(BV)? ¿Por qué vino a ti este loco(BW)?». Y él les dijo: «Ustedes conocen bien al hombre y sus palabras». 12 Y ellos dijeron: «Mentira; cuéntanos ahora». Y él dijo: «Así y así me dijo: “Así dice el Señor: ‘Yo te he ungido rey sobre Israel’”».

13 Entonces todos se apresuraron y cada uno tomó su manto y lo puso bajo Jehú sobre los escalones(BX), tocaron la trompeta y dijeron: «Jehú es rey(BY)».

Muerte de Joram

14 Y Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi, conspiró contra Joram. El rey Joram, con todo Israel, había estado defendiendo a Ramot de Galaad contra Hazael, rey de Aram(BZ), 15 pero Joram[f] había regresado a Jezreel para ser curado de las heridas que los arameos le habían hecho cuando peleó contra Hazael, rey de Aram. Y Jehú dijo: «Si es el deseo de ustedes, que nadie se escape ni salga de la ciudad para ir a anunciarlo en Jezreel(CA)». 16 Entonces Jehú montó en un carro y fue a Jezreel, porque Joram estaba allí en cama. Y Ocozías, rey de Judá, había descendido para ver a Joram(CB).

17 Y el centinela que estaba en la torre de Jezreel vio la comitiva de Jehú que venía, y dijo: «Veo una comitiva». Y Joram dijo: «Toma un jinete y envíalo a su encuentro, y que diga: “¿Hay paz?”». 18 Fue el jinete a su encuentro, y dijo: «Así dice el rey: “¿Hay paz?”». Y Jehú dijo: «¿Qué tienes tú que ver con la paz? Ponte[g] detrás de mí(CC)». Y el centinela le avisó: «El mensajero llegó hasta ellos, pero no regresó». 19 Entonces envió un segundo jinete, que vino a ellos, y dijo: «Así dice el rey: “¿Hay paz?”». Y Jehú respondió: «¿Qué tienes tú que ver con la paz? Ponte detrás de mí». 20 El centinela le avisó de nuevo(CD): «Él llegó hasta ellos, y no regresó; y el modo de guiar es como el guiar de Jehú, hijo de Nimsi, porque guía alocadamente(CE)».

21 Entonces Joram(CF) dijo: «Preparen el carro». Y prepararon su carro. Y salieron Joram, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno en su carro, y fueron al encuentro de Jehú, y lo hallaron en el campo de Nabot de Jezreel(CG). 22 Cuando Joram vio a Jehú, dijo: «¿Hay paz, Jehú?». Y él respondió: «¿Qué paz, mientras sean tantas las prostituciones de tu madre Jezabel(CH) y sus hechicerías?».

23 Pero Joram volvió las riendas[h] para huir, y dijo a Ocozías: «¡Traición(CI), Ocozías!». 24 Pero Jehú entesó su arco con toda su fuerza e hirió a Joram en la espalda(CJ); y la flecha salió por su corazón y se desplomó en su carro. 25 Entonces Jehú dijo a su oficial Bidcar: «Tómalo y tíralo en la porción del campo de Nabot de Jezreel(CK), pues recuerdo cuando tú y yo íbamos juntos montados detrás de su padre Acab(CL), que el Señor pronunció esta sentencia contra él(CM): 26 “Ayer ciertamente he visto la sangre de Nabot(CN) y la sangre de sus hijos”, declaró el Señor, “y te recompensaré en este campo(CO)”, declaró el Señor. Ahora pues, tómalo y tíralo en el campo, conforme a la palabra del Señor».

27 Cuando Ocozías, rey de Judá, vio esto, huyó por el camino de la casa del huerto(CP). Y Jehú lo persiguió y dijo: «Mátenlo a él también en el carro». Y lo hirieron en la subida de Gur, que está en Ibleam. Y huyó a Meguido(CQ), y allí murió. 28 Entonces sus siervos lo llevaron en carro a Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro(CR) con sus padres en la ciudad de David.

29 En el año once de Joram, hijo de Acab, Ocozías había comenzado a reinar sobre Judá(CS).

30 Y llegó Jehú a Jezreel, y cuando Jezabel lo oyó, se pintó los ojos, adornó(CT) su cabeza y se asomó por la ventana. 31 Cuando Jehú entraba por la puerta, ella dijo: «¿Le va bien a Zimri, asesino de tu señor(CU)?». 32 Entonces Jehú alzó su rostro hacia la ventana y dijo: «¿Quién está conmigo? ¿Quién?». Y dos o tres oficiales se asomaron desde arriba. 33 Y Jehú les dijo: «Échenla abajo». Y la echaron abajo y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos, y él la pisoteó. 34 Cuando él entró, comió y bebió; entonces dijo: «Encárguense ahora de esta maldita(CV) y entiérrenla, pues es hija de rey(CW)».

35 Cuando fueron a enterrarla, no encontraron de ella más que el cráneo, los pies y las palmas de sus manos. 36 Entonces, volvieron y se lo hicieron saber. Entonces Jehú dijo: «Esta es la palabra que el Señor habló por medio de Su siervo Elías el tisbita: “En la parcela de Jezreel los perros comerán la carne de Jezabel(CX); 37 y el cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo(CY) en la parcela de Jezreel, para que no puedan decir: ‘Esta es Jezabel’”».

Juan 1:1-28

Prólogo

En el principio(A) ya existía[a] el Verbo[b](B), y el Verbo estaba con Dios(C), y el Verbo era Dios(D). Él[c] estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de Él(E), y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En Él estaba la vida(F), y la vida era la Luz de los hombres(G). La Luz brilla en las tinieblas(H), y las tinieblas no la comprendieron.

Vino al mundo un[d] hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan(I). Este vino como testigo(J) para testificar de la Luz, a fin de que todos creyeran por medio de él(K). No era él[e] la Luz(L), sino que vino para dar testimonio de la Luz.

Existía[f] la Luz verdadera(M) que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre[g].

10 Él estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de Él(N), y el mundo no lo conoció. 11 A lo Suyo vino, y los Suyos no lo recibieron. 12 Pero a todos los que lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios(O), es decir, a los que creen en Su nombre(P), 13 que no nacieron[h] de sangre[i], ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios(Q).

El Verbo se hace carne

14 El Verbo(R) se hizo carne(S), y habitó entre nosotros(T), y vimos Su gloria(U), gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia(V) y de verdad(W). 15 Juan dio* testimonio de Él(X) y clamó: «Este era del que yo decía: “El que viene después de mí(Y), es antes de mí[j], porque era primero que yo(Z)”». 16 Pues de Su plenitud(AA) todos hemos recibido, y gracia sobre gracia. 17 Porque la ley fue dada por medio de Moisés(AB); la gracia(AC) y la verdad(AD) fueron hechas realidad por medio de Jesucristo[k]. 18 Nadie ha visto jamás a Dios(AE); el unigénito Dios[l](AF), que está en el seno del Padre(AG), Él lo ha dado a conocer(AH).

Testimonio de Juan el Bautista

19 Este es el testimonio(AI) de Juan, cuando los judíos(AJ) enviaron sacerdotes y levitas de Jerusalén(AK) a preguntarle: «¿Quién eres tú?». 20 Y él confesó y no negó, pero confesó: «Yo no soy el Cristo[m](AL)». 21 «¿Entonces, qué?», le preguntaron, «¿Eres Elías(AM)?». Y él dijo*: «No lo soy». «¿Eres el Profeta(AN)?». «No», respondió Juan. 22 Entonces le preguntaron: «¿Quién eres? Ya que tenemos que dar respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?». 23 Juan les respondió: «Yo soy la voz del que clama en el desierto: “Enderecen el camino del Señor(AO)”, como dijo el profeta Isaías(AP)».

24 Los que habían sido enviados eran de los fariseos, 25 y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Cristo[n], ni Elías, ni el Profeta(AQ)?».

26 Juan les respondió: «Yo bautizo en[o] agua(AR), pero entre ustedes está Uno a quien ustedes no conocen. 27 Él es el que viene después de mí(AS), a quien yo no soy digno de desatar la correa de la sandalia(AT)».

28 Estas cosas sucedieron en Betania[p], al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando(AU).

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