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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Zacarías 13-14

Fuente de purificación

13 »En aquel día brotará un manantial para la dinastía de David y para el pueblo de Jerusalén; una fuente que los limpiará de todos sus pecados e impurezas.

»En aquel día—dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—borraré el culto a ídolos en toda la tierra, para que se olviden hasta de los nombres de esos ídolos. Quitaré de la tierra tanto a los falsos profetas como al espíritu de impureza que los acompañaba. Si alguno continúa profetizando, su propio padre y madre le dirán: “Debes morir, porque has profetizado mentiras en el nombre del Señor”. Entonces, mientras esté profetizando, su propio padre y madre lo apuñalarán.

»En aquel día la gente se avergonzará de decir que tiene el don profético. Nadie se hará pasar por profeta vistiéndose con ropa de profeta. Dirá: “Yo no soy profeta; soy agricultor. Comencé a trabajar para un agricultor en mi niñez”. Y si alguien pregunta: “¿Entonces qué de esas heridas en tu pecho[a]?”. Él responderá: “¡Me hirieron en casa de mis amigos!”.

Las ovejas se dispersan

»Despierta, oh espada, contra mi pastor,
    el hombre quien es mi compañero
    —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—.
Mata al pastor,
    y las ovejas se dispersarán
    y me volveré contra los corderos.
Dos tercios de los habitantes del país
    serán cortados y morirán—dice el Señor—.
    Pero quedará un tercio en el país.
A este último grupo lo pasaré por el fuego
    y los haré puros.
Los refinaré como se refina la plata
    y los purificaré como se purifica el oro.
Invocarán mi nombre
    y yo les responderé.
Les diré: “Este es mi pueblo”,
    y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”».

El Señor gobernará la tierra

14 ¡Atención, viene el día del Señor, cuando tus posesiones serán saqueadas frente a ti! Reuniré a todas las naciones para que peleen contra Jerusalén. La ciudad será tomada, las casas saqueadas y las mujeres violadas. La mitad de la población será llevada al cautiverio y al resto la dejarán entre las ruinas de la ciudad.

Luego el Señor saldrá a pelear contra esas naciones, como lo hizo en tiempos pasados. En aquel día sus pies estarán sobre el monte de los Olivos, al oriente de Jerusalén. Entonces el monte de los Olivos se partirá, formando un extenso valle del oriente al occidente. La mitad del monte se desplazará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. Ustedes huirán por ese valle, porque llegará hasta Azal.[b] Así es, huirán como lo hicieron durante el terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Entonces vendrá el Señor mi Dios y todos sus santos con él.[c]

En aquel día las fuentes de luz no brillarán más.[d] Sin embargo, ¡la luz del día será perpetua! Solo el Señor sabe cómo esto podría suceder. No habrá días y noches como de costumbre, porque en las horas nocturnas todavía habrá luz.

En aquel día fluirán desde Jerusalén aguas que dan vida, la mitad hacia el mar Muerto y la otra mitad hacia el Mediterráneo;[e] brotarán continuamente, tanto en el verano como en el invierno.

El Señor será rey sobre toda la tierra. En aquel día habrá un solo Señor y únicamente su nombre será adorado.

10 Toda la tierra desde Geba, al norte de Judá, hasta Rimón, al sur de Jerusalén, se convertirá en una inmensa llanura. Pero Jerusalén será levantada en su lugar original y estará poblada desde la puerta de Benjamín hasta el sitio de la puerta vieja, luego hasta la puerta de la Esquina, y desde la torre de Hananeel hasta las prensas de vino del rey. 11 Entonces Jerusalén, por fin a salvo, se llenará de gente y nunca más será maldecida ni destruida.

12 Luego el Señor enviará una plaga sobre todas las naciones que pelearon contra Jerusalén. Sus habitantes llegarán a ser como cadáveres ambulantes, la carne se les pudrirá. Se les pudrirán los ojos en sus cuencas y la lengua en la boca. 13 En aquel día sentirán terror, agobiados por el Señor con un terrible pánico. Pelearán contra sus vecinos mano a mano. 14 También Judá peleará en Jerusalén. Tomarán las riquezas de todas las naciones vecinas: grandes cantidades de oro, plata y ropa costosa. 15 Esta misma plaga atacará a caballos, mulas, camellos, asnos y demás animales de los campos enemigos.

16 A fin de cuentas, los enemigos de Jerusalén que sobrevivan a la plaga, subirán a Jerusalén cada año para adorar al Rey, el Señor de los Ejércitos Celestiales, y para celebrar el Festival de las Enramadas. 17 Toda nación que se niegue a ir a Jerusalén para adorar al Rey, el Señor de los Ejércitos Celestiales, no recibirá lluvia. 18 Si el pueblo de Egipto se niega a asistir al festival, el Señor lo castigará[f] con la misma plaga que envió sobre las otras naciones que se negaron a ir. 19 Egipto y las demás naciones serán castigadas si no van para celebrar el Festival de las Enramadas.

20 En aquel día hasta en los cascabeles del arnés de los caballos se inscribirán estas palabras: Santo para el Señor. Las ollas de cocina en el templo del Señor serán tan sagradas como los tazones que se usan al lado del altar. 21 De hecho, toda olla de cocina en Jerusalén y Judá será consagrada al Señor de los Ejércitos Celestiales. Todo el que venga a adorar tendrá plena libertad de usar cualquiera de estas ollas para cocinar sus sacrificios. En aquel día no habrá más comerciantes[g] en el templo del Señor de los Ejércitos Celestiales.

Apocalipsis 21

La nueva Jerusalén

21 Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y también el mar. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde la presencia de Dios, como una novia hermosamente vestida para su esposo.

Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: «¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos.[a] Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más».

Y el que estaba sentado en el trono dijo: «¡Miren, hago nuevas todas las cosas!». Entonces me dijo: «Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza». También dijo: «¡Todo ha terminado! Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. A todo el que tenga sed, yo le daré a beber gratuitamente de los manantiales del agua de la vida. Los que salgan vencedores heredarán todas esas bendiciones, y yo seré su Dios, y ellos serán mis hijos.

»Pero los cobardes, los incrédulos, los corruptos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que rinden culto a ídolos y todos los mentirosos, tendrán su destino en el lago de fuego que arde con azufre. Esta es la segunda muerte».

Entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas con las últimas siete plagas se me acercó y me dijo: «¡Ven conmigo! Te mostraré a la novia, la esposa del Cordero».

10 Así que me llevó en el Espíritu[b] a una montaña grande y alta, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, desde la presencia de Dios. 11 Resplandecía de la gloria de Dios y brillaba como una piedra preciosa, como un jaspe tan transparente como el cristal. 12 La muralla de la ciudad era alta y ancha, y tenía doce puertas vigiladas por doce ángeles. Los nombres de las doce tribus de Israel estaban escritos en las puertas. 13 Había tres puertas a cada lado: al oriente, al norte, al sur y al occidente. 14 La muralla de la ciudad estaba fundada sobre doce piedras, las cuales llevaban escritos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.

15 El ángel que hablaba conmigo tenía en la mano una vara de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla. 16 Cuando la midió se dio cuenta de que era cuadrada, que medía lo mismo de ancho que de largo. En realidad, medía 2220 kilómetros[c] de largo, lo mismo de alto y lo mismo de ancho. 17 Después midió el grosor de las murallas, que eran de sesenta y cinco metros[d] (según la medida humana que el ángel usó).

18 La muralla estaba hecha de jaspe, y la ciudad era de oro puro y tan cristalino como el vidrio. 19 La muralla de la ciudad estaba fundada sobre doce piedras, cada una adornada con una piedra preciosa:[e] la primera con jaspe, la segunda con zafiro, la tercera con ágata, la cuarta con esmeralda, 20 la quinta con ónice, la sexta con cornalina, la séptima con crisólito, la octava con berilo, la novena con topacio, la décima con crisoprasa, la undécima con jacinto y la duodécima con amatista.

21 Las doce puertas estaban hechas de perlas, ¡cada puerta hecha de una sola perla! Y la calle principal era de oro puro y tan cristalino como el vidrio.

22 No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son el templo. 23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna, porque la gloria de Dios ilumina la ciudad, y el Cordero es su luz. 24 Las naciones caminarán a la luz de la ciudad, y los reyes del mundo entrarán en ella con toda su gloria. 25 Las puertas nunca se cerrarán al terminar el día porque allí no existe la noche. 26 Todas las naciones llevarán su gloria y honor a la ciudad. 27 No se permitirá la entrada a ninguna cosa mala[f] ni tampoco a nadie que practique la idolatría y el engaño. Solo podrán entrar los que tengan su nombre escrito en el libro de la vida del Cordero.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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