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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Ezequiel 24-26

Señal de la olla

24 El 15 de enero,[a] durante el noveno año de cautividad del rey Joaquín, recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, anota la fecha de hoy, porque en este preciso día el rey de Babilonia comenzará el ataque contra Jerusalén. Luego transmíteles a esos rebeldes, mediante una ilustración, este mensaje de parte del Señor Soberano:

»“Pon una olla al fuego
    y échale un poco de agua.
Llénala con trozos selectos de carne:
    de cadera, de lomo
    y de los cortes más tiernos.
Usa solo las mejores ovejas del rebaño
    y amontona leña en el fuego, debajo de la olla.
Hierve el contenido de la olla,
    y cocina los huesos junto con la carne.

»”Ahora bien, esto dice el Señor Soberano:
¡qué aflicción le espera a Jerusalén,
    ciudad de asesinos!
Ella es una olla de cocina
    cuya corrupción no puede limpiarse.
Saca los trozos de carne al azar,
    porque ningún pedazo es mejor que otro.
Pues la sangre de sus homicidios
    quedó salpicada en las rocas.
¡Ni siquiera se derramó en el suelo
    donde el polvo podría cubrirla!
Así que yo salpicaré su sangre en una roca
    para que todos vean
una expresión de mi enojo
    y mi venganza contra ella.

»”Esto dice el Señor Soberano:
¡Qué aflicción le espera a Jerusalén,
    ciudad de asesinos!
    Yo mismo amontonaré leña debajo de ella.
10 ¡Sí, échale más leña!
    Que ardan las llamas para que hierva la olla.
Cocina la carne con muchas especias
    y después quema los huesos.
11 Luego deja la olla vacía sobre los carbones encendidos.
    ¡Que se caliente al rojo vivo!
    Que se quemen la inmundicia y la corrupción.
12 Pero es un caso perdido;
    la corrupción no puede limpiarse.
    Así que échala al fuego.
13 Tu impureza es tu lascivia
    y la corrupción fruto de tu idolatría.
Yo traté de limpiarte,
    pero tú te negaste.
Ahora quedarás en tu inmundicia
    hasta que sacie mi furia contra ti”.

14 »¡Yo, el Señor, he hablado! Ha llegado la hora y no me contendré. No cambiaré de parecer ni tendré compasión de ti. Serás juzgada por tus acciones perversas, dice el Señor Soberano».

Muerte de la esposa de Ezequiel

15 Luego recibí este mensaje del Señor: 16 «Hijo de hombre, de un solo golpe te quitaré tu tesoro más querido; sin embargo, no debes expresar ningún dolor ante su muerte. No llores; que no haya lágrimas. 17 Gime en silencio, pero sin que haya lamentos junto a su tumba. No te descubras la cabeza ni te quites las sandalias. No cumplas con los ritos acostumbrados en el tiempo de duelo ni aceptes la comida de los amigos que se acerquen a consolarte».

18 Así que, por la mañana, anuncié ese mensaje al pueblo y por la tarde mi esposa murió. A la mañana siguiente hice todo lo que se me indicó. 19 Entonces la gente me preguntó: «¿Qué significa todo esto? ¿Qué tratas de decirnos?».

20 Así que les contesté: «Recibí un mensaje del Señor, 21 quien me dijo que se lo transmitiera a los israelitas. Esto dice el Señor Soberano: “Contaminaré mi templo, que es fuente de seguridad y orgullo para ustedes, el lugar en el que se deleita su corazón. Los hijos y las hijas que dejaron en Judá serán masacrados a espada. 22 Entonces ustedes harán lo mismo que hizo Ezequiel. No harán duelo en público ni se consolarán entre ustedes comiendo lo que les traigan sus amigos. 23 Se dejarán la cabeza cubierta y no se quitarán las sandalias. No harán luto ni llorarán, pero se consumirán a causa de sus pecados. Gemirán entre ustedes mismos por todo el mal que hicieron. 24 Ezequiel les sirve de ejemplo; ustedes harán lo mismo que él. Y cuando llegue ese tiempo, sabrán que yo soy el Señor Soberano”».

25 Luego el Señor me dijo: «Hijo de hombre, el día que les quite su fortaleza—su alegría y su gloria, el deseo de su corazón, su tesoro más querido—también les quitaré a sus hijos e hijas. 26 Ese día, un sobreviviente llegará desde Jerusalén a Babilonia para contarte lo que sucedió. 27 Cuando llegue, enseguida recuperarás la voz para que hables con él y serás un símbolo para los de este pueblo. Entonces ellos sabrán que yo soy el Señor».

Mensaje para Amón

25 Luego recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, ponte de cara a la tierra de Amón y profetiza contra sus habitantes. Comunica este mensaje a los amonitas de parte del Señor Soberano: “¡Escuchen la palabra del Señor Soberano! Ustedes se alegraron cuando mi templo fue contaminado, se burlaron de Israel y de su desolación y se rieron de Judá cuando la llevaron al destierro. Permitiré que invadan su país los nómadas de los desiertos orientales. Ellos establecerán su campamento entre ustedes y levantarán carpas en su tierra. Se llevarán el fruto de sus cosechas y se tomarán la leche de sus animales. Convertiré la ciudad de Rabá en un pastizal para camellos y todo el territorio de los amonitas en un lugar de descanso para ovejas y cabras. Entonces ustedes sabrán que yo soy el Señor.

»”Esto dice el Señor Soberano: dado que ustedes aplaudieron, bailaron y gritaron de alegría por la destrucción de mi pueblo, yo alzaré mi puño de juicio contra ustedes. Los entregaré como botín a muchas naciones. Los eliminaré y dejarán de ser nación, los destruiré por completo. Así sabrán que yo soy el Señor”.

Mensaje para Moab

»Esto dice el Señor Soberano: dado que los moabitas[b] dijeron que Judá es igual a las demás naciones, les abriré el flanco oriental y destruiré sus gloriosas ciudades fronterizas: Bet-jesimot, Baal-meón y Quiriataim. 10 Entregaré a los moabitas en manos de los nómadas de los desiertos orientales, tal como hice con los amonitas. Es cierto, los amonitas dejarán de ser contados entre las naciones. 11 Del mismo modo, haré caer mi castigo sobre los moabitas. Entonces sabrán que yo soy el Señor.

Mensaje para Edom

12 »Esto dice el Señor Soberano: los edomitas pecaron grandemente al vengarse contra el pueblo de Judá. 13 Por lo tanto, dice el Señor Soberano, alzaré mi puño de juicio contra Edom. Exterminaré a sus habitantes y a sus animales a filo de espada. Convertiré en una tierra baldía el territorio desde Temán hasta Dedán. 14 Lo llevaré a cabo por medio de mi pueblo Israel. Con enojo los israelitas ejecutarán mi venganza, y los edomitas sabrán que esa venganza es mía. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!

Mensaje para Filistea

15 »Esto dice el Señor Soberano: los filisteos arremetieron contra Judá por amarga venganza y por desprecio acumulado. 16 Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: alzaré mi puño de juicio contra la tierra de los filisteos. Exterminaré a los cereteos y destruiré por completo a la gente que vive junto al mar. 17 Ejecutaré contra ellos una terrible venganza para castigarlos por lo que han hecho. Y una vez que me haya vengado, sabrán que yo soy el Señor».

Mensaje para Tiro

26 El 3 de febrero, durante el año doce de cautividad del rey Joaquín,[c] recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, Tiro se alegró por la caída de Jerusalén diciendo: “¡Ajá! La que era la puerta de entrada a las prósperas rutas comerciales del oriente ha sido destruida y ¡ahora es mi turno! ¡Dado que ella quedó desolada, yo me enriqueceré!”.

»Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: oh Tiro, yo soy tu enemigo y haré que muchas naciones se levanten contra ti como las olas del mar que rompen contra tu costa. Ellas destruirán las murallas de Tiro y derribarán sus torres. ¡Yo rasparé su suelo hasta dejarlo como roca desnuda! No será más que una roca en el mar, un lugar donde los pescadores tiendan sus redes, pues yo he hablado, dice el Señor Soberano. Tiro se convertirá en presa de muchas naciones, y sus aldeas de tierra adentro serán destruidas a espada. Entonces sabrán que yo soy el Señor.

»Esto dice el Señor Soberano: del norte haré que se levante el rey Nabucodonosor[d] de Babilonia contra Tiro. Él es rey de reyes y viene con sus caballos, sus carros de guerra, sus conductores y un gran ejército. Primero destruirá las aldeas de tierra adentro. Luego te atacará construyendo un muro de asalto y una rampa y levantando un techo de escudos. Golpeará tus murallas con arietes y demolerá tus torres a golpe de martillo. 10 Las patas de sus caballos ahogarán de polvo la ciudad y el estruendo de las ruedas de los carros de guerra y sus conductores hará temblar tus murallas cuando entren por tus puertas derrumbadas. 11 Los caballos de sus jinetes pisotearán todas las calles de la ciudad. Masacrarán a tu gente y derribarán las fuertes columnas.

12 »Saquearán tus riquezas y mercancías, y demolerán tus murallas. Destruirán tus preciosas casas y arrojarán al mar las piedras, los maderos y hasta el polvo de la ciudad. 13 Pondré fin a la música de tus cánticos. Nunca más se oirá entre tu pueblo el sonido de las arpas. 14 Transformaré tu isla en una roca desnuda, un lugar donde los pescadores tiendan sus redes. Jamás serás reconstruida, porque yo, el Señor, he hablado. ¡Sí, el Señor Soberano ha hablado!

Efectos de la destrucción de Tiro

15 »Esto dice el Señor Soberano a Tiro: toda la costa temblará ante el ruido de tu caída, mientras se oyen los gritos de los heridos que retumban en la prolongada masacre. 16 Los gobernantes de las ciudades portuarias dejarán sus tronos y se quitarán las vestiduras reales y su hermosa ropa. Se sentarán en el suelo, temblando de terror a causa de tu destrucción. 17 Después se lamentarán por ti entonando este canto fúnebre:

»¡Oh famosa ciudad isleña,
    que antes gobernaba el mar,
    cómo has sido destruida!
Tu gente, con su poderío naval,
    antes sembraba terror por todo el mundo.
18 Ahora las tierras costeras tiemblan de miedo por tu caída.
    Decaen las islas a medida que desapareces.

19 »Esto dice el Señor Soberano: convertiré a Tiro en ruinas despobladas, como muchas otras. La sepultaré bajo las terribles oleadas del ataque enemigo. Los grandes mares te tragarán. 20 Te enviaré a la fosa para que te reúnas con los que descendieron allí hace mucho tiempo. Tu ciudad quedará en ruinas, sepultada bajo tierra, como los que están en la fosa, quienes entraron al mundo de los muertos. Aquí, en el mundo de los vivos, no tendrás ningún lugar de honor. 21 Te daré un fin terrible y dejarás de existir. Te buscarán, pero nunca más te encontrarán. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!».

1 Pedro 2

Por lo tanto, desháganse de toda mala conducta. Acaben con todo engaño, hipocresía, celos y toda clase de comentarios hirientes. Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo ahora que han probado la bondad del Señor.

Piedras vivas para la casa de Dios

Ahora ustedes se acercan a Cristo, quien es la piedra viva principal del templo de Dios. La gente lo rechazó, pero Dios lo eligió para darle gran honra.

Y ustedes son las piedras vivas con las cuales Dios edifica su templo espiritual. Además, son sacerdotes santos.[a] Por la mediación de Jesucristo, ustedes ofrecen sacrificios espirituales que agradan a Dios. Como dicen las Escrituras:

«Pongo en Jerusalén[b] una piedra principal,
    elegida para gran honra,
y todo el que confíe en él
    jamás será avergonzado»[c].

Así es, ustedes, los que confían en él, reconocen la honra que Dios le ha dado;[d] pero para aquellos que lo rechazan,

«La piedra que los constructores rechazaron
    ahora se ha convertido en la piedra principal»[e].

Además,

«Él es la piedra que hace tropezar a muchos,
    la roca que los hace caer»[f].

Tropiezan porque no obedecen la palabra de Dios y por eso se enfrentan con el destino que les fue preparado.

Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey,[g] una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa.

10 «Antes no tenían identidad como pueblo,
    ahora son pueblo de Dios.
Antes no recibieron misericordia,
    ahora han recibido la misericordia de Dios»[h].

11 Queridos amigos, ya que son «extranjeros y residentes temporales», les advierto que se alejen de los deseos mundanos, que luchan contra el alma. 12 Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios cuando él juzgue al mundo.[i]

Respeto por las autoridades

13 Por amor al Señor, sométanse a toda autoridad humana, ya sea al rey como jefe de Estado 14 o a los funcionarios que él ha nombrado. Pues a ellos el rey los ha mandado a que castiguen a aquellos que hacen el mal y a que honren a los que hacen el bien.

15 La voluntad de Dios es que la vida honorable de ustedes haga callar a la gente ignorante que los acusa sin fundamento alguno. 16 Pues ustedes son libres, pero a la vez, son esclavos de Dios, así que no usen su libertad como una excusa para hacer el mal. 17 Respeten a todos y amen a la familia de creyentes.[j] Teman a Dios y respeten al rey.

A los esclavos

18 Ustedes, los que son esclavos, deben someterse a sus amos con todo respeto.[k] Hagan lo que ellos les ordenan, no solo si son bondadosos y razonables, sino también si son crueles. 19 Pues Dios se complace cuando ustedes, siendo conscientes de su voluntad, sufren con paciencia cuando reciben un trato injusto. 20 Es obvio que no hay mérito en ser paciente si a uno lo golpean por haber actuado mal, pero si sufren por hacer el bien y lo soportan con paciencia, Dios se agrada de ustedes.

21 Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió[l] por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.

22 Él nunca pecó
    y jamás engañó a nadie.[m]
23 No respondía cuando lo insultaban
    ni amenazaba con vengarse cuando sufría.
Dejaba su causa en manos de Dios,
    quien siempre juzga con justicia.
24 Él mismo cargó nuestros pecados
    sobre su cuerpo en la cruz,
para que nosotros podamos estar muertos al pecado
    y vivir para lo que es recto.
Por sus heridas,
    ustedes son sanados.
25 Antes eran como ovejas
    que andaban descarriadas.
Pero ahora han vuelto a su Pastor,
    al Guardián de sus almas.

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