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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Jeremías 15-17

Inevitable condenación de Judá

15 Luego el Señor me dijo: «Aun si Moisés y Samuel se presentaran delante de mí para rogarme por este pueblo, no lo ayudaría. ¡Fuera con ellos! ¡Quítenlos de mi vista! Y si te dijeren: “¿Pero adónde podemos ir?”, diles: “Esto dice el Señor:

»”‘Los que están destinados a la muerte, a la muerte;
    los destinados a la guerra, a la guerra;
los destinados al hambre, al hambre;
    los destinados al cautiverio, al cautiverio’”.

»Enviaré contra ellos cuatro clases de destructores—dice el Señor—. Enviaré la espada para matar, los perros para arrastrar, los buitres para devorar y los animales salvajes para acabar con lo que haya quedado. Debido a las cosas perversas que Manasés, hijo de Ezequías, rey de Judá, hizo en Jerusalén, haré a mi pueblo objeto de horror para todos los reinos de la tierra.

»¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén?
    ¿Quién llorará por ti?
    ¿Quién se tomará la molestia de preguntar cómo estás?
Tú me has abandonado
    y me has dado la espalda
    —dice el Señor—.
Por eso, levantaré mi puño para destruirte.
    Estoy cansado de darte siempre otra oportunidad.
Te aventaré como el grano a las puertas de las ciudades
    y te quitaré tus hijos que tanto quieres.
Destruiré a mi propio pueblo,
    porque rehusó cambiar sus malos caminos.
Habrá más viudas
    que granos de arena a la orilla del mar.
Traeré al destructor al mediodía
    contra las madres de los jóvenes.
Súbitamente haré que caigan sobre ellas
    la angustia y el terror.
La madre de siete hijos se debilita y lucha por respirar;
    su sol se puso mientras todavía es de día.
Ahora queda sin hijos,
    avergonzada y humillada.
A los que queden, los entregaré
    para que sus enemigos los maten.
    ¡Yo, el Señor, he hablado!».

Queja de Jeremías

10 Luego dije:

—¡Qué aflicción tengo, madre mía!
    ¡Oh, si hubiera muerto al nacer!
    En todas partes me odian.
No soy un acreedor que pretende cobrar
    ni un deudor que se niega a pagar;
    aun así todos me maldicen.

11 El Señor respondió:

—Yo cuidaré de ti, Jeremías;
    tus enemigos te pedirán que ruegues a su favor
    en tiempos de aflicción y angustia.
12 ¿Puede un hombre quebrar una barra de hierro que proviene del norte
    o una barra de bronce?
13 Sin que a ellos les cueste nada,
    entregaré tus riquezas y tesoros
a tus enemigos como botín,
    porque el pecado corre desenfrenado en tu tierra.
14 Les diré a tus enemigos que te lleven
    cautivo a una tierra extranjera.
Pues mi enojo arde como un fuego
    que quemará para siempre.[a]

15 Luego dije:

Señor, tú sabes lo que me sucede.
    Por favor, ayúdame. ¡Castiga a mis perseguidores!
Por favor, dame más tiempo; no dejes que muera joven.
    Es por tu causa que sufro.
16 Cuando descubrí tus palabras las devoré;
    son mi gozo y la delicia de mi corazón,
porque yo llevo tu nombre,
    oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales.
17 Nunca me uní a la gente en sus alegres banquetes.
    Me senté a solas porque tu mano estaba sobre mí
    y me llené de indignación ante sus pecados.
18 ¿Por qué, entonces, continúa mi sufrimiento?
    ¿Por qué es incurable mi herida?
Tu ayuda parece tan incierta como el arroyo estacional,
    como un manantial que se ha secado.

19 Esto responde el Señor:

—Si regresas a mí te restauraré
    para que puedas continuar sirviéndome.
Si hablas palabras beneficiosas en vez de palabras despreciables,
    serás mi vocero.
Tienes que influir en ellos;
    ¡no dejes que ellos influyan en ti!
20 Pelearán contra ti como un ejército en ataque,
    pero yo te haré tan seguro como una pared de bronce fortificada.
Ellos no te conquistarán,
    porque estoy contigo para protegerte y rescatarte.
    ¡Yo, el Señor, he hablado!
21 Sí, te mantendré a salvo de estos hombres malvados;
    te rescataré de sus manos crueles.

A Jeremías se le prohíbe casarse

16 El Señor me dio otro mensaje: «No te cases ni tengas hijos en este lugar. Pues esto dice el Señor acerca de los niños nacidos en esta ciudad y de sus madres y padres: morirán de enfermedades terribles. Nadie llorará por ellos ni tampoco los enterrarán, sino que yacerán dispersos sobre el suelo como si fueran estiércol. Morirán por la guerra y morirán de hambre, y sus cuerpos serán comida para los buitres y los animales salvajes».

Se acerca el castigo a Judá

Esto dice el Señor: «No vayas a los funerales para llorar y mostrar compasión por ellos, porque he retirado mi protección y mi paz de ellos; he quitado mi amor inagotable y mi misericordia. Tanto el grande como el humilde morirán en esta tierra. Nadie los enterrará ni se lamentará por ellos. Sus amigos no se cortarán la piel ni se afeitarán la cabeza en señal de tristeza. Nadie ofrecerá una comida para consolar a quienes estén de luto por un muerto, ni siquiera por la muerte de una madre o de un padre. Nadie enviará una copa de vino para consolarlos.

»No vayas a sus fiestas ni a sus banquetes. Ni siquiera comas o bebas con ellos. Pues esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: en sus propios días y ante sus propios ojos pondré fin a las risas y a las canciones alegres en esta tierra. Ya no se oirán las voces felices de los novios ni de las novias.

10 »Cuando le digas todas estas cosas a la gente, ellos te preguntarán: “¿Por qué el Señor decretó cosas tan terribles contra nosotros? ¿Qué hemos hecho para merecer semejante trato? ¿Cuál es nuestro pecado contra el Señor nuestro Dios?”.

11 »Entonces les darás la respuesta del Señor: “Es porque sus antepasados me fueron infieles y rindieron culto a otros dioses y los sirvieron. Me abandonaron y no obedecieron mi palabra. 12 ¡Y ustedes son peores que sus antepasados! Se pusieron tercos y siguen sus propios malos deseos y rehúsan escucharme. 13 Por lo tanto, los expulsaré de esta tierra y los enviaré a una tierra extraña en la que ni ustedes ni sus antepasados han estado. Allí podrán rendir culto a ídolos día y noche, y ¡no les concederé ningún favor!”.

Esperanza a pesar del desastre

14 »Por tanto, se acerca la hora—dice el Señor—, cuando la gente que haga un juramento ya no dirá: “Tan cierto como que el Señor vive, quien rescató al pueblo de Israel de la tierra de Egipto”. 15 En cambio, dirán: “Tan cierto como que el Señor vive, quien trajo a Israel de regreso a su propia tierra desde la tierra del norte y de todos los países a donde él los envió al destierro”. Pues los traeré nuevamente a esta tierra que les di a sus antepasados.

16 »Ahora mandaré llamar a muchos pescadores para que los capturen—dice el Señor—. Mandaré llamar a cazadores para que los cacen en los montes, en las colinas y en las cuevas. 17 Los vigilo de cerca y veo cada pecado. No hay esperanza de que se escondan de mí. 18 Duplicaré su castigo por todos sus pecados, porque han contaminado mi tierra con las imágenes sin vida de sus detestables dioses y han llenado mi territorio con sus hechos malignos».

Oración de confianza de Jeremías

19 Señor, ¡tú eres mi fuerza y mi fortaleza,
    mi refugio en el día de aflicción!
Las naciones del mundo entero
    vendrán a ti y te dirán:
«Nuestros antepasados nos han dejado una herencia despreciable,
    porque rendían culto a ídolos inútiles.
20 ¿Acaso puede la gente hacer sus propios dioses?
    ¡Esos no son dioses verdaderos en absoluto!».

21 El Señor dice:
«Ahora les mostraré mi poder;
    ahora les mostraré mi fuerza.
Al fin sabrán y entenderán
    que yo soy el Señor.

Pecado y castigo de Judá

17 »El pecado de Judá
    está escrito con cincel de hierro,
grabado con punta de diamante en su corazón de piedra
    y en las esquinas de sus altares.
Incluso sus hijos van a rendir culto
    en los altares paganos y en los postes dedicados a la diosa Asera,
debajo de todo árbol frondoso
    y sobre cada colina alta.
Así que entregaré mi monte santo
    —junto con todas sus riquezas, tesoros
    y santuarios paganos—
como botín a sus enemigos,
    porque el pecado corre desenfrenado en su tierra.
La herencia maravillosa que he reservado para ustedes
    se les escapará de las manos.
Les diré a sus enemigos que los lleven
    cautivos a una tierra extranjera.
Pues mi enojo arde como un fuego
    que quemará para siempre».

La sabiduría del Señor

Esto dice el Señor:
«Malditos son los que ponen su confianza en simples seres humanos,
    que se apoyan en la fuerza humana
    y apartan el corazón del Señor.
Son como los arbustos raquíticos del desierto,
    sin esperanza para el futuro.
Vivirán en lugares desolados,
    en tierra despoblada y salada.

»Pero benditos son los que confían en el Señor
    y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza.
Son como árboles plantados junto a la ribera de un río
    con raíces que se hunden en las aguas.
A esos árboles no les afecta el calor
    ni temen los largos meses de sequía.
Sus hojas están siempre verdes
    y nunca dejan de producir fruto.

»El corazón humano es lo más engañoso que hay,
    y extremadamente perverso.
    ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?
10 Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones
    y examino las intenciones secretas.
A todos les doy la debida recompensa,
    según lo merecen sus acciones».

Jeremías confía en el Señor

11 Los que acaparan riquezas en forma injusta
    son como las perdices que empollan los huevos que no han puesto.
En la mitad de la vida perderán sus riquezas;
    al final, se volverán unos pobres viejos tontos.
12 Pero nosotros adoramos frente a tu trono:
    ¡eterno, puesto en alto y glorioso!
13 Oh Señor, esperanza de Israel,
    serán avergonzados todos los que se alejan de ti.
Serán enterrados en el polvo de la tierra,
    porque han abandonado al Señor, la fuente de agua viva.

14 Oh Señor, si me sanas, seré verdaderamente sano;
    si me salvas, seré verdaderamente salvo.
    ¡Mis alabanzas son solo para ti!
15 La gente se burla de mí y dice:
«¿Cuál es este “mensaje del Señor” del que hablas?
    ¿Por qué no se cumplen tus predicciones?».

16 Señor, no he abandonado mi labor
    como pastor de tu pueblo
ni he insistido que mandes desastres.
    Tú has oído todo lo que dije.
17 Señor, ¡no me aterrorices!
    Solo tú eres mi esperanza en el día de la calamidad.
18 Haz que se avergüencen y se desalienten todos los que me persiguen,
    pero no dejes que sea yo el avergonzado y el desalentado.
Haz que caiga sobre ellos un día de terror.
    ¡Sí, haz que caiga sobre ellos doble destrucción!

Guardar el día de descanso

19 Esto me dijo el Señor: «Ve y párate en las puertas de Jerusalén, primero en la puerta por donde el rey entra y sale, y luego en cada una de las demás puertas. 20 Dile a todo el pueblo: “Escuchen este mensaje del Señor, ustedes reyes de Judá y ustedes, habitantes de Judá y todos los que viven en Jerusalén. 21 Esto dice el Señor: ‘¡Escuchen mi advertencia! No comercien más en las puertas de Jerusalén en el día de descanso. 22 No trabajen en el día de descanso, sino hagan que sea un día sagrado. Yo les di este mandato a sus antepasados, 23 pero ellos no escucharon ni obedecieron. Tercamente rehusaron prestar atención o recibir mi disciplina.

24 »”’Pero si me obedecen, dice el Señor, y no comercian en las puertas ni trabajan en el día de descanso, y si lo guardan como día sagrado, 25 entonces los reyes y sus funcionarios entrarán y saldrán para siempre por estas puertas. Siempre habrá un descendiente de David sentado en el trono aquí en Jerusalén. Los reyes y sus funcionarios siempre entrarán y saldrán en carros y a caballo por entre la gente de Judá, y esta ciudad permanecerá para siempre. 26 Desde todas partes de Jerusalén, desde las ciudades de Judá y Benjamín, desde las colinas occidentales[b] y la zona montañosa, y del Neguev vendrá gente con sus ofrendas quemadas y sus sacrificios. Traerán sus ofrendas de grano, incienso y las ofrendas de acción de gracias al templo del Señor.

27 »”’Sin embargo, si no me escuchan y se niegan a guardar como sagrado el día de descanso, y si ese día pasan mercadería por las puertas de Jerusalén como si fuera cualquier otro, entonces quemaré estas puertas. El fuego se extenderá a los palacios y nadie podrá apagar las llamas rugientes’”».

2 Timoteo 2

Un buen soldado de Cristo Jesús

Timoteo, mi querido hijo, sé fuerte por medio de la gracia que Dios te da en Cristo Jesús. Me has oído enseñar verdades, que han sido confirmadas por muchos testigos confiables. Ahora enseña estas verdades a otras personas dignas de confianza que estén capacitadas para transmitirlas a otros.

Soporta el sufrimiento junto conmigo como un buen soldado de Cristo Jesús. Ningún soldado se enreda en los asuntos de la vida civil, porque de ser así, no podría agradar al oficial que lo reclutó. Asimismo ningún atleta puede obtener el premio a menos que siga las reglas. Y el agricultor que se esfuerza en su trabajo debería ser el primero en gozar del fruto de su labor. Piensa en lo que te digo. El Señor te ayudará a entender todas estas cosas.

Siempre recuerda que Jesucristo, descendiente del rey David, fue levantado de los muertos; esta es la Buena Noticia que yo predico. Debido a que predico esta Buena Noticia, sufro y estoy encadenado como un criminal; pero la palabra de Dios no puede ser encadenada. 10 Por eso estoy dispuesto a soportar cualquier cosa si esta traerá salvación y gloria eterna en Cristo Jesús a los que Dios ha elegido.

11 La siguiente declaración es digna de confianza:

Si morimos con él,
    también viviremos con él.
12 Si soportamos privaciones,
    reinaremos con él.
Si lo negamos,
    él nos negará.
13 Si somos infieles,
    él permanece fiel,
    pues él no puede negar quién es.

14 Recuérdales estas cosas a todos y ordénales en presencia de Dios que dejen de pelearse por palabras. Esos altercados son inútiles y pueden destruir a los que los oyen.

Un obrero aprobado

15 Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad. 16 Evita las conversaciones inútiles y necias, que solo llevan a una conducta cada vez más mundana. 17 Este tipo de conversaciones se extienden como el cáncer,[a] así como en el caso de Himeneo y Fileto. 18 Ellos han abandonado el camino de la verdad al afirmar que la resurrección de los muertos ya ocurrió; de esa manera, desviaron de la fe a algunas personas.

19 Sin embargo, la verdad de Dios se mantiene firme como una piedra de cimiento con la siguiente inscripción: «El Señor conoce a los que son suyos»[b], y «Todos los que pertenecen al Señor deben apartarse de la maldad»[c].

20 En una casa de ricos, algunos utensilios son de oro y plata, y otros son de madera y barro. Los utensilios costosos se usan en ocasiones especiales, mientras que los baratos son para el uso diario. 21 Si te mantienes puro, serás un utensilio especial para uso honorable. Tu vida será limpia, y estarás listo para que el Maestro te use en toda buena obra.

22 Huye de todo lo que estimule las pasiones juveniles. En cambio, sigue la vida recta, la fidelidad, el amor y la paz. Disfruta del compañerismo de los que invocan al Señor con un corazón puro.

23 Te repito: no te metas en discusiones necias y sin sentido que solo inician pleitos. 24 Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles. 25 Instruye con ternura a los que se oponen a la verdad. Tal vez Dios les cambie el corazón, y aprendan la verdad. 26 Entonces entrarán en razón y escaparán de la trampa del diablo. Pues él los ha tenido cautivos, para que hagan lo que él quiere.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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