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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Isaías 50-52

50 Esto dice el Señor:

«¿Despedí a la madre de ustedes porque me divorcié de ella?
    ¿Los vendí a ustedes como esclavos a mis acreedores?
No, fueron vendidos a causa de sus propios pecados;
    su madre también fue llevada a causa de los pecados de ustedes.
¿Por qué no había nadie cuando vine?
    ¿Por qué nadie respondió cuando llamé?
¿Se debe a que no tengo poder para rescatar?
    ¡No, no es esa la razón!
¡Pues yo puedo hablarle al mar y hacer que se seque!
    Puedo convertir los ríos en desiertos llenos de peces muertos.
Yo soy quien viste de tinieblas los cielos,
    y los cubro con ropajes de luto».

El Siervo obediente del Señor

El Señor Soberano me ha dado sus palabras de sabiduría,
    para que yo sepa consolar a los fatigados.
Mañana tras mañana me despierta
    y me abre el entendimiento a su voluntad.
El Señor Soberano me habló,
    y yo lo escuché;
    no me he rebelado, ni me he alejado.
Les ofrecí la espalda a quienes me golpeaban
    y las mejillas a quienes me tiraban de la barba;
no escondí el rostro
    de las burlas y los escupitajos.

Debido a que el Señor Soberano me ayuda,
    no seré avergonzado.
Por lo tanto, he puesto el rostro como una piedra,
    decidido a hacer su voluntad.
    Y sé que no pasaré vergüenza.
El que me hace justicia está cerca.
    Ahora, ¿quién se atreverá a presentar cargos en mi contra?
¿Dónde están mis acusadores?
    ¡Que se presenten!
Miren, el Señor Soberano está de mi lado.
    ¿Quién me declarará culpable?
Todos mis enemigos serán destruidos
    como ropa vieja que ha sido comida por la polilla.

10 Entre ustedes, ¿quién teme al Señor
    y obedece a su siervo?
Si caminan en tinieblas,
    sin un solo rayo de luz,
confíen en el Señor
    y dependan de su Dios.
11 Pero tengan cuidado, ustedes que viven en su propia luz,
    y que se calientan en su propia fogata.
Esta es la recompensa que recibirán de mí:
    pronto caerán en gran tormento.

Un llamado a confiar en el Señor

51 «Escúchenme, todos los que tienen esperanza de ser liberados,
    todos los que buscan al Señor.
Consideren la piedra de la que fueron tallados,
    la cantera de la que fueron extraídos.
Sí, piensen en Abraham, su antepasado,
    y en Sara, que dio a luz a su nación.
Cuando llamé a Abraham, era un solo hombre;
    pero, cuando lo bendije, se convirtió en una gran nación».

El Señor volverá a consolar a Israel[a]
    y tendrá piedad de sus ruinas.
Su desierto florecerá como el Edén,
    sus lugares desolados como el huerto del Señor.
Allí se encontrarán gozo y alegría;
    los cantos de gratitud llenarán el aire.

«Escúchame, pueblo mío;
    óyeme, Israel,
porque mi ley será proclamada
    y mi justicia llegará a ser una luz para las naciones.
Mi misericordia y mi justicia ya se acercan;
    mi salvación viene en camino.
    Mi brazo fuerte hará justicia a las naciones.
Las tierras lejanas me buscarán
    y con esperanza aguardarán mi brazo poderoso.
Levanten los ojos a los altos cielos
    y miren la tierra abajo.
Pues los cielos desaparecerán como humo
    y la tierra se gastará como una prenda de vestir.
Los habitantes de la tierra morirán como moscas,
    pero mi salvación permanece para siempre;
    mi reinado de justicia nunca tendrá fin.

»Escúchenme, ustedes que distinguen entre lo bueno y lo malo,
    ustedes que atesoran mi ley en el corazón.
No teman las burlas de la gente,
    ni tengan miedo de sus insultos.
Pues la polilla los devorará a ellos como devora la ropa,
    y el gusano los comerá como se come la lana.
Pero mi justicia permanecerá para siempre;
    mi salvación continuará de generación en generación».

¡Despierta, oh Señor, despierta! ¡Vístete de fuerza!
    ¡Mueve tu poderoso brazo derecho!
Levántate como en los días de antaño,
    cuando mataste a Egipto, al dragón del Nilo.[b]
10 ¿Acaso no eres el mismo hoy,
    el que secó el mar,
haciendo un camino en las profundidades
    para que tu pueblo pudiera escapar y cruzar al otro lado?
11 Regresarán los que fueron rescatados por el Señor
    y entrarán cantando a Jerusalén,[c]
    coronados de alegría eterna.
Desaparecerán el dolor y el luto
    y estarán llenos de gozo y de alegría.

12 «Yo, sí, yo soy quien te consuela.
    Entonces, ¿por qué les temes a simples seres humanos
    que se marchitan como la hierba y desaparecen?
13 Sin embargo, has olvidado al Señor, tu Creador,
    el que extendió el cielo como un dosel
    y puso los cimientos de la tierra.
¿Vivirás en constante terror de los opresores humanos?
    ¿Seguirás temiendo el enojo de tus enemigos?
¿Dónde están ahora su furia y su enojo?
    ¡Han desaparecido!
14 Pronto quedarán libres los cautivos.
    ¡La prisión, el hambre y la muerte no serán su destino!
15 Pues yo soy el Señor tu Dios,
    que agito el mar haciendo que rujan las olas.
    Mi nombre es Señor de los Ejércitos Celestiales.
16 Y he puesto mis palabras en tu boca
    y te he escondido a salvo dentro de mi mano.
Yo extendí[d] el cielo como un dosel
    y puse los cimientos de la tierra.
Yo soy el que le dice a Israel:
    “¡Tú eres mi pueblo!”».

17 ¡Despierta, oh Jerusalén, despierta!
    Has bebido la copa de la furia del Señor.
Has bebido la copa del terror;
    la has vaciado hasta la última gota.
18 Ni uno de tus hijos queda con vida
    para tomarte de la mano y guiarte.
19 Estas dos calamidades te han ocurrido:
    la desolación y la destrucción, el hambre y la guerra.
Y ¿quién ha quedado para compadecerse de ti?
    ¿Quién ha quedado para consolarte?[e]
20 Pues tus hijos se han desmayado y yacen en las calles,
    tan indefensos como antílopes atrapados en una red.
El Señor ha derramado su furia;
    Dios los ha reprendido.

21 Pero ahora escuchen esto, ustedes los afligidos,
    que están completamente borrachos,
    aunque no por haber bebido vino.
22 Esto dice el Señor Soberano,
    su Dios y Defensor:
«Miren, yo les quité de las manos la copa aterradora;
    ya no beberán más de mi furia.
23 En cambio, entregaré esa copa a quienes los atormentan,
    a los que dijeron: “Los pisotearemos en el polvo
    y caminaremos sobre sus espaldas”».

Liberación para Jerusalén

52 ¡Despierta, oh Sion, despierta!
    Vístete de fuerza.
Ponte tus ropas hermosas, oh ciudad santa de Jerusalén,
    porque ya no volverá a entrar por tus puertas la gente impura que no teme a Dios.
Levántate del polvo, oh Jerusalén,
    y siéntate en un lugar de honor.
Quítate del cuello las cadenas de la esclavitud,
    oh hija cautiva de Sion.
Pues esto dice el Señor:
«Cuando te vendí al destierro,
    no recibí pago alguno;
ahora puedo redimirte
    sin tener que pagar por ti».

Esto dice el Señor Soberano: «Hace mucho tiempo, mi pueblo decidió vivir en Egipto. Ahora es Asiria la que lo oprime. ¿Qué es esto?—pregunta el Señor—. ¿Por qué está esclavizado mi pueblo nuevamente? Quienes lo gobiernan gritan de júbilo;[f] todo el día blasfeman mi nombre.[g] Pero yo revelaré mi nombre a mi pueblo, y llegará a conocer mi poder. Entonces, por fin mi pueblo reconocerá que soy yo quien le habla».

¡Qué hermosos son sobre los montes
    los pies del mensajero que trae buenas noticias,
buenas noticias de paz y de salvación,
    las noticias de que el Dios de Israel[h] reina!
Los centinelas gritan y cantan de alegría,
    porque con sus propios ojos
    ven al Señor regresando a Jerusalén.[i]
Que las ruinas de Jerusalén canten de alegría,
    porque el Señor ha consolado a su pueblo;
    ha redimido a Jerusalén.
10 El Señor ha manifestado su santo poder
    ante los ojos de todas las naciones,
y todos los confines de la tierra verán
    la victoria de nuestro Dios.

11 ¡Salgan! Salgan y dejen atrás su cautiverio,
    donde todo lo que tocan es impuro.
Salgan de allí y purifíquense,
    ustedes que vuelven a su tierra con los objetos sagrados del Señor.
12 No saldrán con prisa,
    como quien corre para salvar su vida.
Pues el Señor irá delante de ustedes;
    atrás los protegerá el Dios de Israel.

El Siervo sufriente del Señor

13 Miren, mi siervo prosperará;
    será muy exaltado.
14 Pero muchos quedaron asombrados cuando lo[j] vieron.
    Tenía el rostro tan desfigurado que apenas parecía un ser humano,
    y por su aspecto, no se veía como un hombre.
15 Y él alarmará[k] a muchas naciones;
    los reyes quedarán mudos ante él.
Verán lo que no se les había contado;
    entenderán lo que no habían oído hablar.[l]

1 Tesalonicenses 5

Ahora bien, amados hermanos, con respecto a cómo y cuándo sucederá todo esto, en realidad no es necesario que les escribamos. Pues ustedes saben muy bien que el día del regreso del Señor llegará inesperadamente, como un ladrón en la noche. Cuando la gente esté diciendo: «Todo está tranquilo y seguro», entonces le caerá encima la catástrofe tan repentinamente como le vienen los dolores de parto a una mujer embarazada; y no habrá escapatoria posible.

Pero ustedes, amados hermanos, no están a oscuras acerca de estos temas, y no serán sorprendidos cuando el día del Señor venga como un ladrón.[a] Pues todos ustedes son hijos de la luz y del día; no pertenecemos a la oscuridad y a la noche. Así que manténganse en guardia, no dormidos como los demás. Estén alerta y lúcidos. Es en la noche cuando la gente duerme y los bebedores se emborrachan; pero los que vivimos en la luz estemos lúcidos, protegidos por la armadura de la fe y el amor, y usemos, por casco, la confianza de nuestra salvación.

Pues Dios escogió salvarnos por medio de nuestro Señor Jesucristo y no derramar su enojo sobre nosotros. 10 Cristo murió por nosotros para que—estemos vivos o muertos cuando regrese—podamos vivir con él para siempre. 11 Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen.

Consejos finales de Pablo

12 Amados hermanos, honren a sus líderes en la obra del Señor. Ellos trabajan arduamente entre ustedes y les dan orientación espiritual. 13 Ténganles mucho respeto y de todo corazón demuéstrenles amor por la obra que realizan. Y vivan en paz unos con otros.

14 Hermanos, les rogamos que amonesten a los perezosos. Alienten a los tímidos. Cuiden con ternura a los débiles. Sean pacientes con todos.

15 Asegúrense de que ninguno pague mal por mal, más bien siempre traten de hacer el bien entre ustedes y a todos los demás.

16 Estén siempre alegres. 17 Nunca dejen de orar. 18 Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.

19 No apaguen al Espíritu Santo. 20 No se burlen de las profecías, 21 sino pongan a prueba todo lo que se dice. Retengan lo que es bueno. 22 Aléjense de toda clase de mal.

Saludos finales de Pablo

23 Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva. 24 Dios hará que esto suceda, porque aquel que los llama es fiel.

25 Amados hermanos, oren por nosotros.

26 Saluden a todos los hermanos con un beso santo.

27 Les ordeno, en el nombre del Señor, que les lean esta carta a todos los demás hermanos.

28 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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