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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Ezequiel 22-23

Los pecados de Jerusalén

22 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: «Y tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad sanguinaria y le mostrarás todas sus abominaciones? Le dirás, pues: “Así ha dicho Jehová, el Señor: ¡Ciudad que derrama sangre dentro de sí misma para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse! En tu sangre que derramaste has pecado y te has contaminado con tus ídolos que hiciste; has hecho que tu día se acerque y has llegado al término de tus años; por tanto, te he dado en oprobio a las naciones, en escarnio a todas las tierras. Las que están cerca de ti y las que están lejos se reirán de ti, amancillada de nombre y de gran turbación.

»”He aquí que los gobernantes de Israel, cada uno según su poder, se esfuerzan en derramar sangre. Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con violencia en medio de ti, y en ti despojaron al huérfano y a la viuda. Mis santuarios menospreciaste y mis sábados has profanado. Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; en ti comieron sobre los montes y en medio de ti hicieron perversidades. 10 La desnudez del padre descubrieron en ti, y en ti hicieron violencia a la que estaba impura por su menstruo. 11 Cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo, cada uno contaminó pervertidamente a su nuera y cada uno violó en ti a su hermana, la hija de su padre. 12 Precio recibieron en ti para derramar sangre; interés y usura tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia. ¡Te olvidaste de mí!, dice Jehová, el Señor.

13 »”Y batí mis manos a causa de la avaricia con que actuaste y a causa de la sangre que derramaste en medio de ti. 14 ¿Estará firme tu corazón? ¿Serán fuertes tus manos en los días en que yo proceda contra ti? Yo, Jehová, he hablado, y lo haré. 15 Te dispersaré por las naciones, te esparciré por los países y eliminaré de ti tu impureza. 16 Y por ti misma serás degradada a la vista de las naciones. Y sabrás que yo soy Jehová.”»

17 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 18 «Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en escoria. Todos ellos son bronce, estaño, hierro y plomo en medio del horno; y en escorias de plata se han convertido. 19 Por tanto, así ha dicho Jehová, el Señor: “Por cuanto todos vosotros os habéis convertido en escorias, por eso, yo os reuniré en medio de Jerusalén. 20 Como quien junta plata, bronce, hierro, plomo y estaño en medio del horno, para encender fuego en él para fundirlos, así os juntaré en mi furor y en mi ira. Os pondré allí y os fundiré. 21 Yo os juntaré y soplaré sobre vosotros en el fuego de mi furor, y en medio de él seréis fundidos. 22 Como se funde la plata en medio del horno, así, en medio de él, seréis fundidos. Así sabréis que yo, Jehová, habré derramado mi ira sobre vosotros.”»

23 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 24 «Hijo de hombre, dile a ella: “Tú no eres tierra limpia ni rociada con lluvia en el día del furor. 25 Hay conjuración de sus profetas en medio de ella, como de león rugiente que arrebata la presa. Devoraron vidas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en medio de ella. 26 Sus sacerdotes violaron mi Ley y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio. De mis sábados apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos. 27 Sus jefes en medio de ella son como lobos que arrebatan la presa: derraman sangre para destruir las vidas, para obtener ganancias injustas. 28 Sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizando vanidad y prediciéndoles mentira, diciendo: ‘Así ha dicho Jehová, el Señor’, y Jehová no había hablado. 29 El pueblo de la tierra oprimía y robaba; al afligido y necesitado hacía violencia y al extranjero oprimía contra derecho. 30 Busqué entre ellos un hombre que levantara una muralla y que se pusiera en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyera; pero no lo hallé. 31 Por tanto, derramé sobre ellos mi ira. Con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová, el Señor.”»

Las dos hermanas

23 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: «Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una misma madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron acariciados sus pechos virginales. La mayor se llamaba Ahola, y su hermana, Aholiba. Ambas fueron mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba.

»Y Ahola, aun perteneciéndome, cometió fornicación. Se enamoró de sus amantes los asirios, vecinos suyos, vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo. Se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos. Y no dejó sus fornicaciones de Egipto, pues muchos se acostaron con ella en su juventud. Ellos acariciaron sus pechos virginales y derramaron sobre ella su lujuria. Por lo cual la entregué en manos de sus amantes, en manos de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado. 10 Ellos descubrieron su desnudez, tomaron a sus hijos y a sus hijas, y a ella la mataron a espada. Y llegó a ser famosa entre las mujeres a causa del escarmiento que hicieron de ella.

11 »Esto lo vio su hermana Aholiba, y enloqueció de lujuria más que ella: sus fornicaciones fueron peores que las fornicaciones de su hermana. 12 Se enamoró de los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables. 13 Y vi que se había contaminado, que un mismo camino era el de ambas. 14 Y aumentó sus fornicaciones, pues cuando vio a hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color, 15 ceñidos por la cintura con talabartes y llevando turbantes de colores en la cabeza, todos ellos con apariencia de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su nacimiento, 16 se enamoró de ellos a primera vista, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos. 17 Así, pues, se unieron a ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron. Y ella también se contaminó con ellos, pero luego su alma se hastió de ellos. 18 Así hizo evidentes sus fornicaciones y descubrió sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana. 19 Incluso multiplicó sus fornicaciones recordando los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. 20 Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos y cuyo flujo es como el flujo de los caballos. 21 Así recordaste de nuevo la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios acariciaron tus pechos, los pechos de tu juventud.

22 »Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jehová, el Señor: “He aquí que yo suscitaré contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu alma, y los haré venir contra ti de todos lados. 23 Los de Babilonia y todos los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa, y todos los de Asiria con ellos; jóvenes codiciables, gobernadores y capitanes, nobles y hombres notables, que montan a caballo todos ellos. 24 Y vendrán rodando contra ti carros y carretas, y una multitud de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti por todos los lados. Yo pondré en sus manos el juicio, y según sus leyes te juzgarán. 25 Pondré mi celo contra ti, y procederán contigo con furor. Te arrancarán la nariz y las orejas, y lo que te quede caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y el resto de ti será consumido por el fuego. 26 Te despojarán de tus vestidos y te arrebatarán todos los adornos de tu belleza. 27 Y haré cesar de ti tu lujuria y tu fornicación de la tierra de Egipto: no levantarás ya más hacia ellos tus ojos ni nunca más te acordarás de Egipto. 28 Porque así ha dicho Jehová, el Señor: Yo te entrego en manos de aquellos que aborreciste, en manos de aquellos de los cuales se hastió tu alma, 29 los cuales procederán contigo con odio y tomarán todo el fruto de tu labor; te dejarán desnuda por completo, y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, tu lujuria y tu prostitución. 30 Estas cosas se harán contigo porque fornicaste en pos de las naciones con las cuales te contaminaste en sus ídolos. 31 En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su copa en tu mano.

32 »”Así ha dicho Jehová, el Señor:

»”Beberás la gran copa, honda y ancha, de tu hermana,
que es de gran capacidad;
de ti se mofarán las naciones y se reirán de ti.
33 Serás llena de embriaguez y de dolor
por la copa de soledad y de desolación,
por la copa de tu hermana Samaria.
34 La beberás, pues, hasta agotarla;
quebrarás sus tiestos
y te desgarrarás los pechos,
porque yo he hablado,

dice Jehová, el Señor.

35 »”Por tanto, así ha dicho Jehová, el Señor: Por cuanto te has olvidado de mí y me has echado a tus espaldas, por eso, lleva tú también tu lujuria y tus fornicaciones.”»

36 Y me dijo Jehová: «Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola y a Aholiba, y les denunciarás sus abominaciones? 37 Porque han adulterado y hay sangre en sus manos. Han fornicado con sus ídolos, y aun a sus hijos que habían dado a luz para mí, hicieron pasar por el fuego, quemándolos. 38 Aun me hicieron más: contaminaron mi santuario en aquel día y profanaron mis sábados. 39 Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi santuario el mismo día, para contaminarlo. ¡Y esto lo hicieron en medio de mi Casa! 40 Además, enviaron en busca de hombres que vinieran de lejos, a los cuales había sido enviado un mensajero, y vinieron. Por amor de ellos te lavaste, te pintaste los ojos y te ataviaste con adornos; 41 te sentaste sobre un suntuoso estrado; fue preparada una mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi incienso y mi aceite. 42 Y se oyó allí el bullicio de una multitud que se solazaba con ella; y con los hombres de la gente común había sabeos traídos del desierto; y pusieron pulseras en sus manos y bellas coronas sobre sus cabezas.

43 »Y dije respecto de la envejecida en adulterios: “¿Todavía cometerán fornicaciones con ella, y ella con ellos? 44 Porque vienen a ella como quien viene a una prostituta. Así vienen a Ahola y a Aholiba, mujeres depravadas.” 45 Por tanto, hombres justos las juzgarán según la ley de las adúlteras y según la ley de las que derraman sangre; porque son adúlteras y hay sangre en sus manos.

46 »Por lo que así ha dicho Jehová, el Señor: “Yo haré subir contra ellas tropas, las entregaré a la turbación y la rapiña. 47 Las turbas las apedrearán y las atravesarán con sus espadas; matarán a sus hijos y a sus hijas, e incendiarán sus casas. 48 Así haré cesar la lujuria de la tierra; escarmentarán todas las mujeres, y no harán según vuestras perversidades. 49 Y sobre vosotras pondrán vuestras perversidades y pagaréis los pecados de vuestra idolatría. Y sabréis que yo soy Jehová, el Señor.”»

1 Pedro 1

Salutación

Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según el previo conocimiento de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

Una esperanza viva

Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su gran misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios, mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo final.

Por lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que, sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. Vosotros, que lo amáis sin haberlo visto, creyendo en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo y las glorias que vendrían tras ellos. 12 A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

Llamamiento a una vida santa

13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado. 14 Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, 15 sino, así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, 16 porque escrito está: «Sed santos, porque yo soy santo.»

17 Si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación, 18 pues ya sabéis que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la cual recibisteis de vuestros padres) no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. 20 Él estaba destinado desde antes de la fundación del mundo, pero ha sido manifestado en los últimos tiempos por amor de vosotros. 21 Por medio de él creéis en Dios, quien lo resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.

22 Al obedecer a la verdad, mediante el Espíritu, habéis purificado vuestras almas para el amor fraternal no fingido. Amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro, 23 pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre, 24 porque:

«Toda carne es como hierba
y toda la gloria del hombre como flor de la hierba;
la hierba se seca y la flor se cae,
25 mas la palabra del Señor permanece para siempre.»

Y ésta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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