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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Isaías 50-52

Jehová ayuda a quienes confían en él

50 Así dijo Jehová:
«¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre,
con la cual yo la repudié?
¿O quiénes son mis acreedores,
a quienes yo os he vendido?
He aquí que por vuestras maldades habéis sido vendidos
y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre.
¿Por qué cuando vine no hallé a nadie
y cuando llamé nadie respondió?
¿Acaso se ha acortado mi mano para no poderos rescatar?
¿No tengo yo poder para librar?
He aquí que con mi reprensión hago secar el mar,
convierto los ríos en desierto,
y sus peces se pudren por falta de agua
y mueren de sed.
Visto de oscuridad los cielos
y les pongo saco por cubierta.»

Jehová el Señor me dio
lengua de sabios,
para saber hablar palabras al cansado;
despertará mañana tras mañana,
despertará mi oído
para que escuche como los sabios.
Jehová, el Señor, me abrió el oído,
y yo no fui rebelde
ni me volví atrás.
Di mi cuerpo a los heridores
y mis mejillas a los que me mesaban la barba;
no aparté mi rostro de injurias y de esputos.
Porque Jehová, el Señor, me ayuda,
no me avergoncé;
por eso he puesto mi rostro como un pedernal,
y sé que no seré avergonzado.
Muy cerca de mí está el que me salva:
¿quién contenderá conmigo?
¡Juntémonos!
¿Quién es el adversario de mi causa?
¡Acérquese a mí!
He aquí que Jehová el Señor me ayudará:
¿quién podrá condenarme?
He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir,
serán comidos por la polilla.

10 ¿Quién de entre vosotros teme a Jehová
y escucha la voz de su siervo?
El que anda en tinieblas
y carece de luz,
confíe en el nombre de Jehová
y apóyese en su Dios.
11 He aquí que todos vosotros encendéis fuego,
os rodeáis de teas:
pues andad a la luz de vuestro fuego
y de las teas que encendisteis.
De mi mano os vendrá esto:
en dolor seréis sepultados.

Palabras de consuelo para Sión

51 «Oídme, los que seguís la justicia,
los que buscáis a Jehová.
Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados,
al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.
Mirad a Abraham, vuestro padre,
y a Sara, que os dio a luz;
porque cuando no era más que uno solo,
lo llamé, lo bendije y lo multipliqué.
Ciertamente consolará Jehová a Sión;
consolará todas sus ruinas.
Cambiará su desierto en un edén
y su tierra estéril en huerto de Jehová;
se hallará en ella alegría y gozo,
alabanzas y cánticos.

»Estad atentos a mí, pueblo mío,
y oídme, nación mía;
porque de mí saldrá la Ley,
y mi justicia para luz de los pueblos.
Muy cerca está mi justicia,
ya ha salido mi salvación
y mis brazos juzgarán a los pueblos.
En mí esperan los de la costa;
en mi brazo ponen su esperanza.
Alzad a los cielos vuestros ojos
y mirad abajo, a la tierra;
porque los cielos se desvanecerán como el humo
y la tierra se envejecerá como un vestido.
De la misma manera perecerán sus moradores;
pero mi salvación será para siempre,
mi justicia no perecerá.
Oídme, los que conocéis justicia,
pueblo en cuyo corazón está mi Ley.
No temáis afrenta de hombres
ni desmayéis por sus ultrajes.
Porque como a un vestido los comerá la polilla,
como a la lana los comerá el gusano;
pero mi justicia permanecerá perpetuamente
y mi salvación por generación y generación.»

¡Despiértate, despiértate,
vístete de poder, brazo de Jehová!
¡Despiértate como en el tiempo antiguo,
en los siglos pasados!
¿No eres tú el que despedazó a Rahab,
el que hirió al dragón?
10 ¿No eres tú el que secó el mar,
las aguas del gran abismo,
el que transformó en camino las profundidades del mar
para que pasaran los redimidos?
11 Ciertamente volverán los redimidos de Jehová;
volverán a Sión cantando
y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas.
Tendrán gozo y alegría,
y huirán el dolor y el gemido.

12 «Yo, yo soy vuestro consolador.
¿Quién eres tú para que tengas temor de los mortales
y de los hijos de los hombres, que son como el heno?
13 ¿Ya te has olvidado de Jehová, tu Hacedor,
que extendió los cielos y fundó la tierra?
Todo el día, sin cesar, has temido
el furor del que aflige,
cuando se dispone a destruir.
¿Pero dónde está el furor del que aflige?
14 El preso agobiado será libertado pronto;
no morirá en la mazmorra ni le faltará su pan.

15 »Yo Jehová,
que agito el mar y hago rugir sus olas,
soy tu Dios,
y mi nombre es Jehová de los ejércitos.
16 En tu boca he puesto mis palabras
y con la sombra de mi mano te cubrí,
extendiendo los cielos, echando los cimientos de la tierra
y diciendo a Sión: “Pueblo mío eres tú.”»

17 ¡Despierta, despierta,
levántate, Jerusalén,
que bebiste de la mano de Jehová
la copa de su ira!
Porque la copa de aturdimiento
bebiste hasta los posos.
18 De todos los hijos que dio a luz,
no hay quien la guíe;
ni quien la tome de la mano,
de todos los hijos que crió.
19 Estas dos cosas te han acontecido:
asolamiento y quebrantamiento,
hambre y espada.
¿Quién se compadece de ti?
¿Quién te consolará?
20 Tus hijos desmayaron, estuvieron tendidos
en las encrucijadas de todos los caminos,
como un antílope en la red,
llenos de la indignación de Jehová,
de la ira del Dios tuyo.
21 Ahora, pues, oye esto, afligida,
ebria, pero no de vino:
22 Así dijo Jehová, tu Señor y tu Dios,
el cual aboga por su pueblo:
«He aquí he quitado de tu mano
la copa de aturdimiento,
los posos de la copa de mi ira.
Nunca más la beberás.
23 Yo la pondré en manos de tus angustiadores,
que dijeron a tu alma:
“Inclínate, y pasaremos por encima de ti.”
Y tú pusiste tu espalda como suelo,
como camino, para que pasaran.»

Dios librará a Sión del cautiverio

52 ¡Despierta, despierta,
vístete de poder, Sión!
¡Vístete tu ropa hermosa,
Jerusalén, ciudad santa,
porque nunca más vendrá a ti
incircunciso ni inmundo!
Sacúdete el polvo;
levántate y siéntate, Jerusalén;
suelta las ataduras de tu cuello,
cautiva hija de Sión.
Porque así dice Jehová:
«De balde fuisteis vendidos;
por tanto, sin dinero seréis rescatados.»
Porque así dijo Jehová el Señor:
«Mi pueblo descendió a Egipto en tiempo pasado,
para morar allá,
y el asirio lo cautivó sin razón.»
Y ahora Jehová dice:
«¿Qué hago aquí,
ya que mi pueblo es llevado injustamente?
¡Los que de él se enseñorean lo hacen aullar,
y continuamente blasfeman contra mi nombre todo el día!»,
dice Jehová.
«Por tanto, mi pueblo conocerá mi nombre en aquel día,
porque yo mismo que hablo,
he aquí estaré presente.»

¡Cuán hermosos son sobre los montes
los pies del que trae alegres nuevas,
del que anuncia la paz,
del que trae nuevas del bien,
del que publica salvación,
del que dice a Sión: «¡Tu Dios reina!»!

«¡Voz de tus atalayas!» Alzarán la voz;
a una voz gritarán de júbilo,
porque con sus propios ojos verán
que Jehová vuelve a traer a Sión.
¡Cantad alabanzas, alegraos juntas,
ruinas de Jerusalén,
porque Jehová ha consolado a su pueblo,
ha redimido a Jerusalén!
10 Jehová desnudó su santo brazo
ante los ojos de todas las naciones,
y todos los confines de la tierra
verán la salvación del Dios nuestro.

11 ¡Apartaos, apartaos, salid de ahí,
no toquéis cosa inmunda!
¡Salid de en medio de ella,
purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová!
12 Porque no saldréis apresurados
ni iréis huyendo,
porque Jehová irá delante de vosotros,
y vuestra retaguardia será el Dios de Israel.

Sufrimientos del Siervo de Jehová

13 He aquí que mi siervo será prosperado,
será engrandecido y exaltado,
será puesto muy en alto.
14 Como se asombraron de ti muchos
(pues de tal manera estaba desfigurada su apariencia,
que su aspecto no parecía el de un ser humano),
15 así asombrará él a muchas naciones.
Los reyes cerrarán ante él la boca,
porque verán lo que nunca les fue contado
y entenderán lo que jamás habían oído.

1 Tesalonicenses 5

Acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba, porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche. Cuando digan: «Paz y seguridad», entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.

Pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino vigilemos y seamos sobrios, pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de la fe y del amor, y con la esperanza de salvación como casco. Dios no nos ha puesto para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10 quien murió por nosotros para que ya sea que vigilemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él. 11 Por lo cual, animaos unos a otros y edificaos unos a otros, así como lo estáis haciendo.

Pablo exhorta a los hermanos

12 Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros y os presiden en el Señor y os amonestan. 13 Tenedlos en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.

14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.

15 Mirad que ninguno pague a otro mal por mal, antes seguid siempre lo bueno unos para con otros y para con todos.

16 Estad siempre gozosos. 17 Orad sin cesar. 18 Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 19 No apaguéis al Espíritu. 20 No menospreciéis las profecías. 21 Examinadlo todo y retened lo bueno. 22 Absteneos de toda especie de mal.

23 Que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— sea guardado irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.

25 Hermanos, orad por nosotros.

26 Saludad a todos los hermanos con beso santo.

27 Os encargo encarecidamente, por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos.

28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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