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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
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Proverbios 8-9

Excelencia de la Sabiduría

¿Acaso no clama la Sabiduría
y alza su voz la inteligencia?
Apostada en las alturas junto al camino,
en las encrucijadas de las veredas,
junto a las puertas, a la entrada de la ciudad,
a la entrada de las puertas da voces:
¡A vosotros, hombres, llamo;
mi voz dirijo a los hijos de los hombres!
«Ingenuos, aprended discreción;
y vosotros, necios, entrad en cordura.
Escuchad, porque voy a decir cosas excelentes,
voy a abrir mis labios para cosas rectas.
Porque mi boca dice la verdad,
y mis labios abominan la impiedad.
Justas son todas las razones de mi boca:
nada hay en ellas perverso ni torcido;
todas son claras para el que entiende
y rectas para los que han hallado sabiduría.
10 Recibid mi enseñanza antes que la plata,
y ciencia antes que el oro puro;
11 porque mejor es la sabiduría que las perlas,
y no hay cosa deseable que se le pueda comparar.»

Discurso de la Sabiduría

12 «Yo, la Sabiduría, habito con la cordura
y tengo la ciencia de los consejos.
13 El temor de Jehová es aborrecer el mal:
yo aborrezco la soberbia, la arrogancia, el mal camino
y la boca perversa.
14 Conmigo están el consejo y el buen juicio.
Yo soy la inteligencia, y mío es el poder.
15 Por mí reinan los reyes,
y los príncipes ejercen la justicia.
16 Por mí dominan los príncipes,
y los gobernadores juzgan la tierra.
17 Yo amo a los que me aman,
y me hallan los que temprano me buscan.
18 Las riquezas y el honor me acompañan;
los bienes permanentes y la justicia.
19 Mejor es mi fruto que el oro, que el oro refinado;
y mis beneficios mejores que la plata pura.
20 Por vereda de justicia guiaré,
por en medio de sendas de juicio,
21 para hacer que los que me aman tengan su heredad
y que yo llene sus tesoros.

22 »Jehová me poseía en el principio,
ya de antiguo, antes de sus obras.
23 Eternamente tuve la primacía, desde el principio,
antes de la tierra.
24 Fui engendrada antes que los abismos,
antes que existieran las fuentes de las muchas aguas.
25 Antes que los montes fueran formados,
antes que los collados, ya había sido yo engendrada,
26 cuando él aún no había hecho la tierra, ni los campos,
ni el principio del polvo del mundo.
27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo;
cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo,
28 cuando afirmaba los cielos arriba,
cuando afirmaba las fuentes del abismo,
29 cuando fijaba los límites al mar
para que las aguas no transgredieran su mandato,
cuando establecía los fundamentos de la tierra,
30 con él estaba yo ordenándolo todo.
Yo era su delicia cada día
y me recreaba delante de él en todo tiempo.
31 Me regocijaba con la parte habitada de su tierra,
pues mis delicias están con los hijos de los hombres.

32 »Ahora pues, hijos, escuchadme:
¡Bienaventurados los que guardan mis caminos!
33 Atended el consejo, sed sabios
y no lo menospreciéis.
34 Bienaventurado el hombre que me escucha,
velando a mis puertas cada día,
guardando los postes de mis puertas,
35 porque el que me halle, hallará la vida
y alcanzará el favor de Jehová;
36 pero el que peca contra mí, se defrauda a sí mismo,
pues todos los que me aborrecen aman la muerte».

La sabiduría y la insensatez

La Sabiduría edificó su casa,
labró sus siete columnas,
mató sus víctimas, mezcló su vino
y puso su mesa.
Envió a sus criadas,
y sobre lo más alto de la ciudad clamó,
diciendo a todo ingenuo: «Ven acá»,
y a los insensatos:
«Venid, comed de mi pan
y bebed del vino que he mezclado.
Dejad vuestras ingenuidades y viviréis;
y andad por el camino de la inteligencia.»

El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta;
el que reprende al malvado, atrae mancha sobre sí.
No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca;
corrige al sabio, y te amará.
Da al sabio, y será más sabio;
enseña al justo, y aumentará su saber.
10 El temor de Jehová es el principio de la sabiduría;
el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
11 Porque por mí se aumentarán tus días,
años de vida se te añadirán.
12 Si eres sabio, para ti lo eres;
si eres escarnecedor, sólo tú lo pagarás.

13 La mujer necia es alborotadora,
ingenua e ignorante.
14 Se sienta en una silla a la puerta de su casa,
en los lugares altos de la ciudad,
15 para llamar a los que pasan por el camino,
a los que van derechos por sus sendas,
16 y dice a cualquier ingenuo: «Ven acá»;
y a los faltos de cordura dice:
17 «Las aguas robadas son dulces,
y el pan comido a escondidas es sabroso.»
18 Pero ellos no saben que allí están los muertos,
que sus convidados están en lo profundo del seol.

2 Corintios 3

Ministros del nuevo pacto

¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres. Y es manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.

Esta confianza la tenemos mediante Cristo para con Dios. No que estemos capacitados para hacer algo por nosotros mismos; al contrario, nuestra capacidad proviene de Dios, el cual asimismo nos capacitó para ser ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu, porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.

Si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa del resplandor de su rostro, el cual desaparecería, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del Espíritu? Si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación, 10 porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. 11 Si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.

12 Así que, teniendo tal esperanza, actuamos con mucha franqueza, 13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de desaparecer. 14 Pero el entendimiento de ellos se embotó, porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo sin descorrer, el cual por Cristo es quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo será quitado. 17 El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18 Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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