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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Isaías 28-29

Condenación de Efraín

28 ¡Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín
y de la flor caduca de la hermosura de su gloria,
que está sobre la cabeza del valle fértil
de los aturdidos del vino!
He aquí, Jehová tiene a uno que es fuerte y poderoso:
como una tormenta de granizo,
como un torbellino arrasador,
como el ímpetu de recias aguas que inundan.
Con fuerza derriba a tierra,
con los pies será pisoteada
la corona de soberbia de los ebrios de Efraín.
Y la flor caduca de la hermosura de su gloria
que está sobre la cabeza del valle fértil,
será como la fruta temprana,
la primera del verano, la cual, apenas la ve el que la mira,
se la traga
tan luego como la tiene a la mano.

Aquel día, Jehová de los ejércitos
será por corona de gloria
y diadema de hermosura
para el resto de su pueblo.
Será espíritu de justicia
para el que se sienta a juzgar,
y dará fuerzas
a los que rechazan el asalto a la puerta.

Pero también estos erraron por el vino
y por la sidra se entontecieron;
el sacerdote y el profeta erraron por la sidra,
fueron trastornados por el vino;
se aturdieron con la sidra,
erraron en la visión,
titubearon en el juicio.
Porque toda mesa está llena
de vómito y suciedad,
hasta no quedar lugar limpio.
¿A quién se habrá de instruir?
o ¿a quién se hará entender la doctrina?
¿A los destetados?
¿A los recién destetados?
10 Porque mandamiento tras mandamiento,
mandato sobre mandato,
renglón tras renglón,
línea tras línea,
un poquito aquí, un poquito allá,
11 porque en lengua de tartamudos,
en lenguaje extraño,
hablará a este pueblo.
12 A ellos dijo: «Éste es el reposo;
dad reposo al cansado.
Éste es el alivio»,
mas no quisieron escuchar.
13 La palabra, pues, de Jehová les será
mandamiento tras mandamiento,
mandato tras mandato,
renglón tras renglón,
línea tras línea,
un poquito aquí, un poquito allá;
hasta que vayan y caigan de espaldas,
y sean quebrantados, atrapados y aprisionados.

Amonestación a Jerusalén

14 Por tanto, señores burladores
que gobernáis a este pueblo
que está en Jerusalén,
oíd la palabra de Jehová.
15 Vosotros habéis dicho:
«Hemos hecho un pacto con la muerte;
un convenio hicimos con el seol.
Cuando pase el torrente del azote,
no llegará a nosotros,
porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira
y en la falsedad nos esconderemos.»

16 Por eso, Jehová, el Señor, dice así:
«He aquí que yo he puesto en Sión
por fundamento una piedra,
piedra probada,
angular, preciosa,
de cimiento estable.
El que crea, no se apresure.
17 Ajustaré el juicio a cordel,
y a nivel la justicia.»
El granizo barrerá el refugio de la mentira
y las aguas inundarán el escondrijo.
18 Y será anulado vuestro pacto con la muerte
y vuestro convenio con el seol no será firme;
cuando pase el torrente del azote,
seréis por él pisoteados.
19 Luego que comience a pasar,
él os arrebatará,
porque de mañana en mañana pasará,
de día y de noche;
y será ciertamente un espanto el entender lo oído.
20 La cama será corta para poder estirarse
y la manta estrecha para poder envolverse.

21 Jehová se levantará como en el monte Perazim,
como en el valle de Gabaón se enojará;
para hacer su obra, su extraña obra,
y para hacer su trabajo, su extraño trabajo.
22 Ahora, pues, no os burléis,
para que no se aprieten más vuestras ataduras;
porque destrucción ya determinada
sobre todo el país
he oído del Señor,
Jehová de los ejércitos.

23 Estad atentos y oíd mi voz;
atended y oíd mi dicho:
24 El que ara para sembrar,
¿arará todo el día?
¿Sólo romperá y quebrará los terrones de la tierra?
25 Cuando ya ha preparado su superficie,
¿no esparce el eneldo, siembra el comino,
pone el trigo en hileras,
la cebada en el lugar señalado
y la avena en su borde apropiado?
26 Porque su Dios lo instruye
y le enseña lo recto:
27 que el eneldo no se trilla con trillo,
ni sobre el comino se pasa rueda de carreta;
sino que con un palo se sacude el eneldo,
y el comino con una vara.
28 El grano se trilla;
pero no lo trillará por siempre,
ni lo aplasta con la rueda de su carreta,
ni lo tritura con los dientes de su trillo.
29 ¡También esto salió de Jehová de los ejércitos,
para hacer maravilloso el consejo
y engrandecer su sabiduría!

Ariel y sus enemigos

29 ¡Ay de Ariel, de Ariel,
la ciudad donde acampó David!
Añadid un año a otro,
y que las fiestas sigan su curso.
Mas yo pondré a Ariel en aprietos,
y habrá desconsuelo y tristeza.
Será para mí un «ariel».
Porque acamparé contra ti,
a tu alrededor;
te sitiaré con máquinas de asedio
y levantaré contra ti baluartes.
Entonces serás derribada
y hablarás desde la tierra.
Tu habla saldrá del polvo;
tu voz, desde la tierra, será como la de un fantasma,
y tu habla susurrará desde el polvo.
La muchedumbre de tus enemigos
será como polvo menudo
y la multitud de los fuertes
como tamo que pasa.
Acontecerá repentinamente,
en un momento.
Por Jehová de los ejércitos serás visitada
con truenos, con terremotos y con gran ruido,
con torbellino y tempestad, y con llama de fuego consumidor.
Y será como un sueño de visión nocturna
la multitud de todas las naciones
que pelean contra Ariel,
y todos los que pelean contra ella y su fortaleza,
y los que la ponen en aprietos.
Les sucederá como al que tiene hambre y sueña:
le parece que come,
pero cuando despierta su estómago está vacío;
o como al que tiene sed y sueña:
le parece que bebe,
pero cuando despierta se halla cansado y sediento.
Así será la multitud de todas las naciones
que pelean contra el monte Sión.

Ceguera e hipocresía de Israel

¡Deteneos y maravillaos;
ofuscaos y cegaos!
¡Embriagaos, pero no de vino;
tambaleaos, pero no por sidra!
10 Porque Jehová derramó sobre vosotros
un espíritu de sopor,
cerró los ojos de vuestros profetas
y puso un velo sobre las cabezas de vuestros videntes.
11 Y os será toda visión
como las palabras de un libro sellado,
el cual, si lo dan al que sabe leer,
y le dicen: «Lee ahora esto»,
él dirá: «No puedo,
porque está sellado.»
12 Y si se da el libro al que no sabe leer,
diciéndole: «Lee ahora esto»,
él dirá: «No sé leer.»

13 Dice, pues, el Señor:
«Porque este pueblo se acerca a mí con su boca
y con sus labios me honra,
pero su corazón está lejos de mí
y su temor de mí
no es más que un mandamiento de hombres
que les ha sido enseñado;
14 por eso, he aquí que nuevamente
excitaré yo la admiración de este pueblo
con un prodigio grande y espantoso,
porque perecerá la sabiduría de sus sabios
y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.»

15 ¡Ay de los que se esconden de Jehová
encubriendo sus planes,
y sus obras las hacen en tinieblas,
y dicen: «¿Quién nos ve, y quién nos conoce?»
16 Vuestra perversidad ciertamente
será reputada como barro de alfarero.
¿Acaso la obra dirá de su hacedor:
«No me hizo»?
¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado:
«No entiende»?

Redención de Israel

17 ¿No se convertirá, de aquí a muy poco tiempo,
el Líbano en un campo fértil,
y el campo fértil parecerá un bosque?
18 En aquel tiempo los sordos oirán
las palabras del libro
y los ojos de los ciegos verán
en medio de la oscuridad y de las tinieblas.
19 Entonces los humildes
volverán a alegrarse en Jehová,
y aun los más pobres de los hombres
se gozarán en el Santo de Israel.
20 El violento se habrá acabado
y el escarnecedor será exterminado.
Serán destruidos todos los que se desvelan
por hacer iniquidad,
21 los que hacen pecar al hombre en palabra,
los que arman trampa al que reprende en la puerta
y pervierten la causa del justo con falsedad.
22 Por tanto, Jehová,
que redimió a Abraham,
dice así a la casa de Jacob:
«No será ahora avergonzado Jacob
ni su rostro palidecerá,
23 porque verá a sus hijos,
que al considerar la obra de mis manos en medio de ellos,
santificarán mi nombre.
Santificarán al Santo de Jacob
y temerán al Dios de Israel.
24 Y los extraviados de espíritu aprenderán inteligencia
y los murmuradores aprenderán la lección.»

Filipenses 3

Prosigo a la meta

Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. Para mí no es molestia el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es útil.

Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los que mutilan el cuerpo. Nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne, aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que se basa en la Ley, irreprochable.

Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él lo he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que se basa en la Ley, sino la que se adquiere por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios y se basa en la fe. 10 Quiero conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a él en su muerte, 11 si es que en alguna manera logro llegar a la resurrección de entre los muertos.

12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. 16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.

17 Hermanos, sed imitadores de mí y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros, 18 porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo. 19 El fin de ellos será la perdición. Su dios es el vientre, su gloria es aquello que debería avergonzarlos, y sólo piensan en lo terrenal. 20 Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. 21 Él transformará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo glorioso semejante al suyo, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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