Old/New Testament
Proverbios relativos a la vida y la conducta
16 Del hombre es hacer planes en el corazón;
de Jehová es poner la respuesta en la lengua.
2 Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión,
pero Jehová es quien pesa los espíritus.
3 Encomienda a Jehová tus obras
y tus pensamientos serán afirmados.
4 Todas las cosas ha hecho Jehová para sus propios fines,
incluso al malvado, para el día malo.
5 Abominable es para Jehová todo altivo de corazón;
ciertamente no quedará impune.
6 Con misericordia y verdad se corrige el pecado;
con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.
7 Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová,
aun a sus enemigos los pone en paz con él.
8 Mejor es lo poco con justicia
que las muchas ganancias sin derecho.
9 El corazón del hombre se propone un camino,
pero Jehová endereza sus pasos.
10 Oráculo hay en los labios del rey
y su boca no prevarica en el juicio.
11 Las balanzas y el peso justos son de Jehová;
obra suya son todas las pesas de la bolsa.
12 Abominable es que los reyes cometan maldad,
porque con la justicia se afirma el trono.
13 Los labios justos complacen a los reyes;
estos aman al que habla con rectitud.
14 La ira del rey es mensajero de muerte,
pero el hombre sabio la evita.
15 En la alegría del rostro del rey está la vida,
y su favor es como nube de lluvia tardía.
16 Mejor es adquirir sabiduría que oro fino,
y adquirir inteligencia vale más que la plata.
17 El camino de los rectos se aparta del mal;
su vida protege el que guarda su camino.
18 Antes del quebranto está la soberbia,
y antes de la caída, la altivez de espíritu.
19 Mejor es humillar el espíritu con los humildes
que repartir el botín con los soberbios.
20 El entendido en la palabra hallará el bien;
el que confía en Jehová es bienaventurado.
21 El sabio de corazón es llamado prudente,
y la dulzura de labios aumenta el saber.
22 Manantial de vida es el entendimiento para el que lo posee,
pero la erudición de los necios es pura necedad.
23 El corazón del sabio hace prudente su boca
y añade gracia a sus labios.
24 Panal de miel son los dichos suaves,
suavidad para el alma y medicina para los huesos.
25 Hay camino que al hombre le parece derecho,
pero es camino que lleva a la muerte.
26 El ansia del que trabaja, trabaja para él:
su boca lo estimula.
27 El hombre perverso cava en busca del mal;
en sus labios hay como una llama de fuego.
28 El hombre perverso promueve contienda,
y el chismoso separa a los mejores amigos.
29 El hombre malo lisonjea a su prójimo
y lo hace andar por mal camino;
30 cierra los ojos para pensar perversidades,
mueve los labios, comete el mal.
31 Corona de honra es la vejez
que se encuentra en el camino de la justicia.
32 Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte,
el que domina su espíritu que el conquistador de una ciudad.
33 Las suertes se echan en el regazo,
pero la decisión es de Jehová.
17 Mejor es un bocado seco y en paz
que una casa de contiendas llena de provisiones.
2 El siervo prudente se impondrá al hijo indigno,
y con los hermanos compartirá la herencia.
3 El crisol es para la plata y el horno para el oro,
pero Jehová es quien prueba los corazones.
4 El malo presta atención al labio inicuo
y el mentiroso escucha la lengua detractora.
5 El que escarnece al pobre afrenta a su Hacedor,
pero no quedará sin castigo el que se alegra de la desgracia.
6 Corona de los viejos son los nietos
y honra de los hijos son sus padres.
7 Si no conviene al necio el lenguaje elocuente,
¡cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!
8 Como un talismán es el soborno para el que lo practica:
dondequiera que va, halla prosperidad.
9 El que encubre la falta busca la amistad;
el que la divulga, aparta al amigo.
10 La reprensión aprovecha al inteligente
más que cien azotes al necio.
11 El rebelde no busca sino el mal:
un mensajero cruel será enviado contra él.
12 Mejor es toparse con una osa privada de sus cachorros
que con un fatuo en su necedad.
13 Al que da mal por bien,
el mal no se apartará de su casa.
14 El que inicia la discordia es como quien suelta las aguas,
¡abandona, pues, la contienda, antes que se complique!
15 El que justifica al malvado y el que condena al justo,
ambos son igualmente abominables para Jehová.
16 ¿De qué sirve el dinero en la mano del necio para comprar sabiduría,
si no tiene entendimiento?
17 En todo tiempo ama el amigo
y es como un hermano en tiempo de angustia.
18 El hombre falto de entendimiento estrecha la mano
para salir fiador en presencia de su amigo.
19 El que ama la disputa ama la transgresión;
y el que abre demasiado la puerta busca su ruina.
20 El perverso de corazón nunca hallará el bien;
el que intriga con su lengua caerá en el mal.
21 El que engendra a un insensato, para su tristeza lo engendra;
el padre del necio no tiene alegría.
22 El corazón alegre es una buena medicina,
pero el espíritu triste seca los huesos.
23 El malvado acepta en secreto el soborno
para pervertir las sendas de la justicia.
24 En el rostro del inteligente aparece la sabiduría,
pero los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra.
25 El hijo necio es pesadumbre para su padre
y amargura para la que lo dio a luz.
26 Ciertamente no es bueno condenar al justo
ni herir a hombres nobles que actúan rectamente.
27 El que ahorra palabras tiene sabiduría;
prudente de espíritu es el hombre inteligente.
28 Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio;
el que cierra sus labios es inteligente.
18 Su propio deseo busca el que se aparta
y se entremete en todo negocio.
2 No se complace el necio en la inteligencia,
sino en manifestar su propia opinión.
3 Con el malvado viene también el menosprecio,
y con el que deshonra, la afrenta.
4 Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre;
y arroyo que rebosa es la fuente de la sabiduría.
5 Tener respeto a la persona del malvado
para pervertir el derecho del justo, no es bueno.
6 Los labios del necio provocan contienda;
su boca, a los azotes llama.
7 La boca del necio le acarrea quebranto;
sus labios son trampas para su propia vida.
8 Las palabras del chismoso son como bocados suaves
que penetran hasta las entrañas.
9 El que es negligente en su trabajo
es hermano del hombre destructor.
10 Fuerte torre es el nombre de Jehová;
a ella corre el justo y se siente seguro.
11 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada;
como un muro defensivo se las imagina.
12 Antes del quebranto se engríe el corazón del hombre,
pero antes de los honores está la humildad.
13 Al que responde sin haber escuchado,
la palabra le es fatuidad y vergüenza.
14 El ánimo del hombre le sostendrá en su enfermedad,
pero ¿quién sostendrá a un ánimo angustiado?
15 El corazón del inteligente adquiere sabiduría,
y el oído de los sabios busca la ciencia.
16 Los regalos de un hombre le abren el camino
que lleva a la presencia de los grandes.
17 Justo parece el primero que aboga por su causa,
pero viene su adversario y le rebate.
18 Las suertes ponen fin a los pleitos
y deciden entre los poderosos.
19 El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte,
y las contiendas entre hermanos son como cerrojos de alcázar.
20 Del fruto de la boca del hombre se llena su vientre;
se sacia del producto de sus labios.
21 La muerte y la vida están en poder de la lengua;
el que la ama, comerá de sus frutos.
22 El que encuentra esposa encuentra el bien
y alcanza la benevolencia de Jehová.
23 El pobre habla con ruegos;
el rico responde con dureza.
24 El hombre que tiene amigos debe ser amistoso,
y amigos hay más unidos que un hermano.
6 Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios, 2 porque dice:
«En tiempo aceptable te he oído,
y en día de salvación te he socorrido.»
Ahora es el tiempo aceptable; ahora es el día de salvación.
3 No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea desacreditado. 4 Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias, 5 en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; 6 en pureza, en conocimiento, en tolerancia, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero; 7 en palabra de verdad, en poder de Dios y con armas de justicia a diestra y a siniestra; 8 por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; 9 como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, pero llenos de vida; como castigados, pero no muertos; 10 como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo.
11 Os hemos hablado con franqueza, corintios; nuestro corazón os hemos abierto. 12 No hemos sido mezquinos en nuestro amor por vosotros, pero vosotros sí lo habéis sido en vuestro propio corazón. 13 Para corresponder, pues, del mismo modo os hablo como a hijos, actuad también vosotros con franqueza.
Somos templo del Dios viviente
14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión, la luz con las tinieblas? 15 ¿Qué armonía puede haber entre Cristo y Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Y vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
«Habitaré y andaré entre ellos;
yo seré su Dios
y ellos serán mi pueblo.»
17 Por lo cual,
«Salid de en medio de ellos
y apartaos, dice el Señor,
y no toquéis lo impuro;
y yo os recibiré
18 y seré para vosotros por Padre,
y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.»
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