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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Jueces 1-3

Judá y Simeón capturan a Adoni-bezec

Aconteció después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel hicieron esta consulta a Jehová:

—¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos?

Jehová respondió:

—Judá subirá; porque yo he entregado la tierra en sus manos.

Judá dijo a su hermano Simeón:

«Sube conmigo al territorio que se me ha adjudicado y peleemos contra el cananeo; y yo también iré contigo al tuyo.»

Y Simeón fue con él.

Judá subió, y Jehová entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo, e hirieron de ellos en Bezec a diez mil hombres. Hallaron a Adoni-bezec en Bezec, pelearon contra él y derrotaron al cananeo y al ferezeo. Adoni-bezec huyó, pero ellos lo persiguieron, lo prendieron, y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies. Entonces dijo Adoni-bezec:

«Setenta reyes, con los pulgares de sus manos y de sus pies cortados, recogían las migajas debajo de mi mesa. Como yo hice, así me ha pagado Dios.»

Luego lo llevaron a Jerusalén, donde murió.

Judá conquista Jerusalén y Hebrón

Atacaron los hijos de Judá a Jerusalén y la tomaron, pasaron a sus habitantes a filo de espada y pusieron fuego a la ciudad. Después, los hijos de Judá descendieron para pelear contra el cananeo que habitaba en las montañas, en el Neguev y en los llanos. 10 Judá marchó contra el cananeo que habitaba en Hebrón, la cual se llamaba antes Quiriat-arba; e hirieron a Sesai, a Ahimán y a Talmai.

Otoniel conquista Debir y recibe a Acsa(A)

11 De allí fue contra los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Quiriat-sefer. 12 Entonces dijo Caleb:

«Al que ataque a Quiriat-sefer y la tome, yo le daré a Acsa, mi hija, por mujer.»

13 La tomó Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb, y éste le entregó a su hija Acsa por mujer. 14 Cuando ella se iba con él, Otoniel la persuadió para que pidiera a su padre un campo. Acsa se bajó del asno, y Caleb le preguntó:

—¿Qué tienes?

15 Ella le respondió:

—Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas.

Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.

Conquistas de Judá y de Benjamín

16 Y los hijos del ceneo, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá al desierto de Judá, que está en el Neguev, cerca de Arad, y habitaron con el pueblo.

17 Salió, pues, Judá con su hermano Simeón, y derrotaron al cananeo que habitaba en Sefat, la asolaron y le pusieron por nombre Horma. 18 Tomó también Judá a Gaza con su territorio, a Ascalón con su territorio y a Ecrón con su territorio. 19 Y Jehová estaba con Judá, quien expulsó a los de las montañas, pero no pudo expulsar a los que habitaban en los llanos, los cuales tenían carros de hierro. 20 Como Moisés había dicho, dieron Hebrón a Caleb. Éste expulsó de allí a los tres hijos de Anac, 21 pero al jebuseo, que habitaba en Jerusalén, no lo expulsaron los hijos de Benjamín, y el jebuseo ha habitado con los hijos de Benjamín en Jerusalén hasta hoy.

José conquista Bet-el

22 También la casa de José subió contra Bet-el; y Jehová estaba con ellos. 23 Puso la casa de José espías en esa ciudad, que antes se llamaba Luz. 24 Los que espiaban vieron a un hombre que salía de allí y le dijeron:

«Muéstranos ahora la entrada de la ciudad y tendremos de ti misericordia.»

25 Así lo hizo, y ellos hirieron la ciudad a filo de espada, pero dejaron ir a aquel hombre con toda su familia. 26 Él se fue a la tierra de los heteos y edificó una ciudad a la cual llamó Luz. Y éste es su nombre hasta hoy.

Conquistas de Manasés y de Efraín

27 Tampoco Manasés expulsó a los de Bet-seán ni a los de sus aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni a los que vivían en Meguido y en sus aldeas; y el cananeo persistía en habitar en aquella tierra. 28 Cuando Israel se sintió fuerte, hizo tributario al cananeo, pero no lo expulsó.

29 Tampoco Efraín expulsó al cananeo que habitaba en Gezer, sino dejó que el cananeo habitara en medio de ellos.

Conquistas de las demás tribus

30 Tampoco Zabulón expulsó a los que habitaban en Quitrón, ni a los que habitaban en Naalal, sino que el cananeo habitó en medio de él y le fue tributario.

31 Tampoco Aser expulsó a los que habitaban en Aco, ni a los que vivían en Sidón, en Ahlab, en Aczib, en Helba, en Afec y en Rehob. 32 Y vivió Aser entre los cananeos que habitaban en la tierra, pues no los expulsó.

33 Tampoco Neftalí expulsó a los que vivían en Bet-semes ni a los de Bet-anat, sino que vivió entre los cananeos que habitaban en la tierra; pero le fueron tributarios los habitantes de Bet-semes y los de Bet-anat.

34 Los amorreos empujaron a los hijos de Dan hasta la montaña, y no los dejaron descender a los llanos. 35 El amorreo persistió en habitar en el monte de Heres, en Ajalón y en Saalbim, pero cuando la casa de José cobró fuerzas, lo hizo tributario.

36 El límite del amorreo fue desde la subida de Acrabim, desde Sela hacia arriba.

El ángel de Jehová en Boquim

El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo:

«Yo os saqué de Egipto y os he traído a la tierra que prometí a vuestros padres, cuando les dije: “No invalidaré jamás mi pacto con vosotros, con tal que no hagáis pacto con los habitantes de esta tierra, cuyos altares debéis derribar; pero vosotros no atendisteis a mi voz. ¿Por qué habéis hecho esto? Por tanto, yo también digo: ‘No los echaré de delante de vosotros, sino que serán azotes para vuestros costados, y sus dioses os serán tropezadero.’”»

Cuando el ángel de Jehová terminó de hablar, todos los hijos de Israel alzaron la voz y lloraron. Por eso llamaron a aquel lugar Boquim, y allí ofrecieron sacrificios a Jehová.

Muerte de Josué(B)

Cuando Josué se despidió del pueblo, los hijos de Israel se fueron a tomar posesión cada uno de su heredad. El pueblo había servido a Jehová todo el tiempo que vivió Josué, y también mientras vivieron los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían sido testigos de todas las grandes obras que Jehová había hecho en favor de Israel.

Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, a la edad de ciento diez años. Lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera, en los montes de Efraín, al norte del monte Gaas. 10 Y murió también toda aquella generación, por lo que la generación que se levantó después no conocía a Jehová ni la obra que él había hecho por Israel.

La apostasía de Israel y la obra de los jueces

11 Después, los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová y sirvieron a los baales. 12 Dejaron a Jehová, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, y los adoraron, provocando la ira de Jehová. 13 Dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot. 14 Se encendió entonces contra Israel el furor de Jehová, quien los entregó en manos de salteadores que los despojaron, y los vendió en manos de sus enemigos de alrededor, a los cuales no pudieron ya hacerles frente. 15 Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho y se lo había jurado. Y se vieron en una gran aflicción.

16 Jehová levantó jueces que los libraran de manos de quienes los despojaban; 17 pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron. Se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres, que obedecían a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así. 18 Cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de manos de los enemigos mientras vivía aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia al oírlos gemir por causa de quienes los oprimían y afligían. 19 Pero acontecía que, al morir el juez, ellos volvían a corromperse, más aún que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirlos e inclinándose delante de ellos. No se apartaban de sus obras ni de su obstinado camino. 20 Se encendió, pues, la ira de Jehová contra Israel, y dijo: «Por cuanto este pueblo traspasa mi pacto que ordené a sus padres, y no obedece a mi voz, 21 tampoco yo volveré más a expulsar de delante de ellos a ninguna de las naciones que dejó Josué cuando murió.» 22 Así quería probar a Israel, si procurarían o no seguir el camino de Jehová, andando en él, como lo siguieron sus padres. 23 Por esto dejó Jehová a aquellas naciones, sin expulsarlas de una vez, y no las entregó en manos de Josué.

Pueblos no destruidos para probar a Israel

Éstos son los pueblos que dejó Jehová para probar con ellos a todos los que en Israel no habían conocido todas la guerras de Canaán; solamente para que el linaje de los hijos de Israel aprendiera cómo hacer la guerra, y lo enseñara a quienes antes no la habían conocido: los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta llegar a Hamat. Con ellos quiso probar a Israel, para saber si obedecería los mandamientos que él había dado a sus padres por mano de Moisés. Así, los hijos de Israel comenzaron a habitar entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. Y tomaron a sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses.

Otoniel libera a Israel de Cusan-risataim

Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, su Dios, se olvidaron de él y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera. Por eso la ira de Jehová se encendió contra ellos y los entregó en manos de Cusan-risataim, rey de Mesopotamia, al cual sirvieron durante ocho años. Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová, y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb. 10 El espíritu de Jehová vino sobre Otoniel, quien juzgó a Israel y salió a la batalla. Jehová entregó en sus manos a Cusan-risataim, rey de Siria, y le dio la victoria sobre Cusan-risataim. 11 Y hubo paz en la tierra durante cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.

Aod libera a Israel de Moab

12 Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, por lo cual Jehová fortaleció a Eglón, rey de Moab, contra Israel, porque había hecho lo malo ante los ojos de Jehová. 13 El rey de Moab juntó consigo a los hijos de Amón y de Amalec, vino e hirió a Israel, y tomó la ciudad de las palmeras. 14 Entonces sirvieron dieciocho años los hijos de Israel a Eglón, rey de los moabitas.

15 Clamaron los hijos de Israel a Jehová, y Jehová les levantó un libertador, a Aod hijo de Gera, benjaminita, el cual era zurdo. Un día, los hijos de Israel enviaron con él un presente a Eglón, rey de Moab. 16 Pero Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un codo de largo, y se lo ciñó del lado derecho debajo de sus vestidos. 17 Entregó el presente a Eglón, rey de Moab, quien era un hombre muy grueso. 18 Luego que hubo entregado el presente, Aod despidió a la gente que lo había acompañado, 19 pero al llegar a los ídolos que están en Gilgal, regresó y dijo a Eglón:

—Rey, una palabra secreta tengo que decirte.

El rey dijo entonces:

—Calla.

Y mandó que salieran de delante de él todos los que allí se encontraban.

20 Y estando él sentado solo en su sala de verano, se le acercó Aod y le dijo:

—Tengo una palabra de Dios para ti.

Eglón se levantó de la silla.

21 Entonces alargó Aod su mano izquierda, tomó el puñal de su lado derecho y se lo metió por el vientre 22 de tal manera que la empuñadura entró también tras la hoja, y la gordura de Eglón cubrió la hoja, pues Aod no sacó el puñal de su vientre. Y se derramó el excremento. 23 Aod salió al corredor, cerró tras sí las puertas de la sala y las aseguró con el cerrojo.

24 Cuando ya había salido, vinieron los siervos del rey, quienes al ver las puertas de la sala cerradas, dijeron:

«Sin duda él cubre sus pies en la sala de verano.»

25 Tras mucho esperar, y confusos porque el rey no abría las puertas de la sala, tomaron la llave, abrieron y encontraron a su señor caído en tierra, muerto.

26 Mientras ellos esperaban, Aod escapó y, pasando los ídolos, se puso a salvo en Seirat. 27 Cuando entró en Israel, tocó el cuerno en los montes de Efraín y los hijos de Israel descendieron con él del monte. Entonces Aod se puso al frente de ellos. 28 Y les dijo:

«Seguidme, porque Jehová ha entregado a vuestros enemigos moabitas en vuestras manos.»

Ellos descendieron en pos de él, le quitaron a Moab los vados del Jordán y no dejaron pasar a nadie. 29 Mataron en aquel tiempo como a diez mil moabitas, todos valientes y todos hombres de guerra; no escapó ni uno. 30 Así fue subyugado Moab aquel día bajo la mano de Israel. Y hubo paz en la tierra durante ochenta años.

Samgar libera a Israel de los filisteos

31 Después de él vino Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de bueyes; él también salvó a Israel.

Lucas 4:1-30

Tentación de Jesús(A)

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días, pasados los cuales tuvo hambre.

Entonces el diablo le dijo:

—Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.

Jesús, respondiéndole, dijo:

—Escrito está: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.”

Luego lo llevó el diablo a un alto monte y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Le dijo el diablo:

—A ti te daré todo el poder de estos reinos y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada y a quien quiero la doy. Si tú, postrado, me adoras, todos serán tuyos.

Respondiendo Jesús, le dijo:

—Vete de mí, Satanás, porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás y sólo a él servirás.”

Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso sobre el pináculo del Templo y le dijo:

—Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, 10 pues escrito está: “A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden”, 11 y “En las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.”

12 Respondiendo Jesús, le dijo:

—Dicho está: “No tentarás al Señor tu Dios.”

13 Cuando acabó toda tentación el diablo, se apartó de él por un tiempo.

Jesús principia su ministerio(B)

14 Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. 15 Enseñaba en las sinagogas de ellos y era glorificado por todos.

Jesús en Nazaret(C)

16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17 Se le dio el libro del profeta Isaías y, habiendo abierto el libro, halló el lugar donde está escrito:

18 «El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón,
a pregonar libertad a los cautivos
y vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos
19 y a predicar el año agradable del Señor.»

20 Enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó. Los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Entonces comenzó a decirles:

—Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

22 Todos daban buen testimonio de él y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca. Decían:

—¿No es éste el hijo de José?

23 Él les dijo:

—Sin duda me diréis este refrán: “Médico, cúrate a ti mismo. De tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaúm, haz también aquí en tu tierra.”

24 Y añadió:

—De cierto os digo que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. 25 Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y hubo una gran hambre en toda la tierra; 26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.

28 Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira. 29 Levantándose, lo echaron fuera de la ciudad y lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarlo; 30 pero él pasó por en medio de ellos y se fue.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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