Read the New Testament in 24 Weeks
11 Sigan mi ejemplo como yo sigo el de Cristo.
IV.— PROBLEMAS EN LAS REUNIONES LITÚRGICAS (11,2—14,40)
El velo de las mujeres
2 Los felicito, porque no hay cosa en la que no me tengan presente y porque conservan las tradiciones tal como se las transmití. 3 Pero quiero que sepan que Cristo es cabeza de todo varón, como el varón lo es de la mujer y Dios lo es de Cristo. 4 Todo varón que ora o comunica mensajes divinos con la cabeza cubierta, deshonra a Cristo, que es su cabeza. 5 Igualmente, toda mujer que ora o comunica mensajes divinos con la cabeza descubierta, deshonra al marido, que es su cabeza; es como si se la hubiera rapado. 6 Si, pues, no quiere llevar velo, que se corte el pelo a rape. Y si considera vergonzoso para una mujer cortarse el pelo o llevar rapada la cabeza, que use velo.
7 El varón no debe cubrirse la cabeza, por cuanto es imagen y reflejo de la gloria de Dios; pero la mujer refleja la gloria del varón. 8 Pues no procede el varón de la mujer, sino la mujer del varón; 9 ni fue creado el varón por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por eso, y por respeto a los ángeles, es conveniente que la mujer lleve sobre su cabeza una señal de autoridad; 11 aunque entre cristianos tanto el varón como la mujer deben reconocer su mutua dependencia. 12 Porque si bien es cierto que la mujer procede del varón, también lo es que el varón viene al mundo por medio de la mujer; y, en última instancia, todo procede de Dios.
13 Al propio criterio de ustedes apelo: ¿es decoroso que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 14 ¿No enseña la misma naturaleza que el cabello largo es para el varón una deshonra, 15 mientras que para la mujer es motivo de honra? En efecto, la cabellera le ha sido dada a la mujer para que le sirva de velo. 16 En cualquier caso, si alguno quiere seguir discutiendo sobre esto, sepa que no tenemos tal costumbre, ni la tienen las demás iglesias cristianas.
La celebración de la Cena del Señor
17 A propósito de estas recomendaciones, tampoco es como para felicitarlos el hecho de que las asambleas que ustedes celebran les ocasionen más perjuicio que provecho. 18 Para empezar, ha llegado a mis oídos que, cuando se reunen en asamblea, los bandos están a la orden del día. Cosa, por cierto, nada increíble, 19 si se piensa que hasta es conveniente que existan divisiones entre ustedes, para que se manifieste quiénes son entre ustedes los verdaderos creyentes.
20 El caso es que en sus propias asambleas ya no es posible comer la Cena del Señor, 21 pues cada uno empieza comiendo la comida que ha llevado, y así resulta que mientras uno pasa hambre, otro está borracho. 22 ¿Pero es que no tienen sus casas para comer y beber? ¡Ya se ve que aprecian bien poco la asamblea cristiana y que no les importa poner en evidencia a los más pobres! ¿Qué esperan que les diga? ¿Acaso que los felicite? ¡Pues no es precisamente como para felicitarlos!
23 Por lo que a mí toca, les he transmitido una tradición que yo recibí del Señor; a saber: que Jesús, el Señor, la noche misma en que iba a ser entregado, tomó pan, 24 dio gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo que entrego por ustedes; hagan esto en memoria de mí”. 25 Después de cenar, tomó igualmente la copa y dijo: “Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre; cada vez que beban de ella, háganlo en memoria de mí”. 26 Y, de hecho, siempre que comen de este pan y beben de esta copa, están proclamando la muerte del Señor, en espera de que él venga. 27 Por lo mismo, quien come del pan o bebe de la copa del Señor de manera indigna, se hace culpable de haber profanado el cuerpo y la sangre del Señor. 28 Examine, pues, cada uno su conciencia antes de comer del pan y beber de la copa, 29 porque quien come y bebe sin advertir de qué cuerpo se trata, come y bebe su propio castigo. 30 Ahí tienen la causa de no pocos de sus achaques y enfermedades, e incluso de bastantes muertes. 31 ¡Ah, si nos hiciésemos la debida autocrítica! Entonces escaparíamos del castigo. 32 De cualquier modo, si el Señor nos castiga, es para corregirnos y para que no seamos condenados junto con el mundo.
33 Por tanto, hermanos míos, al reunirse para comer la cena del Señor, espérense unos a otros. 34 Si alguien tiene hambre, que coma en su casa, para que las reuniones no sean objeto de censura. Los demás problemas los solucionaré cuando vaya.
Los dones del Espíritu
12 En cuanto a los dones del Espíritu, no quiero, hermanos, que desconozcan lo que a ellos se refiere. 2 Ustedes saben que cuando eran paganos, se dejaban arrastrar ciegamente hacia los ídolos mudos. 3 Les hago saber al respecto que nadie impulsado por el Espíritu de Dios puede exclamar: “Maldito sea Jesús”; como tampoco nadie puede proclamar: “Jesús es Señor”, si no es bajo la acción del Espíritu Santo.
4 Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5 Hay diversidad de funciones, pero uno mismo es el Señor. 6 Son distintas las actividades, pero el Dios que lo activa todo en todos es siempre el mismo. 7 La manifestación del Espíritu en cada uno se ordena al bien de todos. 8 Así, a uno lo capacita el Espíritu para hablar con sabiduría, mientras a otro el mismo Espíritu le concede expresarse con un profundo conocimiento de las cosas. 9 El mismo y único Espíritu que otorga a uno el don de la fe, concede a otro el poder de curar enfermedades, 10 o el de hacer milagros, o el de comunicar mensajes de parte de Dios, o el de distinguir entre espíritus falsos y el Espíritu verdadero, o el de hablar en un lenguaje misterioso, o el de interpretar ese lenguaje. 11 Todo lo realiza el mismo y único Espíritu, repartiendo a cada uno sus dones como él quiere.
Muchos miembros, pero un solo cuerpo
12 Sabido es que el cuerpo, siendo uno, tiene muchos miembros, y que los diversos miembros, por muchos que sean, constituyen un solo cuerpo. Lo mismo sucede con Cristo. 13 Todos nosotros, en efecto, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos recibido el bautismo en un solo Espíritu, a fin de formar un solo cuerpo; a todos se nos ha dado a beber de un mismo Espíritu.
14 Por otra parte, el cuerpo no está formado por un solo miembro, sino por muchos. 15 Si el pie dijera: “Como no soy mano, nada tengo que ver con el cuerpo”, ¿dejaría por ello de formar parte del cuerpo? 16 Y si el oído dijera: “Como no soy ojo, nada tengo que ver con el cuerpo”, ¿dejaría por ello de formar parte del cuerpo? 17 Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo podría oír? Y si todo fuera oído, ¿cómo podría oler? 18 Por algo distribuyó Dios cada uno de los miembros en el cuerpo según le pareció conveniente. 19 Pues ¿dónde estaría el cuerpo si todo él se redujese a un solo miembro? 20 Precisamente por eso, aunque el cuerpo es uno, los miembros son muchos. 21 Y no puede el ojo decirle a la mano: “No te necesito”. Como tampoco puede la cabeza decir a los pies: “No los necesito”. 22 Al contrario, cuanto más frágil parece un miembro, más imprescindible es, 23 y rodeamos de especial cuidado aquellas partes que menos parecerían merecerlo. Asimismo, tratamos con mayor decoro las que consideramos más indecorosas, 24 pues las que en sí mismas son decorosas no necesitan especial cuidado. Dios mismo ha organizado el cuerpo dando más honor a lo que menos parece tenerlo, 25 a fin de que no existan divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros por igual se preocupen unos de otros. 26 Y así, cuando un miembro sufre, todos sufren con él, y cuando recibe una especial distinción, todos comparten su alegría.
27 Ustedes forman el cuerpo de Cristo, y cada uno por separado constituye un miembro. 28 Es Dios quien ha asignado en la Iglesia un puesto a cada uno: en primer lugar están los apóstoles; en segundo lugar, los que comunican mensajes de parte de Dios; en tercer lugar, los encargados de enseñar; vienen después los que tienen el don de hacer milagros, de realizar curaciones, de asistir a los necesitados, de presidir la asamblea, de hablar un lenguaje misterioso. 29 ¿Son todos apóstoles? ¿Comunican todos mensajes de parte de Dios? ¿Han recibido todos el encargo de enseñar? ¿Hacen todos milagros? 30 ¿Tienen todos el poder de sanar enfermedades? ¿Hablan todos un lenguaje misterioso o son capaces de interpretarlo? 31 En cualquier caso, aspiren ustedes a los más valiosos entre todos estos dones. Pero me queda por mostrarles un camino que es con mucho el mejor.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España