New Testament in a Year
26 Un letrero tenía escrita la causa de su condena: «El Rey de los judíos». 27 Con él crucificaron a dos bandidos,[a] uno a su derecha y otro a su izquierda.[b] 29 Los que pasaban meneaban la cabeza y blasfemaban contra él.
―¡Eh! Tú que destruyes el templo y en tres días lo reconstruyes —decían—, 30 ¡baja de la cruz y sálvate a ti mismo!
31 De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes junto con los maestros de la ley.
―Salvó a otros —decían—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo! 32 Que baje ahora de la cruz ese Cristo, el rey de Israel, para que veamos y creamos.
También lo insultaban los que estaban crucificados con él.
Muerte de Jesús(A)
33 Desde el mediodía y hasta la media tarde quedó toda la tierra en oscuridad. 34 A las tres de la tarde,[c] Jesús gritó con fuerza:
―Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).[d]
35 Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban cerca dijeron:
―Escuchad, está llamando a Elías.
36 Un hombre corrió, empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y se la ofreció a Jesús para que bebiera.
―Dejadlo, a ver si viene Elías a bajarlo —dijo.
37 Entonces Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.
38 La cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. 39 Y el centurión, que estaba frente a Jesús, al oír el grito y[e] ver cómo murió, dijo:
―¡Verdaderamente este hombre era el Hijo[f] de Dios!
40 Algunas mujeres miraban desde lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé. 41 Estas mujeres lo habían seguido y atendido cuando estaba en Galilea. Además había allí muchas otras que habían subido con él a Jerusalén.
Sepultura de Jesús(B)
42 Era el día de preparación (es decir, la víspera del sábado). Así que al atardecer, 43 José de Arimatea, miembro distinguido del Consejo, y que también esperaba el reino de Dios, se atrevió a presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. 44 Pilato, sorprendido de que ya hubiera muerto, llamó al centurión y le preguntó si hacía mucho que[g] había muerto. 45 Una vez informado por el centurión, le entregó el cuerpo a José. 46 Entonces José bajó el cuerpo, lo envolvió en una sábana que había comprado y lo puso en un sepulcro cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. 47 María Magdalena y María la madre de José vieron dónde lo pusieron.
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