New Testament in a Year
El sacrificio de Cristo, ofrecido una vez y para siempre
10 La ley es sólo una sombra de los bienes que están por venir y no la realidad misma de esos bienes. Por eso, la ley nunca puede hacer perfectos a los que adoran por medio de los mismos sacrificios, año tras año sin cesar. 2 Si hubiera podido, ya habrían dejado de ofrecerse sacrificios, pues los que adoran, purificados de una vez por todas, ya no se sentirían culpables de pecado. 3 Pero esos sacrificios son un recordatorio, cada año, de sus pecados, 4 porque es imposible que la sangre de los toros y de los chivos quite los pecados.
5 Por eso Cristo, al entrar en el mundo, dijo:
«Tú no quieres sacrificios ni ofrendas; por eso, me has dado un cuerpo. 6 No te agradan los holocaustos ni los sacrificios por los pecados. 7 Por eso dije: “Aquí me tienes”, como está escrito de mí en el libro: “He venido para hacer tu voluntad, oh Dios”».
8 Al principio dijo: «No quieres ni te agradan los sacrificios por los pecados ni las ofrendas y holocaustos» (a pesar de que la ley exigía que se ofrecieran). 9 Y luego añadió: «Aquí estoy. He venido a hacer tu voluntad». Es decir, que quitó lo primero para establecer lo segundo. 10 Y como Jesucristo hizo la voluntad de Dios al sacrificar su propio cuerpo, una sola vez y para siempre, por eso nosotros somos santificados.
11 Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. 12 Pero este sacerdote le ofreció a Dios por los pecados un solo sacrificio para siempre. Después se sentó a la derecha de Dios, 13 y allí esperará a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. 14 Porque con un solo sacrificio hizo perfectos para siempre a los que está santificando. 15 También el Espíritu Santo lo confirma cuando dice:
16 «Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, —dice el Señor: Pondré mis leyes en su corazón y las escribiré en su mente».
17 Luego añade:
«Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades».
18 Y cuando los pecados han sido perdonados, ya no es necesario ofrecer ningún otro sacrificio por ellos.
Nueva Biblia Viva, © 2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.