M’Cheyne Bible Reading Plan
La fiesta de las trompetas
29 1-6 »El primer día del mes de Etanim[a] nadie en Israel trabajará, sino que se reunirán para adorarme. En ese día tocarán las trompetas y, además de las ofrendas diarias y mensuales, los israelitas sacrificarán y quemarán un toro, un carnero y siete corderos de un año, que no tengan defectos.
»Con el toro me presentarán seis kilos de la mejor harina amasada con aceite; con el carnero ofrecerán cuatro kilos de harina, y con cada cordero dos kilos.
»También me presentarán como sacrificio un chivo para que yo, su Dios, les perdone sus pecados. Así es como me agradan estas ofrendas.
Ofrendas del día del perdón
7 »El día diez del mes de Etanim nadie comerá ni trabajará, sino que todo el pueblo se reunirá para adorarme.
8-11 »Además de las ofrendas diarias y de las que se ofrecen por los pecados, ese día sacrificarán y quemarán un toro, un carnero y siete corderos de un año, que no tengan defectos.
»Con el toro me presentarán seis kilos de la mejor harina amasada con aceite; con el carnero ofrecerán cuatro kilos de harina, y con cada cordero, dos kilos.
»También me presentarán como sacrificio un chivo para que yo, su Dios, les perdone sus pecados. Así es como me agradan estas ofrendas.
Ofrendas de la fiesta de las enramadas
12 »El día quince de ese mismo mes nadie trabajará, sino que todo el pueblo se reunirá para adorarme. Ese día dará comienzo una fiesta en mi honor, que durará siete días.
13-16 »Además de las ofrendas diarias, el primer día de esa semana sacrificarán y quemarán trece toros, dos carneros y catorce corderos de un año, que no tengan defectos.
»Con cada toro me presentarán seis kilos de la mejor harina amasada con aceite; con cada carnero ofrecerán cuatro kilos de harina, y con cada cordero, dos kilos.
»También sacrificarán un chivo para que yo, su Dios, les perdone sus pecados. Así es como me agradan estas ofrendas.
17-19 »Además de las ofrendas diarias, el segundo día de esa semana sacrificarán y quemarán doce toros, dos carneros y catorce corderos de un año, que no tengan defectos.
»Con cada uno de estos animales me presentarán las ofrendas de harina amasada con aceite, según las cantidades que les indiqué, y el chivo, para que yo, su Dios, les perdone sus pecados.
20-34 »Además de las ofrendas diarias, del día tercero al séptimo de esa semana sacrificarán y quemarán la misma cantidad de animales sin defectos, y con cada uno de ellos me presentarán las ofrendas de harina amasada con aceite, según las cantidades que les he indicado. También me presentarán cada día, como sacrificio, un chivo para que yo, su Dios, les perdone sus pecados.
»La única diferencia será con los toros: el tercer día me ofrecerán once toros, pero el cuarto día me ofrecerán diez; el quinto día, nueve; el sexto día, ocho; y el séptimo día, siete. Así es como me agradan estas ofrendas.
35-38 »El octavo día, nadie en Israel trabajará, sino que todo el pueblo se reunirá para adorarme.
»Además de las ofrendas diarias, ese día sacrificarán y quemarán un toro y un carnero, y siete corderos de un año, que no tengan defectos.
»Con el toro me presentarán seis kilos de la mejor harina, amasada con aceite; con el carnero ofrecerán cuatro kilos de harina, y con cada cordero, dos kilos.
»También me presentarán como sacrificio un chivo para que yo, su Dios, les perdone sus pecados. Así es como me agradan estas ofrendas.
39 »Todas éstas son las ofrendas que los israelitas deben ofrecerme en los días que les he señalado, además de las ofrendas que me hayan prometido y de las que quieran darme por su propia voluntad. Pueden sacrificar y quemar animales, ofrecerme pan y presentarme ofrendas para hacer las paces conmigo».
40 Y Moisés les comunicó a los israelitas todo lo que Dios le había ordenado.
Libro 3 (Salmos 73—89)
¡Qué bueno es Dios!
SALMO 73 (72)
Himno de Asaf.
73 Dios es muy bueno con Israel
y con la gente sincera.
2 Yo estuve a punto de pecar;
poco me faltó para caer,
3 pues me llené de envidia
al ver cómo progresan
los orgullosos y los malvados.
4 ¡Tan llenos están de salud
que no les preocupa nada!
5 No tienen los problemas de todos;
no sufren como los demás.
6 Se adornan con su orgullo
y exhiben su violencia.
7 ¡Tan gordos están
que los ojos se les saltan!
¡En la cara se les ven
sus malos pensamientos!
8 Hablan mal de la gente;
¡de todo el mundo se burlan!
Tan grande es su orgullo
que sólo hablan de violencia.
9 Con sus palabras ofenden
a Dios y a todo el mundo.
10 ¡Pero hay gente que los consulta
y cree todo lo que dicen!
11 Piensan que el Dios altísimo
no lo sabe ni llegará a saberlo.
12 ¡Así son los malvados!
¡No se preocupan de nada,
y cada vez son más ricos!
13 ¡De nada me sirvió hacer el bien
y evitar los malos pensamientos!
14 ¡Esos malvados
me golpean a todas horas!
¡En cuanto amanece me castigan!
15 Si hubiera pensado como los malvados,
habría traicionado al pueblo de Dios.
16 Traté de entender esto,
pero me resultó muy difícil.
17 Entonces fui al santuario de Dios,
y fue allí donde entendí
cómo terminarán los malvados:
18 Dios los ha puesto en peligro,
y van hacia su propia desgracia.
19 En un abrir y cerrar de ojos
terminarán por ser destruidos;
el terror acabará con ellos.
20 Cuando Dios entre en acción,
hará que sean olvidados
como se olvida una pesadilla.
21 Dios mío,
yo estuve muy afligido;
me sentí muy amargado.
22 He sido muy testarudo;
me he portado mal contigo:
¡me he portado como una bestia!
23 A pesar de todo,
siempre he estado contigo;
tu poder me mantiene con vida,
24 y tus consejos me dirigen;
cuando este mundo llegue a su fin,
me recibirás con grandes honores.
25 ¿A quién tengo en el cielo?
¡A nadie más que a ti!
Contigo a mi lado,
nada me falta en este mundo.
26 Ya casi no tengo fuerzas,
pero a ti siempre te tendré;
¡mi única fuerza eres tú!
27 Los que se apartan de ti
acabarán por ser destruidos;
los que no te sean fieles
acabarán perdiendo la vida.
28 Pero yo estaré cerca de ti,
que es lo que más me gusta.
Tú eres mi Dios y mi dueño,
en ti encuentro protección;
¡por eso quiero contar
todo lo que has hecho!
La destrucción de Babilonia
21 Dios le mostró a Isaías lo que haría con Babilonia, y éste dijo:
«Como las tormentas
que vienen del sur,
así atacará un ejército
que viene del terrible desierto.
2 Lo que Dios me mostró
es algo terrible:
el traidor y el destructor
cumplen su tarea.
»¡Pueblo de Elam, a las armas!
¡Pueblo de Media, al ataque!
¡Destruyan a Babilonia!
Dios pondrá fin al sufrimiento
que han causado los babilonios.
3 »Cuando veo lo que Dios
hace con Babilonia,
me tiembla todo el cuerpo;
me causa un terrible dolor,
como el que siente una mujer
cuando va a tener un hijo.
El miedo y la angustia
no me dejan ver ni oír nada.
4 Tengo la mente confundida,
estoy temblando de miedo.
La frescura del atardecer,
que tanto me gustaba,
ahora se me ha vuelto insoportable.
5 »En Babilonia,
los generales están de fiesta,
disfrutando de un gran banquete.
Vamos, capitanes,
¡basta ya de fiestas!;
¡preparen sus escudos!»
6 Dios le dijo a Isaías:
«Envía un hombre a vigilar el horizonte;
que te haga saber todo lo que vea.
7 Si ve hombres montados a caballo,
en burros o en camellos,
y marchando en dos columnas,
que dé la voz de alarma».
8 El vigilante le gritó a Isaías:
«Señor, he permanecido en mi puesto;
día y noche he vigilado el horizonte.
9 ¡Veo venir carros de guerra
y hombres montados a caballo!»
Entonces alguien gritó:
«¡Babilonia ha sido destruida!
Todas las estatuas de sus dioses
están hechas pedazos,
tendidas por el suelo».
10 Isaías dijo:
«Pueblo mío,
que has sufrido grandemente,
yo te he anunciado lo que me mostró
el Dios todopoderoso,
el Dios de Israel».
Anuncio de Dios contra el país de Edom
11 Dios le mostró a Isaías lo que iba a hacer contra el país de Edom, y en esa visión él escuchó que alguien le gritaba desde ese país:
«Isaías, ¿cuánto tiempo falta
para que termine nuestro castigo?»
12 Y él le respondió:
«Pronto llegará alivio,
pero el castigo volverá.
Si quieren saber más,
vuelvan a preguntar más tarde».
Mensaje contra Arabia
13 Dios le mostró a Isaías lo que iba a hacer contra los árabes, que pasan la noche entre los matorrales del desierto:
«¡Árabes de la región de Dedán!,
14 salgan al encuentro del que tiene sed
y ofrézcanle agua.
Y ustedes, árabes de la región de Temá,
salgan al encuentro del que huye
y ofrézcanle algo de comer.
15 Porque ellos son sus compatriotas,
que escapan de la terrible batalla;
huyen de la espada y de las flechas».
16 Dios le dijo a Isaías: «Dentro de un año acabaré con la hermosura de la región árabe de Quedar, como quien termina el contrato de un trabajador. 17 Sus valientes guerreros no tendrán con qué defenderse. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así será».
Enseñanzas falsas
2 En el pueblo de Israel hubo también algunos que decían ser enviados por Dios, pero no lo eran. Así también, entre ustedes, habrá quienes se crean maestros enviados por Dios, sin serlo. Ellos les darán enseñanzas falsas y peligrosas, sin que ustedes se den cuenta, y hasta dirán que Jesucristo no es capaz de salvar. Por eso, cuando ellos menos lo esperen, serán destruidos por completo. 2 Mucha gente vivirá como esos falsos maestros, haciendo todo lo malo que se les antoje. Por culpa de ellos, la gente hablará mal de los cristianos y de su modo de vivir. 3 Esos falsos maestros desearán tener más y más dinero, y lo ganarán enseñando mentiras. Pero Dios ya decidió castigarlos desde hace mucho tiempo, y no se salvarán de ese castigo.
4 Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los mandó al infierno. Y allí están, encadenados en la oscuridad, hasta que llegue el día en que Dios juzgará a todos. 5 Dios tampoco perdonó a la gente malvada que vivía en tiempos de Noé. Más bien, les envió el diluvio, y todos murieron. Dios salvó a Noé, porque enseñaba a la gente a hacer el bien, y junto con Noé salvó a otras siete personas. 6 Además, Dios castigó a los que vivían en las ciudades de Sodoma y Gomorra: los quemó hasta dejarlos hechos cenizas, para que sirvieran de ejemplo de lo que les pasaría a los malvados. 7-8 Pero a Lot no lo quemó, pues era un hombre bueno. Aunque Lot vivía en esas ciudades, todos los días sufría mucho al ver y oír las maldades que esa gente cometía.
9 Esto nos demuestra que Dios sabe solucionar los problemas y dificultades que tienen los que lo obedecen, pero que también habrá de castigar a los que hacen lo malo, y lo hará el día en que juzgue a todos. 10 El castigo será, especialmente, para los que no obedecen sus órdenes y viven haciendo todo lo malo que se les antoja.
Esos falsos maestros son tercos y orgullosos, y no tienen miedo de insultar a los ángeles buenos. 11 Sin embargo, los ángeles, aunque son más poderosos que esos falsos maestros, no se atreven a insultarlos delante de Dios.
12 Esos hombres no entienden nada, todo lo hacen por capricho, y discuten acerca de lo que no entienden; son como los animales, que nacen para que los atrapen y los maten. 13 Sufrirán por haber hecho sufrir a otros, pues creen que serán felices haciendo, a plena luz del día, todo lo malo que se les antoja. Da vergüenza ver lo malo que hacen, y el escándalo que arman, cuando los acompañan a ustedes en sus fiestas de la iglesia.
14 Esos hombres no pueden ver a una mujer sin desear tener relaciones sexuales con ella; ¡nunca se cansan de pecar! Engañan a los que no confían mucho en Cristo, y son muy buenos para conseguir lo que desean. Pero Dios los castigará. ¡De eso no hay duda! 15 Andan perdidos, pues han dejado de obedecer a Dios para seguir el ejemplo de Balaam hijo de Beor, que quiso ganar dinero haciendo lo malo. 16 Pero precisamente por hacer lo malo, una burra lo regañó: le habló con voz humana, y no lo dejó seguir haciendo esas tonterías.
17 Esos falsos maestros son como pozos secos, sin agua; ¡son como nubes llevadas por fuertes vientos! Pero Dios los castigará y los echará para siempre a la más profunda oscuridad. 18 Porque ellos, para impresionar a la gente, dicen cosas bonitas que, en realidad, no sirven para nada. Obligan a otros a participar en sus mismos vicios y malos deseos, y engañan a los que con mucho esfuerzo apenas logran alejarse del pecado. 19 Les prometen que serán libres de hacer lo que quieran, pero ellos mismos no pueden dejar de hacer el mal. Y será ese mismo mal el que acabará por destruirlos, pues quien no puede dejar de pecar es esclavo del pecado. 20 Además, los que han conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo ya no siguen el ejemplo de los pecadores de este mundo; pero, si se dejan engañar con esas cosas, y además se dejan controlar por el pecado, quedarán peor que antes. 21 Más les valdría no haber conocido este santo mandamiento, ni saber de qué manera quiere Dios que vivan, que saber esto y no obedecerlo. 22 Así, esas personas demuestran la verdad del dicho: «El perro vuelve a su vómito», y también la verdad de este otro: «El cerdo recién bañado vuelve a revolcarse en el lodo».
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