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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
1 Reyes 20

Ben-adad ataca Samaria

20 Por ese tiempo, Ben-adad, rey de Aram, movilizó a su ejército con el apoyo de treinta y dos reyes aliados, sus carros de guerra y sus caballos. Sitiaron Samaria, la capital de Israel, y lanzaron ataques contra la ciudad. Ben-adad envió mensajeros a la ciudad para que transmitieran el siguiente mensaje al rey Acab de Israel: «Ben-adad dice: “¡Tu plata y tu oro son míos, igual que tus esposas y tus mejores hijos!”».

«Está bien, mi señor el rey—respondió el rey de Israel—. ¡Todo lo que tengo es tuyo!».

Pronto los mensajeros de Ben-adad regresaron y dijeron: «Ben-adad dice: “Ya te he exigido que me des tu plata, tu oro, tus esposas y tus hijos; pero mañana a esta hora, enviaré a mis funcionarios a registrar tu palacio y las casas de tus funcionarios. ¡Se llevarán todo lo que más valoras!”».

Entonces Acab mandó llamar a todos los ancianos del reino y les dijo:

—¡Miren cómo este hombre está causando problemas! Ya accedí a su exigencia de darle mis esposas, mis hijos, mi plata y mi oro.

—No cedas ante ninguna otra de sus exigencias—le aconsejaron todos los ancianos y todo el pueblo.

Así que Acab dijo a los mensajeros de Ben-adad: «Díganle esto a mi señor el rey: “Te daré todo lo que pediste la primera vez, pero no puedo aceptar tu última exigencia”». Entonces los mensajeros le llevaron la respuesta a Ben-adad.

10 Con eso Ben-adad le envió otro mensaje a Acab, que decía: «Que los dioses me hieran e incluso me maten si de Samaria queda polvo suficiente para darle un puñado a cada uno de mis soldados».

11 El rey de Israel le envió esta respuesta: «Un guerrero que está preparándose con su espada para salir a pelear no debería presumir como un guerrero que ya ganó».

12 Ben-adad y los otros reyes recibieron la respuesta de Acab mientras bebían en sus carpas.[a] «¡Prepárense para atacar!», ordenó Ben-adad a sus oficiales. Entonces se prepararon para atacar la ciudad.

Acab derrota a Ben-adad

13 Entonces un profeta fue a ver a Acab, rey de Israel, y le dijo:

—Esto dice el Señor: “¿Ves todas esas fuerzas enemigas? Hoy las entregaré en tus manos. Así sabrás que yo soy el Señor”.

14 —¿Cómo lo hará?—preguntó Acab.

El profeta contestó:

—Esto dice el Señor: “Lo harán las tropas de los comandantes provinciales”.

—¿Debemos atacar nosotros primero?—preguntó Acab.

—Sí—contestó el profeta.

15 Entonces Acab reunió a las tropas de los doscientos treinta y dos comandantes de las provincias. Luego llamó al resto del ejército de Israel, unos siete mil hombres. 16 Cerca del mediodía, mientras Ben-adad y los treinta y dos reyes aliados aún estaban en sus carpas bebiendo hasta emborracharse, 17 el primer contingente, formado por las tropas de los comandantes provinciales, avanzó desde la ciudad.

Mientras se acercaban, la patrulla de avanzada que había mandado Ben-adad le informó:

—Unas tropas avanzan desde Samaria.

18 —Tráiganlos vivos—ordenó Ben-adad—, ya sea que vengan en son de paz o de guerra.

19 Ahora bien, los comandantes de las provincias de Acab junto con todo el ejército habían salido a pelear. 20 Cada soldado israelita mató a su oponente arameo, y de pronto todo el ejército arameo sintió pánico y huyó. Los israelitas persiguieron a los arameos, pero el rey Ben-adad y algunos de sus conductores de carros escaparon a caballo. 21 Sin embargo, el rey de Israel destruyó el resto de los caballos y carros de guerra y masacró a los arameos.

22 Después el profeta le dijo al rey Acab: «Prepárate para otro ataque; empieza a planificar desde ahora, porque el rey de Aram regresará la próxima primavera[b]».

Segundo ataque de Ben-adad

23 Después de la derrota, los oficiales de Ben-adad le dijeron: «Los dioses de los israelitas son dioses de las montañas, por eso ganaron; pero podemos vencerlos fácilmente en las llanuras. 24 ¡Solo que esta vez reemplaza a los reyes con generales! 25 Recluta otro ejército como el que perdiste. Consíguenos la misma cantidad de caballos, carros de guerra y hombres, y nosotros pelearemos contra los israelitas en las llanuras. Sin duda los venceremos». Así que el rey Ben-adad hizo lo que ellos le sugirieron.

26 La primavera siguiente, llamó al ejército arameo y avanzó contra Israel, pero esta vez en Afec. 27 Entonces Israel reunió a su ejército, montó líneas de abastecimiento y salió a pelear. Pero el ejército de Israel parecía dos pequeños rebaños de cabras en comparación con el inmenso ejército arameo, ¡que llenaba la campiña!

28 Entonces el hombre de Dios fue a ver al rey de Israel y le dijo: «Esto dice el Señor: “Los arameos han dicho: ‘El Señor es un dios de las montañas y no de las llanuras’. Así que derrotaré a este gran ejército por ti. Entonces sabrás que yo soy el Señor”».

29 Los dos ejércitos acamparon, uno frente al otro, durante siete días. El séptimo día comenzó la batalla. En un solo día los israelitas mataron a cien mil soldados arameos de infantería. 30 El resto huyó a la ciudad de Afec, pero la muralla les cayó encima y mató a otros veintisiete mil de ellos. Ben-adad huyó a la ciudad y se escondió en un cuarto secreto.

31 Los oficiales de Ben-adad le dijeron: «Hemos oído, señor, que los reyes de Israel son compasivos. Entonces pongámonos tela áspera alrededor de la cintura y sogas en la cabeza en señal de humillación, y rindámonos ante el rey de Israel. Tal vez así le perdone la vida».

32 Entonces se pusieron tela áspera y sogas, y fueron a ver al rey de Israel, a quien le suplicaron:

—Su siervo Ben-adad dice: “Le ruego que me perdone la vida”.

El rey de Israel respondió:

—¿Todavía vive? ¡Él es mi hermano!

33 Los hombres tomaron la respuesta como una buena señal y, aprovechando esas palabras, enseguida le respondieron:

—¡Sí, su hermano Ben-adad!

—¡Vayan a traerlo!—les dijo el rey de Israel.

Cuando Ben-adad llegó, Acab lo invitó a subir a su carro de guerra.

34 Ben-adad le dijo:

—Te devolveré las ciudades que mi padre le quitó a tu padre, y puedes establecer lugares de comercio en Damasco, como hizo mi padre en Samaria.

Entonces Acab le dijo:

—Te dejaré en libertad con estas condiciones.

Así que hicieron un nuevo tratado y Ben-adad quedó en libertad.

Un profeta condena a Acab

35 Mientras tanto, el Señor le ordenó a un miembro del grupo de profetas que le dijera a otro: «¡Golpéame!»; pero el hombre se negó a golpearlo. 36 Entonces el profeta le dijo: «Como no obedeciste la voz del Señor, un león te matará apenas te separes de mí». Cuando el hombre se fue, sucedió que un león lo atacó y lo mató.

37 Luego el profeta se dirigió a otro hombre y le dijo: «¡Golpéame!». Así que el hombre lo golpeó y lo hirió.

38 El profeta se puso una venda en los ojos para que no lo reconocieran y se quedó junto al camino, esperando al rey. 39 Cuando el rey pasó, el profeta lo llamó:

—Señor, yo estaba en lo más reñido de la batalla, cuando de pronto un hombre me trajo un prisionero y me dijo: “Vigila a este hombre; si por alguna razón se te escapa, ¡pagarás con tu vida o con una multa de treinta y cuatro kilos[c] de plata!”; 40 pero mientras yo estaba ocupado en otras cosas, ¡el prisionero desapareció!

—Bueno, fue tu culpa—respondió el rey—. Tú mismo has firmado tu propia sentencia.

41 Enseguida el profeta se quitó la venda de los ojos, y el rey lo reconoció como uno de los profetas. 42 El profeta le dijo:

—Esto dice el Señor: “Por haberle perdonado la vida al hombre que yo dije que había que destruir[d] ahora tú morirás en su lugar, y tu pueblo morirá en lugar de su pueblo”.

43 Entonces el rey de Israel volvió a su casa en Samaria, enojado y de mal humor.

1 Tesalonicenses 3

Por último, cuando ya no pudimos soportarlo más, decidimos quedarnos solos en Atenas y enviamos a Timoteo para que los visitara. Él es hermano nuestro y colaborador de Dios[a] en la proclamación de la Buena Noticia de Cristo. Lo enviamos a ustedes para que los fortaleciera, los alentara en su fe y los ayudara a no ser perturbados por las dificultades que atravesaban; pero ustedes saben que estamos destinados a pasar por tales dificultades. Aun cuando estábamos con ustedes, les advertimos que las dificultades pronto llegarían, y así sucedió, como bien saben. Por esta razón, cuando ya no pude más, envié a Timoteo para averiguar si la fe de ustedes seguía firme. Tenía miedo de que el tentador los hubiera vencido y que nuestro trabajo hubiera sido en vano.

Pero ahora Timoteo acaba de regresar y nos trajo buenas noticias acerca de la fe y el amor de ustedes. Nos contó que siempre recuerdan nuestra visita con alegría y que desean vernos tanto como nosotros deseamos verlos a ustedes. Así que, amados hermanos, en medio de nuestras dificultades y sufrimientos hemos sido muy animados porque han permanecido firmes en su fe. Nos reaviva saber que están firmes en el Señor.

¡Cuánto le agradecemos a Dios por ustedes! Gracias a ustedes tenemos gran alegría cuando entramos en la presencia de Dios. 10 Día y noche oramos con fervor por ustedes, pidiéndole a Dios que nos permita volver a verlos y completar lo que falte en su fe.

11 Que Dios nuestro Padre y nuestro Señor Jesús nos lleven muy pronto a verlos a ustedes. 12 Y que el Señor haga crecer y sobreabundar el amor que tienen unos por otros y por toda la gente, tanto como sobreabunda nuestro amor por ustedes. 13 Que él, como resultado, fortalezca su corazón para que esté sin culpa y sea santo al estar ustedes delante de Dios nuestro Padre cuando nuestro Señor Jesús regrese con todo su pueblo santo. Amén.

Daniel 2

Sueño del rey Nabucodonosor

Una noche, durante el segundo año de su reinado,[a] Nabucodonosor tuvo unos sueños tan desconcertantes que no pudo dormir. Mandó llamar a sus magos, brujos, hechiceros y astrólogos,[b] y les exigió que le dijeran lo que había soñado. Cuando se presentaron ante el rey, les dijo:

—He tenido un sueño que me desconcierta mucho y necesito saber lo que significa.

Entonces los astrólogos respondieron al rey en arameo:[c]

—¡Que viva el rey! Cuéntenos el sueño y nosotros le diremos lo que significa.

Pero el rey respondió a los astrólogos:

—Les digo esto en serio. Si no me dicen lo que soñé y lo que significa, ¡los haré despedazar y convertiré sus casas en un montón de escombros! Pero si me dicen lo que soñé y lo que significa, les daré muchos honores y regalos maravillosos. ¡Solo díganme lo que soñé y lo que significa!

Ellos volvieron a decirle:

—Por favor, su majestad, cuéntenos el sueño y nosotros le diremos lo que significa.

El rey respondió:

—¡Ya sé lo que se proponen! Están tratando de ganar tiempo porque saben que hablo en serio cuando digo: “¡Si no me cuentan el sueño, están condenados!”. Así que han conspirado para mentirme, con la esperanza de que yo cambie de idea, pero cuéntenme el sueño y entonces sabré que pueden explicarme el significado.

10 Los astrólogos respondieron al rey:

—¡No hay nadie en la tierra que pueda decirle al rey lo que soñó! ¡Y ningún rey, por grande y poderoso que sea, jamás pidió tal cosa a sus magos, brujos o astrólogos! 11 Es imposible cumplir con lo que el rey exige. Nadie, excepto los dioses, puede contar al rey su sueño, pero los dioses no habitan entre los hombres.

12 Cuando el rey oyó esto, se enfureció y mandó a ejecutar a todos los sabios de Babilonia. 13 Entonces, debido al decreto del rey, enviaron hombres para que encontraran y mataran a Daniel y a sus amigos.

14 Cuando Arioc, comandante de la guardia real, llegó con la intención de matarlos, Daniel manejó la situación con sabiduría y discreción. 15 Le preguntó a Arioc: «¿Por qué emitió el rey un decreto tan severo?». Entonces Arioc le contó todo lo que había sucedido. 16 Daniel fue a ver al rey inmediatamente y le pidió más tiempo para comunicarle el significado del sueño.

17 Entonces Daniel regresó a casa y contó a sus amigos Ananías, Misael y Azarías lo que había ocurrido. 18 Les rogó que pidieran al Dios del cielo que tuviera misericordia y les revelara el secreto, para que no fueran ejecutados junto con los demás sabios de Babilonia. 19 Esa noche el misterio le fue revelado a Daniel en una visión. Entonces alabó al Dios del cielo 20 y dijo:

«Alabado sea el nombre de Dios por siempre y para siempre,
    porque a él pertenecen toda la sabiduría y todo el poder.
21 Él controla el curso de los sucesos del mundo;
    él quita reyes y pone otros reyes.
Él da sabiduría a los sabios
    y conocimiento a los estudiosos.
22 Él revela cosas profundas y misteriosas
    y conoce lo que se oculta en la oscuridad,
    aunque él está rodeado de luz.
23 Te agradezco y te alabo, Dios de mis antepasados,
    porque me has dado sabiduría y fortaleza.
Me revelaste lo que te pedimos
    y nos diste a conocer lo que el rey exigía».

Daniel interpreta el sueño

24 Entonces Daniel fue a ver a Arioc, a quien el rey había ordenado ejecutar a los sabios de Babilonia. Daniel le dijo: «No mates a los sabios. Llévame ante el rey y le explicaré el significado de su sueño».

25 Enseguida Arioc llevó a Daniel ante el rey y anunció: «¡Entre los cautivos de Judá, encontré a uno que le dirá al rey el significado de su sueño!».

26 Entonces el rey le preguntó a Daniel (también llamado Beltsasar):

—¿Es cierto? ¿Puedes decirme lo que soñé y lo que mi sueño significa?

27 Daniel contestó:

—No hay sabios, brujos, magos ni adivinos que puedan dar a conocer el secreto del rey; 28 pero hay un Dios en el cielo, quien revela secretos y le ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que ocurrirá en el futuro. Ahora le diré lo que soñó y las visiones que vio mientras estaba acostado en su cama.

29 »Mientras su majestad dormía, soñó sobre sucesos futuros. Aquel que da a conocer los secretos le ha mostrado a usted lo que ocurrirá. 30 Y no es porque yo sea más sabio que los demás que conozco el secreto de su sueño, sino porque Dios quiere que su majestad entienda lo que estaba en su corazón cuando soñó.

31 »En su visión, su majestad vio frente a sí una enorme estatua resplandeciente de un hombre; daba terror verla. 32 La cabeza de la estatua era de oro fino. El pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos de bronce, 33 las piernas eran de hierro y los pies eran una mezcla de hierro y barro cocido. 34 Mientras usted observaba, una roca de una montaña[d] fue cortada, pero no por manos humanas. La roca golpeó los pies de hierro y barro, y los hizo pedazos. 35 La estatua quedó reducida a pequeños trozos de hierro, barro, bronce, plata y oro. Luego el viento se los llevó sin dejar rastro alguno, como la paja cuando se trilla el grano. Sin embargo, la roca que derrumbó la estatua se convirtió en una gran montaña que cubrió toda la tierra.

36 »Ese fue el sueño. Ahora explicaremos al rey el significado. 37 Su majestad, usted es supremo entre los reyes. El Dios del cielo le ha dado soberanía, poder, fuerza y honra. 38 Dios lo ha puesto como gobernante sobre todo el mundo habitado y le ha dado dominio aun sobre las aves y los animales salvajes. Usted es la cabeza de oro.

39 »Ahora bien, después de que termine su reino, surgirá otro reino, inferior al suyo, y ocupará su lugar. Cuando este caiga, un tercer reino, representado por el bronce, surgirá para gobernar el mundo. 40 Después vendrá un cuarto reino, tan fuerte como el hierro. Ese reino destrozará y aplastará a todos los imperios anteriores, así como el hierro destroza y aplasta todo lo que golpea. 41 Los pies y los dedos que usted vio eran una combinación de hierro y barro cocido, lo cual demuestra que ese reino se dividirá. Por ser barro mezclado con hierro, tendrá algo de la fuerza del hierro. 42 No obstante, si bien algunas de sus partes serán tan fuertes como el hierro, otras serán tan débiles como el barro. 43 Esta mezcla de hierro con barro también demuestra que esos reinos procurarán fortalecerse al hacer alianzas matrimoniales; pero no se mantendrán unidos, así como el hierro y el barro no se mezclan.

44 »Durante los gobiernos de esos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido o conquistado. Aplastará por completo a esos reinos y permanecerá para siempre. 45 Ese es el significado de la roca cortada de la montaña, aunque no por manos humanas, que hizo pedazos la estatua de hierro, bronce, barro, plata y oro. El gran Dios estaba mostrando al rey lo que ocurrirá en el futuro. El sueño es verdadero y el significado, seguro.

Nabucodonosor recompensa a Daniel

46 Entonces el rey Nabucodonosor se postró ante Daniel y le rindió culto, y mandó al pueblo que ofreciera sacrificios y quemara incienso dulce frente a Daniel. 47 El rey le dijo: «En verdad tu Dios es el más grande de todos los dioses, es el Señor de los reyes, y es quien revela los misterios, porque tú pudiste revelar este secreto».

48 Entonces el rey puso a Daniel en un puesto importante y le dio muchos regalos valiosos. Nombró a Daniel gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe de todos los sabios del rey. 49 A petición de Daniel, el rey puso a Sadrac, Mesac y Abed-nego a cargo de todos los asuntos de la provincia de Babilonia, mientras Daniel permaneció en la corte del rey.

Salmos 106

106 ¡Alabado sea el Señor!

¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
    Su fiel amor perdura para siempre.
¿Quién podrá enumerar los gloriosos milagros del Señor?
    ¿Quién podrá alabarlo lo suficiente?
Hay alegría para los que tratan con justicia a los demás
    y siempre hacen lo que es correcto.

Acuérdate de mí, Señor, cuando le muestres favor a tu pueblo;
    acércate y rescátame.
Déjame tener parte en la prosperidad de tus elegidos.
    Permite que me alegre por el gozo de tu pueblo;
    concédeme alabarte con los que son tu herencia.

Hemos pecado como nuestros antepasados.
    ¡Hicimos lo malo y actuamos de manera perversa!
Nuestros antepasados en Egipto
    no quedaron conmovidos ante las obras milagrosas del Señor.
Pronto olvidaron sus muchos actos de bondad hacia ellos;
    en cambio, se rebelaron contra él en el mar Rojo.[a]
Aun así, él los salvó:
    para defender el honor de su nombre
    y para demostrar su gran poder.
Ordenó al mar Rojo[b] que se secara
    y condujo a Israel a través del mar como si fuera un desierto.
10 Así los rescató de sus enemigos
    y los libertó de sus adversarios.
11 Después el agua volvió y cubrió a sus enemigos;
    ninguno de ellos sobrevivió.
12 Entonces el pueblo creyó las promesas del Señor
    y le cantó alabanzas.

13 Sin embargo, ¡qué pronto olvidaron lo que él había hecho!
    ¡No quisieron esperar su consejo!
14 En el desierto dieron rienda suelta a sus deseos;
    pusieron a prueba la paciencia de Dios en esa tierra árida y baldía.
15 Entonces les dio lo que pedían,
    pero al mismo tiempo les envió una plaga.
16 La gente del campamento se puso celosa de Moisés
    y tuvo envidia de Aarón, el santo sacerdote del Señor.
17 Por esa causa la tierra se abrió;
    se tragó a Datán
    y enterró a Abiram junto con los otros rebeldes.
18 Sobre sus seguidores cayó fuego;
    una llama consumió a los perversos.

19 Los israelitas hicieron un becerro en el monte Sinaí;[c]
    se inclinaron ante una imagen hecha de oro.
20 Cambiaron a su glorioso Dios
    por la estatua de un toro que come hierba.
21 Se olvidaron de Dios, su salvador,
    quien había realizado tantas grandezas en Egipto:
22 obras tan maravillosas en la tierra de Cam,
    hechos tan asombrosos en el mar Rojo.
23 Por lo tanto, él declaró que los destruiría.
    Pero Moisés, su escogido, intervino entre el Señor y los israelitas;
    le suplicó que apartara su ira y que no los destruyera.

24 El pueblo se negó a entrar en la agradable tierra,
    porque no creían la promesa de que Dios los iba a cuidar.
25 En cambio, rezongaron en sus carpas
    y se negaron a obedecer al Señor.
26 Por lo tanto, él juró solemnemente
    que los mataría en el desierto,
27 que dispersaría a sus descendientes[d] entre las naciones,
    y los enviaría a tierras distantes.

28 Después nuestros antepasados se unieron para rendir culto a Baal en Peor;
    ¡hasta comieron sacrificios ofrecidos a los muertos!
29 Con todo eso provocaron el enojo del Señor,
    entonces se desató una plaga en medio de ellos.
30 Pero Finees tuvo el valor de intervenir
    y la plaga se detuvo.
31 Por eso, desde entonces,
    se le considera un hombre justo.

32 También en Meriba, provocaron el enojo del Señor,
    y le causaron serios problemas a Moisés.
33 Hicieron que Moisés se enojara[e]
    y hablara como un necio.

34 Israel no destruyó a las naciones que había en la tierra,
    como el Señor le había ordenado.
35 En cambio, los israelitas se mezclaron con los paganos
    y adoptaron sus malas costumbres.
36 Rindieron culto a sus ídolos,
    y eso resultó en su ruina.
37 Hasta sacrificaron a sus propios hijos
    e hijas a los demonios.
38 Derramaron sangre inocente,
    la sangre de sus hijos e hijas.
Al sacrificarlos a los ídolos de Canaán,
    contaminaron la tierra con asesinatos.
39 Se contaminaron a sí mismos con sus malas acciones,
    y su amor a los ídolos fue adulterio a los ojos del Señor.

40 Por eso, el enojo del Señor se encendió contra su pueblo,
    y él aborreció a su posesión más preciada.
41 Los entregó a las naciones paganas
    y quedaron bajo el gobierno de quienes los odiaban.
42 Sus enemigos los aplastaron
    y los sometieron a su cruel poder.
43 Él los rescató una y otra vez,
    pero ellos decidieron rebelarse en su contra,
    y finalmente su pecado los destruyó.
44 Aun así, él sintió compasión por la angustia de ellos
    y escuchó sus clamores.
45 Recordó el pacto que les había hecho
    y desistió a causa de su amor inagotable.
46 Hasta hizo que sus captores
    los trataran con amabilidad.

47 ¡Oh Señor nuestro Dios, sálvanos!
    Vuelve a reunirnos de entre las naciones,
para que podamos agradecer a tu santo nombre,
    alegrarnos y alabarte.

48 Alaben al Señor, Dios de Israel,
    quien vive desde siempre y para siempre.
Que todo el pueblo diga: «¡Amén!».

¡Alabado sea el Señor!

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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