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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
1 Reyes 6

Salomón construye el templo

Fue a mediados de la primavera, en el mes de zif,[a] durante el cuarto año de su reinado, que Salomón comenzó a construir el templo del Señor. Habían pasado cuatrocientos ochenta años desde el día en que el pueblo de Israel fue rescatado de su esclavitud en la tierra de Egipto.

El templo que el rey Salomón construyó para el Señor medía veintisiete metros y medio de largo, nueve metros de ancho y catorce metros de alto.[b] La antesala que estaba al frente del templo medía nueve metros[c] de ancho, coincidía con la anchura total del templo, y se proyectaba cuatro metros y medio[d] hacia el frente. Salomón también hizo ventanas angostas y empotradas por todo el templo.

A los costados del edificio y en la parte trasera, construyó un complejo de habitaciones contra las paredes exteriores del templo. El complejo era de tres pisos: el piso de abajo tenía un ancho de dos metros con treinta centímetros; el piso de en medio, dos metros con ochenta centímetros; y el piso de arriba, tres metros con veinte centímetros.[e] Las habitaciones estaban unidas a las paredes del templo mediante vigas apoyadas en cornisas que sobresalían de las paredes; de modo que las vigas no estaban insertadas dentro de las paredes mismas.

Las piedras que se usaron en la construcción del templo se labraban en las canteras, de modo que no hubo ruido de martillo, ni de hacha, ni de ninguna otra herramienta de hierro en el lugar de la obra.

La entrada al piso de abajo[f] estaba en el lado sur del templo. Había una escalera de caracol para subir al piso de en medio, y otro tramo de escaleras entre el piso de en medio y el piso de arriba. Una vez terminada la estructura del templo, Salomón puso un techo de vigas y tablas de cedro. 10 Como ya se dijo, construyó un complejo de habitaciones a los lados del edificio, unidas a las paredes del templo mediante vigas de cedro. Cada piso del complejo tenía una altura de dos metros con treinta centímetros.[g]

11 Entonces el Señor le dio el siguiente mensaje a Salomón: 12 «En cuanto a este templo que estás construyendo, si tú sigues todos mis decretos y ordenanzas y obedeces todos mis mandatos, yo cumpliré por medio de ti la promesa que le hice a tu padre, David. 13 Viviré entre los israelitas y nunca abandonaré a mi pueblo Israel».

El interior del templo

14 Así que Salomón terminó de construir el templo. 15 Todo el interior, desde el piso hasta el techo, estaba recubierto con paneles de madera. Recubrió las paredes y el techo con paneles de cedro y para el piso utilizó tablas de ciprés. 16 Salomón separó un espacio para el santuario interior—el Lugar Santísimo—al fondo del templo. Tenía nueve metros de profundidad y estaba recubierto con cedro desde el piso hasta el techo. 17 El salón principal del templo, fuera del Lugar Santísimo, medía dieciocho metros[h] de largo. 18 En todo el templo las paredes de piedra estaban recubiertas con madera de cedro, y el recubrimiento estaba decorado con tallas de calabazas y flores abiertas.

19 Salomón preparó el santuario interior al fondo del templo, donde luego se colocaría el arca del pacto del Señor. 20 Este santuario interior medía nueve metros de largo, nueve metros de ancho y nueve metros de alto. Salomón revistió el interior con oro macizo; también revistió el altar, que estaba hecho de cedro.[i] 21 Luego revistió el resto del interior del templo con oro macizo y fabricó cadenas de oro para proteger la entrada[j] al Lugar Santísimo. 22 Así terminó de revestir con oro todo el templo, incluido el altar que pertenecía al Lugar Santísimo.

23 Hizo, además, dos querubines con madera de olivo silvestre[k] y los puso en el santuario interior; cada uno medía cuatro metros con sesenta centímetros[l] de alto. 24 La distancia entre las puntas de las alas de cada querubín era de cuatro metros con sesenta centímetros, y cada ala medía dos metros con treinta centímetros[m] de largo. 25 Ambos querubines eran exactamente iguales en forma y tamaño, 26 y cada uno medía cuatro metros con sesenta centímetros de alto. 27 Salomón los puso en el santuario interior del templo, uno al lado del otro, con las alas extendidas, de modo que las alas interiores se tocaban en el centro de la sala y las exteriores se extendían hasta las paredes; 28 y a ambos querubines los revistió de oro.

29 Salomón decoró todas las paredes del santuario interior y del salón principal con tallas de querubines, palmeras y flores abiertas; 30 y revistió de oro el piso de ambos salones.

31 Para la entrada del santuario interior, hizo puertas de dos hojas de madera de olivo silvestre, y los marcos tenían forma pentagonal.[n] 32 Estas puertas estaban decoradas con tallas de querubines, palmeras y flores abiertas. Las puertas, con las decoraciones de querubines y palmeras, estaban revestidas de oro.

33 Luego, en las puertas, hizo marcos cuadrangulares de madera de olivo silvestre para la entrada del templo. 34 Había dos puertas plegables de madera de ciprés, y cada puerta tenía bisagras para replegarse hacia atrás. 35 Estas puertas estaban decoradas con tallas de querubines, palmeras y flores abiertas. Todas las tallas estaban revestidas de oro de manera uniforme.

36 Las paredes del atrio interior estaban construidas de modo que había una hilera de vigas de cedro entre cada tres hileras de piedra labrada.

37 Los cimientos del templo del Señor se echaron a mediados de la primavera, en el mes de zif,[o] durante el cuarto año del reinado de Salomón. 38 Terminaron de construir todo el edificio hasta los últimos detalles a mediados del otoño, en el mes de bul,[p] a los once años de su reinado. Así que la construcción del templo duró siete años.

Efesios 3

El plan secreto de Dios

Cuando pienso en todo esto, yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por el bien de ustedes, los gentiles...[a] A propósito, doy por sentado que ustedes saben que Dios me encargó de manera especial extenderles su gracia a ustedes, los gentiles. Tal como antes les escribí brevemente, Dios mismo me reveló su misterioso plan. Cuando lean esto que les escribo, entenderán la percepción que tengo de este plan acerca de Cristo. Dios no se lo reveló a las generaciones anteriores, pero ahora, por medio de su Espíritu, lo ha revelado a sus santos apóstoles y profetas.

Y el plan de Dios consiste en lo siguiente: tanto los judíos como los gentiles que creen la Buena Noticia gozan por igual de las riquezas heredadas por los hijos de Dios. Ambos pueblos forman parte del mismo cuerpo y ambos disfrutan de la promesa de las bendiciones porque pertenecen a Cristo Jesús.[b] Por la gracia y el gran poder de Dios, se me ha dado el privilegio de servirlo anunciando esta Buena Noticia.

Aunque soy el menos digno de todo el pueblo de Dios, por su gracia él me concedió el privilegio de contarles a los gentiles acerca de los tesoros inagotables que tienen a disposición por medio de Cristo. Fui elegido para explicarles a todos[c] el misterioso plan que Dios, el Creador de todas las cosas, mantuvo oculto desde el comienzo.

10 El propósito de Dios con todo esto fue utilizar a la iglesia para mostrar la amplia variedad de su sabiduría a todos los gobernantes y autoridades invisibles que están en los lugares celestiales. 11 Ese era su plan eterno, que él llevó a cabo por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.

12 Gracias a Cristo y a nuestra fe en él,[d] podemos entrar en la presencia de Dios con toda libertad y confianza. 13 Por eso les ruego que no se desanimen a causa de mis pruebas en este lugar. Mi sufrimiento es por ustedes, así que deberían sentirse honrados.

Pablo ora por crecimiento espiritual

14 Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre,[e] 15 el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra.[f] 16 Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. 17 Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. 18 Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. 19 Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios.

20 Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros. 21 ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén.

Ezequiel 36

Restauración de Israel

36 »Hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel y dales este mensaje: “¡Oh montañas de Israel, oigan la palabra del Señor! Esto dice el Señor Soberano: sus enemigos se mofaron de ustedes diciendo: ‘¡Ajá, ahora las alturas antiguas nos pertenecen!’”. Por lo tanto, hijo de hombre, da este mensaje a los montes de Israel de parte del Señor Soberano: “Sus enemigos los atacaron por todas partes, los hicieron propiedad de muchas naciones y objeto de mucha burla y calumnia. Por lo tanto, montes de Israel, oigan la palabra del Señor Soberano. Él habla a las colinas y a los montes; a los barrancos y a los valles; a las asoladas tierras baldías y a las ciudades abandonadas de hace tiempo, que fueron destruidas y burladas por naciones vecinas. Esto dice el Señor Soberano: el enojo de mis celos arde contra esas naciones, especialmente contra Edom, porque me trataron con total desprecio cuando, con aires de triunfo, se apoderaron de mi tierra y la tomaron como botín”.

»Por lo tanto, profetiza a las colinas y a los montes, a los barrancos y a los valles de Israel. Esto dice el Señor Soberano: “Estoy furioso porque pasaron vergüenza ante las naciones vecinas. Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: he jurado solemnemente que pronto esas naciones tendrán que soportar su propia vergüenza.

»”Sin embargo, los montes de Israel producirán abundantes cosechas de frutos para mi pueblo, ¡que ya pronto regresará a casa! Ya ven, ustedes me importan y les prestaré atención. Su suelo será arado y se sembrarán cultivos. 10 Aumentaré en gran manera la población de Israel y las ciudades en ruinas se reconstruirán y se llenarán de gente. 11 No solo aumentaré el número de habitantes, sino también de animales. Oh montes de Israel, traeré gente para que vuelva a habitarlos. Los haré aún más prósperos que antes. Así sabrán que yo soy el Señor. 12 Haré que mi pueblo vuelva a transitarlos y ustedes formarán parte de su territorio. Nunca más privarán ustedes a mi pueblo de sus hijos.

13 »”Esto dice el Señor Soberano: las demás naciones se mofan de ti al decir: ‘¡Israel es una tierra que devora a su propia gente y deja a la nación sin hijos!’; 14 pero nunca más devorarás a tu gente ni los dejarás sin hijos, dice el Señor Soberano. 15 No permitiré que oigas los insultos de las otras naciones y ellas dejarán de burlarse de ti. No serás una tierra que provoque la caída de su propia nación, dice el Señor Soberano”».

16 Luego recibí este otro mensaje del Señor: 17 «Hijo de hombre, cuando los israelitas vivían en su propia tierra, la contaminaron con su mala manera de vivir. Para mí, su conducta fue tan impura como el paño menstrual de una mujer. 18 Contaminaron la tierra con homicidios y con la adoración de ídolos,[a] por eso derramé mi furia sobre ellos. 19 Los esparcí por varios países a fin de castigarlos por su mala manera de vivir; 20 pero esparcidos entre las naciones, deshonraron mi santo nombre. Pues las naciones decían: “¡Estos son el pueblo del Señor, pero él no pudo protegerlos en su propia tierra!”. 21 Entonces me preocupé por mi santo nombre, al cual mi pueblo trajo vergüenza entre las naciones.

22 »Por lo tanto, da este mensaje a los israelitas de parte del Señor Soberano: “Los llevaré de regreso a su tierra, pero no porque lo merezcan, sino para proteger mi santo nombre, que deshonraron mientras estaban esparcidos entre las naciones. 23 Mostraré cuán santo es mi gran nombre, el nombre que deshonraron entre las naciones. Cuando revele mi santidad por medio de ustedes ante los ojos de las naciones, dice el Señor Soberano, entonces ellas sabrán que yo soy el Señor. 24 Pues los recogeré de entre todas las naciones y los haré regresar a su tierra.

25 »”Entonces los rociaré con agua pura y quedarán limpios. Lavaré su inmundicia y dejarán de rendir culto a ídolos. 26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo.[b] 27 Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas.

28 »”Vivirán en Israel, la tierra que hace mucho tiempo di a sus antepasados. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. 29 Los limpiaré de su conducta inmunda. Les daré buenas cosechas de grano y no enviaré más hambrunas a su tierra. 30 Les daré abundantes cosechas de sus árboles frutales y sus campos, y nunca más las naciones vecinas podrán burlarse de su tierra a causa de las hambrunas. 31 Entonces recordarán los pecados que cometieron en el pasado y se avergonzarán de ustedes mismos por todas las cosas detestables que hicieron. 32 Sin embargo, recuerden, dice el Señor Soberano, que no lo hago porque lo merezcan. ¡Oh Israel, pueblo mío, ustedes deberían estar totalmente avergonzados por todo lo que hicieron!

33 »”Esto dice el Señor Soberano: cuando yo los limpie de sus pecados, volveré a poblar sus ciudades y se reconstruirán las ruinas. 34 Los campos que estaban vacíos y desolados, a la vista de todos, se cultivarán de nuevo. 35 Cuando los regrese a su tierra, la gente dirá: ‘¡Esta tierra era baldía y ahora se parece al jardín del Edén! ¡Las ciudades abandonadas y en ruinas ahora tienen murallas fuertes y están llenas de gente!’. 36 Entonces las naciones vecinas que hayan sobrevivido sabrán que yo, el Señor, reedifiqué lo que estaba en ruinas y volví a sembrar la tierra baldía. Pues yo, el Señor, lo he dicho, y cumpliré mi palabra.

37 »”Esto dice el Señor Soberano: estoy dispuesto a escuchar las oraciones de Israel y a aumentar su población como un rebaño. 38 Los israelitas serán tan numerosos como los rebaños sagrados que llenan las calles de Jerusalén en tiempos de los festivales. Las ciudades que estaban en ruinas estarán repletas de gente una vez más y todos sabrán que yo soy el Señor”».

Salmos 86

Oración de David.

86 Inclínate, oh Señor, y escucha mi oración;
    contéstame, porque necesito tu ayuda.
Protégeme, pues estoy dedicado a ti.
    Sálvame, porque te sirvo y confío en ti;
    tú eres mi Dios.
Ten misericordia de mí, oh Señor,
    porque a ti clamo constantemente.
Dame felicidad, oh Señor,
    pues a ti me entrego.
¡Oh Señor, eres tan bueno; estás tan dispuesto a perdonar,
    tan lleno de amor inagotable para los que piden tu ayuda!
Escucha atentamente mi oración, oh Señor;
    oye mi urgente clamor.
A ti clamaré cada vez que esté en apuros,
    y tú me responderás.

Ningún dios pagano es como tú, oh Señor;
    ¡nadie puede hacer lo que tú haces!
Todas las naciones que hiciste
    vendrán y se inclinarán ante ti, Señor;
    alabarán tu santo nombre.
10 Pues tú eres grande y haces obras maravillosas;
    solo tú eres Dios.

11 Enséñame tus caminos, oh Señor,
    para que viva de acuerdo con tu verdad.
Concédeme pureza de corazón,
    para que te honre.
12 Con todo el corazón te alabaré, oh Señor mi Dios.
    Daré gloria a tu nombre para siempre,
13 porque muy grande es tu amor por mí.
    Me has rescatado de las profundidades de la muerte.[a]

14 Oh Dios, gente insolente se levanta en mi contra;
    una pandilla violenta trata de matarme.
    No significas nada para ellos.
15 Pero tú, oh Señor,
    eres Dios de compasión y misericordia,
lento para enojarte
    y lleno de amor inagotable y fidelidad.
16 Mírame y ten misericordia de mí.
    Dale tu fuerza a tu siervo;
    salva a este hijo de tu sierva.
17 Envíame una señal de tu favor.
    Entonces, los que me odian pasarán vergüenza,
    porque tú, oh Señor, me ayudas y me consuelas.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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