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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Samuel 24

David hace un censo militar

(1 Cr 21:1-17)

24 Una vez más el SEÑOR se enojó con Israel e hizo que David se volviera contra los israelitas ordenándole: «Levanta un censo de Israel y de Judá». Así que el rey David le dijo a Joab, comandante del ejército:

—Vayan por todas las tribus de Israel y levanten un censo, desde Dan hasta Berseba,[a] para que yo sepa cuántos pueden cumplir el servicio militar.

Pero Joab le dijo al rey:

—Que el SEÑOR su Dios multiplique 100 veces el número de sus tropas y que Su Majestad pueda verlo con sus propios ojos pero, ¿por qué quiere Su Majestad hacer tal cosa?

No obstante el rey David les ordenó enérgicamente a Joab y los demás capitanes del ejército que fueran a levantar el censo. Así que salieron a hacer lo que el rey pedía. Cruzaron el río Jordán y acamparon en Aroer, al lado derecho de la ciudad. La ciudad está en medio del valle de Gad, camino a Jazer. Luego se dirigieron al este, a Galaad, hasta Tajtín Jodsí. Luego al norte a Dan Jaán y a los alrededores de Sidón. Fueron al fuerte de Tiro y a todas las ciudades de los heveos y los cananeos. Luego se dirigieron al sur, a Berseba en el sur de Judá. Les tomó nueve meses y 20 días hacer este recorrido por el país. Después de este tiempo, regresaron a Jerusalén, y Joab le entregó el resultado del censo al rey. Había 800 000 hombres en Israel que podían pelear a espada, y 500 000 en Judá.

10 Entonces David se sintió avergonzado de haber ordenado el censo y le dijo al SEÑOR: «¡SEÑOR, he cometido un gran pecado! He sido un tonto, te ruego que me perdones».

11 Cuando David se levantó a la mañana siguiente, Gad, el vidente de David, recibió este mensaje del SEÑOR: 12 «Ve y dile a David que el SEÑOR dice: “Escoge entre estos tres castigos. ¿Cuál prefieres?”» 13 Gad fue a ver a David, le informó del asunto y le dijo:

—Escoge entre estos tres castigos: tres[b] años de escasez de alimentos para ti y tu tierra; persecución de parte de tus enemigos durante tres meses; o tres días de epidemia en tu país. Piénsalo, escoge y dímelo para que yo se lo comunique al SEÑOR que me envió.

14 Entonces David le dijo a Gad:

—¡Estoy en un verdadero aprieto! Pero es mejor que nuestro castigo venga del SEÑOR y no de la gente, pues su amor es grande.

15 Así que el SEÑOR envió enfermedad contra Israel. Empezó en la mañana y continuó hasta el tiempo designado. Murieron 70 000 hombres desde Dan hasta Berseba. 16 El ángel alzó su brazo para destruir Jerusalén, pero el SEÑOR se arrepintió del castigo que había enviado y le dijo al ángel que destruyó a la gente: «¡Basta! Detén tu mano». El ángel del SEÑOR estaba junto al lugar donde se trilla el trigo, propiedad de Arauna[c] el jebuseo[d].

17 Cuando David vio que el ángel mató a la gente, le dijo al SEÑOR:

—¡El que pequé fui yo! ¡Yo soy el que hizo mal! Esta gente sólo hizo lo que les ordené, sólo me siguieron como ovejitas. No hicieron nada malo. Que tu castigo caiga sobre mí y la familia de mi papá.

18 Ese día Gad fue a ver a David y le dijo: «Ve y construye un altar para el SEÑOR en el lugar donde se trilla el trigo, propiedad de Arauna el jebuseo». 19 Así que David fue e hizo lo que el SEÑOR le dijo y fue a ver a Arauna. 20 Al ver Arauna que el rey David y sus oficiales se acercaban, salió y se postró rostro en tierra, 21 diciendo:

—¿En qué puedo servir a mi señor y rey?

David le contestó:

—Vengo a comprarte el lugar donde se trilla el trigo para poder construir un altar al SEÑOR y así se termine la epidemia.

22 Arauna dijo a David:

—Tome mi señor y rey lo que quiera para ofrecer sacrificio. Aquí tiene bueyes para ofrecer en sacrificio que debe quemarse completamente, los tablones de trillar y los yugos de las yuntas para que los use como leña. 23 ¡Todo es de Su Majestad!

Arauna también le dijo:

—Que el SEÑOR tu Dios acepte con agrado tus ofrendas.

24 Pero el rey le dijo a Arauna:

—No. Yo te compro el lugar al precio justo porque no voy a ofrecerle al SEÑOR algo que te pertenece. Ni tampoco le voy a ofrecer sacrificios[e] que no me cuesten nada.

Así que David compró los bueyes y el lugar donde se trilla el trigo por 50 monedas[f] de plata.

25 David construyó allí un altar para el SEÑOR y le ofreció sacrificios que deben quemarse completamente y ofrendas de paz[g]. El SEÑOR escuchó la oración de David por su país y detuvo la enfermedad que había enviado a Israel.

Gálatas 4

Lo que quiero decir es que mientras el heredero es niño es como si fuera un esclavo, aunque sea el dueño de todo. Porque mientras todavía es niño está bajo el cuidado de sus guardianes y siervos hasta que sea mayor de edad, cuando es hombre libre. Lo mismo sucede con nosotros. Cuando éramos niños, éramos esclavos de las reglas elementales[a] de este mundo. Pero cuando llegó el momento oportuno, Dios nos mandó a su hijo, que nació de una mujer y vivió bajo la ley. Así lo hizo Dios para poder comprar nuestra libertad de la ley y adoptarnos como sus hijos. Ustedes son hijos de Dios; y por lo tanto, él puso el Espíritu de su Hijo en nosotros, y ese Espíritu grita: «¡Querido padre!»[b] Entonces ya no eres esclavo sino hijo, y por ser hijo, Dios te ha hecho su heredero.

Pablo ama a los creyentes de Galacia

En el pasado, cuando ustedes no conocían a Dios, eran esclavos de dioses falsos. Pero ahora conocen al verdadero Dios. Mejor dicho, ahora Dios los conoce. Entonces, ¿por qué vuelven a esas reglas elementales, inútiles y débiles que tenían antes? ¿Quieren ser esclavos de ellas otra vez? 10 Ustedes están celebrando ciertos días, meses, estaciones y años. 11 ¡Me temo que todo el trabajo que he hecho por ustedes no haya servido para nada!

12 Hermanos, les ruego que se adapten a mí, así como yo me he adaptado a ustedes. No me han hecho ningún mal. 13 Los visité por primera vez debido a que estaba enfermo. En ese tiempo les anuncié la buena noticia de salvación. 14 Mi condición física era una molestia para ustedes, pero no me despreciaron ni me rechazaron[c]. Al contrario, me recibieron como si yo fuera un ángel de Dios, ¡como si yo fuera Jesucristo mismo! 15 En ese momento estaban muy felices. ¿Dónde está esa alegría ahora? Yo soy testigo de que hasta se habrían sacado los ojos para dármelos si hubiera sido posible. 16 ¿Acaso me he convertido en su enemigo por decirles la verdad?

17 Esa gente[d] está haciendo todo lo posible por caerles bien pero no tiene buenas intenciones. Quieren apartarlos de nosotros y que los sigan a ellos y a nadie más. 18 Es bueno que la gente se interese por ustedes, si su interés tiene buenas intenciones. Y es bueno que el interés exista todo el tiempo, no sólo cuando estoy con ustedes. 19 Hijos queridos, otra vez sufro por ustedes como una madre que da a luz hasta que en realidad sean como Cristo. 20 Cómo quisiera estar ahora entre ustedes y hablarles de otra forma. Pero como está la situación ahora, yo no sé qué más decirles.

El ejemplo de Sara y Agar

21 Algunos de ustedes quieren estar bajo la ley. Díganme, ¿ustedes saben lo que dice la ley? 22 La Escritura dice que Abraham tuvo dos hijos: uno nació de una esclava y otro de una mujer libre. 23 El hijo de la mujer esclava nació por decisión humana, pero el hijo de la mujer libre nació por promesa de Dios.

24 Todo esto es simbólico. Las mujeres representan dos pactos entre Dios y su pueblo: un pacto representado por Agar, tuvo lugar en el monte Sinaí[e], y da a luz un pueblo para esclavitud. 25 Agar representa el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén de hoy que está en esclavitud junto con el pueblo que ha dado a luz. 26 En cambio, la Jerusalén del cielo es como la mujer libre y ella es nuestra madre. 27 (A)Así dice la Escritura:

«¡Alégrate tú, mujer que no puedes tener hijos!
    Tú que nunca has dado a luz.
Grita de alegría
    porque no has sentido los dolores de parto.
La mujer abandonada tendrá más hijos
    que la mujer que tiene esposo».[f]

28 Isaac nació como resultado de esa promesa. Hermanos, ustedes también son hijos de la promesa. 29 Pero, uno de los hijos de Abraham, quien nació por decisión humana, trataba mal al otro hijo, quien nació por el poder del Espíritu. Eso mismo sucede ahora. 30 (B)¿Pero qué dice la Escritura? «Echa fuera a la mujer esclava con su hijo. El hijo de la mujer libre recibirá todo lo que tiene su padre. En cambio, el hijo de la mujer esclava no recibirá nada».[g] 31 Por eso, hermanos, nosotros no somos hijos de la mujer esclava, sino de la mujer libre.

Ezequiel 31

El cedro derribado

31 El primer día del tercer mes del año undécimo, el SEÑOR me dijo: «Hijo de hombre, dile al faraón, rey de Egipto, y a toda su corte:

»¿Con quién te comparas en grandeza?
Seguramente con Asiria,
    el Cedro del Líbano.
Con su hermoso ramaje,
    su sombra es como la de todo un bosque.
    Su copa llega hasta las nubes.
Las aguas lo hicieron crecer
    y las corrientes subterráneas lo hicieron crecer aun más.
Los ríos bañan la tierra donde está plantado.
    Sus canales riegan a todos los demás árboles del campo.
Con toda el agua de los canales,
    el cedro creció más que todos
los demás árboles del bosque
    y sus ramas se extendieron.
Todas las aves del cielo
    construyeron nidos en sus ramas
y todos los animales
    daban a luz bajo su follaje.
Gente de muchas naciones
    descansaba bajo su sombra.
Se hacía más hermoso
    por su gran altura y largas ramas
porque sus raíces tenían suficiente agua
    en lo profundo.
Los cedros del jardín de Dios
    no pueden compararse con él.
El ramaje de los demás árboles
    no puede compararse con el del cedro,
    ni siquiera el del plátano.
Ningún árbol del jardín de Dios
    se le compara en belleza.
Lo hice hermoso
    con su gran ramaje.
Todos los demás árboles
    en el Edén, jardín de Dios,
    lo envidian.

10 »Por lo tanto, dice el Señor DIOS: Puesto que creció tan alto, su copa llegaba hasta las nubes y se enorgullecía de su gran altura, 11 lo entregué a un gobernante extranjero para que lo tratara como se merecía. 12 Las naciones extranjeras, las más violentas lo cortaron y lo dejaron tirado en las montañas. Sus ramas han caído a los valles y a los ríos secos. Toda la gente abandonó su sombra, lo dejaron solo. 13 Las aves del cielo anidaron en su tronco caído, y los animales del bosque habitaron en sus ramas más altas. 14 Esto sucedió para que ningún otro árbol bien regado creciera tan alto, para que la copa de ninguno llegara hasta las nubes y para que ninguno de los árboles que se nutren de la misma agua esté junto a él. Porque todos han sido destinados a muerte y enviados al mundo subterráneo como todos los seres humanos.

15 »Así dice el Señor DIOS: El día que descendió al lugar de los muertos[a], lo encerré en lo profundo y detuve las aguas debajo de la tierra. Paré todos los ríos y detuve las fuertes corrientes. Vestí de luto al Líbano y todos los árboles se marchitaron. 16 Hice temblar a las naciones con el ruido de su caída. Cuando lo envié al lugar de los muertos con los demás mortales, todos los árboles hermosos del Edén, los mejores, los árboles del Líbano bien bañados en agua, encontraron alivio en el mundo subterráneo. 17 Porque aun ellos han descendido al lugar de los muertos para estar con los que su brazo mató a filo de espada. Los demás árboles se sentaron bajo la sombra de las naciones. 18 ¿Con qué árboles del Edén puedes compararte en tamaño y gloria? Serás enviado al mundo subterráneo con los árboles del Edén, donde morarás entre los que no están circuncidados que cayeron a filo de espada.

»Esto se refiere al faraón y a su gente. Es la decisión del Señor DIOS».

Salmos 79

Dios no abandona a su pueblo

Canción de Asaf.

Dios mío, gente de otras naciones
    ha invadido tu pueblo.
Destruyeron tu templo sagrado
    y dejaron a Jerusalén en ruinas.
Han dejado el cuerpo de tus siervos
    como alimento para las aves del cielo;
el cuerpo de tu gente fiel
    para que lo devoren las fieras.
La sangre de los muertos corría como agua
    por toda la ciudad de Jerusalén;
    no hubo quien enterrara los cuerpos.
Ya somos un refrán para los países vecinos;
    los que nos rodean se burlan y se ríen de nosotros.

SEÑOR, ¿hasta cuándo seguirás enojado con nosotros?
    ¿En tú ira ardiente seguirás castigándonos para siempre?
Muestra toda tu ira a las naciones que no te conocen,
    que no adoran tu nombre.
Pues ellos fueron los que destruyeron a Jacob,
    dejaron en ruinas al país.
No nos castigues por los pecados de nuestros antepasados.
    Muéstranos tu compasión rápidamente,
    porque estamos muy abatidos.

¡Dios y Salvador nuestro, ayúdanos!
    Por el prestigio de tu nombre, sálvanos;
    por tu propio honor borra nuestros pecados.
10 No dejes que otros pueblos nos digan:
    «¿Dónde está su Dios?»
Queremos ver cómo castigas
    a los que derraman la sangre de tus siervos.
11 Escucha el lamento de los prisioneros.
    Muestra todo tu poder y salva a los condenados a muerte.

12 Señor, haz que la vergüenza que ellos nos hicieron pasar
    recaiga sobre ellos siete veces peor.
13 Nosotros somos tu pueblo, las ovejas de tu prado,
    y por siempre te alabaremos.
De generación en generación
    te cantaremos alabanzas.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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