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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Deuteronomio 21

Purificación por causa de un homicidio no resuelto

21 »Cuando estés en la tierra que el Señor tu Dios te da, podría ocurrir que alguien encontrara en el campo a una persona asesinada, y no se supiera quién la mató. En un caso así, los ancianos y los jueces tendrán que medir la distancia que hay desde el lugar del crimen hasta las ciudades cercanas. Una vez que hayan determinado cuál es la ciudad más cercana, los ancianos de esa ciudad tendrán que elegir una novilla de la manada que nunca haya sido entrenada para el arado ni usado el yugo. La llevarán hasta un valle que no haya sido arado ni cultivado y que tenga un arroyo donde siempre fluye el agua. Allí, en el valle, le quebrarán el cuello a la novilla. Después se acercarán los sacerdotes levitas, pues el Señor tu Dios los ha elegido para que sirvan delante de él y pronuncien bendiciones en el nombre del Señor. Ellos son los responsables de resolver todos los casos legales y criminales.

»Los ancianos del pueblo tendrán que lavarse las manos sobre la novilla a la cual le quebraron el cuello. Luego dirán: “Nuestras manos no derramaron la sangre de esta persona ni vimos cómo sucedió. Oh Señor, perdona a tu pueblo Israel, al cual has redimido. No culpes a tu pueblo de asesinar a un inocente”. Así quedarán absueltos de la culpa por la sangre de esa persona. Si sigues estas instrucciones, harás lo correcto a los ojos del Señor y purificarás a tu comunidad de la culpa por homicidio.

Matrimonio con una prisionera de guerra

10 »Supongamos que sales a la guerra contra tus enemigos, y el Señor tu Dios los entrega en tus manos, y tú tomas cautivos a algunos de ellos. 11 Y supongamos que, entre los cautivos, ves a una mujer hermosa a la cual te sientes atraído y deseas casarte con ella. 12 Si tal cosa sucediera, podrás llevarla a tu casa, donde ella tendrá que raparse la cabeza, cortarse las uñas 13 y cambiarse la ropa que llevaba puesta cuando la tomaron prisionera. Ella se quedará en tu casa, pero deberás permitirle hacer duelo por su padre y su madre durante todo un mes. Después de ese tiempo, podrán unirse, y tú serás su marido y ella será tu esposa. 14 Sin embargo, si una vez ya unidos resulta que ella no te agrada, tendrás que dejarla en libertad. No podrás venderla ni tratarla como a una esclava, porque la has humillado.

Derechos del primer hijo varón

15 »Supongamos que un hombre tiene dos esposas y solamente ama a una de ellas, pero ambas le han dado hijos varones. Y supongamos que el primer varón lo haya tenido con la mujer que no ama. 16 Cuando el hombre divida su herencia, no dará la mayor parte al hijo menor—el que tuvo con la esposa que ama—como si fuera el primer hijo varón. 17 Deberá reconocer los derechos del hijo mayor—el que tuvo con la esposa que no ama—al darle la parte doble que le corresponde. Ese hijo es el primer fruto del vigor de su padre, y a él le corresponden los derechos del primer hijo varón.

Cómo tratar con un hijo rebelde

18 »Supongamos que un hombre tiene un hijo terco y rebelde, que no quiere obedecer ni a su padre ni a su madre, a pesar de que ellos lo disciplinan. 19 En un caso así, el padre y la madre tendrán que llevarlo ante los ancianos mientras estén juzgando en las puertas de la ciudad. 20 Ambos padres les dirán a los ancianos: “Este hijo nuestro es terco y rebelde y se niega a obedecer. Es glotón y borracho”. 21 Entonces todos los hombres de esa ciudad lo matarán a pedradas. De ese modo limpiarás esa maldad que hay en medio de ti, y todo Israel se enterará y tendrá miedo.

Ordenanzas varias

22 »Si alguien cometió un delito digno de muerte, y por eso lo ejecutan y luego lo cuelgan en un madero,[a] 23 el cuerpo no debe quedar allí colgado toda la noche. Habrá que enterrarlo ese mismo día, porque todo el que es colgado[b] es maldito a los ojos de Dios. De esa manera, evitarás que se contamine la tierra que el Señor tu Dios te da como preciada posesión.

Salmos 108-109

Cántico. Salmo de David.

108 Mi corazón está confiado en ti, oh Dios;
    ¡con razón puedo cantar tus alabanzas con toda el alma!
¡Despiértense, lira y arpa!
    Con mi canto despertaré al amanecer.
Te daré gracias, Señor, en medio de toda la gente;
    cantaré tus alabanzas entre las naciones.
Pues tu amor inagotable es más alto que los cielos;
    tu fidelidad alcanza las nubes.
Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos.
    Que tu gloria brille sobre toda la tierra.

Rescata ahora a tu pueblo amado;
    respóndenos y sálvanos con tu poder.
Por su santidad,[a] Dios ha prometido:
«Dividiré a Siquem con alegría
    y mediré el valle de Sucot.
Galaad es mío,
    y también Manasés.
Efraín, mi casco, producirá mis guerreros,
    y Judá, mi cetro, producirá mis reyes.
Pero Moab, mi lavamanos, se convertirá en mi siervo,
    y sobre Edom me limpiaré los pies,
    y gritaré triunfante sobre Filistea».

10 ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?
    ¿Quién me dará la victoria sobre Edom?
11 ¿Nos has rechazado, oh Dios?
    ¿Ya no marcharás junto a nuestros ejércitos?
12 Por favor, ayúdanos contra nuestros enemigos,
    porque toda la ayuda humana es inútil.
13 Con la ayuda de Dios, haremos cosas poderosas,
    pues él pisoteará a nuestros enemigos.

Para el director del coro: salmo de David.

109 Oh Dios, a quien alabo,
    no te quedes distante y callado
mientras los perversos me calumnian
    y dicen mentiras acerca de mí.
Me rodean con palabras de odio
    y sin razón pelean contra mí.
Yo los amo, pero ellos tratan de destruirme con acusaciones,
    ¡incluso mientras oro por ellos!
Me devuelven mal por bien
    y odio a cambio de mi amor.

Dicen:[b] «Consigan a un malvado para que se ponga en su contra;
    envíen a un acusador para que lo lleve a juicio.
Cuando llegue el momento de juzgar su caso,
    que lo declaren culpable.
    Tomen como pecados sus oraciones.
Que sean pocos sus años;
    que otro tome su lugar.
Que sus hijos queden huérfanos de padre,
    y su esposa quede viuda.
10 Que sus hijos vaguen como mendigos
    y que los echen de[c] sus hogares destruidos.
11 Que los acreedores se apoderen de toda su propiedad,
    y que los extraños se lleven todo lo que ha ganado.
12 Que nadie sea amable con él;
    que ninguno tenga piedad de sus hijos sin padre.
13 Que toda su descendencia muera;
    que el nombre de su familia quede borrado en la próxima generación.
14 Que el Señor jamás olvide los pecados de su padre;
    que los pecados de su madre nunca se borren de los registros.
15 Que el Señor siempre recuerde estos pecados,
    y que su nombre desaparezca de la memoria humana.
16 Pues rehusó mostrar bondad a los demás;
    persiguió al pobre y al necesitado,
    y acosó hasta la muerte a los de corazón quebrantado.
17 Le encantaba maldecir a otros;
    ahora, maldícelo tú a él.
Jamás bendijo a nadie;
    ahora, no lo bendigas a él.
18 Maldecir le resulta tan natural como la ropa que usa,
    o el agua que bebe
    o los alimentos deliciosos que come.
19 Ahora, que sus maldiciones se vuelvan en su contra y se le peguen como la ropa;
    que le aprieten como un cinturón».

20 Que esas maldiciones sean el castigo del Señor
    para los acusadores que hablan mal de mí.
21 Pero a mí trátame bien, oh Señor Soberano,
    ¡por el honor de tu propia fama!
Rescátame
    porque eres tan fiel y tan bueno.
22 Pues soy pobre y estoy necesitado,
    y mi corazón está lleno de dolor.
23 Me desvanezco como una sombra al anochecer;
    me quitan de encima como una langosta.
24 Mis rodillas están débiles de tanto ayunar
    y estoy reducido a piel y huesos.
25 Soy objeto de burla para la gente;
    cuando me ven, menean la cabeza en señal de desprecio.

26 ¡Ayúdame, oh Señor mi Dios!
    Sálvame a causa de tu amor inagotable.
27 Haz que vean que esto proviene de ti,
    que tú mismo lo has hecho, Señor.
28 Entonces que me maldigan si quieren,
    ¡pero tú me bendecirás!
Cuando me ataquen, ¡serán deshonrados!
    ¡Pero yo, tu siervo, seguiré alegrándome!
29 Que mis acusadores se vistan de vergüenza;
    que la humillación los cubra como un manto.
30 Pero yo daré gracias al Señor una y otra vez;
    lo alabaré ante todo el mundo.
31 Pues él está junto al necesitado,
    listo para salvarlo de quienes lo condenan.

Isaías 48

La obstinación del pueblo de Dios

48 »Escúchame, oh familia de Jacob,
    tú que llevas el nombre de Israel
    y naciste en la familia de Judá.
Escucha, tú que haces juramentos en el nombre del Señor
    e invocas al Dios de Israel.
No cumples tus promesas,
    aunque te llamas a ti misma la ciudad santa
y dices que confías en el Dios de Israel,
    cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales.
Hace mucho tiempo te dije lo que iba a suceder.
    Entonces, de repente entré en acción
    y todas mis predicciones se hicieron realidad.
Pues yo sé lo terca y obstinada que eres;
    tu cuello es tan inflexible como el hierro
    y tu cabeza es tan dura como el bronce.
Por eso te dije lo que iba a suceder;
    te anuncié de antemano lo que iba a hacer.
Así nunca podrías decir: “Mis ídolos lo hicieron;
    mi imagen de madera y mi dios de metal ordenaron que sucediera”.
Oíste mis predicciones y las viste cumplidas,
    pero te niegas a admitirlo.
Ahora te diré cosas nuevas,
    cosas secretas que aún no has oído.
Son totalmente nuevas; no son del pasado.
    Así que no podrás decir: “¡Eso ya lo sabíamos!”.

»Sí, te diré cosas completamente nuevas;
    cosas que nunca antes habías oído.
Pues conozco muy bien lo traidora que eres;
    fuiste rebelde desde tu nacimiento.
Sin embargo, por el amor y la honra de mi nombre,
    contendré mi enojo y no te aniquilaré.
10 Te he refinado, pero no como se refina la plata;
    más bien te he refinado en el horno del sufrimiento.
11 Te rescataré por amor de mí,
    sí, por amor de mí mismo.
No permitiré que se manche mi reputación,
    ni compartiré mi gloria con los ídolos.

Liberados de Babilonia

12 »Escúchame, oh familia de Jacob,
    ¡Israel, mi escogido!
Solo yo soy Dios,
    el Primero y el Último.
13 Fue mi mano la que puso los cimientos de la tierra,
    mi mano derecha la que extendió los cielos en las alturas.
Cuando llamo a las estrellas para que salgan,
    aparecen todas en orden».

14 ¿Alguna vez te ha dicho esto uno de tus ídolos?
    Vengan, todos ustedes, y escuchen:
El Señor ha escogido a Ciro como su aliado;
    lo usará para poner fin al imperio de Babilonia
    y para destruir a los ejércitos babilónicos.[a]

15 «Lo he dicho: ¡Llamo a Ciro!
    Lo enviaré a cumplir este encargo y lo ayudaré para que triunfe.
16 Acérquense y escuchen esto:
    desde el principio les he dicho con claridad lo que sucedería».

Ahora, el Señor Soberano y su Espíritu
    me han enviado con este mensaje.
17 Esto dice el Señor,
    tu Redentor, el Santo de Israel:
«Yo soy el Señor tu Dios,
    que te enseña lo que te conviene
    y te guía por las sendas que debes seguir.
18 ¡Ah, si solo hubieras hecho caso a mis mandatos!
    Entonces habrías tenido una paz que correría como un río manso
    y una justicia que pasaría sobre ti como las olas del mar.
19 Tus descendientes habrían sido como la arena del mar,
    ¡imposibles de contar!
No habría sido necesario destruirte
    ni cortar el nombre de tu familia».

20 Sin embargo, incluso ahora, ¡sean libres de su cautiverio!
    Salgan de Babilonia y de los babilonios.[b]
¡Canten este mensaje!
    Grítenlo hasta los extremos de la tierra.
El Señor ha redimido a sus siervos:
    a los del pueblo de Israel.[c]
21 No tuvieron sed
    cuando él los guio a través del desierto.
Él partió la roca,
    y brotó agua a chorros para que bebieran.
22 «Pero no hay paz para los malvados»,
    dice el Señor.

Apocalipsis 18

Caída de Babilonia

18 Después de todo esto vi que otro ángel bajaba del cielo con gran autoridad, y la tierra se iluminó con su resplandor. Dio un fuerte grito:

«¡Ha caído Babilonia, cayó esa gran ciudad!
    Se ha convertido en una casa para los demonios.
Es una guarida para todo espíritu inmundo,[a]
    un nido para todo buitre repugnante
    y una cueva para todo animal sucio y espantoso.[b]
Pues todas las naciones han caído[c]
    debido al vino de su apasionada inmoralidad.
Los reyes del mundo
    cometieron adulterio con ella.
Debido a su deseo por lujos excesivos,
    los comerciantes del mundo se han enriquecido».

Después oí otra voz que clamaba desde el cielo:

«Pueblo mío, salgan de ella.
    No participen en sus pecados
    o serán castigados junto con ella.
Pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo,
    y Dios se acuerda de sus maldades.
Háganle a ella lo que ella les ha hecho a otros.
    Denle doble castigo por[d] todas sus maldades.
Ella preparó una copa de terror para otros,
    así que preparen el doble[e] para ella.
Ella se glorificó a sí misma y vivió rodeada de lujos,
    ahora denle la misma proporción de tormento y tristeza.
Ella se jactó en su corazón, diciendo:
    “Soy reina en mi trono.
No soy ninguna viuda indefensa
    ni tengo motivos para lamentarme”.
Por lo tanto, estas plagas le llegarán en un solo día:
    la muerte, el lamento y el hambre.
Ella será totalmente consumida por el fuego,
    porque el Señor Dios, quien la juzga, es poderoso».

Y los reyes del mundo que cometieron adulterio con ella y disfrutaron de todos sus lujos, se lamentarán por ella cuando vean el humo que sube de sus restos carbonizados. 10 Aterrorizados por su gran tormento, los reyes del mundo se mantendrán a distancia y clamarán:

«¡Qué terrible, qué terrible para ti,
    oh Babilonia, tú, gran ciudad!
En un solo instante
    el juicio de Dios cayó sobre ti».

11 Los comerciantes del mundo llorarán y se lamentarán por ella, porque ya no queda nadie que les compre sus mercaderías. 12 Ella compró grandes cantidades de oro, plata, joyas y perlas; lino de la más alta calidad, púrpura, seda y tela de color escarlata; objetos hechos con la fragante madera de alerce, artículos de marfil y objetos hechos con madera costosa; y bronce, hierro y mármol. 13 También compró canela, especias, especias aromáticas, mirra, incienso, vino, aceite de oliva, harina refinada, trigo, ganado, ovejas, caballos, carretas y cuerpos, es decir, esclavos humanos.

14 «De las delicias que tanto amabas,
    ya no queda nada—claman los comerciantes—.
Todos tus lujos y el esplendor
    se han ido para siempre
    y ya nunca volverán a ser tuyos».

15 Los comerciantes que se enriquecieron vendiéndole esas cosas, se mantendrán a distancia, aterrados por el gran tormento de ella. Llorarán y clamarán:

16 «¡Qué terrible, qué terrible para esa gran ciudad!
    ¡Ella se vestía de púrpura de la más alta calidad y lino escarlata,
    adornada con oro, piedras preciosas y perlas!
17 ¡En un solo instante,
    toda la riqueza de la ciudad se esfumó!».

Y todos los capitanes de los barcos mercantes y los pasajeros, los marineros y las tripulaciones se mantendrán a distancia. 18 Todos clamarán cuando vean subir el humo y dirán: «¿Dónde habrá una ciudad de tanta grandeza como esta?». 19 Y llorarán y echarán tierra sobre su cabeza para mostrar su dolor y clamarán:

«¡Qué terrible, qué terrible para esa gran ciudad!
    Los dueños de barcos se hicieron ricos
    transportando por los mares la gran riqueza de ella.
En un solo instante, se esfumó todo».

20 ¡Oh cielo, alégrate del destino de ella,
    y también ustedes pueblo de Dios, apóstoles y profetas!
Pues al fin Dios la ha juzgado
    por amor a ustedes.

21 Luego un ángel poderoso levantó una roca inmensa del tamaño de una gran piedra de molino, la lanzó al mar y gritó:

«Así es como la gran ciudad de Babilonia
    será derribada con violencia
    y nunca más se encontrará.
22 Nunca más se oirá en ti
    el sonido de las arpas, los cantantes, las flautas y las trompetas.
No se encontrarán en ti
    ni artesanos ni comercio,
ni se volverá a oír
    el sonido del molino.
23 Nunca más brillará en ti
    la luz de una lámpara
ni se oirán las felices voces
    de los novios y las novias.
Pues tus comerciantes eran los grandes del mundo,
    y tú engañaste a las naciones con tus hechicerías.
24 La sangre de los profetas y del pueblo santo de Dios corrió en tus calles,[f]
    junto con la sangre de gente masacrada por todo el mundo».

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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