Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Deuteronomio 20

Ordenanzas sobre la guerra

20 »Cuando salgas a luchar contra tus enemigos y te enfrentes con caballos y carros de guerra y con un ejército más numeroso que el tuyo, no tengas miedo. ¡El Señor tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, está contigo! Cuando te prepares para una batalla, el sacerdote saldrá a hablarle a las tropas y les dirá: “¡Préstenme atención, hombres de Israel! ¡No tengan miedo cuando salgan hoy a pelear contra sus enemigos! No se desanimen ni se asusten, ni tiemblen frente a ellos. ¡Pues el Señor su Dios va con ustedes! ¡Él peleará por ustedes contra sus enemigos y les dará la victoria!”.

»Luego, los jefes del ejército se dirigirán a las tropas y dirán: “¿Alguno de ustedes acaba de construir una casa pero aún no la ha estrenado? De ser así, puede irse a su casa. Podría morir en batalla, y otro estrenaría su casa. ¿Alguno de ustedes acaba de plantar un viñedo pero aún no ha comido ninguno de sus frutos? De ser así, puede irse a su casa. Podría morir en batalla, y otro comería los primeros frutos. ¿Alguno de ustedes acaba de comprometerse con una mujer pero aún no se ha casado con ella? ¡Bien, puede irse a su casa y casarse! Podría morir en batalla, y otro se casaría con ella”.

»Luego los jefes también dirán: “¿Alguno de ustedes tiene miedo o está angustiado? De ser así, puede irse a su casa antes de que atemorice a alguien más”. Una vez que los jefes terminen de hablar a las tropas, nombrarán comandantes para cada unidad.

10 »Cuando te acerques a una ciudad para atacarla, primero debes ofrecer condiciones de paz a sus habitantes. 11 Si aceptan las condiciones y te abren las puertas, entonces todos ellos quedarán obligados a servirte haciendo trabajos forzados, 12 pero si no quieren hacer la paz y se preparan para luchar, deberás atacar la ciudad. 13 Cuando el Señor tu Dios te entregue la ciudad, mata a filo de espada a todos los hombres de ese pueblo. 14 Sin embargo, podrás quedarte con todas las mujeres, los niños, los animales y el resto del botín de la ciudad. Podrás disfrutar de todo el botín de tus enemigos que el Señor tu Dios te entregue.

15 »Estas instrucciones solo se refieren a las ciudades lejanas, no a las de las naciones que ocupan la tierra donde estás a punto de entrar. 16 En las ciudades que el Señor tu Dios te da como preciada posesión, destruye a todo ser viviente. 17 Tienes que destruir por completo[a] a los hititas, a los amorreos, a los cananeos, a los ferezeos, a los heveos y a los jebuseos, tal como el Señor tu Dios te ordenó. 18 Así evitarás que los pueblos de esa tierra te enseñen a imitar las costumbres detestables que practican cuando rinden culto a sus dioses, lo cual te haría pecar profundamente contra el Señor tu Dios.

19 »Si al atacar una ciudad la guerra se prolonga, no debes cortar los árboles a hachazos. Puedes comer de los frutos, pero no derribes los árboles. ¿Acaso los árboles son enemigos a los que tienes que atacar? 20 Solamente corta los árboles que sabes que no son aptos para comer. Úsalos para la fabricación de todo lo que necesites para atacar la ciudad enemiga hasta que se rinda.

Salmos 107

Libro Quinto (Salmos 107–150)

107 ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
    Su fiel amor perdura para siempre.
¿Los ha rescatado el Señor? ¡Entonces, hablen con libertad!
    Cuenten a otros que él los ha rescatado de sus enemigos.
Pues ha reunido a los desterrados de muchos países,
    del oriente y del occidente,
    del norte y del sur.[a]

Algunos vagaban por el desierto,
    perdidos y sin hogar.
Con hambre y con sed,
    estaban a punto de morir.
«¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad,
    y él los rescató de su aflicción.
Los llevó directo a un lugar seguro,
    a una ciudad donde pudieran vivir.
Que alaben al Señor por su gran amor
    y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
Pues él satisface al sediento
    y al hambriento lo llena de cosas buenas.

10 Algunos estaban en oscuridad y en una profunda penumbra,
    presos del sufrimiento con cadenas de hierro.
11 Se rebelaron contra las palabras de Dios;
    se burlaron del consejo del Altísimo.
12 Por eso los doblegó con trabajo forzado;
    cayeron, y no hubo quien los ayudara.
13 «¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad,
    y él los salvó de su aflicción.
14 Los sacó de la oscuridad y de la profunda penumbra;
    les rompió las cadenas.
15 Que alaben al Señor por su gran amor
    y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
16 Pues rompió las puertas de bronce de su prisión;
    partió en dos los barrotes de hierro.

17 Algunos fueron necios; se rebelaron
    y sufrieron por sus pecados.
18 No podían ni pensar en comer,
    y estaban a las puertas de la muerte.
19 «¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad,
    y él los salvó de su aflicción.
20 Envió su palabra y los sanó;
    los arrebató de las puertas de la muerte.
21 Que alaben al Señor por su gran amor
    y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
22 Que ofrezcan sacrificios de agradecimiento
    y canten con alegría por sus gloriosos actos.

23 Algunos se hicieron a la mar en barcos
    y surcaron las rutas comerciales del mundo.
24 También observaron el poder del Señor en acción,
    sus impresionantes obras en los mares más profundos.
25 Él habló, y se desataron los vientos
    que agitaron las olas.
26 Los barcos fueron lanzados hacia los cielos
    y cayeron nuevamente a las profundidades;
    los marineros se acobardaron de terror.
27 Se tambaleaban y daban tumbos como borrachos;
    no sabían qué más hacer.
28 «¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad,
    y él los salvó de su aflicción.
29 Calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro
    y aquietó las olas.
30 ¡Qué bendición fue esa quietud
    cuando los llevaba al puerto sanos y salvos!
31 Que alaben al Señor por su gran amor
    y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
32 Que lo exalten públicamente delante de la congregación
    y ante los líderes del pueblo.

33 Él transforma ríos en desiertos
    y manantiales de agua en tierra árida y sedienta.
34 Convierte la tierra fructífera en tierras saladas y baldías,
    a causa de la maldad de sus habitantes.
35 Pero también convierte desiertos en lagunas
    y la tierra seca en fuentes de agua.
36 Lleva a los hambrientos para que se establezcan allí
    y construyan sus ciudades.
37 Siembran los campos, plantan viñedos,
    y recogen cosechas abundantes.
38 ¡Cuánto los bendice!
    Allí crían familias numerosas
    y sus manadas de animales aumentan.

39 Cuando disminuye la cantidad de ellos y se empobrecen
    por la opresión, las dificultades y el dolor,
40 el Señor derrama desprecio sobre sus príncipes
    y los hace vagar por tierras baldías y sin sendero.
41 Pero rescata de la dificultad a los pobres
    y hace crecer a sus familias como rebaños de ovejas.
42 Los justos verán estas cosas y se alegrarán
    mientras los perversos son bruscamente silenciados.
43 Los sabios tomarán todo muy en serio;
    verán en nuestra historia el fiel amor del Señor.

Isaías 47

Predicción de la caída de Babilonia

47 »Desciende, hija virgen de Babilonia, y siéntate en el polvo
    porque han terminado tus días de estar sentada en el trono.
Oh hija de Babilonia,[a] nunca volverás a ser
    la encantadora princesa, tierna y delicada.
Toma las pesadas ruedas de molino y muele la harina;
    quítate el velo y despójate de tu túnica.
    Descúbrete a la vista del público.[b]
Quedarás desnuda y llena de vergüenza.
    Me vengaré de ti sin piedad».

Nuestro Redentor, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales,
    es el Santo de Israel.

«Oh Babilonia hermosa, siéntate ahora en oscuridad y en silencio.
    Nunca más serás conocida como la reina de los reinos.
Pues yo estaba enojado con mi pueblo escogido
    y lo castigué al dejar que cayera en tus manos.
Sin embargo, tú, Babilonia, no les tuviste compasión.
    Hasta oprimiste a los ancianos.
Dijiste: “¡Reinaré para siempre, como reina del mundo!”.
    No reflexionaste sobre lo que hacías,
    ni pensaste en las consecuencias.

»Escucha esto, nación amante de los placeres,
    que vives cómodamente y te sientes segura.
Tú dices: “Yo soy la única, y no hay otra.
    Nunca seré viuda ni perderé a mis hijos”.
Pues ambas cosas caerán sobre ti en un instante:
    la viudez y la pérdida de tus hijos.
Así es, esas calamidades caerán sobre ti,
    a pesar de tu brujería y de tu magia.

10 »Te sentías segura en tu maldad.
    “Nadie me ve”, dijiste.
Pero tu “sabiduría” y tu “conocimiento” te han descarriado,
    y dijiste: “Yo soy la única, y no hay otra”.
11 Por eso te alcanzará el desastre,
    y serás incapaz de alejarlo por medio de encantos.
La calamidad caerá sobre ti,
    y no podrás comprar tu libertad.
Una catástrofe te sorprenderá,
    una para la cual no estás preparada.

12 »¡Usa ahora tus encantamientos!
    Usa los conjuros que estuviste perfeccionando todos estos años.
Tal vez te hagan algún bien;
    tal vez puedan hacer que alguien te tenga miedo.
13 Tanto consejo recibido te ha cansado.
    ¿Dónde están tus astrólogos,
esos que miran a las estrellas y hacen predicciones todos los meses?
    Que den la cara y te salven de lo que te depara el futuro.
14 Pero ellos son como la paja que arde en el fuego;
    no pueden salvarse a sí mismos de las llamas.
No recibirás ninguna ayuda de ellos;
    su chimenea no es lugar para sentarse y calentarse.
15 Y todos tus amigos,
    con los que has hecho negocios desde la niñez,
cada uno seguirá su propio camino,
    haciendo oídos sordos a tus gritos.

Apocalipsis 17

La gran prostituta

17 Uno de los siete ángeles que derramaron las siete copas se acercó y me dijo: «Ven conmigo, y te mostraré la sentencia que recibirá la gran prostituta, que gobierna[a] sobre muchas aguas. Los reyes del mundo cometieron adulterio con ella, y los que pertenecen a este mundo se emborracharon con el vino de su inmoralidad».

Entonces el ángel me llevó en el Espíritu[b] al desierto. Allí vi a una mujer sentada sobre una bestia de color escarlata que tenía siete cabezas y diez cuernos, y estaba llena de blasfemias escritas contra Dios. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata y llevaba puestas hermosas joyas de oro, piedras preciosas y perlas. En la mano tenía una copa de oro llena de obscenidades y de las inmundicias de su inmoralidad. Tenía escrito en la frente un nombre misterioso: Babilonia la grande, madre de todas las prostitutas y obscenidades del mundo. Pude ver que ella estaba borracha, borracha de la sangre del pueblo santo de Dios, es decir, los que testificaron de Jesús. Me quedé mirándola totalmente asombrado.

«¿Por qué te asombras tanto?—preguntó el ángel—. Te explicaré el misterio de esta mujer y de la bestia con siete cabezas y diez cuernos sobre la que ella está sentada. La bestia que viste, antes vivía pero ya no. Sin embargo, pronto subirá del abismo sin fondo[c] e irá a la destrucción eterna. Los que pertenecen a este mundo cuyos nombres no fueron escritos en el libro de la vida antes de la creación del mundo, se asombrarán al ver la reaparición de esta bestia, que había muerto.

»Aquí se requiere una mente con entendimiento: las siete cabezas de la bestia representan las siete colinas donde la mujer gobierna. También representan siete reyes: 10 cinco reyes ya han caído, el sexto reina actualmente, y el séptimo todavía no ha llegado pero su reino será breve.

11 »La bestia escarlata que existía pero que ya no existe es el octavo rey. Este rey es como los otros siete, y él también va rumbo a la destrucción. 12 Los diez cuernos de la bestia son diez reyes que todavía no han subido al poder; pero estos serán designados como reyes por un breve momento para reinar junto con la bestia. 13 Los diez estarán de acuerdo en entregarle a la bestia el poder y la autoridad que tienen. 14 Irán juntos a la guerra contra el Cordero, pero el Cordero los derrotará porque él es el Señor de todos los señores y el Rey de todos los reyes. Y los que él ha llamado y elegido y le son fieles, estarán con él».

15 Luego el ángel me dijo: «Las aguas donde la prostituta gobierna representan grandes multitudes de cada nación y lengua. 16 Tanto la bestia escarlata como sus diez cuernos odian a la prostituta. La desnudarán, comerán su carne y quemarán con fuego lo que quede de ella. 17 Pues Dios les ha puesto un plan en la mente, un plan que llevará a cabo los propósitos de Dios. Ellos estarán de acuerdo en entregarle a la bestia escarlata la autoridad que tienen, y así se cumplirán las palabras de Dios. 18 La mujer que viste en la visión representa la gran ciudad que reina sobre los reyes del mundo».

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.