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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Números 30

Leyes acerca de votos

30 [a]Moisés mandó llamar a los jefes de las tribus de Israel y les dijo: «Esto es lo que el Señor ha ordenado: un hombre que hace un voto al Señor o una promesa bajo juramento jamás deberá faltar a su palabra. Tiene que cumplir exactamente con lo que dijo que haría.

»Si una mujer joven hace un voto al Señor o una promesa bajo juramento, mientras todavía vive en la casa de su padre, y su padre se entera del voto o de la promesa y no se opone, entonces todos sus votos y todas sus promesas siguen en pie. Sin embargo, si su padre, el día que se entera, se niega a darle permiso para que cumpla el voto o la promesa, quedarán anulados todos sus votos y todas sus promesas. El Señor la perdonará porque su padre no le permitió cumplirlos.

»Ahora bien, supongamos que una joven hace un voto o se compromete a sí misma al hacer una promesa impulsiva y luego se casa. Si su marido llega a saber de su voto o de su promesa y no se opone el día que se entera, sus votos y sus promesas siguen en pie. Sin embargo, si su marido se niega a aceptar su voto o promesa impulsiva el día que se entera, sus compromisos quedarán anulados y el Señor la perdonará. Pero si se trata de una viuda o de una divorciada, esta persona deberá cumplir con todos sus votos y todas sus promesas.

10 »Ahora bien, supongamos que una mujer está casada y vive en casa de su esposo cuando ella hace un voto o se compromete a sí misma con una promesa. 11 Si su marido se entera y no se opone, entonces su voto o su promesa sigue en pie. 12 Pero si su marido se niega a aceptarlo el día que se entera, entonces su voto o su promesa quedará anulado y el Señor la perdonará. 13 Su marido puede confirmar o anular todo voto o toda promesa que haya hecho para negarse a sí misma. 14 Pero si no se opone el día que se entera, esto significa que está de acuerdo con todos sus votos y todas sus promesas. 15 Si él espera más de un día y entonces intenta anular un voto o una promesa, él recibirá el castigo por la culpa de ella».

16 Estas son las ordenanzas que el Señor le dio a Moisés acerca de las relaciones entre el hombre y su esposa y entre el padre y su hija joven que todavía vive en su casa.

Salmos 74

Salmo[a] de Asaf.

74 Oh Dios, ¿por qué nos has rechazado tanto tiempo?
    ¿Por qué es tan intensa tu ira contra las ovejas de tu propia manada?
Recuerda que somos el pueblo que elegiste hace tanto tiempo,
    ¡la tribu a la cual redimiste como tu posesión más preciada!
    Y acuérdate de Jerusalén,[b] tu hogar aquí en la tierra.
Camina por las espantosas ruinas de la ciudad;
    mira cómo el enemigo ha destruido tu santuario.

Allí tus enemigos dieron gritos victoriosos de guerra;
    allí levantaron sus estandartes de batalla.
Blandieron sus hachas
    como leñadores en el bosque.
Con hachas y picos,
    destrozaron los paneles tallados.
Redujeron tu santuario a cenizas;
    profanaron el lugar que lleva tu nombre.
Luego pensaron: «¡Destruyamos todo!».
    Entonces quemaron por completo todos los lugares de adoración a Dios.

Ya no vemos tus señales milagrosas;
    ya no hay más profetas,
    y nadie puede decirnos cuándo acabará todo esto.
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, dejarás que tus enemigos te insulten?
    ¿Permitirás que deshonren tu nombre para siempre?
11 ¿Por qué contienes tu fuerte brazo derecho?
    Descarga tu poderoso puño y destrúyelos.

12 Tú, oh Dios, eres mi rey desde hace siglos;
    traes salvación a la tierra.
13 Dividiste el mar con tu fuerza
    y les rompiste la cabeza a los monstruos marinos.
14 Aplastaste las cabezas del Leviatán[c]
    y dejaste que se lo comieran los animales del desierto.
15 Hiciste que brotaran los manantiales y los arroyos,
    y secaste ríos que jamás se secan.
16 Tanto el día como la noche te pertenecen;
    tú creaste el sol y la luz de las estrellas.[d]
17 Estableciste los límites de la tierra
    e hiciste el verano, así como el invierno.

18 Mira cómo te insultan estos enemigos, Señor;
    una nación insensata ha deshonrado tu nombre.
19 No permitas que estas bestias salvajes destruyan a tus tórtolas;
    no te olvides para siempre de tu pueblo dolido.

20 Recuerda las promesas de tu pacto,
    ¡porque la tierra está llena de oscuridad y violencia!
21 No permitas que humillen otra vez a los oprimidos;
    en cambio, deja que el pobre y el necesitado alaben tu nombre.

22 Levántate, oh Dios, y defiende tu causa;
    recuerda cómo te insultan estos necios todo el día.
23 No pases por alto lo que han dicho tus enemigos
    ni su creciente alboroto.

Isaías 22

Mensaje acerca de Jerusalén

22 Este es el mensaje que recibí acerca de Jerusalén, el valle de la Visión:[a]

¿Qué sucede?
    ¿Por qué todo el mundo corre a las azoteas?
Toda la ciudad está en un terrible alboroto.
    ¿Qué veo en esta ciudad tan parrandera?
Hay cadáveres por todas partes;
    no murieron en batalla, sino a causa del hambre y de la enfermedad.
Todos tus líderes huyeron;
    se rindieron sin ofrecer ninguna resistencia.
Los habitantes trataron de escabullirse,
    pero también fueron capturados.
Por eso dije: «Déjenme a solas para llorar;
    no intenten consolarme.
Déjenme llorar por mi pueblo
    mientras presencio su destrucción».

¡Oh, qué día de derrota tan aplastante!
    ¡Qué día de confusión y de terror
enviado por el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales,
    sobre el valle de la Visión!
Las murallas de Jerusalén han sido derribadas
    y gritos de muerte resuenan desde las laderas de los montes.
Los elamitas son los arqueros.
    Están en sus carros de guerra con los conductores.
    Los hombres de Kir sostienen los escudos.
Los carros de guerra llenan tus hermosos valles
    y los conductores de los carros irrumpen por tus puertas.
Judá ha sido despojado de sus defensas.
    Ustedes corren al arsenal[b] a buscar sus armas.
Inspeccionan las brechas en las murallas de Jerusalén.[c]
    Almacenan agua en la cisterna de abajo.
10 Recorren las casas y derriban algunas
    para tomar las piedras y reforzar las murallas.
11 Entre las murallas de la ciudad construyen un estanque
    para el agua de la cisterna vieja.
Sin embargo, nunca piden ayuda a Aquel que hizo todo esto.
    Nunca tuvieron en cuenta a Aquel que lo planificó hace mucho tiempo.

12 En ese día, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales,
    los llamó a llorar y a lamentarse.
Les dijo que se raparan la cabeza en señal de dolor por sus pecados
    y que usaran ropa de tela áspera para expresar su remordimiento.
13 En cambio, ustedes bailan y juegan;
    matan reses y ovejas;
    comen carne y beben vino.
Y dicen: «¡Comamos y bebamos,
    que mañana moriremos!».

14 El Señor de los Ejércitos Celestiales me ha revelado lo siguiente: «Hasta el día en que mueran, nunca se les perdonará este pecado». Ese es el juicio del Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales.

Mensaje para Sebna

15 Esto me dijo el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales: «Enfréntate a Sebna, el administrador del palacio, y dale este mensaje:

16 »¿Quién te crees que eres,
    y qué haces aquí,
construyéndote una hermosa sepultura,
    un monumento en lo alto de la roca?
17 Pues el Señor está a punto de arrojarte lejos, hombre poderoso.
    Te agarrará,
18 te arrugará y hará de ti una bola,
    y te lanzará a una tierra árida y distante.
Allí morirás,
    y tus gloriosos carros de guerra quedarán rotos e inútiles.
    ¡Eres una vergüenza para tu amo!

19 »Sí, te sacaré de tu puesto—dice el Señor—, te derribaré de tu elevada posición. 20 Y entonces llamaré a mi siervo Eliaquim, hijo de Hilcías, para que te reemplace. 21 Lo vestiré con tus vestiduras reales y le daré tu título y tu autoridad. Y será un padre para el pueblo de Jerusalén y de Judá. 22 Le daré la llave de la casa de David, la posición más elevada dentro de la corte real. Cuando él abra puertas, nadie podrá cerrarlas; cuando él cierre puertas, nadie podrá abrirlas. 23 Le traerá honor al nombre de su familia, porque yo lo pondré firmemente en su lugar como un clavo en la pared. 24 Le darán grandes responsabilidades, y él les traerá honor incluso a los miembros más humildes de su familia[d]».

25 Pero el Señor de los Ejércitos Celestiales también dice: «Llegará el día en que yo sacaré el clavo que parecía tan firme; saldrá y caerá al suelo y todo lo que sostiene se caerá junto con él. ¡Yo, el Señor, he hablado!».

2 Pedro 3

El día del Señor se acerca

Queridos amigos, esta es la segunda carta que les escribo y, en ambas, he tratado de refrescarles la memoria y estimularlos a que sigan pensando sanamente. Quiero que recuerden lo que los santos profetas dijeron hace mucho y lo que nuestro Señor y Salvador ordenó por medio de los apóstoles.

Sobre todo, quiero recordarles que, en los últimos días, vendrán burladores que se reirán de la verdad y seguirán sus propios deseos. Dirán: «¿Qué pasó con la promesa de que Jesús iba a volver? Desde tiempos antes de nuestros antepasados, el mundo sigue igual que al principio de la creación».

Deliberadamente olvidan que hace mucho tiempo Dios hizo los cielos por la orden de su palabra, y sacó la tierra de las aguas y la rodeó con agua. Luego usó el agua para destruir el mundo antiguo con un potente diluvio. Por esa misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen han sido reservados para el fuego. Están guardados para el día del juicio, cuando será destruida la gente que vive sin Dios.

Sin embargo, queridos amigos, hay algo que no deben olvidar: para el Señor, un día es como mil años y mil años son como un día. En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan. 10 Pero el día del Señor llegará tan inesperadamente como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán con un terrible estruendo, y los mismos elementos se consumirán en el fuego, y la tierra con todo lo que hay en ella quedará sometida a juicio.[a]

11 Dado que todo lo que nos rodea será destruido de esta manera, ¡cómo no llevar una vida santa y vivir en obediencia a Dios, 12 esperar con ansias el día de Dios y apresurar que este llegue! En aquel día, él prenderá fuego a los cielos, y los elementos se derretirán en las llamas. 13 Pero nosotros esperamos con entusiasmo los cielos nuevos y la tierra nueva que él prometió, un mundo lleno de la justicia de Dios.

14 Por lo cual, queridos amigos, mientras esperan que estas cosas ocurran, hagan todo lo posible para que se vea que ustedes llevan una vida pacífica que es pura e intachable a los ojos de Dios.

15 Y recuerden que la paciencia de nuestro Señor da tiempo para que la gente sea salva. Esto es lo que nuestro amado hermano Pablo también les escribió con la sabiduría que Dios le dio, 16 al tratar estos temas en todas sus cartas. Algunos de sus comentarios son difíciles de entender, y los que son ignorantes e inestables han tergiversado sus cartas para que signifiquen algo muy diferente, así como lo hacen con otras partes de la Escritura. Esto resultará en su propia destrucción.

Palabras finales de Pedro

17 Queridos amigos, ustedes ya saben estas cosas. Así que manténganse en guardia; entonces no serán arrastrados por los errores de esa gente perversa y no perderán la base firme que tienen. 18 En cambio, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre! Amén.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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