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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Números 12-13

Quejas de Miriam y Aarón

12 Mientras estaban en Hazerot, Miriam y Aarón criticaron a Moisés porque se había casado con una cusita. Dijeron: «¿Ha hablado el Señor solamente por medio de Moisés? ¿Acaso no ha hablado también a través de nosotros?». Y el Señor los oyó. (Ahora bien, Moisés era muy humilde, más que cualquier otra persona en la tierra).

Así que, el Señor llamó de inmediato a Moisés, a Aarón y a Miriam y les dijo: «¡Vayan los tres al tabernáculo[a]!»; y los tres fueron allí. Entonces el Señor descendió en la columna de nube y se detuvo en la entrada del tabernáculo.[b] «¡Aarón y Miriam!», llamó él. Ellos dieron un paso al frente y el Señor les habló: «Escuchen lo que voy a decir:

»Si hubiera profetas entre ustedes,
    yo, el Señor, me revelaría en visiones;
    les hablaría en sueños.
Pero no con mi siervo Moisés.
    De toda mi casa, él es en quien confío.
Yo le hablo a él cara a cara,
    ¡con claridad y no en acertijos!
    Él ve al Señor como él es.
¿Entonces, por qué no tuvieron temor
    de criticar a mi siervo Moisés?».

El Señor estaba muy enojado con ellos y se fue. 10 Cuando la nube dejó de estar encima del tabernáculo, allí estaba Miriam, con su piel tan blanca como la nieve, leprosa.[c] Cuando Aarón vio lo que había pasado con ella, 11 clamó a Moisés: «¡Oh, mi señor! ¡Por favor, no nos castigues por este pecado que tan neciamente cometimos! 12 No dejes que ella sea como un bebé que nace muerto y que ya está en descomposición».

13 Entonces Moisés clamó al Señor:

—¡Oh Dios, te suplico que la sanes!

14 Pero el Señor le dijo a Moisés:

—Si el padre de Miriam tan solo la escupiera en la cara, ¿no duraría su contaminación siete días? Por lo tanto, mantenla fuera del campamento durante siete días y después podrá ser aceptada de nuevo.

15 Así que Miriam permaneció fuera del campamento durante siete días, y el pueblo esperó hasta que la trajeron para continuar su viaje. 16 Fue entonces cuando salieron de Hazerot y acamparon en el desierto de Parán.

Doce espías exploran Canaán

13 El Señor le dijo a Moisés: «Envía hombres a explorar la tierra de Canaán, la tierra que les daré a los israelitas. Envía a un jefe de cada una de las doce tribus de sus antepasados». Entonces Moisés hizo lo que el Señor le ordenó y envió a doce hombres desde el campamento en el desierto de Parán, todos jefes de las tribus de Israel. Estas eran las tribus y los nombres de sus jefes:

Tribu Jefe
de RubénSamúa, hijo de Zacur
de SimeónSafat, hijo de Hori
de JudáCaleb, hijo de Jefone
de IsacarIgal, hijo de José
de EfraínOseas, hijo de Nun
de BenjamínPalti, hijo de Rafú
10 de ZabulónGadiel, hijo de Sodi
11 de Manasés, hijo de JoséGadi, hijo de Susi
12 de DanAmiel, hijo de Gemali
13 de AserSetur, hijo de Micael
14 de NeftalíNahbi, hijo de Vapsi
15 de GadGeuel, hijo de Maqui

16 Estos son los nombres de los hombres que Moisés envió a explorar la tierra. (A Oseas, hijo de Nun, Moisés le dio el nombre de Josué).

17 Moisés envió a los hombres a explorar la tierra y les dio las siguientes instrucciones: «Vayan al norte a través del Neguev hasta la zona montañosa. 18 Fíjense cómo es la tierra y averigüen si sus habitantes son fuertes o débiles, pocos o muchos. 19 Observen cómo es la tierra en que habitan. ¿Es buena o mala? ¿Viven en ciudades amuralladas o sin protección, a campo abierto? 20 El terreno, ¿es fértil o estéril? ¿Abundan los árboles? Hagan todo lo posible por traer muestras de las cosechas que encuentren». (Era la temporada de la cosecha de las primeras uvas maduras).

21 Así que subieron y exploraron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, cerca de Lebo-hamat. 22 Yendo al norte, atravesaron el Neguev y llegaron a Hebrón donde vivían Ahimán, Sesai y Talmai, todos descendientes de Anac. (La antigua ciudad de Hebrón fue fundada siete años antes de la ciudad egipcia de Zoán). 23 Cuando llegaron al valle de Escol, cortaron una rama con un solo racimo de uvas, tan grande ¡que tuvieron que transportarlo en un palo, entre dos! También llevaron muestras de granadas e higos. 24 A ese lugar se le llamó el valle de Escol (que significa «racimo») por el racimo de uvas que los israelitas cortaron allí.

Informe de los espías

25 Después de explorar la tierra durante cuarenta días, los hombres regresaron 26 a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad de Israel en Cades, en el desierto de Parán. Informaron a toda la comunidad lo que vieron y les mostraron los frutos que tomaron de la tierra. 27 Este fue el informe que dieron a Moisés: «Entramos en la tierra a la cual nos enviaste a explorar y en verdad es un país sobreabundante, una tierra donde fluyen la leche y la miel. Aquí está la clase de frutos que allí se producen. 28 Sin embargo, el pueblo que la habita es poderoso y sus ciudades son grandes y fortificadas. ¡Hasta vimos gigantes allí, los descendientes de Anac! 29 Los amalecitas viven en el Neguev y los hititas, los jebuseos y los amorreos viven en la zona montañosa. Los cananeos viven a lo largo de la costa del mar Mediterráneo[d] y a lo largo del valle del Jordán».

30 Pero Caleb trató de calmar al pueblo que se encontraba ante Moisés.

—¡Vamos enseguida a tomar la tierra!—dijo—. ¡De seguro podemos conquistarla!

31 Pero los demás hombres que exploraron la tierra con él, no estuvieron de acuerdo:

—¡No podemos ir contra ellos! ¡Son más fuertes que nosotros!

32 Entonces comenzaron a divulgar entre los israelitas el siguiente mal informe sobre la tierra: «La tierra que atravesamos y exploramos devorará a todo aquel que vaya a vivir allí. ¡Todos los habitantes que vimos son enormes! 33 Hasta había gigantes,[e] los descendientes de Anac. ¡Al lado de ellos nos sentíamos como saltamontes y así nos miraban ellos!».

Salmos 49

Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré.

49 ¡Escuchen esto, todos los pueblos!
    ¡Presten atención, habitantes de todo el mundo!
Los de las altas esferas y la gente común,
    ricos y pobres: ¡oigan!
Pues mis palabras son sabias
    y mis pensamientos están llenos de buena percepción.
Escucho con atención muchos proverbios
    y resuelvo enigmas con la inspiración del sonido de un arpa.

¿Por qué tendría que temer cuando vienen dificultades,
    cuando los enemigos me rodean?
Ellos se fían de sus posesiones
    y se jactan de sus grandes riquezas.
Sin embargo, no pueden redimirse de la muerte[a]
    pagándole un rescate a Dios.
La redención no se consigue tan fácilmente,
    pues nadie podrá jamás pagar lo suficiente
como para vivir para siempre
    y nunca ver la tumba.

10 Los sabios finalmente tendrán que morir,
    al igual que los necios y los insensatos,
    y dejarán toda su riqueza atrás.
11 La tumba[b] es su hogar eterno,
    donde permanecerán para siempre.
Podrán ponerle su propio nombre a sus propiedades,
12     pero su fama no durará.
    Morirán, al igual que los animales.
13 Ese es el destino de los necios,
    aunque sean recordados como si hubieran sido sabios.[c] Interludio

14 Como ovejas, son llevados a la tumba,[d]
    donde la muerte será su pastor.
Por la mañana, los justos gobernarán sobre ellos.
    Sus cuerpos se pudrirán en la tumba,
    lejos de sus grandiosas propiedades.
15 Pero en mi caso, Dios redimirá mi vida;
    me arrebatará del poder de la tumba. Interludio

16 Así que no te desanimes cuando los malvados se enriquezcan,
    y en sus casas haya cada vez más esplendor.
17 Pues al morir, no se llevan nada consigo;
    sus riquezas no los seguirán a la tumba.
18 En esta vida se consideran dichosos
    y los aplauden por su éxito.
19 Pero morirán como todos sus antepasados,
    y nunca más volverán a ver la luz del día.
20 La gente que se jacta de su riqueza no comprende;
    morirán, al igual que los animales.

Isaías 2

El reinado futuro del Señor

Esta es una visión que tuvo Isaías, hijo de Amoz, acerca de Judá y de Jerusalén:

En los últimos días, el monte de la casa del Señor
    será el más alto de todos,
    el lugar más importante de la tierra.
Se levantará por encima de las demás colinas,
    y gente del mundo entero vendrá allí para adorar.
Vendrá gente de muchas naciones y dirán:
«Vengan, subamos al monte del Señor,
    a la casa del Dios de Jacob.
Allí él nos enseñará sus caminos,
    y andaremos en sus sendas».
Pues de Sion saldrá la enseñanza del Señor;
    de Jerusalén saldrá su palabra.
El Señor mediará entre las naciones
    y resolverá los conflictos internacionales.
Ellos forjarán sus espadas en rejas de arado
    y sus lanzas en herramientas para podar.
No peleará más nación contra nación,
    ni seguirán entrenándose para la guerra.

Advertencia de juicio

Vengan, descendientes de Jacob,
    caminemos a la luz del Señor.
Pues el Señor ha rechazado a su pueblo,
    a los descendientes de Jacob,
porque han llenado la tierra con prácticas del oriente
    y con hechiceros, igual que los filisteos.
    Han formado alianzas con paganos.
Israel está lleno de plata y de oro;
    sus tesoros no tienen fin.
Su tierra está llena de caballos de guerra
    y tampoco tienen fin sus carros de guerra.
La tierra está llena de ídolos.
    El pueblo rinde culto a cosas que hizo
    con sus propias manos.
Por eso ahora serán humillados,
    y todos serán rebajados;
    no los perdones.
10 Escabúllanse en cuevas en medio de las rocas.
    En el polvo, escóndanse
del terror del Señor
    y de la gloria de su majestad.
11 El orgullo humano será rebajado,
    y la arrogancia humana será humillada.
Solo el Señor será exaltado
    en aquel día de juicio.

12 Pues el Señor de los Ejércitos Celestiales
    tiene asignado un día de juicio.
Él castigará al orgulloso y al poderoso
    y derribará todo lo que esté enaltecido.
13 Cortará los altos cedros del Líbano
    y todos los poderosos robles de Basán.
14 Aplanará las altas montañas
    y todas las colinas elevadas.
15 Derribará cada torre alta
    y cada muro fortificado.
16 Destruirá todos los grandes barcos mercantes[a]
    y todas las naves magníficas.
17 El orgullo humano será humillado,
    y la arrogancia humana será rebajada.
Solo el Señor será enaltecido
    en aquel día de juicio.

18 Los ídolos desaparecerán por completo.
19 Cuando el Señor se levante para sacudir la tierra,
    sus enemigos se escabullirán en hoyos en el suelo.
En cuevas en las rocas se esconderán
    del terror del Señor
    y de la gloria de su majestad.
20 En aquel día de juicio abandonarán los ídolos de oro y de plata
    que se hicieron para rendirles culto.
Abandonarán sus dioses y los dejarán a los roedores y a los murciélagos,
21     mientras ellos se escabullen en cuevas
    y se esconden en los acantilados entre los peñascos.
Tratarán de escapar del terror del Señor
    y de la gloria de su majestad,
    cuando él se levante para sacudir la tierra.
22 No pongan su confianza en los simples humanos;
    son tan frágiles como el aliento.
    ¿Qué valor tienen?

Hebreos 10

El sacrificio de Cristo, una vez y para siempre

10 El sistema antiguo bajo la ley de Moisés era solo una sombra—un tenue anticipo de las cosas buenas por venir—no las cosas buenas en sí mismas. Bajo aquel sistema se repetían los sacrificios una y otra vez, año tras año, pero nunca pudieron limpiar por completo a quienes venían a adorar. Si los sacrificios hubieran podido limpiar por completo, entonces habrían dejado de ofrecerlos, porque los adoradores se habrían purificado una sola vez y para siempre, y habrían desaparecido los sentimientos de culpa.

Pero en realidad, esos sacrificios les recordaban sus pecados año tras año. Pues no es posible que la sangre de los toros y las cabras quite los pecados. Por eso, cuando Cristo[a] vino al mundo, le dijo a Dios:

«No quisiste sacrificios de animales ni ofrendas por el pecado.
    Pero me has dado un cuerpo para ofrecer.
No te agradaron las ofrendas quemadas
    ni otras ofrendas por el pecado.
Luego dije: “Aquí estoy, oh Dios; he venido a hacer tu voluntad
    como está escrito acerca de mí en las Escrituras”»[b].

Primero, Cristo dijo: «No quisiste sacrificios de animales, ni ofrendas por el pecado, ni ofrendas quemadas ni otras ofrendas por el pecado; tampoco te agradaron todas esas ofrendas» (aun cuando la ley de Moisés las exige). Luego dijo: «Aquí estoy, he venido a hacer tu voluntad». Él anula el primer pacto para que el segundo entre en vigencia. 10 Pues la voluntad de Dios fue que el sacrificio del cuerpo de Jesucristo nos hiciera santos, una vez y para siempre.

11 Bajo el antiguo pacto, el sacerdote oficia de pie delante del altar día tras día, ofreciendo los mismos sacrificios una y otra vez, los cuales nunca pueden quitar los pecados; 12 pero nuestro Sumo Sacerdote se ofreció a sí mismo a Dios como un solo sacrificio por los pecados, válido para siempre. Luego se sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios. 13 Allí espera hasta que sus enemigos sean humillados y puestos por debajo de sus pies. 14 Pues mediante esa única ofrenda, él perfeccionó para siempre a los que está haciendo santos.

15 Y el Espíritu Santo también da testimonio de que es verdad, pues dice:

16 «Este es el nuevo pacto que haré
    con mi pueblo en aquel día,[c] dice el Señor:
Pondré mis leyes en su corazón
    y las escribiré en su mente»[d].

17 Después dice:

«Nunca más me acordaré
    de sus pecados y sus transgresiones»[e].

18 Y cuando los pecados han sido perdonados, ya no hace falta ofrecer más sacrificios.

Un llamado a permanecer firmes

19 Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús. 20 Por su muerte,[f] Jesús abrió un nuevo camino—un camino que da vida—a través de la cortina al Lugar Santísimo. 21 Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios, 22 entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.

23 Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa. 24 Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. 25 Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.

26 Queridos amigos, si seguimos pecando a propósito después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda ningún sacrificio que cubra esos pecados. 27 Solo queda la terrible expectativa del juicio de Dios y el fuego violento que consumirá a sus enemigos. 28 Pues todo el que rehusaba obedecer la ley de Moisés era ejecutado sin compasión por el testimonio de dos o tres testigos. 29 Piensen, pues, cuánto mayor será el castigo para quienes han pisoteado al Hijo de Dios y han considerado la sangre del pacto—la cual nos hizo santos—como si fuera algo vulgar e inmundo, y han insultado y despreciado al Espíritu Santo que nos trae la misericordia de Dios. 30 Pues conocemos al que dijo:

«Yo tomaré venganza;
    yo les pagaré lo que se merecen»[g].

También dijo:

«El Señor juzgará a su propio pueblo»[h].

31 ¡Es algo aterrador caer en manos del Dios vivo!

32 Acuérdense de los primeros tiempos, cuando recién aprendían acerca de Cristo.[i] Recuerden cómo permanecieron fieles aunque tuvieron que soportar terrible sufrimiento. 33 Algunas veces los ponían en ridículo públicamente y los golpeaban, otras veces ustedes ayudaban a los que pasaban por lo mismo. 34 Sufrieron junto con los que fueron metidos en la cárcel y, cuando a ustedes les quitaron todos sus bienes, lo aceptaron con alegría. Sabían que en el futuro les esperaban cosas mejores, que durarán para siempre.

35 Por lo tanto, no desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran recompensa que les traerá! 36 Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora para seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces recibirán todo lo que él ha prometido.

37 «Pues, dentro de muy poco tiempo,
    Aquel que viene vendrá sin demorarse.
38 Mis justos vivirán por la fe.[j]
    Pero no me complaceré con nadie que se aleje»[k].

39 Pero nosotros no somos de los que se apartan de Dios hacia su propia destrucción. Somos los fieles, y nuestras almas serán salvas.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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