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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Éxodo 26

Instrucciones para el tabernáculo

26 »Haz el tabernáculo con diez cortinas de lino de tejido fino. Adorna las cortinas con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados. Cada una de estas diez cortinas tendrá exactamente la misma medida: doce metros con noventa centímetros de largo, por un metro con ochenta centímetros de ancho.[a] Junta cinco de estas cortinas para hacer una larga, y luego junta las otras cinco para hacer una segunda cortina larga. En la última cortina de cada conjunto, pondrás presillas de tejido azul a lo largo del borde. Las cincuenta presillas a lo largo del borde de la cortina del primer conjunto deben coincidir con las cincuenta presillas en el borde de la cortina del otro conjunto. Luego haz cincuenta broches de oro y úsalos para sujetar las dos cortinas largas. De este modo, el tabernáculo se formará de una pieza completa.

»Confecciona once cortinas con tejido de pelo de cabra, para que sirvan de cubierta para el tabernáculo. Cada una de estas once cortinas deberá tener exactamente la misma medida: trece metros con ochenta centímetros de largo, por un metro con ochenta centímetros de ancho.[b] Junta cinco de estas cortinas para formar una larga, y junta las otras seis para formar una segunda cortina larga. De ese segundo conjunto de cortinas, deja que noventa centímetros de material cuelguen sobre la parte delantera[c] de la carpa sagrada. 10 Haz cincuenta presillas para el borde de cada cortina larga. 11 Luego haz cincuenta broches de bronce y úsalos para sujetar las presillas de las cortinas largas. De ese modo, la cubierta se formará de una pieza completa. 12 Los noventa centímetros restantes de la cubierta, dejarás que cuelguen[d] sobre la parte posterior del tabernáculo. 13 Deja que cuelguen de cada lado los cuarenta y seis centímetros[e] del material restante, de modo que el tabernáculo quede completamente cubierto. 14 Completa la cubierta con una capa protectora de pieles de carnero curtidas y otra capa de cuero de cabra de la mejor calidad.

15 »Para el armazón del tabernáculo, construye soportes de madera de acacia. 16 Cada soporte deberá medir cuatro metros con sesenta centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho,[f] 17 y tendrá dos estacas debajo de cada soporte. Todos los soportes tienen que ser idénticos. 18 Construye veinte de esos soportes para sostener las cortinas del lado sur del tabernáculo. 19 Haz también cuarenta bases de plata. Pondrás dos bases debajo de cada soporte y harás que las estacas encajen firmemente en las bases. 20 Para el lado norte del tabernáculo construye otros veinte soportes, 21 con sus cuarenta bases de plata (dos bases por cada soporte). 22 Construye seis soportes para la parte posterior—es decir, el lado occidental del tabernáculo— 23 junto con dos soportes más para reforzar las esquinas de la parte posterior del tabernáculo. 24 Los soportes de las esquinas estarán emparejados por abajo y firmemente sujetados por arriba con un solo anillo; esto formará un solo esquinero. Arma los dos esquineros de la misma manera. 25 Entonces habrá ocho soportes en la parte posterior del tabernáculo sobre dieciséis bases de plata (dos bases por cada soporte).

26 »Haz travesaños de madera de acacia para unir los soportes: cinco travesaños para el lado norte del tabernáculo 27 y cinco para el lado sur. Prepara también cinco travesaños para la parte posterior del tabernáculo, que dará al occidente. 28 El travesaño central, sujetado a la mitad de la altura de los soportes, pasará de un extremo del tabernáculo al otro. 29 Recubre de oro los soportes y haz anillos de oro para sostener los travesaños. También recubre de oro los travesaños.

30 »Arma el tabernáculo según el modelo que se te mostró en el monte.

31 »Para el interior del tabernáculo, confecciona una cortina especial de lino de tejido fino. Adórnala con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados. 32 Cuélgala de ganchos de oro, que estarán sujetos a cuatro postes de madera de acacia. Recubre de oro los postes y colócalos en cuatro bases de plata. 33 Cuelga con broches la cortina interior y coloca el arca del pacto[g] en la sala detrás de la cortina. Esta cortina separará el Lugar Santo del Lugar Santísimo.

34 »Después pondrás la tapa del arca—el lugar de la expiación—encima del arca del pacto, dentro del Lugar Santísimo. 35 Coloca la mesa fuera de la cortina interior, en el lado norte del tabernáculo, y ubica el candelabro al otro lado de la sala, es decir, en el lado sur.

36 »Confecciona otra cortina para la entrada de la carpa sagrada. Elabórala con lino de tejido fino y bórdala con diseños refinados, usando hilo azul, púrpura y escarlata. 37 Fabrica cinco postes con madera de acacia; recúbrelos de oro y cuelga de ellos la cortina con ganchos de oro. También funde cinco bases de bronce para los postes.

Juan 5

Jesús sana a un hombre cojo

Después Jesús regresó a Jerusalén para la celebración de uno de los días sagrados de los judíos. Dentro de la ciudad, cerca de la puerta de las Ovejas, se encontraba el estanque de Betesda,[a] que tenía cinco pórticos cubiertos. Una multitud de enfermos—ciegos, cojos, paralíticos—estaban tendidos en los pórticos.[b] Uno de ellos era un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio y supo que hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó:

—¿Te gustaría recuperar la salud?

—Es que no puedo, señor—contestó el enfermo—, porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Siempre alguien llega antes que yo.

Jesús le dijo:

—¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda!

¡Al instante, el hombre quedó sano! Enrolló la camilla, ¡y comenzó a caminar! Pero ese milagro sucedió el día de descanso, 10 así que los líderes judíos protestaron. Le dijeron al hombre que había sido sanado:

—¡No puedes trabajar el día de descanso! ¡La ley no te permite cargar esa camilla!

11 Pero él respondió:

—El hombre que me sanó me dijo: “Toma tu camilla y anda”.

12 —¿Quién te dijo semejante cosa?—le exigieron.

13 El hombre no lo sabía, porque Jesús había desaparecido entre la multitud; 14 pero después, Jesús lo encontró en el templo y le dijo: «Ya estás sano; así que deja de pecar o podría sucederte algo mucho peor». 15 Entonces el hombre fue a ver a los líderes judíos y les dijo que era Jesús quien lo había sanado.

Jesús afirma ser el Hijo de Dios

16 Entonces los líderes judíos comenzaron a acosar[c] a Jesús por haber violado las reglas del día de descanso. 17 Pero Jesús respondió: «Mi Padre siempre trabaja, y yo también». 18 Entonces los líderes judíos se esforzaron aún más por encontrar una forma de matarlo. Pues no solo violaba el día de descanso sino que, además, decía que Dios era su Padre, con lo cual se hacía igual a Dios.

19 Entonces Jesús explicó: «Les digo la verdad, el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta; solo hace lo que ve que el Padre hace. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo, 20 pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. De hecho, el Padre le mostrará cómo hacer cosas más trascendentes que el sanar a ese hombre. Entonces ustedes quedarán realmente asombrados. 21 Pues, así como el Padre da vida a los que resucita de los muertos, también el Hijo da vida a quien él quiere. 22 Además, el Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado al Hijo autoridad absoluta para juzgar, 23 a fin de que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo ciertamente tampoco honra al Padre que lo envió.

24 »Les digo la verdad, todos los que escuchan mi mensaje y creen en Dios, quien me envió, tienen vida eterna. Nunca serán condenados por sus pecados, pues ya han pasado de la muerte a la vida.

25 »Y les aseguro que se acerca el tiempo—de hecho, ya ha llegado—cuando los muertos oirán mi voz, la voz del Hijo de Dios, y los que escuchen, vivirán. 26 El Padre tiene vida en sí mismo y le ha entregado a su Hijo ese mismo poder de dar vida.[d] 27 Y le ha dado autoridad para juzgar a todos, porque es el Hijo del Hombre.[e] 28 ¡No se sorprendan tanto! Ciertamente, ya se acerca el tiempo en que todos los que están en las tumbas oirán la voz del Hijo de Dios 29 y resucitarán. Los que hicieron el bien resucitarán para gozar de la vida eterna, y los que continuaron en su maldad resucitarán para sufrir el juicio. 30 Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo según Dios me indica. Por lo tanto, mi juicio es justo, porque llevo a cabo la voluntad del que me envió y no la mía.

Testigos de Jesús

31 »Si yo diera testimonio en mi propio favor, mi testimonio no sería válido; 32 pero hay otro que también da testimonio de mí, y les aseguro que todo lo que dice acerca de mí es verdad. 33 De hecho, ustedes enviaron a sus hombres para que escucharan a Juan el Bautista, y el testimonio que él dio acerca de mí fue cierto. 34 Por supuesto, no necesito testigos humanos, pero digo estas cosas para que ustedes sean salvos. 35 Juan era como una lámpara que ardía y brillaba, y ustedes se entusiasmaron con su mensaje durante un tiempo; 36 pero yo tengo un testigo aún más importante que Juan: mis enseñanzas y mis milagros. El Padre me dio estas obras para que yo las realizara, y ellas prueban que él me envió. 37 El Padre mismo, quien me envió, ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han oído su voz ni lo han visto cara a cara, 38 y no tienen su mensaje en el corazón, porque no creen en mí, que soy a quien el Padre les ha enviado.

39 »Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí! 40 Sin embargo, ustedes se niegan a venir a mí para recibir esa vida.

41 »La aprobación de ustedes no significa nada para mí, 42 porque sé que no tienen el amor de Dios adentro. 43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes me han rechazado. Sin embargo, si otros vienen en su propio nombre, ustedes los reciben con gusto. 44 ¡Con razón les cuesta creer! Pues a ustedes les encanta honrarse unos a otros, pero no les importa la honra que proviene del único que es Dios.[f]

45 »Sin embargo, no soy yo quien los acusará ante el Padre. ¡Moisés los acusará! Sí, Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza. 46 Si en verdad le creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque él escribió acerca de mí; 47 pero como no creen en lo que él escribió, ¿cómo creerán lo que yo digo?».

Proverbios 2

Los beneficios de la sabiduría

Hijo mío, presta atención a lo que digo
    y atesora mis mandatos.
Afina tus oídos a la sabiduría
    y concéntrate en el entendimiento.
Clama por inteligencia
    y pide entendimiento.
Búscalos como si fueran plata,
    como si fueran tesoros escondidos.
Entonces comprenderás lo que significa temer al Señor
    y obtendrás conocimiento de Dios.
¡Pues el Señor concede sabiduría!
    De su boca provienen el saber y el entendimiento.
Al que es honrado, él le concede el tesoro del sentido común.
    Él es un escudo para los que caminan con integridad.
Él cuida las sendas de los justos
    y protege a los que le son fieles.

Entonces comprenderás lo que es correcto, justo e imparcial
    y encontrarás el buen camino que debes seguir.
10 Pues la sabiduría entrará en tu corazón,
    y el conocimiento te llenará de alegría.
11 Las decisiones sabias te protegerán;
    el entendimiento te mantendrá a salvo.

12 La sabiduría te salvará de la gente mala,
    de los que hablan con palabras retorcidas.
13 Estos hombres se alejan del camino correcto
    para andar por sendas tenebrosas.
14 Se complacen en hacer lo malo
    y disfrutan los caminos retorcidos del mal.
15 Sus acciones son torcidas,
    y sus caminos son errados.

16 La sabiduría te librará de la mujer inmoral,
    de las palabras seductoras de la mujer promiscua.
17 Ella abandonó a su marido
    y no hace caso del pacto que hizo ante Dios.
18 Entrar a su casa lleva a la muerte;
    es el camino a la tumba.[a]
19 El hombre que la visita está condenado;
    nunca llegará a los senderos de la vida.

20 Por lo tanto, sigue los pasos de los buenos
    y permanece en los caminos de los justos.
21 Pues solo los justos vivirán en la tierra
    y los íntegros permanecerán en ella.
22 Pero los perversos serán quitados de la tierra,
    y los traidores serán arrancados de raíz.

Gálatas 1

Saludos de Pablo

Les escribo, yo, el apóstol Pablo. No fui nombrado apóstol por ningún grupo de personas ni por ninguna autoridad humana, sino por Jesucristo mismo y por Dios Padre, quien levantó a Jesús de los muertos.

Todos los hermanos de este lugar se unen a mí para enviar esta carta que escribo a las iglesias de Galacia.

Que Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo[a] les concedan gracia y paz. Tal como Dios nuestro Padre lo planeó, Jesús entregó su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo de maldad en el que vivimos. ¡A Dios sea toda la gloria por siempre y para siempre! Amén.

Un solo camino verdadero

Estoy horrorizado de que ustedes estén apartándose tan pronto de Dios, quien los llamó a sí mismo por medio de la amorosa misericordia de Cristo.[b] Están siguiendo un evangelio diferente, que aparenta ser la Buena Noticia, pero no lo es en absoluto. Están siendo engañados por los que a propósito distorsionan la verdad acerca de Cristo.

Si alguien—ya sea nosotros o incluso un ángel del cielo—les predica otra Buena Noticia diferente de la que nosotros les hemos predicado, que le caiga la maldición de Dios. Repito lo que ya hemos dicho: si alguien predica otra Buena Noticia distinta de la que ustedes han recibido, que esa persona sea maldita.

10 Queda claro que no es mi intención ganarme el favor de la gente, sino el de Dios. Si mi objetivo fuera agradar a la gente, no sería un siervo de Cristo.

El mensaje de Pablo procede de Cristo

11 Amados hermanos, quiero que entiendan que el mensaje del evangelio que predico no se basa en un simple razonamiento humano. 12 No recibí mi mensaje de ninguna fuente humana ni nadie me lo enseñó. En cambio, lo recibí por revelación directa de Jesucristo.[c]

13 Ustedes saben cómo me comportaba cuando pertenecía a la religión judía y cómo perseguí con violencia a la iglesia de Dios. Hice todo lo posible por destruirla. 14 Yo superaba ampliamente a mis compatriotas judíos en mi celo por las tradiciones de mis antepasados.

15 Pero aun antes de que yo naciera, Dios me eligió y me llamó por su gracia maravillosa. Luego le agradó 16 revelarme a su Hijo[d] para que yo proclamara a los gentiles[e] la Buena Noticia acerca de Jesús.

Cuando esto sucedió, no me apresuré a consultar con ningún ser humano.[f] 17 Tampoco subí a Jerusalén para pedir consejo de los que eran apóstoles antes que yo. En cambio, me fui a la región de Arabia y después regresé a la ciudad de Damasco.

18 Luego, tres años más tarde, fui a Jerusalén para conocer a Pedro[g] y me quedé quince días con él. 19 El único otro apóstol que conocí en esos días fue Santiago, el hermano del Señor. 20 Declaro delante de Dios que no es mentira lo que les escribo.

21 Después de esa visita, me dirigí al norte, a las provincias de Siria y Cilicia. 22 Y aun así, las iglesias en Cristo que están en Judea todavía no me conocían personalmente. 23 Todo lo que sabían de mí era lo que la gente decía: «¡El que antes nos perseguía ahora predica la misma fe que trataba de destruir!». 24 Y alababan a Dios por causa de mí.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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