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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Éxodo 18

Jetro visita a Moisés

18 Jetro, el suegro de Moisés y sacerdote de Madián, se enteró de todo lo que Dios había hecho por Moisés y por su pueblo, los israelitas; y oyó particularmente cómo el Señor los había sacado de Egipto.

Anteriormente, Moisés había enviado a su esposa Séfora y a sus dos hijos de regreso a casa de Jetro, y él los había hospedado. (El primer hijo de Moisés se llamaba Gersón,[a] porque cuando el niño nació, Moisés dijo: «He sido un extranjero en tierra extraña». A su segundo hijo lo llamó Eliezer,[b] porque dijo: «El Dios de mis antepasados me ayudó y me rescató de la espada del faraón»). Así que Jetro, el suegro de Moisés, fue a visitarlo al desierto y llevó consigo a la esposa y a los dos hijos de Moisés. Llegaron cuando Moisés y el pueblo acampaban cerca del monte de Dios. Jetro le había enviado un mensaje a Moisés para avisarle: «Yo, tu suegro, Jetro, vengo a verte, junto con tu esposa y tus dos hijos».

Entonces Moisés salió a recibir a su suegro. Se inclinó ante él y le dio un beso. Luego de preguntarse el uno al otro cómo les iba, entraron en la carpa de Moisés. Moisés le contó a su suegro todo lo que el Señor les había hecho al faraón y a los egipcios a favor de Israel. También le habló de todas las privaciones que habían sufrido a lo largo del camino y de cómo el Señor había librado a su pueblo de las dificultades. Jetro se alegró mucho al oír de todo el bien que el Señor había hecho por Israel al rescatarlo de las manos de los egipcios.

10 «¡Alabado sea el Señor!—exclamó Jetro—. Pues los rescató de los egipcios y del faraón. ¡Así es, rescató a Israel del poder de Egipto! 11 Ahora sé que el Señor es más grande que todos los demás dioses, porque rescató a su pueblo de la opresión de los egipcios arrogantes».

12 Luego Jetro, el suegro de Moisés, presentó una ofrenda quemada y sacrificios ante Dios. Aarón y todos los ancianos de Israel lo acompañaron a comer lo que fue ofrecido en sacrificio en presencia de Dios.

Consejo sabio de Jetro

13 Al día siguiente, Moisés se sentó para oír los pleitos que los israelitas tenían unos con otros. Y el pueblo esperó a ser atendido delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.

14 Cuando el suegro de Moisés vio todo lo que él hacía por el pueblo, le preguntó:

—¿Qué logras en realidad sentado aquí? ¿Por qué te esfuerzas en hacer todo el trabajo tú solo, mientras que el pueblo está de pie a tu alrededor desde la mañana hasta la tarde?

15 Moisés contestó:

—Porque el pueblo acude a mí en busca de resoluciones de parte de Dios. 16 Cuando les surge un desacuerdo, ellos acuden a mí, y yo soy quien resuelve los casos entre los que están en conflicto. Mantengo al pueblo informado de los decretos de Dios y les transmito sus instrucciones.

17 —¡No está bien lo que haces!—exclamó el suegro de Moisés—. 18 Así acabarás agotado y también se agotará el pueblo. Esta tarea es una carga demasiado pesada para una sola persona. 19 Ahora escúchame y déjame darte un consejo, y que Dios esté contigo. Tú debes seguir siendo el representante del pueblo ante Dios, presentándole los conflictos. 20 Enséñales los decretos de Dios; transmíteles sus instrucciones; muéstrales cómo comportarse en la vida. 21 Sin embargo, elige, de entre todo el pueblo, a algunos hombres con capacidad y honestidad, temerosos de Dios y que odien el soborno. Nómbralos jefes de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas. 22 Ellos tendrán que estar siempre disponibles para resolver los conflictos sencillos que surgen entre el pueblo, pero los casos más graves te los traerán a ti. Deja que los jefes juzguen los asuntos de menor importancia. Ellos te ayudarán a llevar la carga, para que la tarea te resulte más fácil. 23 Si sigues este consejo, y si Dios así te lo ordena, serás capaz de soportar las presiones, y la gente regresará a su casa en paz.

24 Moisés escuchó el consejo de su suegro y siguió sus recomendaciones. 25 Eligió hombres capaces de entre todo Israel y los nombró jefes del pueblo. Los puso a cargo de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas. 26 Estos hombres estaban siempre disponibles para resolver los conflictos sencillos de la gente. Los casos más graves los remitían a Moisés, pero ellos mismos se encargaban de los asuntos de menor importancia.

27 Poco tiempo después, Moisés se despidió de su suegro, quien regresó a su propia tierra.

Lucas 21

La ofrenda de la viuda

21 Mientras Jesús estaba en el templo, observó a los ricos que depositaban sus ofrendas en la caja de las ofrendas. Luego pasó una viuda pobre y echó dos monedas pequeñas.[a]

«Les digo la verdad —dijo Jesús—, esta viuda pobre ha dado más que todos los demás. Pues ellos dieron una mínima parte de lo que les sobraba, pero ella, con lo pobre que es, dio todo lo que tenía».

Jesús habla acerca del futuro

Algunos de sus discípulos comenzaron a hablar acerca del templo, con su majestuosa arquitectura de piedra y las decoraciones conmemorativas que adornaban las paredes. Pero Jesús les dijo: «Viene el tiempo cuando todo esto será demolido por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra!».

—Maestro—le preguntaron—, ¿cuándo sucederá todo eso? ¿Qué señal nos indicará que esas cosas están por ocurrir?

Él les contestó:

—No dejen que nadie los engañe, porque muchos vendrán en mi nombre y afirmarán: “Yo soy el Mesías”[b] y dirán: “El tiempo ha llegado”; pero no les crean. Cuando oigan de guerras y de levantamientos, no se dejen llevar por el pánico. Es verdad, esas cosas deben suceder primero, pero el fin no vendrá inmediatamente después.

10 Luego agregó:

—Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino. 11 Habrá grandes terremotos, hambres y plagas en muchos países, y sucederán cosas aterradoras y grandes señales milagrosas del cielo.

12 »Pero antes de que ocurra todo eso, habrá un tiempo de gran persecución. Los arrastrarán a las sinagogas y a las prisiones, y serán sometidos a juicio ante reyes y gobernantes, todo por ser mis seguidores; 13 pero esa será una oportunidad para que ustedes les hablen de mí.[c] 14 Así que no se preocupen de antemano por cómo contestarán los cargos en su contra, 15 porque yo les daré las palabras apropiadas y tal sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá responderles o refutarlos. 16 Aun sus seres más cercanos—padres, hermanos, familiares y amigos—los traicionarán. Incluso a algunos de ustedes los matarán. 17 Todos los odiarán por ser mis seguidores,[d] 18 pero ni un solo cabello de su cabeza perecerá. 19 Al mantenerse firmes, ganarán su alma.

20 »Cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, entonces sabrán que ha llegado el tiempo de su destrucción. 21 Entonces los que estén en Judea huyan a las colinas. Los que estén en Jerusalén deben salir, y los que estén en el campo no deben volver a la ciudad. 22 Pues serán días de la venganza de Dios, y las palabras proféticas de las Escrituras se cumplirán. 23 ¡Qué terribles serán esos días para las mujeres embarazadas y para las madres que amamantan! Pues habrá desastre en la tierra y gran enojo contra este pueblo. 24 Los matarán a espada o serán enviados cautivos a todas las naciones del mundo. Y Jerusalén será pisoteada por los gentiles[e] hasta que el tiempo de los gentiles llegue a su fin.

25 »Y habrá señales extrañas en el sol, en la luna y en las estrellas. Y aquí en la tierra, las naciones del mundo estarán en caos, perplejas por los mares rugientes y las mareas extrañas. 26 La gente quedará aterrada de lo que verá venir sobre la tierra, porque los poderes de los cielos serán sacudidos. 27 Entonces todos verán al Hijo del Hombre[f] venir en una nube con poder y gran gloria.[g] 28 Por lo tanto, cuando todas estas cosas comiencen a suceder, pónganse de pie y levanten la mirada, ¡porque la salvación está cerca!

29 Luego les dio la siguiente ilustración:

—Fíjense en la higuera o en cualquier otro árbol. 30 Cuando brotan las hojas, sin que nadie les diga ustedes saben que el verano se acerca. 31 De la misma manera, cuando vean que suceden todas estas cosas, sabrán que el reino de Dios está cerca. 32 Les digo la verdad, no pasará esta generación hasta que hayan sucedido todas estas cosas. 33 El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás.

34 »¡Tengan cuidado! No dejen que su corazón se entorpezca con parrandas y borracheras, ni por las preocupaciones de esta vida. No dejen que ese día los agarre desprevenidos, 35 como una trampa. Pues ese día vendrá sobre cada ser viviente de la tierra. 36 Manténganse siempre alerta. Y oren para que sean suficientemente fuertes para escapar de los horrores que vendrán y para presentarse delante del Hijo del Hombre.

37 Cada día Jesús iba al templo a enseñar y cada tarde regresaba a pasar la noche en el monte de los Olivos. 38 Todas las mañanas, desde muy temprano, las multitudes se reunían en el templo para escucharlo.

Job 36

36 Eliú siguió hablando:

«Déjame seguir, y te mostraré la verdad,
    ¡porque no he terminado de defender a Dios!
Presentaré argumentos profundos
    a favor de la justicia de mi Creador.
Estoy diciendo solamente la verdad,
    porque soy un hombre de gran conocimiento.

»Dios es poderoso, ¡pero no desprecia a nadie!
    Él es poderoso tanto en fuerza como en entendimiento.
No deja con vida a los malvados
    pero hace justicia a los afligidos.
Nunca quita los ojos de los inocentes,
    sino que los pone en tronos en compañía de reyes
    y los exalta para siempre.
Si están encadenados,
    y atrapados en una red de dificultades,
él les muestra la causa;
    les hace ver sus pecados de soberbia.
10 Él capta su atención
    y ordena que se aparten de la maldad.

11 »Si escuchan y obedecen a Dios,
    serán bendecidos con prosperidad por el resto de su vida.
    Todos sus años serán agradables.
12 Pero si se niegan a escucharlo,
    cruzarán el río de la muerte;
    morirán por falta de entendimiento.
13 Los incrédulos están llenos de resentimiento.
    Aun cuando Dios los castiga,
    se niegan a pedirle auxilio.
14 Mueren en plena juventud,
    después de haber malgastado la vida en inmoralidad.
15 Pero por medio del sufrimiento, él rescata a los que sufren,
    pues capta su atención mediante la adversidad.

16 »Job, Dios está alejándote del peligro,
    y te lleva a un lugar libre de angustia.
    Está poniendo en tu mesa la mejor comida,
17 pero te obsesiona saber si los incrédulos serán juzgados.
    No te preocupes, el juicio y la justicia prevalecerán.
18 Ten cuidado, o la riqueza podrá seducirte;[a]
    no dejes que el soborno te haga pecar.
19 ¿Podrá toda tu riqueza[b]
    o podrán todos tus grandes esfuerzos
    protegerte de la angustia?
20 No desees el amparo de la noche
    porque allí es cuando la gente será destruida.[c]
21 ¡Mantente en guardia! Apártate de lo malo,
    porque Dios envió este sufrimiento
    para protegerte de una vida de maldad.

Eliú le recuerda a Job el poder de Dios

22 »Mira, Dios es todopoderoso.
    ¿Quién es un maestro como él?
23 Nadie puede indicarle lo que tiene que hacer
    ni decirle: “Has hecho mal”.
24 En cambio, glorifica tú sus obras poderosas,
    entonando canciones de alabanza.
25 Todo el mundo ha visto estas cosas,
    aunque solo desde lejos.

26 »Mira, Dios es más grande de lo que podemos comprender;
    sus años no se pueden contar.
27 Él hace subir el vapor de agua
    y luego lo destila en lluvia.
28 La lluvia se derrama desde las nubes,
    y todos se benefician.
29 ¿Quién puede comprender el despliegue de las nubes
    y el trueno que retumba desde los cielos?
30 Mira cómo Dios extiende el relámpago a su alrededor
    e ilumina las profundidades del mar.
31 Por medio de esos actos poderosos él nutre[d] a la gente,
    dándole comida en abundancia.
32 Él llena sus manos de rayos
    y lanza cada uno a su objetivo.
33 El trueno declara su presencia;
    la tormenta anuncia su enojo indignado.[e]

2 Corintios 6

Como colaboradores de Dios,[a] les suplicamos que no reciban ese maravilloso regalo de la bondad de Dios y luego no le den importancia. Pues Dios dice:

«En el momento preciso, te oí.
    En el día de salvación te ayudé»[b].

Efectivamente, el «momento preciso» es ahora. Hoy es el día de salvación.

Dificultades y privaciones de Pablo

Vivimos de tal manera que nadie tropezará a causa de nosotros, y nadie encontrará ninguna falta en nuestro ministerio. En todo lo que hacemos, demostramos que somos verdaderos ministros de Dios. Con paciencia soportamos dificultades y privaciones y calamidades de toda índole. Fuimos golpeados, encarcelados, enfrentamos a turbas enfurecidas, trabajamos hasta quedar exhaustos, aguantamos noches sin dormir y pasamos hambre. Demostramos lo que somos por nuestra pureza, nuestro entendimiento, nuestra paciencia, nuestra bondad, por el Espíritu Santo que está dentro de nosotros[c] y por nuestro amor sincero. Con fidelidad predicamos la verdad. El poder de Dios actúa en nosotros. Usamos las armas de la justicia con la mano derecha para atacar y con la izquierda para defender. Servimos a Dios, ya sea que la gente nos honre o nos desprecie, sea que nos calumnie o nos elogie. Somos sinceros, pero nos llaman impostores. Nos ignoran aun cuando somos bien conocidos. Vivimos al borde de la muerte, pero aún seguimos con vida. Nos han golpeado, pero no matado. 10 Hay dolor en nuestro corazón, pero siempre tenemos alegría. Somos pobres, pero damos riquezas espirituales a otros. No poseemos nada, y sin embargo, lo tenemos todo.

11 ¡Oh, queridos amigos corintios!, les hemos hablado con toda sinceridad y nuestro corazón está abierto a ustedes. 12 No hay falta de amor de nuestra parte, pero ustedes nos han negado su amor. 13 Les pido que respondan como si fueran mis propios hijos. ¡Ábrannos su corazón!

El templo del Dios viviente

14 No se asocien íntimamente con los que son incrédulos. ¿Cómo puede la justicia asociarse con la maldad? ¿Cómo puede la luz vivir con las tinieblas? 15 ¿Qué armonía puede haber entre Cristo y el diablo[d]? ¿Cómo puede un creyente asociarse con un incrédulo? 16 ¿Y qué clase de unión puede haber entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros somos el templo del Dios viviente. Como dijo Dios:

«Viviré en ellos
    y caminaré entre ellos.
Yo seré su Dios,
    y ellos serán mi pueblo.[e]
17 Por lo tanto, salgan de entre los incrédulos
    y apártense de ellos, dice el Señor.
No toquen sus cosas inmundas,
    y yo los recibiré a ustedes.[f]
18 Y yo seré su Padre,
    y ustedes serán mis hijos e hijas,
    dice el Señor Todopoderoso[g]».

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