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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
2 Crónicas 2

Preparativos para construir el templo

[a]Salomón decidió construir un templo para honrar el nombre del Señor y también un palacio real para sí mismo. [b]Reunió una fuerza de setenta mil obreros, ochenta mil hombres para extraer piedras de las canteras en la zona montañosa y tres mil seiscientos capataces.

Salomón también le envió el siguiente mensaje al rey Hiram[c] de Tiro:

«Envíame troncos de cedro como lo hiciste con mi padre David, cuando construía su palacio. Estoy a punto de construir un templo para honrar el nombre del Señor mi Dios. Será un lugar apartado para quemar incienso aromático delante de él, para presentar el pan especial del sacrificio y para sacrificar ofrendas quemadas todas las mañanas y todas las tardes en los días de descanso, en las celebraciones de luna nueva y en los demás festivales del Señor nuestro Dios. Él le ha ordenado a Israel que haga estas cosas para siempre.

»Este tendrá que ser un templo magnífico porque nuestro Dios es más grande que todos los demás dioses; pero en realidad, ¿quién puede edificarle un hogar digno de él? ¡Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerlo! ¿Quién soy yo para proponer construirle un templo, excepto como lugar para quemarle sacrificios?

»Envíame, entonces, un maestro artesano que pueda trabajar el oro, la plata, el bronce y el hierro, así como las telas de púrpura, escarlata y azul. Debe ser un experto grabador que pueda trabajar con los artesanos de Judá y de Jerusalén que mi padre David seleccionó.

»Envíame también del Líbano troncos de cedro, de ciprés y de sándalo[d] rojo, porque sé que no hay nadie que se compare con tus hombres para cortar madera del Líbano. Yo enviaré a mis hombres para ayudarlos. Se necesitará una enorme cantidad de madera, porque el templo que voy a construir será grande y magnífico. 10 Para quienes corten la madera, enviaré como pago 100.000 canastas de trigo molido, 100.000 canastas de cebada,[e] 420.000 litros de vino y 420.000 litros de aceite de oliva[f]».

11 En respuesta, el rey Hiram le envió a Salomón la siguiente carta:

«¡Es porque el Señor ama a su pueblo que te ha hecho rey de los israelitas! 12 ¡Alaben al Señor, Dios de Israel, quien hizo los cielos y la tierra! Él le dio al rey David un hijo sabio, dotado de capacidad y entendimiento, quien construirá un templo para el Señor y un palacio real para sí mismo.

13 »Te envío un maestro artesano llamado Huram-abí, un hombre sumamente talentoso. 14 Su madre es de la tribu de Dan, en Israel, y su padre es de Tiro. Es hábil para trabajar el oro, la plata, el bronce y el hierro, y también la piedra y la madera. Es hábil para trabajar con telas de púrpura, azul, escarlata y con lino fino. También sabe grabar y puede realizar cualquier diseño que se le pida. Trabajará con tus artesanos y con los que nombró mi señor David, tu padre.

15 »Envía ahora el trigo, la cebada, el aceite de oliva y el vino que mi señor ha mencionado. 16 Nosotros cortaremos toda la madera que necesites de las montañas del Líbano y llevaremos los troncos en balsas por la costa del mar Mediterráneo[g] hasta Jope. Desde allí podrás transportar los troncos hasta Jerusalén».

17 Luego Salomón levantó un censo de todos los extranjeros que vivían en la tierra de Israel, tal como el censo que había hecho su padre, y contó 153.600 extranjeros. 18 Asignó a 70.000 como obreros, a 80.000 como cortadores de piedra en la zona montañosa y a 3600 como capataces.

1 Juan 2

Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo. Él mismo es el sacrificio que pagó[a] por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo.

Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos. Si alguien afirma: «Yo conozco a Dios», pero no obedece los mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad; pero los que obedecen la palabra de Dios demuestran verdaderamente cuánto lo aman. Así es como sabemos que vivimos en él. Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesús vivió.

Un mandamiento nuevo

Queridos amigos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino más bien uno antiguo que han tenido desde el principio. Ese mandamiento antiguo—ámense unos a otros—es el mismo mensaje que oyeron antes. Sin embargo, también es un mandamiento nuevo. Jesús vivió la verdad de este mandamiento, y ustedes también la viven. Pues la oscuridad está desapareciendo, y ya brilla la luz verdadera.

Si alguien afirma: «Vivo en la luz», pero odia a otro creyente,[b] esa persona aún vive en la oscuridad. 10 El que ama a otro creyente[c] vive en la luz y no hace que otros tropiecen; 11 pero el que odia a otro creyente todavía vive y camina en la oscuridad. No sabe por dónde ir, pues la oscuridad lo ha cegado.

12 Les escribo a ustedes, que son hijos de Dios,
    porque sus pecados han sido perdonados por medio de Jesús.[d]
13 Les escribo a ustedes, los que son maduros en la fe,[e]
    porque conocen a Cristo, quien existe desde el principio.
Les escribo a ustedes, los que son jóvenes en la fe,
    porque han ganado la batalla contra el maligno.
14 Les he escrito a ustedes, que son hijos de Dios,
    porque conocen al Padre.
Les he escrito a ustedes, los que son maduros en la fe,
    porque conocen a Cristo, quien existe desde el principio.
Les he escrito a ustedes, los que son jóvenes en la fe,
    porque son fuertes;
la palabra de Dios vive en sus corazones,
    y han ganado la batalla contra el maligno.

No amen a este mundo

15 No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes. 16 Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; 17 y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre.

Cuidado con los anticristos

18 Queridos hijos, llegó la última hora. Ustedes han oído que el Anticristo viene, y ya han surgido muchos anticristos. Por eso sabemos que la última hora ha llegado. 19 Esas personas salieron de nuestras iglesias, pero en realidad nunca fueron parte de nosotros; de haber sido así, se habrían quedado con nosotros. Al irse demostraron que no eran parte de nosotros.

20 Pero ustedes no son así, porque el Santo les ha dado su Espíritu,[f] y todos ustedes conocen la verdad. 21 Así que les escribo no porque no conozcan la verdad, sino porque conocen la diferencia entre la verdad y la mentira. 22 ¿Y quién es un mentiroso? El que dice que Jesús no es el Cristo.[g] El que niega al Padre y al Hijo es un anticristo.[h] 23 El que niega al Hijo tampoco tiene al Padre; pero el que confiesa al Hijo tiene al Padre también.

24 Por lo tanto, ustedes deben seguir fieles a lo que se les ha enseñado desde el principio. Si lo hacen, permanecerán en comunión con el Hijo y con el Padre; 25 y en esta comunión disfrutamos de la vida eterna que él nos prometió.

26 Les escribo estas cosas para advertirles acerca de los que quieren apartarlos del camino. 27 Ustedes han recibido al Espíritu Santo,[i] y él vive dentro de cada uno de ustedes, así que no necesitan que nadie les enseñe lo que es la verdad. Pues el Espíritu[j] les enseña todo lo que necesitan saber, y lo que él enseña es verdad, no mentira. Así que, tal como él les ha enseñado, permanezcan en comunión con Cristo.

Vivan como hijos de Dios

28 Y ahora, queridos hijos, permanezcan en comunión con Cristo para que, cuando él regrese, estén llenos de valor y no se alejen de él avergonzados.

29 Ya que sabemos que Cristo es justo, también sabemos que todos los que hacen lo que es justo son hijos de Dios.

Nahúm 1

Este mensaje sobre Nínive vino como una visión a Nahúm, que vivía en Elcos.

La ira del Señor contra Nínive

El Señor es Dios celoso,
    lleno de ira y venganza.
¡Él toma venganza de todos los que se le oponen
    y persiste en su furia contra sus enemigos!
El Señor es lento para enojarse, pero su poder es grande
    y nunca deja sin castigo al culpable.
Da muestras de su poder en el torbellino y la tormenta;
    las nubes ondulantes son el polvo bajo sus pies.
Él da la orden y los océanos se secan
    y los ríos desaparecen.
Los buenos pastizales de Basán y el Carmelo pierden su verdor,
    y los frondosos bosques del Líbano se marchitan.
Ante la presencia de Dios las montañas se estremecen
    y las colinas se derriten;
la tierra tiembla
    y sus habitantes son destruidos.
¿Quién podrá quedar en pie ante su ira feroz?
    ¿Quién podrá sobrevivir ante su furia abrasadora?
Su furor arde como el fuego,
    y ante él las montañas se desmenuzan.

El Señor es bueno,
    un refugio seguro cuando llegan dificultades.
    Él está cerca de los que confían en él.
Pero arrasará a sus enemigos[a]
    con una inundación arrolladora.
Él perseguirá a sus enemigos
    en la oscuridad de la noche.

¿Por qué traman contra el Señor?
    ¡Él los destruirá de un golpe;
    no necesitará golpear dos veces!
10 Sus enemigos, enredados como espinos
    y tambaleantes como borrachos,
    serán quemados como hierba seca en el campo.
11 ¿Quién es este perverso consejero tuyo
    que maquina el mal contra el Señor?

12 Esto es lo que dice el Señor:
«Aunque los asirios tienen muchos aliados,
    serán destruidos y desaparecerán.
Oh pueblo mío, yo te castigué anteriormente,
    pero no te volveré a castigar.
13 Ahora romperé el yugo de esclavitud de tu cuello
    y te quitaré las cadenas de la opresión asiria».

14 Esto es lo que dice el Señor acerca de Nínive, la ciudad de los asirios:
«No tendrás más hijos para perpetuar tu nombre.
    Destruiré todos los ídolos en los templos de tus dioses.
¡Estoy preparando una tumba para ti
    porque eres despreciable!».

15 [b]¡Miren! ¡Viene un mensajero sobre las montañas con buenas noticias!
    Trae un mensaje de paz.
Celebra tus festivales, oh pueblo de Judá,
    y cumple todos tus votos,
porque tus enemigos perversos no volverán a invadir tu tierra.
    ¡Serán destruidos por completo!

Lucas 17

Enseñanzas acerca del perdón y la fe

17 Cierto día, Jesús dijo a sus discípulos: «Siempre habrá tentaciones para pecar, ¡pero qué aflicción le espera a la persona que provoca la tentación! Sería mejor que se arrojara al mar con una piedra de molino alrededor del cuello que hacer que uno de estos pequeños caiga en pecado. Así que, ¡cuídense!

»Si un creyente[a] peca, repréndelo; luego, si hay arrepentimiento, perdónalo. Aun si la persona te agravia siete veces al día y cada vez regresa y te pide perdón, debes perdonarla».

Los apóstoles le dijeron al Señor:

—Muéstranos cómo aumentar nuestra fe.

El Señor respondió:

—Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol de moras: “Desarráigate y plántate en el mar”, ¡y les obedecería!

»Cuando un sirviente vuelve de arar o de cuidar las ovejas, ¿acaso su patrón le dice: “Ven y come conmigo”? No, le dirá: “Prepara mi comida, ponte el delantal y sírveme mientras como. Luego puedes comer tú”. ¿Y le agradece el amo al sirviente por hacer lo que se le dijo que hiciera? Por supuesto que no. 10 De la misma manera, cuando ustedes me obedecen, deben decir: “Somos siervos indignos que simplemente cumplimos con nuestro deber”.

Diez hombres son sanados de lepra

11 Mientras Jesús seguía camino a Jerusalén, llegó a la frontera entre Galilea y Samaria. 12 Al entrar en una aldea, diez hombres con lepra se quedaron a la distancia, 13 gritando:

—¡Jesús! ¡Maestro! ¡Ten compasión de nosotros!

14 Jesús los miró y dijo:

—Vayan y preséntense a los sacerdotes.[b]

Y, mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra.

15 Uno de ellos, cuando vio que estaba sano, volvió a Jesús, y exclamó: «¡Alaben a Dios!». 16 Y cayó al suelo, a los pies de Jesús, y le agradeció por lo que había hecho. Ese hombre era samaritano.

17 Jesús preguntó: «¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve? 18 ¿Ninguno volvió para darle gloria a Dios excepto este extranjero?». 19 Y Jesús le dijo al hombre: «Levántate y sigue tu camino. Tu fe te ha sanado[c]».

La venida del reino

20 Un día, los fariseos le preguntaron a Jesús:

—¿Cuándo vendrá el reino de Dios?

Jesús contestó:

—No pueden descubrir el reino de Dios por medio de señales visibles.[d] 21 Nunca podrán decir: “¡Aquí está!” o “¡Está por allí!”, porque el reino de Dios ya está entre ustedes.[e]

22 Entonces dijo a sus discípulos: «Se acerca el tiempo en que desearán ver el día que el Hijo del Hombre regrese,[f] pero no lo verán. 23 Algunos les dirán: “Miren, allí está el Hijo del Hombre” o “Aquí está”, pero no los sigan. 24 Pues, así como el relámpago destella e ilumina el cielo de un extremo a otro, así será el día[g] cuando venga el Hijo del Hombre. 25 Pero primero el Hijo del Hombre tiene que sufrir terriblemente[h] y ser rechazado por esta generación.

26 »Cuando el Hijo del Hombre regrese, será como en los días de Noé. 27 En esos días, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé entró en su barco y llegó el diluvio y los destruyó a todos.

28 »El mundo será como en los días de Lot, cuando las personas se ocupaban de sus quehaceres diarios—comían y bebían, compraban y vendían, cultivaban y edificaban— 29 hasta la mañana en que Lot salió de Sodoma. Entonces llovió del cielo fuego y azufre ardiente, y destruyó a todos. 30 Sí, será “todo como siempre” hasta el día en que se manifieste el Hijo del Hombre. 31 Ese día, la persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar. La persona que esté en el campo no regrese a su casa. 32 ¡Recuerden lo que le pasó a la esposa de Lot! 33 Si se aferran a su vida, la perderán; pero si dejan de aferrarse a su vida, la salvarán. 34 Esa noche, dos personas estarán durmiendo en una misma cama; una será llevada y la otra, dejada. 35 Dos mujeres estarán moliendo harina juntas en un molino; una será llevada, la otra será dejada[i]».

37 Los discípulos le preguntaron:

—¿Dónde sucederá eso, Señor?[j]

Jesús les contestó:

—Así como los buitres, cuando se juntan, indican que hay un cadáver cerca, de la misma manera, esas señales revelan que el fin está cerca.[k]

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