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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
2 Reyes 20

Enfermedad y recuperación de Ezequías

20 Por ese tiempo, Ezequías se enfermó gravemente, y el profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a visitarlo. Le dio al rey el siguiente mensaje: «Esto dice el Señor: “Pon tus asuntos en orden porque vas a morir. No te recuperarás de esta enfermedad”».

Cuando Ezequías oyó el mensaje, volvió su rostro hacia la pared y oró al Señor: «Acuérdate, oh Señor, que siempre te he sido fiel y te he servido con singular determinación, haciendo siempre lo que te agrada»; y el rey se echó a llorar amargamente.

Sin embargo, antes de que Isaías saliera del patio central,[a] recibió este mensaje de parte del Señor: «Regresa y dile a Ezequías, el líder de mi pueblo: “Esto dice el Señor, Dios de tu antepasado David: ‘He oído tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte y en tres días te levantarás de la cama e irás al templo del Señor. Te añadiré quince años más de vida y te rescataré del rey de Asiria junto con esta ciudad. Defenderé esta ciudad por mi propia honra y por amor a mi siervo David’”».

Entonces Isaías dijo: «Preparen un ungüento de higos». Así que los sirvientes de Ezequías untaron el ungüento sobre la llaga, ¡y Ezequías se recuperó!

Mientras tanto, Ezequías le había preguntado a Isaías:

—¿Qué señal dará el Señor como prueba de que me sanará y en tres días iré al templo del Señor?

Isaías contestó:

—Esta es la señal del Señor para demostrar que cumplirá lo que ha prometido: ¿te gustaría que la sombra del reloj solar se adelantara diez gradas o que se atrasara diez gradas?[b]

10 —La sombra siempre se mueve hacia adelante—respondió Ezequías—, así que eso sería fácil. Mejor haz que retroceda diez gradas.

11 Entonces el profeta Isaías le pidió al Señor que lo hiciera, ¡y el Señor hizo retroceder diez gradas la sombra del reloj solar[c] de Acaz!

Representantes de Babilonia

12 Poco tiempo después, Merodac-baladán,[d] hijo de Baladán, rey de Babilonia, le envió saludos a Ezequías junto con un regalo, porque se enteró de que Ezequías había estado muy enfermo. 13 Ezequías recibió a los enviados de Babilonia y les mostró todo lo que había en sus casas del tesoro: la plata, el oro, las especias y los aceites aromáticos. También los llevó a conocer su arsenal, ¡y les mostró todo lo que había en sus tesoros reales! No hubo nada, ni en el palacio ni en el reino, que Ezequías no les mostrara.

14 Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó:

—¿Qué querían esos hombres? ¿De dónde vinieron?

Ezequías contestó:

—Vinieron de la lejana tierra de Babilonia.

15 —¿Qué vieron en tu palacio?—preguntó Isaías.

—Lo vieron todo—contestó Ezequías—. Les mostré todo lo que poseo, todos mis tesoros reales.

16 Entonces Isaías dijo a Ezequías:

—Escucha este mensaje del Señor: 17 “Se acerca el tiempo cuando todo lo que hay en tu palacio—todos los tesoros que tus antepasados han acumulado hasta ahora—será llevado a Babilonia. No quedará nada, dice el Señor. 18 Algunos de tus hijos serán llevados al destierro. Los harán eunucos que servirán en el palacio del rey de Babilonia”.

19 Entonces Ezequías dijo a Isaías:

—Este mensaje que me has dado de parte del Señor es bueno.

Pues el rey pensaba: «Por lo menos habrá paz y seguridad mientras yo viva».

20 Los demás acontecimientos del reinado de Ezequías—entre ellos el alcance de su poder y cómo construyó un estanque y cavó un túnel[e] para llevar agua a la ciudad—están registrados en El libro de la historia de los reyes de Judá. 21 Ezequías murió, y su hijo Manasés lo sucedió en el trono.

Hebreos 2

Advertencia para no desviarse del camino

Así que debemos prestar mucha atención a las verdades que hemos oído, no sea que nos desviemos de ellas. Pues el mensaje que Dios transmitió mediante los ángeles se ha mantenido siempre firme, y toda infracción de la ley y todo acto de desobediencia recibió el castigo que merecía. Entonces, ¿qué nos hace pensar que podemos escapar si descuidamos esta salvación tan grande, que primeramente fue anunciada por el mismo Señor Jesús y luego nos fue transmitida por quienes lo oyeron hablar? Además, Dios confirmó el mensaje mediante señales, maravillas, diversos milagros y dones del Espíritu Santo según su voluntad.

Jesús, el hombre

Es más, no son los ángeles quienes gobernarán el mundo futuro del cual hablamos, porque en cierto lugar las Escrituras dicen:

«¿Qué son los simples mortales para que pienses en ellos,
    o un hijo de hombre[a] para que de él te ocupes?
Sin embargo, por un poco de tiempo los hiciste un poco menor que los ángeles
    y los coronaste de gloria y honor.[b]
Les diste autoridad sobre todas las cosas»[c].

Ahora bien, cuando dice «todas las cosas», significa que nada queda afuera; pero todavía no vemos que todas las cosas sean puestas bajo la autoridad de ellos. No obstante, lo que sí vemos es a Jesús, a quien por un poco de tiempo se le dio una posición «un poco menor que los ángeles»; y debido a que sufrió la muerte por nosotros, ahora está «coronado de gloria y honor». Efectivamente, por la gracia de Dios, Jesús conoció la muerte por todos. 10 Dios—para quien y por medio de quien todo fue hecho—eligió llevar a muchos hijos a la gloria. Convenía a Dios que, mediante el sufrimiento, hiciera a Jesús un líder perfecto, apto para llevarlos a la salvación.

11 Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos, 12 pues le dijo a Dios:

«Anunciaré tu nombre a mis hermanos.
    Entre tu pueblo reunido te alabaré»[d].

13 También dijo:

«Pondré mi confianza en él»,
    es decir, «yo y los hijos que Dios me ha dado»[e].

14 Debido a que los hijos de Dios son seres humanos—hechos de carne y sangre—el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía[f] el poder sobre la muerte. 15 Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte.

16 También sabemos que el Hijo no vino para ayudar a los ángeles, sino que vino para ayudar a los descendientes de Abraham. 17 Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos,[g] para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo. 18 Debido a que él mismo ha pasado por sufrimientos y pruebas, puede ayudarnos cuando pasamos por pruebas.

Oseas 13

La ira de Dios contra Israel

13 Cuando hablaba la tribu de Efraín,
    el pueblo temblaba de miedo
    porque esa tribu era importante en Israel;
pero la gente de Efraín pecó al rendir culto a Baal
    y así selló su destrucción.
Ahora siguen pecando, haciendo ídolos de plata,
    imágenes hábilmente formadas por manos humanas.
«¡Ofrézcanles sacrificios—gritan—
    y besen a ídolos que tienen forma de becerros!».
Por lo tanto, desaparecerán como la neblina de la mañana,
    como el rocío bajo el sol del amanecer,
como paja llevada por el viento
    y como el humo de una chimenea.

«He sido el Señor tu Dios
    desde que te saqué de Egipto.
No debes reconocer a ningún otro Dios aparte de mí,
    porque no hay otro salvador.
Yo te cuidé en el desierto,
    en esa tierra árida y sedienta;
pero una vez que comiste y quedaste satisfecho,
    te volviste orgulloso y te olvidaste de mí.
Entonces ahora yo te atacaré como un león,
    como un leopardo que acecha en el camino.
Como una osa a quien le robaron sus cachorros,
    arrancaré tu corazón.
Te devoraré como una leona hambrienta
    y te destrozaré como un animal salvaje.

»Estás a punto de ser destruido, oh Israel:
    sí, por mí, el único que te ayuda.
10 Ahora, ¿dónde está[a] tu rey?
    ¡Que él te salve!
¿Dónde están los líderes de la tierra,
    el rey y los funcionarios que me exigiste?
11 En mi enojo te di reyes,
    y en mi furia te los quité.

12 »La culpa de Efraín ha sido reunida
    y su pecado almacenado para el castigo.
13 El sufrimiento ha llegado al pueblo
    como dolores de parto,
pero son como un bebé
    que se resiste a nacer.
¡El momento de nacer ha llegado,
    pero siguen en la matriz!

14 »¿Debo rescatarlos de la tumba[b]?
    ¿Debo redimirlos de la muerte?
¡Oh muerte, haz salir tus horrores!
    ¡Tumba, desata tus plagas![c]
    Ya no les tendré compasión.
15 Efraín era el más productivo de sus hermanos,
    pero el viento del oriente—una ráfaga del Señor
    se levantará en el desierto.
Todos sus manantiales se secarán
    y todos sus pozos desaparecerán.
Todo lo valioso que poseen
    será saqueado y se lo llevarán.
16 [d]El pueblo de Samaria
    debe sufrir las consecuencias de su culpa
    porque se rebeló contra su Dios.
Un ejército invasor los matará;
    a sus niños los estrellarán contra el suelo hasta matarlos,
    y a las embarazadas las abrirán con espadas».

Salmos 137-138

137 Junto a los ríos de Babilonia, nos sentamos y lloramos
    al pensar en Jerusalén.[a]
Guardamos las arpas,
    las colgamos en las ramas de los álamos.
Pues nuestros captores nos exigían que cantáramos;
    los que nos atormentaban insistían en un himno de alegría:
    «¡Cántennos una de esas canciones acerca de Jerusalén!».
¿Pero cómo podemos entonar las canciones del Señor
    mientras estamos en una tierra pagana?

Si me olvido de ti, oh Jerusalén,
    que mi mano derecha se olvide de cómo tocar el arpa.
Que la lengua se me pegue al paladar
    si dejo de recordarte,
    si no hago de Jerusalén mi mayor alegría.

Oh Señor, recuerda lo que hicieron los edomitas
    el día en que los ejércitos de Babilonia tomaron a Jerusalén.
«¡Destrúyanla!—gritaron—.
    ¡Allánenla hasta reducirla a escombros!».
Oh Babilonia, serás destruida;
    feliz será el que te haga pagar
    por lo que nos has hecho.
¡Feliz será el que tome a tus bebés
    y los estrelle contra las rocas!

Salmo de David.

138 Te doy gracias, oh Señor, con todo el corazón;
    delante de los dioses cantaré tus alabanzas.
Me inclino ante tu santo templo mientras adoro;
    alabo tu nombre por tu amor inagotable y tu fidelidad,
porque tus promesas están respaldadas
    por todo el honor de tu nombre.
En cuanto oro, tú me respondes;
    me alientas al darme fuerza.

Todos los reyes del mundo te darán gracias, Señor,
    porque cada uno de ellos escuchará tus palabras.
Así es, cantarán acerca de los caminos del Señor,
    porque la gloria del Señor es muy grande.
Aunque el Señor es grande, se ocupa de los humildes,
    pero se mantiene distante de los orgullosos.

Aunque estoy rodeado de dificultades,
    tú me protegerás del enojo de mis enemigos.
Extiendes tu mano,
    y el poder de tu mano derecha me salva.
El Señor llevará a cabo los planes que tiene para mi vida,
    pues tu fiel amor, oh Señor, permanece para siempre.
    No me abandones, porque tú me creaste.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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