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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Génesis 47

Israel se queda a vivir en Gosén

47 Entonces José fue y le contó al rey. Le dijo:

—Mi papá, mis hermanos, sus rebaños, su ganado y todo lo que tienen, llegaron de la tierra de Canaán y están en la tierra de Gosén.

José llevó a cinco de sus hermanos y se los presentó al faraón. El faraón les dijo a los hermanos:

—¿En qué trabajan ustedes?

Ellos le respondieron:

—Nosotros, sus siervos, somos pastores tal como nuestros antepasados.

Luego le dijeron al faraón:

—Hay mucha hambre en la tierra de Canaán. No quedan campos que tengan pasto para nuestros animales. Por eso nos vinimos a vivir aquí, le rogamos que nos deje quedarnos a vivir en Gosén.

Luego el faraón le dijo a José:

—Tu papá y tus hermanos vinieron a buscarte. La tierra de Egipto está a tu disposición. Acomoda a tu papá y a tus hermanos en la mejor parte de la tierra. Deja que vivan en la tierra de Gosén. Si tú sabes que hay entre ellos hombres diestros, ponlos a cargo de mi ganado.

Después José llevó a su papá, Jacob, y se lo presentó al faraón. Jacob bendijo al rey. El faraón le preguntó:

—¿Cuántos años tienes?

Jacob le respondió:

—Sólo he vivido 130 años, una vida muy corta y con muchas dificultades. Mis antepasados vivieron muchos más años que yo.

10 Luego Jacob bendijo[a] al faraón y se fue.

11 José instaló a su papá y a sus hermanos. Les dio la mejor tierra de Egipto, en la tierra de Ramsés, tal como el faraón se lo había ordenado. 12 José les dio alimento a su papá y a sus hermanos, incluso a los más pequeños.[b]

José compra tierras para el faraón

13 Había mucha hambre. No había comida en ninguna parte. Por lo tanto, debido al hambre, las tierras de Egipto y Canaán se sumieron en la pobreza. 14 Entonces José recolectó todo el dinero que había en la tierra de Canaán y en la tierra de Egipto que le pagaron a cambio del trigo que compraron. José llevó el dinero a la casa del faraón. 15 Cuando se acabó todo el dinero en Canaán y Egipto, los egipcios fueron a ver a José y le dijeron:

—Denos comida. Ya se nos acabó todo el dinero, si no nos da comida moriremos frente a sus ojos.

16 Entonces José dijo:

—Denme sus rebaños. Si se les acabó el dinero, les daré comida a cambio de sus rebaños.

17 La gente le llevó sus rebaños a José, y él les dio comida a cambio de sus caballos, sus rebaños de ovejas, su ganado y sus burros. Ese año les dio comida a cambio de todos sus animales.

18 Cuando se acabó el año, la gente volvió y le dijo:

—Usted sabe, señor, que se nos acabó el dinero y que ya le dimos todos nuestros animales. Sólo nos quedan nuestros cuerpos y nuestras tierras. 19 Con seguridad moriremos frente a sus ojos. Cómprenos a nosotros y nuestras tierras a cambio de comida. Nosotros nos convertiremos en esclavos del faraón y nuestras tierras también le pertenecerán a él. Suminístrenos semillas para sembrar, así podremos sobrevivir y la tierra no se convertirá en un desierto.

20 Entonces José compró toda la tierra de Egipto para el faraón. Todos los egipcios vendieron sus campos porque tenían mucha hambre. Y la tierra pasó a ser del faraón. 21 Hizo que toda la gente, de un extremo a otro de Egipto, volviera esclava del faraón. 22 La única tierra que no compró era la de los sacerdotes. Los sacerdotes no necesitaban vender su tierra porque el faraón les pagaba por su trabajo, y ellos usaban ese dinero para comprar comida.

23 José le dijo a la gente:

—Hoy los compré a ustedes y a sus tierras para el faraón. Aquí tienen las semillas, vayan y siémbrenlas. 24 Pero en tiempo de cosecha deben darle al faraón una quinta parte de lo que recojan. Las otras cuatro partes serán de ustedes. Tendrán semillas para sembrar y comida para ustedes, para sus familiares y para sus hijos.

25 La gente dijo:

—¡Nos salvó la vida! Si usted quiere, señor, seremos esclavos del faraón.

26 Entonces José estableció una ley que aun rige en Egipto: una quinta parte de las cosechas le pertenece al faraón. La única tierra que no es de él es la de los sacerdotes.

27 Israel se quedó a vivir en Egipto, en la tierra de Gosén. Allí compraron tierras, tuvieron muchos hijos y la familia se volvió muy numerosa.

28 Jacob vivió 17 años en la tierra de Egipto. Vivió hasta los 147 años de edad. 29 Cuando se acercó la hora en que Israel debía morir, llamó a su hijo José y le dijo:

—Si en verdad me amas, pon tu mano bajo mi muslo y prométeme[c] que vas a hacer lo que te digo: por favor no me entierres en Egipto. 30 Cuando vaya a descansar junto con mis antepasados, sácame de Egipto y entiérrame en el sepulcro de ellos.

Entonces José le dijo:

—Haré lo que me pides.

31 Luego Israel dijo:

—Prométemelo.

José lo prometió e Israel se recostó sobre la cabecera de la cama.

Lucas 1:1-38

Lucas escribe sobre la vida de Jesús

Muchos ya han intentado contar la historia de los eventos que se cumplieron entre nosotros. Escribieron lo que aprendimos de aquellos que desde el principio vieron lo que sucedió y servían a Dios anunciando a otros su mensaje. Yo mismo, excelentísimo Teófilo, he investigado todo cuidadosamente de principio a fin, y decidí escribírtelo en orden para que tengas la certeza de que lo que te han enseñado es verdad.

Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista

En los tiempos del rey Herodes de Judea había un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías[a]. La esposa de Zacarías se llamaba Elisabet y venía de la familia de Aarón. Los dos hacían el bien ante los ojos de Dios, cumpliendo sin falta las leyes y los mandatos del Señor. No tenían hijos, porque Elisabet era estéril y además ambos ya eran ancianos.

Un día Zacarías estaba cumpliendo sus deberes de sacerdote ante Dios, porque a su grupo le tocaba el turno de servir en el templo. De acuerdo con la costumbre de los sacerdotes le tocó en suerte a Zacarías entrar al templo del Señor y ofrecer el incienso. 10 Había mucha gente orando afuera del templo a la hora de ofrecer el incienso. 11 Entonces un ángel del Señor se le apareció a Zacarías. El ángel estaba de pie a la derecha del altar del incienso. 12 Al ver al ángel, Zacarías se inquietó y tuvo miedo. 13 Entonces el ángel le dijo:

—No tengas miedo, Zacarías, que Dios ha escuchado tus oraciones y Elisabet, tu esposa, tendrá un hijo, a quien le pondrás por nombre Juan. 14 Estarán felices y llenos de alegría y muchos se alegrarán por su nacimiento. 15 Juan será un gran hombre ante los ojos de Dios. No tomará vino ni ninguna bebida alcohólica. Aun antes de su nacimiento estará lleno del Espíritu Santo. 16 Juan hará que muchos israelitas se vuelvan al Señor su Dios. 17 Con el mismo poder espiritual de Elías, él preparará el camino para el Señor. Hará las paces entre padres e hijos y hará que los que no obedecen a Dios cambien y piensen como él manda. Así Juan preparará al pueblo para que esté bien dispuesto cuando el Señor venga.

18 Entonces Zacarías le dijo al ángel:

—¿Cómo puedo estar seguro de que esto pasará? Yo ya soy viejo y mi esposa tampoco es joven.

19 El ángel le respondió:

—Yo soy Gabriel y estoy a las órdenes del Señor. Él me mandó a hablar contigo para darte esta buena noticia. 20 Pero ahora, no podrás hablar hasta el día en que esto ocurra. Quedarás mudo por no creer lo que te dije, pero todo se cumplirá en el momento apropiado.

21 El pueblo estaba esperando a Zacarías. Se extrañaban porque se demoraba mucho en el templo. 22 Cuando salió, no podía hablarles. Se dieron cuenta de que él había visto una visión en el templo. Zacarías les hacía señas, pero seguía sin poder hablar.

23 Cuando terminó su tiempo de servicio, se fue a su casa. 24 Poco tiempo después, su esposa Elisabet quedó embarazada y no salió de su casa por cinco meses. Ella pensaba: 25 «¡Qué bueno ha sido el Señor conmigo! Él me ayudó y ahora la gente ya no me despreciará por no poder tener hijos».

Anuncio del nacimiento de Jesús

26 Al sexto mes de embarazo de Elisabet, Dios envió al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret. 27 El ángel se le apareció a una joven llamada María, una virgen comprometida para casarse con un hombre llamado José, de la familia de David. 28 El ángel entró al lugar donde estaba la joven y le dijo:

—¡Hola! El Señor está contigo y quiere bendecirte.

29 Pero lo que dijo el ángel la dejó muy confundida y se preguntaba qué podría significar esto. 30 El ángel le dijo:

—No tengas miedo, María, porque Dios está contento contigo. 31 ¡Escúchame! Quedarás embarazada y tendrás un hijo a quien le pondrás por nombre Jesús. 32 Tu hijo será un gran hombre, será llamado el Hijo del Altísimo y el Señor Dios lo hará rey, como a su antepasado David. 33 Reinará por siempre sobre todo el pueblo de Jacob y su reinado no tendrá fin.

34 Entonces María le dijo al ángel:

—¿Cómo puede suceder esto? Nunca he estado con ningún hombre.

35 El ángel le contestó:

—El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso al niño santo que va a nacer se le llamará Hijo de Dios. 36 También escucha esto: tu pariente Elisabet, aunque es de edad avanzada, tendrá un hijo. Decían que no podía tener hijos; sin embargo, está en el sexto mes de embarazo. 37 ¡Para Dios nada es imposible!

38 María dijo:

—Soy sierva del Señor, que esto suceda tal como lo has dicho.

Y el ángel se retiró.

Job 13

13 »En verdad mis ojos han visto todo eso;
    lo he escuchado antes y lo comprendo.
Conozco tanto como ustedes,
    no soy menos que ustedes.
Pero quisiera hablar con el Todopoderoso,
    prefiero discutir de estos asuntos con Dios.
Es que ustedes son unos charlatanes;
    médicos de enfermedades imaginarias.
Si ustedes quieren parecer sabios,
    mejor cállense la boca.

»Déjenme exponer mi caso,
    presten atención a los argumentos que voy a presentar.
¿Van a defender la causa de Dios
    basados en mentiras y falsedades?
¿Es esa la forma imparcial de luchar a favor de Dios
    y de actuar como sus abogados?
¿Les parecería bien que Dios descubriera que ustedes se burlan de él
    como quien se burla de un ser humano?
10 Sin duda los reprobará
    si en secreto tratan de inclinar la balanza a favor de él.
11 ¿No los atemoriza la grandeza de Dios?
    ¿No temen el castigo de Dios?
12 Sus argumentos son tan valiosos como la ceniza.
    Sus respuestas tienen tanta fortaleza como los escudos de barro.
13 Cállense y déjenme hablar;
    y luego que suceda lo que suceda.
14 ¿Por qué arriesgo el pellejo
    y me la juego toda?
15 Dios puede acabar conmigo,
    así que no tengo otra esperanza que defenderme frente a frente.
16 Y si aun así él decide dejarme con vida,
    será porque no soy malo,
    ya que el perverso no puede acercarse a él.

17 »Escuchen cuidadosamente mi declaración
    y presten atención a lo que voy a decir.
18 He preparado muy bien mi defensa.
    Estoy convencido de mi inocencia y sé que seré absuelto.
19 ¿Quién tiene de qué acusarme?
    Porque siendo así, yo callaría y moriría.
20 No obstante, dos favores te pido
    y así no me esconderé de ti.
21 Deja de aplastarme;
    no me atemorices más.
22 Háblame y yo te responderé,
    o deja que yo te hable y respóndeme.
23 ¿Cuáles son mis pecados y mis crímenes?
    ¿Dame a conocer mi error y mi pecado?
24 ¿Por qué te escondes de mí
    y me tratas como a un enemigo?
25 ¿Te vas a poner a estremecer a una hoja que se lleva el viento?
    ¿Vas a perseguir una paja seca?
26 Te lo digo porque has decidido cosas terribles en contra mía.
    Me haces sufrir para que pague mis errores de juventud.
27 Has puesto cadenas en mis pies
    y restringes todos mis movimientos.
    Sigues todas mis huellas.
28 Soy un hombre que se deshace como algo que se va pudriendo;
    como ropa comida por la polilla.

1 Corintios 1

1-2 Estimados hermanos de la iglesia de Dios que está en Corinto: Dios los ha hecho santos por medio de Jesucristo. Él los ha llamado a ser su pueblo santo junto con todos los que, en todas partes, confían en el Señor[a] Jesucristo, quien es Señor de ellos y también nuestro.

Un cordial saludo de parte de Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y de parte de Sóstenes, nuestro hermano en Cristo.

Que el generoso amor y la paz de Dios nuestro Padre y de nuestro Señor Jesucristo estén siempre con ustedes.

Pablo agradece a Dios

Siempre le doy gracias a mi Dios por ustedes, por el generoso amor que les ha dado por medio de Jesucristo. Porque por medio de él, Dios les ha dado toda una riqueza espiritual para hablar y para tener conocimiento. El testimonio de Cristo ha sido confirmado en ustedes. Como resultado, no les falta ningún don de Dios mientras esperan el regreso de nuestro Señor Jesucristo. Él los fortalecerá hasta el final para que el día en que regrese nuestro Señor Jesucristo sean encontrados sin ninguna culpa. Dios siempre cumple sus promesas, y él es quien los ha llamado a compartir la vida con su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Problemas en la iglesia

10 Hermanos, les pido en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que se pongan de acuerdo unos con otros para que no haya divisiones entre ustedes. Les pido que se unan nuevamente en torno a las mismas ideas y los mismos propósitos. 11 Les digo esto porque algunos de la familia de Cloé me han contado que hay discordias entre ustedes. 12 Es decir que algunos de ustedes dicen: «Yo sigo a Pablo»; otros: «Yo sigo a Apolos»; otros: «Yo sigo a Pedro[b]»; y otros: «Yo sigo a Cristo». 13 ¿Es que Cristo está dividido? ¿Acaso Pablo fue crucificado por ustedes? ¿Fueron ustedes bautizados en el nombre de Pablo? 14 Agradezco a Dios que la mayoría de ustedes no fueron bautizados por mí, excepto Crispo y Gayo. 15 Así nadie puede decir que ustedes fueron bautizados en mi nombre. 16 Bauticé a la familia de Estéfanas, pero no recuerdo si bauticé a alguien más. 17 Cristo no me ha enviado a bautizar, sino a anunciar la buena noticia de salvación, y no con palabras de sabiduría, para que la cruz de Cristo no pierda su poder.

Cristo es el poder y la sabiduría de Dios

18 El mensaje de la cruz parece una tontería para aquellos que están perdidos; pero para los que estamos siendo salvados es el poder de Dios. 19 (A)Como está escrito:

«Destruiré la sabiduría de los sabios,
    y confundiré el entendimiento de los inteligentes».[c]

20 ¿En qué queda el filósofo? ¿Cómo queda el experto en la Escritura? ¿Dónde está el intelectual que discute sobre asuntos de este mundo? Dios ha convertido en tontería la sabiduría de este mundo. 21 El mundo en su propia sabiduría, no conoció a Dios. Así que, Dios en su propia sabiduría, prefirió salvar a los que creen por medio de la tontería del mensaje que anunciamos.

22 Los judíos buscan milagros mientras los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros anunciamos a un Cristo crucificado. Este mensaje resulta ofensivo para los judíos y les parece una tontería a los que no son judíos, 24 pero para los que han sido llamados por Dios, judíos o no, este mensaje es poder y sabiduría de Dios. 25 Pues la tontería de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres.

26 Ahora, fíjense hermanos: según las normas humanas, no hay entre ustedes muchos sabios, tampoco muchos que tengan influencias, ni que pertenezcan a familias importantes. Pero a pesar de todo, Dios los ha llamado. 27 Pero Dios prefirió usar las tonterías de este mundo para avergonzar a los sabios, y prefirió usar a los débiles de este mundo para avergonzar a los poderosos. 28 Dios prefirió lo que el mundo cree que no es importante, lo que desprecia y lo que no significa nada. Prefirió todo eso para destruir lo que el mundo cree que es importante. 29 Dios hizo esto para que nadie pueda alabarse a sí mismo delante de él. 30 Por medio de él, ustedes pertenecen a Jesucristo, quien se ha convertido en la sabiduría de Dios para nosotros. Por medio de Cristo, Dios nos aprueba, nos santifica y nos libra del pecado. 31 (B)Así que como está escrito: «Si alguien alaba algo, que alabe lo que el Señor ha hecho».[d]

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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