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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Palabra (España) (BLP)
Version
1 Reyes 14

Los dos reinos hasta Elías (14—16)

Jeroboán I de Israel (931-910)

14 En aquellos días cayó enfermo Abías, el hijo de Jeroboán, y este dijo a su mujer:

— Anda, disfrázate, para que nadie sepa que eres mi mujer, y vete a Siló, donde vive el profeta Ajías, el que me anunció que sería rey de este pueblo. Llévale diez panes, unas tortas y un tarro de miel, y preséntate a él, pues él te dirá lo que le sucederá al niño.

La mujer de Jeroboán lo hizo así; se preparó, marchó a Siló y llegó a la casa de Ajías. Aunque Ajías no podía ver, pues estaba casi ciego a causa de la vejez, el Señor le había advertido:

— Va a venir la mujer de Jeroboán a consultarte sobre su hijo, que está enfermo. Ella vendrá disfrazada y tú le dirás esto y esto.

Cuando Ajías escuchó el ruido de sus pasos al entrar por la puerta, dijo:

— Pasa, mujer de Jeroboán. ¿Por qué te haces pasar por otra? Tengo que darte malas noticias. Ve y di a Jeroboán: “Esto dice el Señor: Yo te saqué de en medio del pueblo y te convertí en jefe de mi pueblo Israel. Yo le quité el reino a la dinastía de David para dártelo a ti. Pero tú no te has parecido a mi siervo David, que guardó mis mandamientos y me siguió de corazón actuando correctamente ante mí. Al contrario, te has portado peor que todos tus antecesores, pues has llegado a fabricarte dioses distintos e ídolos para ofenderme, mientras a mí me volvías la espalda. 10 Por eso, yo voy a traer la desgracia a la familia de Jeroboán: exterminaré a todos sus varones, esclavos o libres, y barreré su descendencia por completo, como se barre la basura. 11 Al que de los suyos muera en la ciudad lo devorarán los perros; al que muera en el campo lo devorarán las aves del cielo. ¡Lo ha dicho el Señor! 12 En cuanto a ti, prepárate a volver a casa, pues cuando entres en la ciudad, el niño morirá. 13 Todo Israel lo llorará y lo enterrará. Será el único de la familia de Jeroboán que descansará en una sepultura, pues sólo en él, entre toda su familia, ha encontrado algo bueno el Señor, Dios de Israel. 14 El Señor se elegirá un rey en Israel que acabará ese día con la dinastía de Jeroboán. 15 El Señor golpeará a Israel como un carrizo sacudido por el agua; arrancará a Israel de esta buena tierra que dio a sus antepasados y lo dispersará al otro lado del Éufrates, porque se fabricaron columnas sagradas, ofendiendo con ello al Señor. 16 El Señor castigará a Israel por los pecados que Jeroboán ha cometido y los que ha hecho cometer a Israel”.

17 La mujer de Jeroboán emprendió el regreso, llegó a Tirsá y, al cruzar el umbral de su casa, el niño murió. 18 Lo enterraron y todo Israel hizo duelo por él, como el Señor había anunciado por medio de su siervo, el profeta Ajías.

19 El resto de la historia de Jeroboán, sus batallas y su reinado, están escritos en el libro de los Anales de los Reyes de Israel. 20 Jeroboán reinó veintidós años. Cuando murió, su hijo Nadab le sucedió como rey.

Roboán de Judá (931-914) (2 Cr 12,2.9-16)

21 Roboán, hijo de Salomón, tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar sobre Judá. Reinó durante diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que el Señor había elegido entre todas las tribus de Israel como residencia de su nombre. Su madre se llamaba Naamá y era amonita.

22 Judá ofendió al Señor provocando su ira más que sus antepasados con los pecados que cometieron. 23 También ellos se construyeron santuarios en los montes, columnas y postes sagrados sobre todas las colinas prominentes y debajo de todos los árboles frondosos. 24 Incluso se permitió la prostitución sagrada en el país e imitaron todas las infamias de las naciones que el Señor había expulsado ante los israelitas.

25 El quinto año del reinado de Roboán, Sisac el rey de Egipto atacó Jerusalén. 26 Saqueó los tesoros del Templo y los del palacio real y se lo llevó todo. También se llevó todos los escudos de oro que Salomón había mandado hacer. 27 El rey Roboán los sustituyó con escudos de bronce y los puso al cuidado de los jefes de la escolta que custodiaban la entrada del palacio real. 28 Cada vez que el rey entraba al Templo del Señor, la escolta los llevaba y luego los devolvía a la sala de guardia.

29 El resto de la historia de Roboán y todo lo que hizo está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Judá. 30 Roboán y Jeroboán estuvieron siempre en guerra. 31 Cuando murió Roboán, fue enterrado con sus antepasados en la ciudad de David. Su hijo Abías le sucedió como rey.

Colosenses 1

Introducción (1,1-14)

Saludo

Pablo, apóstol de Jesucristo por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a los creyentes de Colosas, hermanos fieles en Cristo. Que Dios, nuestro Padre, os conceda gracia y paz.

Acción de gracias

Damos gracias a Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, mientras rogamos incesantemente por vosotros, al tener noticia de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que mostráis a todos los creyentes. Os anima a ello la esperanza del premio que tenéis reservado en el cielo y que habéis conocido por medio del mensaje evangélico que es palabra verdadera. Un mensaje que ha llegado hasta vosotros y que sigue extendiéndose y dando fruto, tanto en el mundo entero como entre vosotros desde el día mismo en que tuvisteis noticia de la gracia de Dios y la experimentasteis de verdad. Así os lo enseñó nuestro querido compañero Epafras, que hace nuestras veces actuando como fiel servidor de Cristo. Él fue también quien nos contó cómo os amáis en el Espíritu.

Oración por la iglesia de Colosas

Por eso, desde el día en que nos enteramos de todo esto, no cesamos de rogar por vosotros. Pedimos a Dios que os llene del conocimiento de su voluntad, que os haga profundamente sabios y os conceda la prudencia del Espíritu. 10 Vuestro estilo de vida será así totalmente digno y agradable al Señor, daréis fruto en toda suerte de obras buenas y creceréis en el conocimiento de Dios. 11 Su glorioso poder os dotará de una fortaleza a toda prueba para que seáis ejemplo de constancia y paciencia, y para que, llenos de alegría, 12 deis gracias al Padre que os ha juzgado dignos de compartir la herencia de su pueblo en el reino de la luz. 13 Él es quien nos ha rescatado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, 14 del que nos viene la liberación y el perdón de los pecados.

I.— EL MISTERIO SALVADOR DE CRISTO (1,15—2,5)

Presencia de Cristo en la creación y en la redención

15 Cristo es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de todo lo creado.
16 Dios ha creado en él todas las cosas:
todo lo que existe en el cielo y en la tierra,
lo visible y lo invisible,
sean tronos, dominaciones,
principados o potestades,
todo lo ha creado Dios
por Cristo y para Cristo.
17 Cristo existía antes que hubiera cosa alguna,
y todo tiene en él su consistencia.
18 Él es también la cabeza
del cuerpo que es la Iglesia;
en él comienza todo;
él es el primogénito
de los que han de resucitar,
teniendo así la primacía de todas las cosas.
19 Dios, en efecto, tuvo a bien
hacer habitar en Cristo la plenitud
20 y por medio de él reconciliar
consigo todos los seres:
los que están en la tierra
y los que están en el cielo,
realizando así la paz
mediante la muerte de Cristo en la cruz.

Reconciliados con Dios

21 También vosotros estuvisteis en otro tiempo lejos de Dios y fuisteis sus enemigos por el modo de pensar y por las malas acciones. 22 Ahora, en cambio, por la muerte que Cristo ha sufrido en su cuerpo mortal, Dios ha hecho la paz con vosotros para admitiros en su presencia como a pueblo consagrado, sin mancha y sin tacha. 23 Es necesario, sin embargo, que permanezcáis sólidamente firmes e inconmovibles en la fe y que no traicionéis la esperanza contenida en el mensaje evangélico que escuchasteis y que ha sido proclamado a todas las criaturas que se encuentran bajo el cielo, y del que yo, Pablo, me he convertido en servidor.

Pablo y su papel en la Iglesia

24 Ahora me alegro de sufrir por vosotros. Así voy completando en mi existencia corporal, y en favor del cuerpo de Cristo que es la Iglesia, lo que aún falta al total de las tribulaciones cristianas. 25 Dios me ha hecho servidor de esa Iglesia y me ha confiado la tarea de llevar a plenitud en vosotros su palabra: 26 el plan secreto que Dios tuvo escondido durante siglos y generaciones enteras, y que ahora Dios ha revelado a los creyentes, 27 dándoles a conocer la gloria y la riqueza que este plan encierra para los paganos. Me refiero a Cristo, que vive en vosotros y es la esperanza de la gloria.

28 A este Cristo anunciamos, corrigiendo y enseñando a todos con el mayor empeño para que todos alcancen la plena madurez en su vida cristiana. 29 Esta es la tarea por la que me afano y lucho con denuedo, apoyado en la fuerza de Cristo que actúa poderosamente en mí.

Ezequiel 44

Servicio del pórtico oriental

44 Me hizo volver al pórtico exterior del santuario, el que está orientado hacia el este, pero estaba cerrado. Entonces me dijo:

— Este pórtico permanecerá cerrado; nadie lo abrirá ni entrará por él, pues el Señor, Dios de Israel, ha entrado por él y debe permanecer cerrado. Sólo el príncipe podrá sentarse en él para comer en presencia del Señor. Entrará por el vestíbulo del pórtico y saldrá por el mismo sitio.

Condiciones de admisión en el Templo

Después me llevó hacia el pórtico septentrional, frente al Templo. Me fijé y, al ver que la gloria del Señor llenaba el Templo, caí rostro en tierra. Entonces me dijo:

— Hijo de hombre, pon interés, observa bien y escucha con atención todo lo que voy a decirte sobre todas las normas y disposiciones relativas al Templo. Fíjate bien en quiénes tienen acceso al Templo y en quiénes son excluidos del santuario. Di a esos israelitas rebeldes: Esto dice el Señor Dios: ¿No tenéis bastante con las abominaciones que habéis cometido, pueblo de Israel? Habéis permitido que extranjeros incircuncisos de corazón y de cuerpo entren en mi santuario para profanarlo cuando me ofrecéis pan, grasa y sangre. Habéis roto mi alianza con esas vuestras prácticas abominables y habéis desatendido el servicio a mis cosas santas, cediéndoles a ellos el servicio que se me debe en el santuario. Esto dice el Señor Dios: Ningún extranjero incircunciso de corazón y de cuerpo entrará en mi santuario, ningún extranjero que habite entre los israelitas.

Funciones de los levitas

10 Los levitas que se alejaron de mí cuando Israel se descarrió abandonándome y yendo detrás de sus ídolos cargarán con su culpa. 11 Serán los responsables del servicio de seguridad en mi santuario, vigilando las puertas, y desempeñarán otras funciones en el área del Templo. Serán los encargados de degollar las víctimas de los holocaustos y las sacrificadas en favor del pueblo, a cuya disposición estarán para servirlo. 12 Por haber dado culto a los ídolos, siendo ocasión de pecado para la comunidad israelita, juro solemnemente —oráculo del Señor Dios— que tendrán que cargar con su culpa. 13 No se acercarán a mí para oficiar como sacerdotes ni tocarán nada que yo considere santo o santísimo. Tienen que soportar la vergüenza que merecen y las consecuencias de las abominaciones que cometieron. 14 Los responsabilizaré de las tareas del área del Templo y de todos los trabajos que haya que hacer en él.

Funciones de los sacerdotes

15 Los sacerdotes levitas de la estirpe de Sadoc, que estuvieron al servicio de mi santuario cuando los israelitas se descarriaron, podrán acercarse a mí para servirme; estarán en mi presencia para ofrecerme grasa y sangre —oráculo del Señor Dios—. 16 Entrarán en mi santuario, se acercarán a mi mesa para servirme y cumplirán con sus deberes. 17 Cuando entren por los pórticos del atrio interior vestirán ropa de lino y no se pondrán vestidos de lana cuando oficien en los pórticos del atrio interior o más adentro. 18 Llevarán en sus cabezas turbantes de lino y se pondrán calzones de lino; no vestirán ropa que les haga sudar. 19 Cuando salgan al atrio exterior, donde está la gente, se quitarán la ropa que llevaban durante el servicio litúrgico y la dejarán en las habitaciones del santuario; se pondrán otra ropa, y así no transmitirán a la gente la santidad de la ropa litúrgica. 20 No se afeitarán la cabeza, pero tampoco se dejarán melena; llevarán el pelo muy corto. 21 Ningún sacerdote beberá vino cuando penetre en el atrio interior. 22 No se casarán con viudas o divorciadas, sino sólo con vírgenes de estirpe israelita; podrán, sin embargo, casarse con viudas de sacerdotes. 23 Enseñarán a mi pueblo la diferencia que existe entre lo sagrado y lo profano, y los instruirán en la distinción entre lo puro y lo impuro. 24 Cuando haya un pleito, presidirán el juicio y decidirán de acuerdo con mis disposiciones. En todas las fiestas dedicadas a mí aplicarán mis leyes y mis normas; santificarán mis sábados. 25 No se acercarán a un cadáver para no contaminarse, a no ser que se trate del padre o de la madre, de un hijo o de una hija, o de una hermana soltera. 26 Después de la purificación deberán dejar pasar siete días. 27 El día en que vuelvan al santuario y entren en el atrio interior para desempeñar su tarea, ofrecerán un sacrificio de expiación por ellos mismos —oráculo del Señor Dios—. 28 No tendrán heredad alguna: yo seré su heredad. No se les dará en Israel propiedad alguna: yo seré su propiedad. 29 Se alimentarán de las ofrendas de cereales y de las víctimas de los sacrificios expiatorios y penitenciales; a ellos les pertenece también todo lo consagrado al exterminio en Israel. 30 Los sacerdotes podrán disponer de lo mejor de las primicias y de todas vuestras ofrendas. Al sacerdote le daréis lo mejor de vuestras hornadas, para que vuestra casa se llene de bendiciones. 31 Los sacerdotes no podrán comer cadáveres o cuerpos destrozados de aves o de animales.

Salmos 97-98

Salmo 97 (96)

El Señor es dueño de toda la tierra

97 El Señor es rey, que se goce la tierra,
que se alegren los países lejanos.
La bruma y la niebla lo rodean,
la justicia y el derecho sostienen su trono.
El fuego avanza ante él,
abrasa en derredor a sus rivales;
sus rayos iluminan el orbe,
los ve la tierra y tiembla.
Los montes se funden como cera ante el Señor,
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
todos los pueblos contemplan su gloria.
Que se avergüencen los idólatras,
los que cifran en los ídolos su orgullo,
que se postren ante él todos los dioses.
Sión lo oye y se llena de gozo,
se alegran las ciudades de Judá
a causa de tus juicios, Señor.
Porque tú eres, Señor,
el Altísimo en toda la tierra,
tú quien se alza sobre los dioses.
10 Odiad el mal los que amáis al Señor:
él guarda la vida de sus fieles,
los libra de las garras del malvado.
11 La luz se propaga para el justo,
la alegría para quienes son rectos.
12 ¡Alegraos, justos, en el Señor,
alabad su santo nombre!

Salmo 98 (97)

Aclamad al Señor, el rey

98 Salmo.
Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas;
su diestra, su santo brazo,
le ha dado la victoria.
El Señor ha proclamado su victoria,
ante las naciones desvela su justicia.
Ha recordado su amor y su verdad
hacia la casa de Israel,
han visto los confines de la tierra
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor tierra entera,
gritad de júbilo, alegraos, cantad.
Cantad al Señor con la cítara,
con la cítara y con voz melodiosa;
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Señor, el rey.
Que brame el mar y cuanto lo llena,
el mundo y los que en él habitan;
que batan palmas los ríos
y los montes se alegren juntos
ante el Señor que viene,
que llega a juzgar a la tierra:
juzgará al mundo con justicia
y con rectitud a los pueblos.

La Palabra (España) (BLP)

La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España