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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
1 Samuel 31

31 ¶ Los filisteos, pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el monte de Gilboa.

Y siguiendo los filisteos a Saúl y a sus hijos, mataron a Jonatán, y a Abinadab, y a Malquisúa, hijos de Saúl.

Y se agravó la batalla sobre Saúl, y le alcanzaron los flecheros; y tuvo gran temor de los flecheros.

Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y pásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos, y me pasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su espada, y se echó sobre ella.

Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él.

Así murió Saúl y sus tres hijos, su escudero, y todos sus varones juntamente en aquel día.

Y los de Israel que eran del otro lado del valle, y del otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas.

¶ Y aconteció al siguiente día, que viniendo los filisteos a despojar los muertos, hallaron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en el monte de Gilboa;

y le cortaron la cabeza, y le despojaron de las armas; y las enviaron por toda la tierra de los filisteos, para que se difundiera la noticia en la casa de sus ídolos, y por el pueblo.

10 Y pusieron sus armas en la casa de Astarot, y colgaron su cuerpo en el muro de Bet-sán.

11 Mas oyendo los de Jabes de Galaad esto que los filisteos hicieron con Saúl,

12 todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí.

13 Y tomando sus huesos, los sepultaron debajo de un árbol en Jabes, y ayunaron siete días.

1 Corintios 11

11 ¶ Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.

Y os alabo, hermanos, que en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones mías, de la manera que os hablé.

Mas quiero que sepáis, que el Cristo es la cabeza de todo varón; y el varón la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza del Cristo.

Todo varón que ora o profetiza cubierta la cabeza, afrenta su cabeza.

Mas toda mujer que ora o profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiera rapado.

Porque si la mujer no se cubre, trasquílese también; y si es vergonzoso a la mujer trasquilarse o raerse, cúbrase (la cabeza).

Porque el varón no ha de cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios; mas la mujer es gloria del varón.

Porque el varón no es sacado de la mujer, sino la mujer del varón.

Porque tampoco el varón es creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.

10 Por lo cual, la mujer debe tener potestad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.

11 Mas ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor.

12 Porque como la mujer salió del varón, así también el varón nace por la mujer; todo, sin embargo, sale de Dios.

13 Juzgad vosotros mismos: ¿es honesto la mujer orar a Dios no cubierta?

14 La misma naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea deshonesto criar cabello?

15 Por el contrario, a la mujer criar el cabello le es honroso; porque por cubierta le es dado el cabello.

16 Con todo eso, si alguno parece ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni la Iglesia de Dios.

17 ¶ Pero esto os denuncio, que no os alabo, que no para mejor sino para peor os juntáis.

18 Porque lo primero, cuando os juntáis en la Iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo.

19 Porque conviene que también haya entre vosotros herejías, para que los que son probados se manifiesten entre vosotros.

20 De manera que cuando os juntáis en uno, esto no es comer la Cena del Señor.

21 Porque cada uno toma antes para comer su propia cena; y el uno tiene hambre, y el otro está embriagado.

22 A la verdad, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la Iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.

23 ¶ Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó el pan;

24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.

25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el Nuevo Testamento en mi sangre; haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí.

26 Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

27 De manera que, cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.

28 Por tanto, pruébese cada hombre a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.

29 Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor.

30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen.

31 Pero si nos examináramos a nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.

32 Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

33 Así que, hermanos míos, cuando os juntéis a comer, esperaos unos a otros.

34 Y si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os juntéis para juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegue.

Ezequiel 9

Y clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los visitadores de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir.

Y he aquí que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que está vuelta al aquilón, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos había un varón vestido de lienzos, el cual traía a su cintura un tintero de escribano; y entrados, se pararon junto al altar de bronce.

Y la gloria del Dios de Israel se alzó de sobre el querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la Casa; y llamó al varón vestido de lienzos, que tenía a su cintura el tintero de escribano.

Y le dijo el SEÑOR: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y pon una señal en la frente a los varones que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella.

Y a los otros dijo a mis oídos: Pasad por la ciudad en pos de él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia.

Matad viejos, mozos y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; mas a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no llegaréis; y habéis de comenzar desde mi Santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del Templo.

Y les dijo: Contaminad la casa, y llenad los atrios de muertos; salid. Y salieron, e hirieron en la ciudad.

Y aconteció que, habiéndoles herido, yo quedé, y me postré sobre mi rostro, y clamé, y dije: ¡Ah, Señor DIOS! ¿Has de destruir todo el remanente de Israel derramando tu furor sobre Jerusalén?

Y me dijo: La iniquidad de la Casa de Israel y de Judá es grande sobremanera, porque la tierra está llena de sangre, y la ciudad está llena de perversidad, porque han dicho: El SEÑOR ha dejado la tierra, y el SEÑOR no ve.

10 Así pues, yo, mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; el camino de ellos tornaré sobre su cabeza.

11 Y he aquí que el varón vestido de lienzos, que tenía el tintero a su cintura, respondió una palabra diciendo: He hecho conforme a todo lo que me mandaste.

Salmos 48

Canción de Salmo a los hijos de Coré.

Grande es el SEÑOR y digno de ser en gran manera alabado en la ciudad de nuestro Dios, en el monte de su santidad.

Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra es el monte de Sion, a los lados del aquilón, la ciudad del gran Rey.

Dios en sus palacios es conocido por lugar de refugio.

Porque he aquí los reyes de la tierra fueron reunidos; pasaron todos.

Y viéndola ellos así, se maravillaron, se asombraron, se dieron prisa a huir.

Les tomó allí temblor; dolor, como a mujer que da a luz.

Con viento solano quiebras las naves de Tarsis.

¶ Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad del SEÑOR de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; la afirmará Dios para siempre. (Selah.)

Concebimos según tu misericordia, oh Dios, en medio de tu Templo.

10 Conforme a tu Nombre, oh Dios, así es tu loor hasta los fines de la tierra; de justicia está llena tu diestra.

11 Se alegrará el monte de Sion; se gozarán las hijas de Judá por tus juicios.

12 Andad alrededor de Sion, y rodeadla; contad sus torres.

13 Considerad bien su antemuro, mirad sus palacios; para que lo contéis a la generación venidera.

14 Porque este Dios es Dios nuestro eternalmente y para siempre; El nos capitaneará hasta la muerte.

Biblia del Jubileo (JBS)

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