M’Cheyne Bible Reading Plan
4 ¶ Y el hombre conoció a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: He ganado varón por el SEÑOR.
2 Y otra vez dio a luz a su hermano Abel. Y fue Abel pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.
3 ¶ Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra presente al SEÑOR.
4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, y de su grosura. Y miró el SEÑOR a Abel y a su presente;
5 y a Caín y a su presente no miró. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.
6 ¶ Entonces el SEÑOR dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué se ha inmutado tu rostro?
7 Cierto que si bien hicieres, será acepto; y si no hicieres bien, a las puertas duerme el pecado, y a ti será su deseo, mas tú debes enseñorearte de él.
8 ¶ Y habló Caín a su hermano Abel; y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y le mató.
9 ¶ Y El SEÑOR dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé; ¿soy yo guarda de mi hermano?
10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.
11 Ahora pues, maldito seas tú de la tierra que abrió su boca para recibir la sangre de tu hermano de tu mano:
12 Cuando labrares la tierra, no te volverá a dar su fuerza; fugitivo y vagabundo serás en la tierra.
13 ¶ Y dijo Caín al SEÑOR: Grande es mi iniquidad para ser soportada.
14 He aquí me echas hoy de la faz de la tierra, y de tu presencia me esconderé; y seré fugitivo y vagabundo en la tierra; y será que cualquiera que me hallare, me matará.
15 Y le respondió el SEÑOR: Cierto que cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces el SEÑOR puso señal en Caín, para que no lo hiriera cualquiera que le hallara.
16 ¶ Y salió Caín de delante del SEÑOR, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén.
17 Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc.
18 Y a Enoc nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec.
19 ¶ Y tomó para sí Lamec dos mujeres: el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra Zila.
20 Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas, y crían ganados.
21 Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y órgano.
22 Y Zila también dio a luz a Tubal-Caín, acicalador de toda obra de bronce y de hierro: y la hermana de Tubal-Caín fue Naama.
23 ¶ Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: Que varón mataré por mi herida, y un joven por mi golpe;
24 que siete veces será vengado Caín, mas Lamec setenta veces siete.
25 ¶ Y conoció aún Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set; porque Dios (dijo ella) me ha dado otra simiente por Abel, al cual mató Caín.
26 Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces comenzó a ser invocado el nombre del SEÑOR.
4 ¶ Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
2 Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre.
3 Y acercándose a él el tentador, dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 Mas él respondiendo, dijo: Escrito está: No con solo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale por la boca de Dios.
5 Entonces el diablo le pasa a la Santa ciudad, y le pone sobre las almenas del Templo,
6 Y le dice: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; que escrito está: A sus ángeles mandará por ti, y te alzarán en las manos, para que nunca tropieces con tu pie en piedra.
7 Jesús le dijo: Escrito está además: No tentarás al Señor tu Dios.
8 Otra vez le pasó el diablo a un monte muy alto, y le muestra todos los reinos del mundo, y su gloria,
9 y le dice: Todo esto te daré, si postrado me adorares.
10 Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás.
11 El diablo entonces le dejó: y he aquí los ángeles llegaron y le servían.
12 ¶ Mas oyendo Jesús que Juan estaba preso, se volvió a Galilea;
13 y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí:
14 Para que se cumpliera lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo:
15 La tierra de Zabulón, y la tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles;
16 el pueblo asentado en tinieblas, vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, luz les esclareció.
17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, que el Reino de los cielos se ha acercado.
18 ¶ Y andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, que es llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
19 Y les dice: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.
20 Ellos entonces, dejando luego las redes, le siguieron.
21 Y pasando de allí vio otros dos hermanos, Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en el barco con Zebedeo, su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.
22 Y ellos, dejando luego el barco y a su padre, le siguieron.
23 ¶ Y rodeó Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda flaqueza en el pueblo.
24 Y corría su fama por toda Siria; y le traían todos los que tenían mal; los tomados de diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y lunáticos, y paralíticos, y los sanaba.
25 Y le siguió gran multitud de Galilea y de Decápolis y de Jerusalén y de Judea y del otro lado del Jordán.
4 Y oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín, que los hijos de la cautividad edificaban el templo del SEÑOR Dios de Israel,
2 vinieron a Zorobabel, y a las cabezas de los padres, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscaremos a vuestro Dios, y a él sacrificamos desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo subir aquí.
3 Y les dijo Zorobabel, y Jesúa, y los demás cabezas de los padres de Israel: No nos conviene edificar con vosotros Casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos al SEÑOR Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.
4 Mas el pueblo de la tierra debilitaba las manos del pueblo de Judá, y los perturbaban de edificar.
5 Contrataron además contra ellos consejeros para disipar su consejo, todo el tiempo de Ciro rey de Persia, y hasta el reinado de Darío rey de Persia.
6 Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los moradores de Judá y de Jerusalén.
7 Y en días de Artajerjes escribieron Bislam, Mitrídates, Tabeel, y los demás compañeros suyos, a Artajerjes rey de Persia; y la escritura de la carta estaba hecha en siriaco, y declarada en siriaco.
8 Rehum canciller, y Simsai escriba, escribieron una carta contra Jerusalén al rey Artajerjes, como se sigue.
9 Entonces Rehum canciller, y Simsai escriba, y los demás compañeros suyos, los dineos, afarsataceos, tefarleos, afarseos, ercueos, babilonios, susasceos, dieveos, y los elamitas;
10 y los demás pueblos que el grande y glorioso Asnapar (Senaquerib) transportó, e hizo habitar en las ciudades de Samaria, y los demás del otro lado del río, y de Cheenet.
11 Este es el traslado de la carta que enviaron: Al rey Artajerjes: Tus siervos del otro lado del río, y de Cheenet.
12 Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros, vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y han fundado los muros; y puesto los fundamentos.
13 Ahora, notorio sea al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren fundados, no darán el tributo, impuesto, y rentas, y el catastro de los reyes será menoscabado.
14 Ahora porque de la sal del palacio estamos salados, no nos es justo ver el menosprecio del rey; por tanto hemos enviado para hacerlo saber al rey,
15 para que busque en el libro de las historias de nuestros padres; y hallarás en el libro de las historias, y sabrás que esta ciudad es ciudad rebelde, y perjudicial a los reyes y a las provincias, y que de tiempo antiguo forman en medio de ella rebeliones; por lo que esta ciudad fue destruida.
16 Hacemos saber al rey, que si esta ciudad fuere edificada, y los muros fundados, la parte más allá del río no será tuya.
17 El rey envió esta respuesta a Rehum canciller, y a Simsai escriba, y a los demás de sus compañeros que habitan en Samaria, y a los demás del otro lado del río y a Cheenet:
18 La carta que nos enviasteis claramente fue leída delante de mí.
19 Y por mí fue dado mandamiento, y buscaron; y hallaron que aquella ciudad de tiempo antiguo se levanta contra los reyes, y se rebela, y se forma en ella sedición;
20 y que reyes fuertes hubo en Jerusalén, y señores de todo lo que está al lado de allá del río; y que tributo, e impuesto, y rentas se les daba.
21 Ahora, pues, dad orden que cesen aquellos varones, y no sea esa ciudad edificada, hasta que por mí sea dada nueva orden.
22 Y mirad bien que no hagáis error en esto, ¿por qué habrá de crecer el daño para perjuicio de los reyes?
23 Entonces, cuando el traslado de la carta del rey Artajerjes fue leído delante de Rehum, y de Simsai escriba, y sus compañeros, fueron prestamente a Jerusalén a los judíos, y les hicieron cesar con poder y fuerza.
24 Cesó entonces la obra de la Casa de Dios, la cual estaba en Jerusalén; y cesó hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia.
4 ¶ Y hablando ellos al pueblo, sobrevinieron los sacerdotes, y el magistrado del Templo, y los saduceos,
2 resentidos de que enseñaran al pueblo, y anunciaran en el Nombre de Jesús la resurrección de los muertos.
3 Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente; porque era ya tarde.
4 Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y fue el número de los varones como cinco mil.
5 ¶ Y aconteció al día siguiente, que se juntaron en Jerusalén los príncipes de ellos, y los ancianos, y los escribas;
6 y Anás, príncipe de los sacerdotes, y Caifás, y Juan y Alejandro, y todos los que eran del linaje sacerdotal;
7 y haciéndolos presentar en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?
8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Príncipes del pueblo, y ancianos de Israel:
9 Pues si somos hoy demandados acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado,
10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el Nombre de Jesús el Cristo, el Nazareno, el que vosotros Colgasteis en un madero, y Dios le resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.
11 Este es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual es puesta por cabeza del ángulo.
12 Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
13 Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras e ignorantes, se maravillaban; y les conocían que habían estado con Jesús.
14 Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba con ellos, no podían decir nada en contra.
15 ¶ Mas les mandaron que salieran fuera del concilio; y conferían entre sí,
16 diciendo: ¿Qué hemos de hacer a estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar.
17 Todavía, para que no se divulgue más por el pueblo, amenacémoslos, que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este Nombre.
18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablaran ni enseñaran en el Nombre de Jesús.
19 Entonces Pedro y Juan, respondiendo, les dijeron: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer antes a vosotros que a Dios;
20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
21 Ellos entonces los despacharon amenazándolos, no hallando ningún modo de castigarlos, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios de lo que había sido hecho.
22 Porque el hombre en quien había sido hecho este milagro de sanidad, era de más de cuarenta años.
23 ¶ Y sueltos, vinieron a los suyos, y contaron todo lo que los príncipes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho.
24 Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay;
25 que (en el Espíritu Santo) por boca de David (nuestro padre), tu siervo, dijiste: ¿Por qué han bramado los gentiles, y los pueblos han pensado cosas vanas?
26 Asistieron los reyes de la tierra, y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo.
27 Porque verdaderamente se juntaron (en esta ciudad) contra tu santo siervo Jesús, al cual ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y los pueblos de Israel,
28 para hacer lo que tu mano y tu consejo habían antes determinado que había de ser hecho.
29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y da a tus esclavos que con toda confianza hablen tu palabra;
30 que extiendas tu mano a que sanidades, y milagros, y prodigios sean hechos por el Nombre de tu santo esclavo Jesús.
31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaron la palabra de Dios con confianza.
32 ¶ Y de la multitud de los que habían creído era un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes.
33 Y los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran poder; y gran gracia era sobre todos ellos.
34 Que ningún necesitado había entre ellos; porque todos los que poseían heredades o casas, vendiéndolas, traían el precio de lo vendido,
35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y era repartido a cada uno de acuerdo a su necesidad.
36 Entonces José, que fue llamado de los apóstoles por sobrenombre, Bernabé, (que es interpretado, Hijo de consolación) levita, natural de Chipre,
37 como tenía una heredad, la vendió, y trajo el precio, y lo puso a los pies de los apóstoles.
Biblia del Jubileo 2000 (JUS) © 2000, 2001, 2010, 2014, 2017, 2020 by Ransom Press International