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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Deuteronomio 4

Moisés exhorta a la obediencia

Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da.

No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.

Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal-peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti.

Mas vosotros que seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.

Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que los pongáis en práctica en medio de la tierra en la cual vais a entrar para tomar posesión de ella.

Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque ésta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es ésta.

Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?

Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?

La experiencia de Israel en Horeb

Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.

10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme mientras vivan sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos;

11 y os acercasteis y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en llamas que subían hasta en medio de los cielos entre tinieblas y densa nube;

12 y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis.

13 Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.

14 A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñase los preceptos y normas que deberíais poner por obra en la tierra en que vais a entrar para tomar posesión de ella.

Advertencia contra la idolatría

15 Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego;

16 para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o de hembra,

17 figura de alguna de las bestias de la tierra, figura de alguna de las aves que vuelan por el aire,

18 figura de alguno de los reptiles que se arrastran sobre la tierra, o figura de alguno de los peces que hay en las aguas debajo de la tierra.

19 No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

20 Pero a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como lo sois ahora.

21 Y Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

22 Así que yo voy a morir en esta tierra, y no pasaré el Jordán; mas vosotros pasaréis, y poseeréis aquella buena tierra.

23 Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido.

24 Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.

25 Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompéis y hacéis escultura o imagen de cualquier cosa, y hacéis lo malo ante los ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo;

26 yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para tomar posesión de ella; no estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos.

27 Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová.

28 Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

29 Mas si desde allí buscas a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.

30 Cuando estés en angustia, y te alcancen todas estas cosas, si en los postreros días te vuelves a Jehová tu Dios, y oyes su voz;

31 porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.

Privilegio de la elección divina

32 Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se ha contado algo semejante.

33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer?

34 ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante vuestros mismos ojos?

35 A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.

36 Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.

37 Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder,

38 para echar de delante de tu presencia naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como hoy.

39 Aprende, pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.

40 Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.

Las ciudades de refugio al oriente del Jordán

41 Entonces apartó Moisés tres ciudades a este lado del Jordán al nacimiento del sol,

42 para que huyese allí el homicida que matase a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él nunca antes; y que huyendo a una de estas ciudades salvase su vida:

43 Béser en el desierto, en la altiplanicie, para los rubenitas; Ramot en Galaad para los gaditas, y Golán en Basán para los de Manasés.

Recapitulación

44 Esta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel.

45 Estos son los testimonios, los estatutos y los decretos que habló Moisés a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto;

46 a este lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón rey de los amorreos que habitaba en Hesbón, al cual derrotó Moisés con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto;

47 y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los amorreos que estaban de este lado del Jordán, al oriente.

48 Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte Siryón, que es el Hermón;

49 y todo el Arabá de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Arabá, al pie de las laderas del Pisgá.

Salmos 86-87

Oración pidiendo la continua misericordia de Dios

Oración de David.

86 Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame,
Porque estoy afligido y menesteroso.
Guarda mi alma, porque soy piadoso;
Salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.
Ten misericordia de mí, oh Jehová;
Porque a ti clamo todo el día.
Alegra el alma de tu siervo,
Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.
Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,
Y grande en amor para con todos los que te invocan.
Escucha, oh Jehová, mi oración,
Y está atento a la voz de mis ruegos.
En el día de mi angustia te invoco,
Porque tú me respondes.

Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses,
Ni obras que igualen tus obras.
Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor,
Y glorificarán tu nombre.
10 Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas;
Sólo tú eres Dios.
11 Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad;
Afianza mi corazón para que tema tu nombre.
12 Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón,
Y glorificaré tu nombre para siempre.
13 Porque tu misericordia es grande para conmigo,
Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.

14 Oh Dios, unos orgullosos se han levantado contra mí,
Y una conspiración de violentos ha buscado mi vida,
Y no te tuvieron presente.
15 Mas tú, Señor, eres un Dios misericordioso y clemente,
Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad.

16 Mírame, y ten compasión de mí;
Da tu fuerza a tu siervo,
Y salva al hijo de tu sierva.
17 Dame una señal de benevolencia,
Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados;
Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste.

Sión, madre de los pueblos

A los hijos de Coré. Salmo. Cántico.

87 Su cimiento está en el monte santo.
Ama Jehová las puertas de Sión
Más que todas las moradas de Jacob.
Cosas gloriosas se han dicho de ti,
Ciudad de Dios.
Selah
Yo mencionaré a Ráhab y a Babilonia entre los que me conocen.
He aquí Filistea y Tiro, con Etiopía;
Éste nació allí.
Y de Sión se dirá: Éste y aquél, todos han nacido en ella,
Y el Altísimo mismo la sostiene.
Jehová contará al inscribir a los pueblos:
Éste nació allí.
Selah
Y cantores y tañedores en ella dirán:
Todas mis fuentes están en ti.

Isaías 32

El Mesías justo

32 He aquí que reinará un rey con rectitud, y los magistrados gobernarán con justicia.

Y será aquel varón como un escondedero contra el viento, y como un refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.

No se cerrarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los que escuchan estarán atentos.

Y el corazón de los atolondrados comprenderá para saber, y la lengua de los tartamudos estará lista para hablar claramente.

El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido.

Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para proferir impiedades contra Jehová, dejando vacía el alma del hambriento, y quitando la bebida al sediento.

Las armas del tramposo son malvadas; trama intrigas inicuas para enredar a los sencillos con palabras mentirosas, y al necesitado cuando defiende una causa justa.

Pero el generoso pensará generosidades, y en sus generosidades continúa firme.

Advertencia a las mujeres de Jerusalén

Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi palabra.

10 De aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá.

11 Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio.

12 Golpeaos el pecho en señal de duelo por los campos deleitosos, por la vid fértil,

13 por la tierra de mi pueblo en la que crecerán espinos y zarzas, y aun por todas las casas en que hay alegría en la ciudad del jolgorio.

Despertamiento final y salvación

14 Porque los palacios quedarán desiertos, quedará desierta la ciudad; las torres y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen los asnos monteses, y los ganados tengan donde pacer;

15 hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.

16 Y habitará la justicia en el desierto, y en el campo fértil morará la rectitud.

17 Y el resultado de la justicia será la paz; y el producto de la rectitud, tranquilidad y seguridad para siempre.

18 Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en lugares de reposo.

19 Y aunque caiga granizo sobre las cañadas del bosque y la ciudad quede del todo destruida,

20 ¡cuán dichosos seréis vosotros, sembrando junto a todas las aguas, y dejando libres al buey y al asno!

Apocalipsis 2

Mensajes a las siete iglesias: El mensaje a Éfeso

Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:

Yo sé tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;

y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.

Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vengo en seguida a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te arrepientes.

Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venza, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

El mensaje a Esmirna

Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y volvió a la vida, dice esto:

Yo sé [tus obras, y tu tribulación, y][a] tu pobreza (pero eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.

10 No temas en nada lo que vas a padecer. Mira, el diablo va a echar a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación durante diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.

11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venza, no sufrirá ningún daño por parte de la muerte segunda.

El mensaje a Pérgamo

12 Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto:

13 Yo sé [tus obras, y][b] dónde habitas, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.

14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.

15 Y asimismo tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, [la que yo aborrezco][c].

16 Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vengo a ti en seguida, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.

17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venza, le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, e inscrito en la piedrecita un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino el que lo recibe.

El mensaje a Tiatira

18 Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llama de fuego, y sus pies son semejantes al bronce bruñido, dice esto:

19 Yo sé tus obras, y tu amor, fe, servicio y paciencia, y que tus obras recientes son más numerosas que las primeras.

20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.

21 Y le di tiempo para que se arrepintiese, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.

22 He aquí, la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.

23 Y mataré con peste a sus hijos, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la conciencia y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.

24 Pero os digo a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido las profundidades de Satanás (como ellos dicen): No os impongo otra carga;

25 no obstante, lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.

26 Y al que vence y al que guarda mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones,

27 y las quebrantará con vara de hierro, como son desmenuzados los vasos del alfarero, así como yo también he recibido autoridad de manos de mi Padre;

28 y le daré la estrella de la mañana.

29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.