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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Génesis 45

José se da a conocer a sus hermanos

45 No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos.

Entonces se dio a llorar a gritos; y hasta oyeron los egipcios, y lo oyó la casa de Faraón.

Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban aterrados delante de él.

Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.

Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.

Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega.

Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación.

Así pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.

Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas.

10 Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes.

11 Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes.

12 He aquí, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca os habla.

13 Haréis, pues, saber a mi padre toda mi gloria en Egipto, y todo lo que habéis visto; y daos prisa, y traed a mi padre acá.

14 Y se echó sobre el cuello de Benjamín su hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre su cuello.

15 Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él.

Invitación de Faraón

16 Y se oyó la noticia en la casa de Faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y esto agradó en los ojos de Faraón y de sus siervos.

17 Y dijo Faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias, e id, volved a la tierra de Canaán;

18 y tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto, y comeréis de la abundancia de la tierra.

19 Y tú manda: Haced esto: tomaos de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras mujeres, y traed a vuestro padre, y venid.

20 Y no os preocupéis por vuestros enseres, porque la riqueza de la tierra de Egipto será vuestra.

21 Y lo hicieron así los hijos de Israel; y les dio José carros conforme a la orden de Faraón, y les suministró víveres para el camino.

22 A cada uno de todos ellos dio mudas de vestidos, y a Benjamín dio trescientas piezas de plata, y cinco mudas de vestidos.

23 Y a su padre envió esto: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas de trigo, y pan y comida, para su padre en el camino.

24 Y despidió a sus hermanos, y ellos se fueron. Y él les dijo: No riñáis por el camino.

25 Y subieron de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán a Jacob su padre.

26 Y le dieron las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto. Y el corazón de Jacob se afligió, porque no los creía.

27 Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió.

28 Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera.

Marcos 15

Jesucristo ante Pilato

15 Tan pronto como amaneció, prepararon una reunión los principales sacerdotes con los ancianos y escribas y el sanedrín entero; y después de atar a Jesús, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato.

Y Pilato le interrogó: ¿Eres tú el rey de los judíos? Él le respondió, diciendo: Así es, como tú dices.

Y los principales sacerdotes le acusaban de muchas cosas.

De nuevo le interrogaba Pilato, diciendo: ¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te están acusando.

Pero Jesús ya no contestó nada más, hasta el punto que Pilato estaba asombrado.

Cada fiesta les soltaba un preso, el que le pedían.

Uno, llamado Barrabás, había sido encarcelado con los sediciosos, los cuales habían cometido un homicidio en la insurrección.

Subió la multitud, y comenzó a pedirle lo que solía hacerles.

Pilato les contestó, diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?

10 Pues se daba cuenta de que los principales sacerdotes lo habían entregado por envidia.

11 Pero los principales sacerdotes soliviantaron a la multitud para que les soltase en cambio a Barrabás.

12 Pilato, dirigiéndose de nuevo a ellos, les decía: ¿Qué haré, pues, con el que llamáis Rey de los judíos?

13 Ellos volvieron a gritar: ¡Crucifícale!

14 Pero Pilato les decía: Pues ¿qué mal ha hecho? Y ellos gritaban con más fuerza: ¡Crucifícale!

15 Entonces Pilato, resolviendo dar satisfacción a la multitud, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado.

16 Los soldados se lo llevaron adentro del palacio, es decir, al pretorio; y convocan a la cohorte entera.

17 Le visten de púrpura y, después de trenzar una corona de espinas, se la ciñen.

18 Y comenzaron a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos!

19 Le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se prosternaban ante él.

20 Y después de haberse burlado de él, le quitaron la púrpura y le pusieron sus propios vestidos. Y le conducen fuera para crucificarle.

21 Y obligan a uno que pasaba, un tal Simón de Cirene que venía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, para que le lleve la cruz.

Crucifixión y muerte de Jesucristo

22 Le llevan al lugar llamado Gólgota, que traducido significa: Lugar de la Calavera.

23 Y le daban vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó.

24 Le crucifican y se reparten sus vestiduras, echando suertes sobre ellas para ver lo que cada cual habría de llevarse.

25 Era la hora tercera cuando le crucificaron.

26 Y estaba puesta encima la inscripción de la causa de su condena: EL REY DE LOS JUDÍOS.

27 Y con él crucifican a dos salteadores; uno a su derecha y otro a su izquierda.

28 [Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado con los malhechores.][a]

29 Y los que pasaban por allí le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Ah! Tú que destruyes el templo y lo edificas en tres días,

30 sálvate a ti mismo bajando de la cruz.

31 De la misma manera, los principales sacerdotes, burlándose entre ellos con los escribas, decían: A otros salvó; a sí mismo no puede salvarse.

32 ¡El Cristo, el Rey de Israel! Que baje ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que habían sido crucificados con él, le insultaban.

33 Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena.

34 Y a la hora novena, gritó Jesús con fuerte voz: Eloí, Eloí, ¿lamá sabactani? Que, traducido, es: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado?

35 Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mira, está llamando a Elías.

36 Corrió entonces uno, empapó una esponja en vinagre, la sujetó a una caña y le dio de beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a descolgarle.

37 Tras emitir un gran grito, Jesús expiró.

38 Y el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo.

39 Cuando el centurión que estaba allí frente a él, vio que había expirado de esa manera, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.

40 Había también unas mujeres observando desde lejos, entre las cuales estaban María la Magdalena, María la madre de Jacobo el Menor y de José, y Salomé,

41 las cuales le seguían y le servían cuando estaba en Galilea, y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.

Jesús es sepultado

42 Y ya al atardecer, como era el día de la Preparación, es decir, la víspera del sábado,

43 vino José de Arimatea, miembro respetable del sanedrín, que también él estaba aguardando el reino de Dios, y, armándose de valor, entró adonde Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.

44 Pilato se extrañó de que ya hubiese muerto y, llamando al centurión, le preguntó si hacía tiempo que había muerto.

45 Y enterado por el centurión, le concedió el cadáver a José.

46 Él compró una pieza nueva de lino, lo descolgó, lo envolvió en el lienzo, lo colocó en un sepulcro que había sido excavado en la roca, e hizo rodar una piedra frente a la entrada del sepulcro.

47 Y María Magdalena, y María la de José, observaban dónde quedaba puesto.

Job 11

Zofar acusa de maldad a Job

11 Respondió Zofar naamatita, y dijo:

¿Tanta palabrería no ha de tener respuesta?
¿Y tendrá razón el charlatán?
¿Harán tus falacias callar a los hombres?
¿Harás escarnio y no habrá quien te avergüence?
Tú dices: Mi doctrina es pura,
Y yo soy limpio delante de tus ojos.
Mas ¡oh, quién diera que Dios hablara,
Y abriera sus labios para responderte,
Y te declarara los secretos de la sabiduría,
Que son de doble valor que tus argucias!
Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece.

¿Descubrirás tú las profundidades de Dios?
¿Alcanzarás el límite de la perfección del Todopoderoso?
Es más alta que los cielos; ¿qué harás?
Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás?
Su dimensión es más extensa que la tierra,
Y más ancha que el mar.
10 Si él pasa, y aprisiona, y llama a juicio,
¿Quién podrá contrarrestarle?
11 Porque él conoce a los hombres vanos;
Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso?
12 El hombre vano se hará entendido,
Cuando un asno montés se convierta en hombre.

13 Si tú diriges tu corazón a Dios,
Y extiendes a él tus manos;
14 Si alguna iniquidad hay en tu mano, y la echas de ti,
Y no consientes que more en tu casa la injusticia,
15 Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha,
Y serás fuerte, y nada temerás;
16 Y olvidarás tu miseria,
O te acordarás de ella como de aguas que pasaron.
17 La vida te será más luminosa que el mediodía;
Aunque oscurezca, será como el amanecer.
18 Tendrás confianza, porque hay esperanza;
Mirarás alrededor de tu tienda, y dormirás seguro.
19 Te acostarás, y no habrá quien te espante;
Y muchos buscarán tu favor.
20 Pero los ojos de los malos se consumirán,
Y no tendrán refugio;
Y su esperanza será dar su último suspiro.

Romanos 15

15 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.

Cada uno de nosotros agrade a su prójimo para lo que es bueno con miras a su edificación.

Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.

Porque las cosas que se escribieron en el pasado, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por medio de la paciencia y de la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

Y el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,

para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

El evangelio a los gentiles

Por tanto, acogeos los unos a los otros, como también Cristo nos acogió, para gloria de Dios.

Pues os digo, que Cristo Jesús se puso al servicio de los de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres,

y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito:

Por tanto, te confesaré entre los gentiles,
Y cantaré a tu nombre.

10 Y otra vez dice:

Alegraos, gentiles, con su pueblo.

11 Y otra vez:

Alabad al Señor todos los gentiles,
Y ensalzadlo todos los pueblos.

12 Y otra vez dice Isaías:

Vendrá la raíz de Isay,
Y el que se levantará a regir a los gentiles;
Los gentiles esperarán en él.

13 Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.

14 Pero estoy convencido de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, y capacitados también para amonestaros los unos a los otros.

15 Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para reavivar vuestros recuerdos, por la gracia que de Dios me es dada

16 para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, administrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo.

17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere.

18 Porque no me atreveré a hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,

19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.

20 Y de esta manera me esforcé por predicar el evangelio, no donde el nombre de Cristo ya hubiese sido pronunciado, para no edificar sobre fundamento ajeno,

21 sino, como está escrito:

Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán;
Y los que nunca han oído de él, entenderán.

Deseo de Pablo de visitar Roma

22 Y por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros.

23 Pero ahora, no teniendo ya más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros,

24 cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya disfrutado de vuestra compañía por un poco.

25 Mas ahora voy a Jerusalén para el servicio de los santos.

26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén.

27 Pues les pareció bien, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos servirles con sus bienes temporales.

28 Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España.

29 Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.

30 Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que ayudéis con vuestras oraciones a Dios por mí,

31 para que sea librado de los desobedientes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta;

32 para que llegue a vosotros con gozo por la voluntad de Dios, y que encuentre algún descanso juntamente con vosotros.

33 Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.