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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Éxodo 21

Leyes relativas a los esclavos

21 Estas son las leyes que les propondrás.

Si compras siervo hebreo, seis años servirá; mas al séptimo saldrá libre, de balde.

Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, saldrá él y su mujer con él.

Si su amo le hubiese dado mujer, y ella le diese hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo.

Y si el siervo dijese: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre;

entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lezna, y será su siervo para siempre.

Y cuando alguno venda su hija por sierva, no saldrá ella como suelen salir los siervos.

Si no agrada a su señor, por lo cual no la tomó por esposa, se le permitirá que se rescate, y no la podrá vender a pueblo extraño cuando la deseche.

Mas si la ha desposado con su hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas.

10 Si toma para él otra mujer, no disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el deber conyugal.

11 Y si ninguna de estas tres cosas hiciere, ella saldrá de gracia, sin dinero.

Leyes sobre actos de violencia

12 El que hiera a alguno, haciéndole así morir, él morirá.

13 Mas el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir.

14 Pero si alguno se ensoberbece contra su prójimo y lo mata con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera.

15 El que hiera a su padre o a su madre, morirá.

16 Asimismo el que robe una persona y la venda, o si fuere hallada en sus manos, morirá.

17 Igualmente el que maldiga a su padre o a su madre, morirá.

18 Además, si algunos riñen, y uno hiere a su prójimo con piedra o con puño, y éste no muere, sino que, después de guardar cama,

19 puede levantarse y andar por la calle, apoyado sobre su bastón, será absuelto el que lo hirió; pero pagará por el tiempo que estuvo sin trabajo, y los gastos de su curación.

20 Y si alguno hiere a su siervo o a su sierva con palo, y muere bajo su mano, será castigado;

21 mas si sobrevive por un día o dos, no será castigado, porque es de su propiedad.

22 Si algunos riñen, y hieren a mujer embarazada, y ésta aborta, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les imponga el marido de la mujer y juzguen los jueces.

23 Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida,

24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,

25 quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.

26 Si alguno hiere el ojo de su siervo, o el ojo de su sierva, y lo daña, le dará libertad por razón de su ojo.

27 Y si hace saltar un diente de su siervo, o un diente de su sierva, por su diente le dejará ir libre.

28 Si un buey acornea a hombre o a mujer, y a causa de ello muere, el buey será apedreado, y no será comida su carne; mas el dueño del buey será absuelto.

29 Pero si el buey fuese acorneador desde tiempo atrás, y a su dueño se le hubiese notificado, y no lo hubiese guardado, y mata a hombre o mujer, el buey será apedreado, y también morirá su dueño.

30 Si le es impuesto precio de rescate, entonces dará por el rescate de su persona cuanto le sea impuesto.

31 Haya acorneado a hijo, o haya acorneado a hija, conforme a este juicio se hará con él.

32 Si el buey acornea a un siervo o a una sierva, pagará su dueño treinta siclos de plata, y el buey será apedreado.

33 Y si alguno abre un pozo, o cava cisterna, y no la cubre, y cae allí buey o asno,

34 el dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo a su dueño, y lo que fue muerto será suyo.

35 Y si el buey de alguno hiere al buey de su prójimo causándole la muerte, entonces venderán el buey vivo y partirán el dinero de él, y también partirán el buey muerto.

36 Mas si era notorio que el buey era acorneador desde tiempo atrás, y su dueño no lo ha guardado, pagará buey por buey, y el buey muerto será suyo.

Lucas 24

La resurrección del Señor

24 El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado; y algunas otras mujeres con ellas.

Y hallaron que había sido retirada la piedra del sepulcro;

y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí que se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;

y al llenarse ellas de miedo, y bajar el rostro a tierra, les dijeron ellos: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

No está aquí, sino que ha resucitado. Recordad cómo os habló cuando aún estaba en Galilea,

diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.

Entonces ellas se acordaron de sus palabras,

y volviendo del sepulcro, refirieron todas estas cosas a los once, y a todos los demás.

10 Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.

11 Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían.

12 Pero Pedro se levantó, y corrió al sepulcro; y asomándose adentro, vio las vendas de amortajar puestas allí solas, y se fue a casa asombrado de lo que había sucedido.

En el camino de Emaús

13 Y he aquí que dos de ellos iban caminando el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén.

14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.

15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y se puso a caminar con ellos.

16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen.

17 Y les dijo: ¿Qué discusiones son éstas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?

18 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no te has enterado de las cosas que en ella han acontecido en estos días?

19 Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue un profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;

20 y cómo le entregaron los principales sacerdotes, así como nuestros gobernantes, a sentencia de muerte, y le crucificaron.

21 Pero nosotros esperábamos que él era el que iba a redimir a Israel; ciertamente, y además de todo esto, hoy es ya el tercer día desde que esto ha acontecido.

22 Y también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que de madrugada fueron al sepulcro;

23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, los cuales dicen que él vive.

24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.

25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer en todo lo que los profetas han dicho!

26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?

27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, se puso a explicarles en todas las Escrituras lo referente a él.

28 Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos.

29 Mas ellos le constriñeron, diciendo: Quédate con nosotros, porque atardece, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos.

30 Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y bendijo; y partiéndolo, les dio.

31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él desapareció de su vista.

32 Y se dijeron el uno al otro: ¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros, mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras?

33 Y levantándose en aquella misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos,

34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y se ha aparecido a Simón.

35 Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.

El Señor se aparece a los discípulos

36 Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros.

37 Entonces, espantados y atemorizados, creían ver un espíritu.

38 Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y se suscitan en vuestro corazón estos pensamientos?

39 Mirad mis manos y mis pies, que soy yo mismo; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

40 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.

41 Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban asombrados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer?

42 Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel.

43 Y él lo tomó, y comió a la vista de ellos.

44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

45 Entonces les abrió la mente, para que comprendiesen las Escrituras;

46 y les dijo: Así está escrito, y así era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.

48 Y vosotros sois testigos de estas cosas.

49 He aquí que yo voy a enviar sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros quedaos en la ciudad, hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.

La ascensión

50 Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo.

51 Y aconteció que mientras los bendecía, se fue alejando de ellos, e iba siendo llevado arriba al cielo.

52 Ellos, después de haberle adorado, se volvieron a Jerusalén con gran gozo;

53 y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.

Job 39

39 ¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses?

¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo?
¿Contaste tú los meses de su preñez,
Y sabes el tiempo cuando han de parir?
Se encorvan, hacen salir sus hijos,
Pasan sus dolores.
Sus hijos se fortalecen, crecen con el pasto;
Salen, y no vuelven a ellas.

¿Quién echó libre al asno montés,
Y quién soltó sus ataduras?
Al cual yo puse casa en la soledad,
Y sus moradas en lugares salitrosos.
Se burla del bullicio de la ciudad;
No escucha las voces del arriero.
Lo oculto de los montes es su pasto,
Y anda buscando toda hierba verde.

¿Querrá el búfalo servirte a ti,
O pasar la noche en tu pesebre?
10 ¿Atarás tú al búfalo con coyunda para el surco?
¿Labrará los valles en pos de ti?
11 ¿Confiarás tú en él, por ser grande su fuerza,
Y le fiarás tu labor?
12 ¿Fiarás de él para que recoja tu cosecha,
Y la junte en tu era?

13 El avestruz aletea alegremente, pero ¿son sus alas y su plumón como los de la cigüeña?
14 Porque él desampara en la tierra sus huevos,
Para que la arena los caliente,
15 Y olvida que el pie los puede pisar,
Y que puede quebrarlos la bestia del campo.
16 Es cruel para con sus hijos, como si no fuesen suyos,
No temiendo que su trabajo haya sido en vano;
17 Porque le privó Dios de sabiduría,
Y no le dio inteligencia.
18 Pero cuando se yergue y se lanza al trote,
Se burla del caballo y de su jinete.

19 ¿Diste tú al caballo la fuerza?
¿Vestiste tú su cuello de crines ondulantes?
20 ¿Le haces saltar como langosta?
El resoplido de su nariz es formidable.
21 Escarba en el valle, se alegra en su fuerza,
Sale al encuentro de las armas;
22 Hace burla del espanto, y no teme,
Ni vuelve el rostro delante de la espada.
23 Contra él suenan las espuelas,
El hierro de la lanza y de la jabalina;
24 Y él con ímpetu y furor escarba la tierra,
Sin importarle el sonido de la trompeta;
25 Dice al sonido de los clarines: ¡Ea!
Y desde lejos olfatea el combate,
El grito de los capitanes, y el vocerío.
26 ¿Vuela el gavilán por haberle enseñado tú,
Y extiende hacia el sur sus alas?
27 ¿Se remonta el águila por tu mandato,
Y pone en alto su nido?
28 Ella habita y se refugia en una roca,
Hace en un picacho su guarida inaccesible.
29 Desde allí acecha la presa;
Sus ojos observan de muy lejos.
30 Sus polluelos chupan la sangre;
Y donde haya cadáveres, allí está ella.

2 Corintios 9

Porque acerca de este servicio a los santos, es superfluo que yo os escriba;

pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría.

Pero he enviado a los hermanos, para que nuestra jactancia acerca de vosotros no se desvanezca en este particular; para que como decía, estéis preparados;

no sea que si vienen conmigo algunos macedonios, y os hallan desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra firme confianza.

Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como ofrenda generosa, y no como tacañería.

Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente, y el que siembra generosamente, también segará generosamente.

Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

como está escrito:

Esparció, dio a los pobres;
Su justicia permanece para siempre.

10 Y el que suministra semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,

11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

12 Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que falta a los santos, sino que también sobreabunda a través de muchas acciones de gracias a Dios;

13 pues por la prueba dada con esta ministración, glorifican a Dios por la sumisión que profesáis al evangelio de Cristo, y por la sinceridad de vuestra comunión con ellos y con todos;

14 asimismo con la oración de ellos por vosotros, mostrando su anhelo por vosotros a causa de la sobreabundante gracia de Dios en vosotros.

15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.