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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Génesis 14

Abram liberta a Lot

14 Y aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Quedorlaomer rey de Elam, y Tidal rey de Goim,

que éstos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma, contra Birsa rey de Gomorra, contra Sinab rey de Adma, contra Semeber rey de Zeboim, y contra el rey de Bela, la cual es Zoar.

Todos éstos se juntaron en el valle de Sidim, que es el Mar Salado.

Doce años habían servido a Quedorlaomer, y en el decimotercero se rebelaron.

Y en el año decimocuarto vino Quedorlaomer, y los reyes que estaban de su parte, y derrotaron a los refaítas en Astarot Karnaim, a los zuzitas en Ham, a los emitas en Save-quiriataim,

y a los horeos en el monte de Seír, hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto.

Y volvieron y vinieron a Enmispat, que es Cadés, y devastaron todo el país de los amalecitas, y también al amorreo que habitaba en Hazezon-tamar.

Y salieron el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim y el rey de Bela, que es Zoar, y ordenaron contra ellos batalla en el valle de Sidim;

esto es, contra Quedorlaomer rey de Elam, Tidal rey de Goim, Amrafel rey de Sinar, y Arioc rey de Elasar; cuatro reyes contra cinco.

10 Y el valle de Sidim estaba lleno de pozos de asfalto; y cuando huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, algunos cayeron allí; y los demás huyeron al monte.

11 Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones, y se fueron.

12 Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron.

13 Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamré el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram.

14 Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan.

15 Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco.

16 Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente.

Bendición de Melquisedec a Abram

17 Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey.

18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;

19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra;

20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.

21 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes.

22 Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra,

23 que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram;

24 excepto solamente lo que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamré, los cuales tomarán su parte.

Mateo 13

Parábola del sembrador

13 Aquel mismo día, salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.

Y acudió a él mucha gente, tanta que subió a sentarse en una barca, y toda la gente estaba de pie en la playa.

Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: He aquí que salió el sembrador a sembrar.

Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y se la comieron.

Otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

Y otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

Pero una parte cayó en tierra buena y dio fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta.

El que tiene oídos para oír, oiga.

Propósito de las parábolas

10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas?

11 Él respondió y les dijo: Porque a vosotros os ha sido dado conocer los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les ha sido dado.

12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

14 Y se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
Ciertamente oiréis, y no entenderéis;
Miraréis, y no veréis en absoluto.
15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos han oído pesadamente,
Y han cerrado sus ojos,
Para no ver nada con sus ojos,
Y no oír con sus oídos,
Y no entender con el corazón,
Y convertirse,
Y que yo los sane.

16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

Jesús explica la parábola del sembrador

18 Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador:

19 Cuando alguno oye el mensaje del reino y no lo entiende, viene el Maligno, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Éste es el que fue sembrado junto al camino.

20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;

21 pero no tiene raíz en sí mismo, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

Parábola del trigo y la cizaña

24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;

25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.

26 Y cuando brotó la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.

27 Vinieron los criados del amo y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?

28 Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?

29 Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.

30 Dejad crecer juntas las dos cosas hasta la siega; y al tiempo de la siega, les diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero el trigo recogedlo en mi granero.

Parábola de la semilla de mostaza

31 Les propuso otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y lo sembró en su campo;

32 el cual a la verdad es menor que todas las semillas; pero cuando ha crecido, es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

Parábola de la levadura

33 Les dijo otra parábola: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y la escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó fermentado.

El uso que Jesucristo hace de las parábolas

34 Todo esto habló Jesús en parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba nada,

35 de modo que se cumpliese lo dicho por medio del profeta, cuando dijo:

Abriré en parábolas mi boca;
Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.

Jesucristo explica la parábola de la cizaña

36 Entonces, Jesús dejó marchar a la gente y se fue a casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.

37 Él respondió y les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.

38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del Maligno.

39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo; y los segadores son los ángeles.

40 Así, pues, como se recoge la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin del mundo.

41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino todo lo que sirve de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,

42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.

43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.

El tesoro escondido

44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, que, encontrándolo un hombre, lo esconde; y gozoso por ello, va, vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

La perla de gran precio

45 También es semejante el reino de los cielos a un mercader que busca perlas finas,

46 y habiendo hallado una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

La red

47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red que se echa al mar y recoge peces de toda clase;

48 y una vez llena, la sacan a la orilla, se sientan, recogen los buenos en cestas y tiran los malos.

49 Así será en el fin del mundo: saldrán los ángeles, y separarán a los malos de entre los justos,

50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.

51 ¿Habéis entendido estas cosas?, les dijo Jesús. Ellos respondieron: Sí, Señor.

52 Él les dijo: Por eso, todo escriba que ha sido hecho discípulo del reino de los cielos es semejante a un amo de casa, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Jesucristo en Nazaret

53 Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí.

54 Y llegando a su pueblo, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se quedaban asombrados, y decían: ¿De dónde tiene esa sabiduría y esos prodigios?

55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas?

56 Y sus hermanas ¿no viven todas entre nosotros? ¿De dónde, pues, le viene todo esto?

57 Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.

58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

Nehemías 3

Reparto del trabajo de reedificación

Entonces se levantó el sumo sacerdote Elyasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hameá, y edificaron hasta la torre de Hananeel.

Junto a ella edificaron los varones de Jericó, y luego edificó Zacur, hijo de Imrí.

Los hijos de Hasnaá edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos.

A su lado restauró Meremot, hijo de Urías, hijo de Hacós, y al lado de ellos restauró Mesulam, hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc, hijo de Baaná.

E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron a doblar el cuello al servicio de sus señores.

La puerta Vieja fue restaurada por Joyadá hijo de Paséah y Mesulam hijo de Besodías, quienes la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y cerrojos.

Junto a ellos restauró Melatías gabaonita y Jadón meronotita, y los varones de Gabaón y de Mizpá, que estaban bajo el dominio del gobernador del otro lado del río.

Junto a ellos restauró Uziel hijo de Harhayá, de los plateros; junto al cual restauró también Hananías, hijo de un perfumero. Así dejaron reparada a Jerusalén hasta el muro ancho.

Junto a ellos restauró también Refaías hijo de Hur, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén.

10 Asimismo restauró junto a ellos, y frente a su casa, Jedaías hijo de Harumaf; y junto a él restauró Hatús, hijo de Hasabnías.

11 Malquiyá, hijo de Harim, y Hasub, hijo de Pahat-moab, restauraron otro tramo, y la torre de los Hornos.

12 Junto a ellos restauró Salum hijo de Halohés, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén, él con sus hijas.

13 La puerta del Valle la restauró Hanún con los moradores de Zanoa; ellos la reedificaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos, y mil codos del muro, hasta la puerta del Muladar.

14 Reedificó la puerta del Muladar Malquiyá, hijo de Recab, gobernador de la provincia de Bethaquérem; él la reedificó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos.

15 Salum, hijo de Colhozé, gobernador de la región de Mizpá, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé hacia el huerto del rey, y hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.

16 Después de él restauró Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de la mitad de la región de Betsur, hasta delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa de los Valientes.

17 Tras él restauraron los levitas; Rehum, hijo de Baní, y junto a él restauró Hasabías, gobernador de la mitad de la región de Keilá, por su región.

18 Después de él restauraron sus hermanos, Bavay hijo de Henadad, gobernador de la mitad de la región de Keilá.

19 Junto a él restauró Ézer hijo de Jesúa, gobernador de Mizpá, otro tramo frente a la subida de la armería de la esquina.

20 Después de él Baruc, hijo de Zabay, con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Elyasib sumo sacerdote.

21 Tras él restauró Meremot, hijo de Urías hijo de Hacós, otro tramo, desde la entrada de la casa de Elyasib hasta el extremo de la casa de Elyasib.

22 Después de él restauraron los sacerdotes, habitantes de la vega.

23 Después de ellos restauraron Benjamín y Hasub, frente a su casa; y después de éstos restauró Azarías hijo de Maasías, hijo de Ananías, cerca de su casa.

24 Después de él restauró Binuy, hijo de Henadad, otro tramo, desde la casa de Azarías hasta el ángulo entrante del muro, y hasta la esquina.

25 Palal, hijo de Uzay, enfrente de la esquina y la torre alta que sale de la casa del rey, que está en el patio de la cárcel. Después de él, Pedaías hijo de Parós.

26 Y los sirvientes del templo que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía.

27 Después de ellos restauraron los tecoítas otro tramo, enfrente de la gran torre que sobresale, hasta el muro de Ofel.

28 Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfrente de su casa.

29 Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de Secanías, guarda de la puerta Oriental.

30 Tras él, Hananías, hijo de Selemías, y Hanún, hijo sexto de Salaf, restauraron otro tramo. Después de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, enfrente de su cámara.

31 Después de él restauró Malquiyá, hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina.

32 Y entre la sala de la esquina y la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes.

Hechos 13

Bernabé y Saulo comienzan su primer viaje misionero

13 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.

Mientras estaban éstos celebrando el culto del Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.

Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.

Los apóstoles predican en Chipre

Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.

Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante.

Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús,

que estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón inteligente. Éste, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios.

Pero se les oponía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul.

Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos,

10 dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?

11 Ahora, pues, he aquí que la mano del Señor está contra ti, y quedarás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y daba vueltas, buscando quien le condujese de la mano.

12 Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, impresionado por la doctrina del Señor.

Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia

13 Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan, separándose de ellos, se volvió Jerusalén.

14 Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y el sábado entraron en la sinagoga y se sentaron.

15 Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.

16 Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dijo: Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd:

17 El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y enalteció al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella.

18 Y por un tiempo como de cuarenta años los soportó en el desierto;

19 y habiendo destruido siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su territorio.

20 Después, al cabo de unos cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel.

21 Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años.

22 Después de destituir a éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isay, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.

23 De la descendencia de éste, y conforme a la promesa, Dios suscitó a Jesús por Salvador para Israel.

24 Antes de su venida, predicó Juan un bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.

25 Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién suponéis que soy? No soy yo él; mas he aquí que viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de sus pies.

26 Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.

27 Porque los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes, no conociendo a Jesús, ni las palabras de los profetas que se leen todos los sábados, las cumplieron al condenarle.

28 Y sin hallar en él ninguna causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se le matase.

29 Y habiendo cumplido todas las cosas que estaban escritas acerca de él, bajándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro.

30 Mas Dios le levantó de los muertos.

31 Y él se apareció durante muchos días a los que habían subido juntamente con él de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo.

32 Y nosotros también os anunciamos la Buena Nueva de que la promesa hecha a nuestros padres,

33 Dios la ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.

34 Y en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, lo dijo así: Os daré las misericordiosas y fieles promesas hechas a David.

35 Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción.

36 Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.

37 Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción.

38 Tened, pues, entendido, varones hermanos, que por medio de él se os anuncia perdón de pecados,

39 y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.

40 Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas:

41 Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced;
Porque yo hago una obra en vuestros días,
Obra que no creeréis, aunque alguien os la cuente.

42 Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente sábado les hablasen de estas cosas.

43 Y disuelta la reunión, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios.

44 Al sábado siguiente, se reunió casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios.

45 Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y se oponían a lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando.

46 Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: Era necesario que la palabra de Dios os fuera anunciada primero a vosotros; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, mirad, nos volvemos a los gentiles.

47 Porque así nos lo ha mandado el Señor, diciendo:

Te he puesto para luz de los gentiles,
A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.

48 Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos cuantos estaban destinados a vida eterna.

49 Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella región.

50 Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus confines.

51 Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio.

52 Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.