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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Crónicas 10

La insensatez de Roboán

(1 R 12:1-24)

10 Roboán fue a Siquén porque todos los israelitas fueron allá para proclamarlo rey. Cuando Jeroboán hijo de Nabat se enteró de esto, volvió de Egipto a donde había huido para escapar del rey Salomón. Lo mandaron llamar y él y todo el pueblo de Israel se presentaron ante Roboán y le dijeron:

—Tu papá nos impuso un yugo demasiado pesado de llevar. Ahora, danos un yugo más liviano que el que tu papá nos dio y nosotros te serviremos.

Roboán contestó:

—Vuelvan en tres días y les daré una respuesta.

Entonces la gente se fue. Había algunos ancianos que aconsejaban a Salomón cuando aun vivía. El rey Roboán les preguntó lo que debía hacer:

—¿Cómo debo contestarle a este pueblo?

Ellos le respondieron:

—Si te pones al servicio del pueblo y les hablas en forma amable, ellos seguirán sirviéndote para siempre. Pero Roboán no les hizo caso. Les pidió consejo a sus amigos jóvenes que habían sido criados con él. Roboán dijo:

—El pueblo dijo: “Danos trabajo más liviano de lo que nos dio tu papá”. ¿Cómo piensan ustedes que debería contestarles? ¿Qué les digo?

10 Los jóvenes que habían sido criados con él le dijeron:

—Así debes contestarle al pueblo. Tu papá los obligó a hacer trabajos pesados ¿y tú les va a dar trabajo más liviano? Les tienes que decir: “Mi dedo meñique es más pesado que el lomo de mi papá”. 11 Y ahora ¿mi papá les dio un yugo demasiado pesado de llevar? ¡Pues yo les daré aun más! Si él los castigaba con azotes, yo los castigaré con látigos que llevan metal en la punta.[a]

12 Puesto que Roboán le había dicho al pueblo: «Vuelvan en tres días», así volvieron a los tres días todos los israelitas y Jeroboán con ellos. 13 Entonces, el rey Roboán les habló duro y no hizo caso al consejo sugerido por los ancianos. 14 Hizo lo que sus amigos le aconsejaron. Entonces Roboán le dijo al pueblo:

—Mi papá los obligó a trabajar mucho, pero yo les daré aun más. Mi papá los castigó con azotes, pero yo los castigaré con látigos que llevan pedazos de metal en la punta.

15 Así que el rey no hizo lo que el pueblo quería porque el SEÑOR lo dispuso así para cumplir la promesa que le hizo a Jeroboán hijo de Nabat por medio del profeta Ahías de Siló.

16 Todos los israelitas vieron que el nuevo rey no los quería escuchar. Por eso le dijeron al rey:

—¿Acaso somos parte de la familia de David? ¿Nos dieron tierras de Isaí? Así que Israel, váyanse cada cual a su casa, ¡que el hijo de David gobierne a su propia gente!

Entonces todos los israelitas se fueron a sus casas. 17 Pero Roboán gobernaba sobre los que vivían en las ciudades de Judá.

18 El rey mandó a Adonirán, uno de los que dirigían a los trabajadores, pero los israelitas lo apedrearon y murió. Roboán subió rápidamente a su carruaje y escapó a Jerusalén. 19 Así que Israel se rebeló contra la dinastía de David hasta el día de hoy.

Apocalipsis 1

La revelación de Dios a Jesucristo

Esta es la revelación[a] que le dio Dios a Jesucristo para mostrarles a sus seguidores lo que pronto tiene que suceder. Jesucristo envió a su ángel para darla a conocer a su siervo Juan. Él contó todo lo que vio, es decir, el mensaje de Dios y el testimonio de Jesucristo. Afortunado el que lee esta profecía y también los que escuchan y hacen caso de este mensaje, porque está cerca el tiempo en que esto sucederá.

Mensajes de Jesús

Cordial saludo de Juan

Para las siete iglesias que están en Asia:

Que todos ustedes gocen del generoso amor y la paz de parte del que es y era y viene; de parte de los siete espíritus que están ante su trono y de parte de Jesucristo, quien es el testigo fiel, el primero en resucitar y el que gobierna sobre los reyes del mundo. Cristo nos ama y con su sangre nos liberó de nuestros pecados, ha hecho de nosotros un reino y nos hizo sacerdotes que sirven a Dios su Padre. ¡A él sean el poder y la gloria por siempre! Así sea.

Miren, Cristo va a venir en las nubes.
    Todos lo verán con sus propios ojos,
    incluso los que lo atravesaron[b];
y todas las naciones de la tierra llorarán por él.
    Así sea.

El Señor Dios dice: «Yo soy el Alfa y la Omega,[c] el que es y era y viene. Soy el Todopoderoso».

Juan tiene una visión de Cristo

Yo soy Juan, hermano de ustedes en Cristo; estamos unidos en Jesús y compartimos su sufrimiento, su reino y su fortaleza. Me encontraba en la isla de Patmos[d] por ser fiel al mensaje de Dios y dar testimonio sobre Jesús. 10 En el día del Señor, el Espíritu me tomó bajo su control y oí detrás de mí una voz tan fuerte como una trompeta, 11 que decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíaselo a las siete iglesias: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea».

12 Entonces me volví para ver quién me hablaba y vi siete candelabros de oro. 13 En medio de ellos, estaba uno semejante al Hijo del hombre, vestido con una túnica larga, y con una banda dorada atada a su pecho. 14 Su cabello era blanco como la lana o la nieve, y sus ojos brillaban como llamas de fuego. 15 Sus pies eran como bronce brillante recién salido del horno y su voz era como el sonido de una catarata. 16 En su mano derecha tenía siete estrellas y de su boca salía una espada de doble filo. Su cara se veía como el sol cuando brilla con fuerza.

17 Al verlo, caí a sus pies como muerto. Luego, él puso su mano derecha sobre mí y dijo: «No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último. 18 Soy el que vive; estuve muerto, pero mira: ahora vivo para siempre. Tengo poder sobre la muerte y también tengo las llaves del lugar de los muertos.[e] 19 Escribe lo que has visto, lo que está sucediendo y lo que va a suceder después de esto. 20 Aquí está el significado secreto de las siete estrellas que viste en mi mano derecha y de los siete candelabros dorados: los siete candelabros son las siete iglesias y las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias.

Sofonías 2

Tú, nación que no sientes vergüenza,
    que se junte todo el pueblo
y vuelva a Dios antes de que seas destruida
    y arrastrada como hoja al atardecer.
Regresa antes de que la furia del SEÑOR te destruya,
    antes de que el día de la furia del SEÑOR llegue a ti.
Ustedes, la gente humilde que obedece a Dios,
    busquen al SEÑOR y pídanle ayuda.
Busquen la justicia y la humildad.
    Así tal vez podrán salvarse
    el día en que el SEÑOR muestre su furia.

Castigo para los vecinos de Israel

Gaza será abandonada
    y Ascalón será destruida.
Los habitantes de Asdod serán expulsados al medio día
    y Ecrón[a] será desterrada[b].
Naciones que viven cerca del mar, pueblo de Creta,
    este mensaje del SEÑOR tiene que ver con ustedes:

«Canaán, tierra de los filisteos,
    haré que todos sus habitantes desaparezcan
    y ustedes quedarán desocupadas.
Las ciudades cercanas al mar
    se convertirán en campos abandonados
    con unos pocos pastores y rebaños.
Después esa tierra les pertenecerá
    a los sobrevivientes de Judá.
La gente de Judá llevará sus rebaños a esos campos;
    y en la tarde descansarán en las casas de Ascalón.
El SEÑOR su Dios los ayudará
    y les devolverá lo que se les había arrebatado.

»Yo oí a los de Moab y Amón insultar a mi pueblo.
    Oí sus burlas e insultos.
Escuché cómo se alegraban
    de haberle arrebatado su territorio a Judá.
Por eso, tan cierto como que soy
    el SEÑOR Todopoderoso, Dios de Israel,
juro que Moab será destruida por completo como Sodoma,
    y que los amonitas serán destruidos como Gomorra.
Su tierra será como un campo lleno de maleza,
    cubierto con sal para convertirlo en ruinas.
Los sobrevivientes de mi pueblo
    se quedarán con su tierra».

10 Esa gente fue arrogante;
    insultaron y maltrataron al pueblo del SEÑOR Todopoderoso.
    Pero serán castigados por todo eso.
11 El SEÑOR Todopoderoso los aterrorizará
    porque destruirá a sus dioses.
Entonces cada uno de los habitantes de la costa
    se inclinará dondequiera que esté para adorarle.

12 «Incluso ustedes, etíopes,
    serán atravesados con mi espada».
13 El Señor extenderá su mano hacia el norte
    y destruirá a Asiria.
Él destruirá a Nínive[c]
    y la convertirá en un desierto.
14 Entonces los animales salvajes
    entrarán a esa ciudad.
Las lechuzas y los cuervos pasarán la noche
    entre sus ruinas;
sus graznidos se escucharán
    por las ventanas.
De la ciudad sólo quedarán escombros
    y madera desnuda.
15 Eso será todo lo que quedará
    de esa alegre ciudad,
la ciudad que se sentía tan segura,
    que se creía la más importante.
Nínive se convertirá en un lugar desolado.
    Será el lugar de descanso de animales salvajes.
Todo el que pase por allí se sorprenderá al verla,
    hará gestos y silbidos.

Lucas 24

La noticia de la resurrección

(Mt 28:1-10; Mr 16:1-8; Jn 20:1-10)

24 Muy temprano el domingo en la mañana, las mujeres fueron al sepulcro. Llevaban las especias aromáticas que habían preparado. Encontraron que había sido quitada la piedra que tapaba la entrada del sepulcro. Entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Las mujeres no entendían lo que estaba pasando, cuando de repente dos hombres vestidos con ropa muy brillante se aparecieron de pie, junto a ellas. Las mujeres tenían mucho miedo y se postraron rostro en tierra. Los hombres les dijeron:

—¿Por qué están buscando entre los muertos al que está vivo? Jesús no está aquí. Ha resucitado. ¿No recuerdan lo que les dijo en Galilea? Les dijo que el Hijo del hombre debía ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y resucitar al tercer día.

Entonces las mujeres recordaron las palabras de Jesús. Se fueron del sepulcro y les contaron todo a los once apóstoles y a los otros seguidores. 10 Estas mujeres eran María Magdalena, Juana, María la mamá de Santiago, y otras más. Cuando les contaron a los apóstoles lo que había pasado, 11 no les creyeron porque les pareció que era un disparate. 12 Sin embargo, Pedro se levantó y corrió hacia el sepulcro. Se agachó para ver adentro, pero sólo vio la tela con la que habían envuelto el cuerpo. Luego se fue preguntándose qué había pasado.[a]

En el camino hacia Emaús

(Mr 16:12-13)

13 Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban hacia un pueblo llamado Emaús que queda a unos once kilómetros[b] de Jerusalén. 14 Iban hablando de todo lo que había pasado. 15 Mientras discutían, Jesús mismo se acercó y empezó a caminar con ellos, 16 pero no les fue permitido reconocer a Jesús. 17 Entonces Jesús les dijo:

—¿De qué tanto hablan por el camino?

Los hombres se detuvieron muy tristes. 18 El que se llamaba Cleofás respondió:

—¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha pasado en ella en estos días?

19 Jesús les dijo:

—¿Qué quieren decir?

Ellos le respondieron:

—Nos referimos a todo lo que sucedió con Jesús de Nazaret, quien por sus hechos y palabras demostró ante Dios y la gente que era un profeta poderoso. 20 Y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestros líderes lo entregaron para que lo sentenciaran a muerte y lo crucificaran. 21 Teníamos la esperanza de que él fuera el que iba a liberar a Israel. Sin embargo, además de todo eso, este ya es el tercer día desde que sucedió todo esto, 22 y algunas mujeres de nuestro grupo nos contaron algo asombroso. Esta mañana muy temprano fueron al sepulcro, 23 pero no encontraron el cuerpo. Vinieron y nos dijeron que habían visto ángeles en una visión. Los ángeles les dijeron que Jesús estaba vivo. 24 Entonces algunos de los que estaban con nosotros fueron a ver el sepulcro y lo encontraron tal y como las mujeres habían dicho, pero no vieron a Jesús.

25 Entonces Jesús les dijo:

—¡No sean tan tontos! ¿Por qué les cuesta tanto creer todo lo que dijeron los profetas? 26 ¿Acaso no dijeron que el Mesías tendría que sufrir todo eso antes de dar comienzo a su período de gloria?

27 Entonces Jesús les explicó todo lo que había sido escrito sobre él en las Escrituras, empezando con los libros de Moisés y todos los profetas. 28 Al acercarse al pueblo al que iban, Jesús hizo como que iba a seguir de largo. 29 Pero ellos le rogaron con insistencia:

—Quédate con nosotros, porque ya está atardeciendo. Ya casi es de noche.

Entonces Jesús entró y se quedó con ellos. 30 Cuando estaba a la mesa con ellos, tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos. 31 En ese preciso instante les fue permitido reconocerlo, pero él desapareció. 32 Los dos hombres se dijeron entre sí:

—¡Con razón sentíamos que el corazón nos ardía de emoción cuando nos venía hablando y explicando las Escrituras en el camino!

33 Entonces se pusieron de pie de inmediato y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos, 34 y dijeron:

—¡En verdad el Señor ha resucitado! Se le ha aparecido a Simón.

35 Entonces los dos hombres les contaron a los demás lo que había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús cuando estaba partiendo el pan.

Jesús se aparece a sus seguidores

(Mt 28:16-20; Mr 16:14-18; Jn 20:19-23; Hch 1:6-8)

36 Mientras los seguidores estaban hablando de todo esto, Jesús se les apareció, y les dijo:

—Que la paz esté con ustedes.

37 Entonces ellos se asustaron y aterrorizaron pensando que estaban viendo a un fantasma, 38 pero Jesús les dijo:

—¿Por qué están tan asustados? ¿Por qué dudan de lo que ven? 39 Miren mis pies y mis manos. ¡Soy yo! Tóquenme y vean que mi cuerpo está con vida. Los fantasmas no tienen cuerpo.

40 Diciendo esto, les mostró los huecos de sus manos y pies. 41 Los seguidores seguían tan asombrados y felices que no podían creerlo. Jesús les preguntó:

—¿Tienen comida aquí?

42 Le dieron un pedazo de pescado asado. 43 Jesús tomó el pescado y lo comió delante de ellos. 44 Luego les dijo:

—Esto es lo que les había anunciado cuando todavía estaba con ustedes: que todo lo que está escrito sobre mí en la ley de Moisés, los libros de los profetas y en los Salmos tiene que cumplirse.

45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras,[c] 46 y les dijo:

—Está escrito que el Mesías tenía que morir y resucitar al tercer día, 47 y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que cambien y se vuelvan a Dios para el perdón de los pecados. Empiecen desde Jerusalén 48 pues ustedes son testigos de todo esto. 49 Ahora les enviaré lo que mi Padre les ha prometido, pero quédense en Jerusalén hasta que reciban poder del cielo.

Jesús vuelve a los cielos

(Mr 16:19-20; Hch 1:9-11)

50 Después Jesús llevó a sus seguidores fuera de Jerusalén, casi hasta Betania y, levantando las manos, los bendijo. 51 Mientras los estaba bendiciendo, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Entonces los seguidores lo adoraron y luego regresaron muy felices a Jerusalén; 53 y estaban en el área del templo alabando continuamente a Dios.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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