Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Crónicas 8

Ciudades que construyó Salomón

(1 R 9:10-28)

Le llevó 20 años a Salomón construir el templo del SEÑOR y su propio palacio. Luego reconstruyó las ciudades que Hiram le dio y las pobló con israelitas. Después Salomón fue contra la ciudad de Jamat de Sobá y la conquistó. Reconstruyó entonces la ciudad de Tadmor en el desierto y todas las ciudades de almacenaje que construyó en Jamat. Reconstruyó también Bet Jorón la de arriba y Bet Jorón la de abajo, ciudades fortificadas con murallas, puertas y barras. Construyó Balat, las ciudades de almacenaje, cuarteles para sus carros, cuarteles para alojar la caballería y todo lo que Salomón quiso construir tanto en Jerusalén como en el Líbano y en todo el territorio que gobernaba.

A la gente que quedaba de los amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos, los cuales no eran israelitas, o sea a los descendientes de ellos que aun quedaban en el país y que los israelitas no habían destruido, Salomón los obligó a trabajos forzados como esclavos y así siguen hasta el día de hoy. Pero Salomón no obligó a ningún israelita a ser su esclavo, sino que los empleaba como soldados, comandantes y oficiales de los carros de combate y de la caballería. 10 Había 250 de ellos que le servían como supervisores de los capataces que dirigían al personal.

11 Salomón trasladó a su esposa, la hija del faraón, de la Ciudad de David al palacio que le construyó, pues dijo: «Ninguna esposa mía vivirá en la casa de David, rey de Israel, porque los lugares donde ha estado el cofre del SEÑOR son sagrados».

12 En aquel tiempo, Salomón ofrecía los sacrificios que deben quemarse completamente al SEÑOR en el altar del SEÑOR que había construido delante del vestíbulo. 13 Los ofrecía conforme a lo ordenado para cada día, según lo mandado por Moisés, semanalmente los días de descanso, mensualmente en las lunas nuevas y durante las fiestas que se realizaban tres veces al año: la fiesta de los Panes sin Levadura, la fiesta de las Semanas[a] y la fiesta de las Enramadas. 14 De acuerdo a lo ordenado por su papá David, asignó turnos para que los sacerdotes realizaran su servicio y para que los levitas llevaran a cabo sus deberes de alabar y servir ante los sacerdotes de acuerdo a lo ordenado para cada día. También asignó turnos a los porteros en cada puerta. 15 Así que cumplieron fielmente el mandato del rey en cuanto a los sacerdotes, los levitas y también en cuanto a la tesorería.

16 Todo el trabajo de Salomón se llevó a cabo desde el día en que echaron los cimientos del templo del SEÑOR hasta el día en que se terminó. Así pues, el templo del SEÑOR quedó perfectamente terminado.

17 Entonces Salomón fue a Ezión Guéber y a Elat en la costa de Edom. 18 Hiram, por medio de sus oficiales, le mandó una flotilla de barcos con navegantes expertos. Ellos y los funcionarios de Salomón fueron a Ofir y de ahí volvieron con casi 15 000 kilos[b] de oro que le entregaron al rey Salomón.

3 Juan

Del anciano[a] para mi estimado hermano Gayo, a quien amo de verdad:

Estimado hermano: le pido a Dios que te vaya bien en todo y que tengas buena salud física, así como la tienes espiritualmente. Me alegré mucho cuando vinieron algunos hermanos en Cristo y me contaron que sigues fiel a la verdad[b] y la practicas. Lo que más me alegra es oír que mis hijos vivan de acuerdo a la verdad.

Estimado hermano, estás haciendo un buen trabajo al ayudar lo mejor posible a nuestros hermanos, aun cuando no los conozcas. Ellos dieron testimonio a la iglesia del amor que tú tienes. Ayúdalos a que continúen su viaje y hazlo de una manera que agrade a Dios, pues ellos se fueron de viaje para servir a Jesucristo, y no aceptan nada de los que no creen. Así que nosotros debemos ayudarlos para que juntos trabajemos por la verdad.

Le escribí una carta a la iglesia, pero Diótrefes no acepta lo que decimos. Él siempre quiere ser el que manda. 10 Por eso, cuando yo vaya le llamaré la atención por todo el mal que hace. Él dice mentiras contra mí y no recibe a nuestros hermanos. Tampoco deja que otros los ayuden, sino que expulsa de la iglesia a los que quieren ayudarlos.

11 Estimado hermano, no sigas los malos ejemplos, sino los buenos. El que hace lo bueno es de Dios, pero el que hace lo malo nunca ha conocido a Dios.

12 Todos dan buen testimonio de Demetrio, incluso la verdad misma. Nosotros también hablamos bien de él, y tú bien sabes que lo que decimos es verdad.

13 Tengo mucho que decirte, pero no quiero decírtelo por carta. 14 Espero mejor verte pronto y hablar contigo personalmente.

15 Que Dios te dé paz. Todos tus amigos aquí te mandan saludos. Saluda a cada uno de nuestros amigos allá.

Habacuc 3

Oración de Habacuc

Oración del profeta Habacuc. Al estilo sigionot[a].

SEÑOR, he escuchado acerca de ti;
    siento un temor reverencial
    por todo lo que has hecho, SEÑOR.
Reaviva tus hechos;
    como hiciste en el pasado, dalos a conocer.
Aunque estés lleno de ira,
    recuerda tu misericordia. Selah
Dios viene de Temán.
    El Santo viene del monte Parán[b]. Selah

Su majestad cubre el cielo
    y la tierra está llena de su gloria.
Su esplendor es como el relámpago;
    de sus manos salen rayos deslumbrantes;
    tras las nubes se oculta su poder.
La epidemia marcha delante de él
    y la fiebre abrasadora lo sigue.[c]
La tierra tembló cuando él se puso de pie.
    Con una sola mirada de él,
    todas las naciones temblaron de miedo.
Las montañas más antiguas han sido destruidas;
    las viejas colinas se han derrumbado.
    Él anda por sus sendas antiguas.
En lugar de toda la maldad que vi,
    temblaban las carpas de Cusán;
    temblaban de miedo las cortinas de las carpas de Madián.
SEÑOR, ¿descargaste tu ira contra los ríos?
    ¿La descargaste contra el mar
y por eso conduces tus caballos
    y carro de victoria?
Sacaste tu arco
    y lanzaste tus flechas. Selah

Abriste la tierra seca con ríos.
10     Las montañas te vieron y temblaron de angustia.
Espesas nubes desataron la tormenta sobre la tierra.
    Las profundidades del mar rugieron
    y se levantaron para inundar la tierra.
11 Detuviste el sol
    y la luna quedó quieta en su lugar,
mientras tus flechas resplandecían
    y el rayo de tu lanza iluminaba el cielo.
12 En medio de tu ira, caminaste sobre la tierra
    y pisoteaste las naciones.
13 Saliste a rescatar a tu pueblo
    y al rey que tú elegiste.[d]
Destruiste la casa del perverso[e]
    abriéndola de arriba a abajo. Selah

14 Aplastaste la cabeza de sus soldados
    con las mismas lanzas de ellos.
Venían a atacarnos tan rápido como una tormenta.
    Celebraban como el que roba al pobre en secreto.[f]
15 Pero tú caminaste sobre el mar con tus caballos
    agitando las poderosas aguas.

16 Al escuchar todo eso,
    se me estremecieron las entrañas.
Mis labios temblaron;
    los huesos se me debilitaron
    y mis pies vacilaron.
Esperaré pacientemente a que les llegue
    ese día de sufrimiento a los que nos atacan.
17 Aunque la higuera no dé fruto
    ni la viña produzca uvas;
aunque la cosecha del olivo se dañe,
    y los campos no produzcan alimento;
aunque no haya ovejas en el corral,
    ni vacas en el establo;
18 así y todo, yo me alegraré en el SEÑOR,
    el Dios que me salva.
19 El Señor DIOS me fortalece,
    afirma mis pies como los de un venado
    para que yo camine en las alturas.

Para el director musical: úsense instrumentos de cuerda.

Lucas 22

Planean matar a Jesús

(Mt 26:1-5; Mr 14:1-2; Jn 11:45-53)

22 Se acercaba ya la fiesta de los Panes sin Levadura, conocida como la Pascua. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley estaban buscando cómo matar a Jesús porque le tenían miedo al pueblo.

Judas traiciona a Jesús

(Mt 26:14-16; Mr 14:10-11)

Entonces Satanás entró en Judas Iscariote, uno de los doce apóstoles. Judas fue y habló con los jefes de los sacerdotes y los capitanes de la guardia del templo sobre cómo podía entregarles a Jesús. Ellos se alegraron y le prometieron dinero a cambio. Judas se comprometió y entonces empezó a buscar la oportunidad en que no hubiera gente cerca para poder entregarlo.

Preparación de la cena de la Pascua

(Mt 26:17-25; Mr 14:12-21; Jn 13:21-30)

Llegó el día de la fiesta de los Panes sin Levadura, cuando se sacrificaba al cordero para la Pascua. Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles:

—Vayan y preparen la cena de la Pascua para que podamos cenar.

Ellos le dijeron a Jesús:

—¿En dónde quieres que la preparemos?

10 Él les dijo:

—Cuando entren a la ciudad, encontrarán a un hombre llevando un cántaro de agua. Síganlo a la casa donde entre 11 y díganle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está el cuarto donde voy a comer la Pascua con mis seguidores?” 12 Entonces el dueño les mostrará un cuarto grande en el piso de arriba, ya arreglado. Preparen la cena allí.

13 Entonces Pedro y Juan se fueron para allá y encontraron todo tal como Jesús les había dicho y prepararon la cena de la Pascua.

La Cena del Señor

(Mt 26:26-30; Mr 14:22-26; 1 Co 11:23-25)

14 Cuando llegó la hora de la cena, Jesús y los apóstoles estaban a la mesa. 15 Jesús les dijo:

—Tenía muchas ganas de celebrar esta cena de Pascua con ustedes, antes de padecer. 16 Pues yo les digo que no volveré a celebrar otra cena de Pascua, hasta que se le dé el verdadero significado en el reino de Dios.

17 Entonces Jesús tomó una copa, dio gracias a Dios y dijo:

—Tomen esta copa y compártanla todos. 18 Les digo que no volveré a beber vino hasta que el reino de Dios esté aquí.

19 Entonces Jesús tomó pan, dio gracias a Dios, lo partió, se lo dio a los apóstoles y dijo:

—Este pan es mi cuerpo que doy por ustedes. Cómanlo como recordatorio.

20 De la misma manera, después de la cena tomó la copa y dijo:

—Esta copa es mi sangre que es derramada por ustedes y establece el nuevo pacto.[a] 21 Pero escuchen, uno de ustedes se volverá en contra mía. Su mano está al lado de la mía en la mesa. 22 Es cierto que el Hijo del hombre cumplirá lo que Dios planeó, pero ¡pobre de aquel que lo traiciona!

23 Entonces se empezaron a preguntar entre ellos: «¿Quién de nosotros haría eso?»

Sean como un siervo

24 Más tarde, los apóstoles empezaron a discutir acerca de quién era el más importante entre ellos. 25 Pero Jesús les dijo: «Los reyes de las naciones ejercen dominio sobre su pueblo y los hombres que tienen mucha autoridad sobre otros hacen que los llamen “grandes benefactores del pueblo”, 26 pero ustedes no sean como ellos. El mayor debe hacerse como el menor, y el que manda debe hacerse como el que sirve. 27 ¿Quién es más importante: el que está a la mesa comiendo o el que le está sirviendo? Ustedes piensan que el que está a la mesa es el más importante, pero yo soy como un siervo entre ustedes.

28 »Ustedes son los que han estado conmigo durante todos mis tiempos difíciles. 29 Mi padre me dio un reino y yo les doy también la autoridad para reinar conmigo, 30 para que ustedes coman y beban a la mesa en ese reino, y se sienten en tronos a juzgar a las doce tribus de Israel.

Se anuncia la negación de Pedro

(Mt 26:31-35; Mr 14:27-31; Jn 13:36-38)

31 »¡Simón[b], Simón! Mira que Satanás ha pedido sacudirlos a ustedes como un campesino sacude la paja de los granos de trigo. 32 Pero he orado para que no pierdas tu fe. Cuando vuelvas a mí, ayuda a tus hermanos a ser más fuertes».

33 Pero Simón dijo:

—Señor, estoy listo para ir contigo a la cárcel. ¡Hasta estoy dispuesto a morir por ti!

34 Pero Jesús dijo:

—Pedro, antes de que el gallo cante esta noche, me negarás tres veces.

Estén listos

35 Entonces Jesús les dijo a los seguidores:

—Cuando los envié sin dinero ni provisiones ni sandalias, ¿les hizo falta algo?

Ellos dijeron:

—No, nada.

36 Jesús les dijo:

—Pero ahora, si tienen provisiones o dinero, llévenlos con ustedes. Si no tienen espada, vendan su manto y compren una. 37 (A)Pues les digo que esta Escritura debe cumplirse en mí: “La gente lo consideraba un criminal”.[c] Esta Escritura debe cumplirse en mí. Fue escrita sobre mí y está sucediendo ahora.

38 Los seguidores dijeron:

—Mira Señor, aquí hay dos espadas.

Jesús les dijo:

—¡Basta ya!

Jesús ora solo

(Mt 26:36-46; Mr 14:32-42)

39 Como de costumbre, Jesús salió de la ciudad al monte de los Olivos, y sus seguidores fueron con él. 40 Al llegar ahí, les dijo:

—Oren para que no caigan en tentación.

41 Entonces Jesús se alejó un poco de ellos, se arrodilló y oró: 42 «Padre, líbrame de esta copa, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya». 43 Entonces apareció un ángel del cielo que fue enviado para darle fuerzas. 44 Él estaba sufriendo mucho y oraba con fervor. El sudor era como gotas de sangre que caían al suelo.[d] 45 Cuando Jesús terminó de orar, fue a donde estaban sus seguidores. Se quedaron dormidos vencidos de tristeza. 46 Jesús les dijo:

—¿Por qué están durmiendo? ¡Levántense y oren para que no caigan en tentación!

Arresto de Jesús

(Mt 26:47-56; Mr 14:43-50; Jn 18:3-11)

47 Mientras Jesús estaba hablando, llegó allí mucha gente. Los guiaba uno de los doce apóstoles, llamado Judas. Él se acercó a Jesús para saludarlo con un beso.

48 Pero Jesús le dijo:

—Judas, ¿Con un beso traicionas al Hijo del hombre?

49 Cuando los seguidores vieron lo que estaba pasando, le dijeron a Jesús:

—Señor, ¿atacamos con espada?

50 Uno de ellos le pegó al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. 51 Pero Jesús dijo:

—¡Déjenlos!

Entonces Jesús le tocó la oreja al siervo y lo sanó. 52 Luego, Jesús les dijo a los jefes de los sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos líderes, que habían venido a arrestarlo:

—¿Es que yo soy un bandido para que ustedes vengan con espadas y garrotes? 53 Yo he estado con ustedes todos los días en el área del templo y no me arrestaron. Pero esta es su hora, la hora en que reina la oscuridad.

La negación de Pedro

(Mt 26:57-58, 69-75; Mr 14:53-54, 66-72; Jn 18:12-18, 25-27)

54 Arrestaron a Jesús y lo llevaron a casa del sumo sacerdote. Pedro los siguió a cierta distancia. 55 Encendieron un fuego en medio del patio y se sentaron alrededor. Pedro se sentó con ellos. 56 Una sierva vio a Pedro sentado allí. Lo pudo ver por la luz del fuego, lo miró muy de cerca y dijo:

—Este hombre también estaba con él.

57 Pero Pedro lo negó:

—Mujer, yo no lo conozco.

58 Un poco más tarde alguien vio a Pedro y dijo:

—Tú también eres de ellos.

Pero Pedro dijo:

—¡No, hombre, no lo soy!

59 Pasó casi una hora y otro insistió:

—Es verdad, este hombre estaba con él, es de Galilea.

60 Pero Pedro dijo:

—¡Hombre, no sé de qué estás hablando!

En ese momento, mientras Pedro todavía estaba hablando, cantó el gallo. 61 Entonces el Señor se dio vuelta y miró a Pedro a la cara. Pedro recordó lo que el Señor le había dicho: «Antes de que el gallo cante esta noche, me negarás tres veces». 62 Entonces Pedro salió de allí y lloró amargamente.

Se burlan de Jesús

(Mt 26:67-68; Mr 14:65)

63 Los hombres que estaban vigilando a Jesús se burlaban de él y lo azotaban. 64 Le vendaron los ojos, y le decían:

—¡Demuéstranos que eres profeta, dinos quién te pegó!

65 Y le gritaban muchos otros insultos.

Jesús ante el Consejo

(Mt 26:59-66; Mr 14:55-64; Jn 18:19-24)

66 Cuando amaneció, los ancianos líderes del pueblo, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vinieron todos juntos. Llevaron a Jesús ante el Consejo, 67 y le preguntaron:

—Si eres el Mesías, dínoslo.

Jesús les dijo:

—Si les digo que soy el Mesías, ustedes no me creerán. 68 Y si les pregunto, no me responderán. 69 Pero desde este momento el Hijo del hombre se sentará a la derecha de Dios Todopoderoso.

70 Todos dijeron:

—¿Entonces tú eres el Hijo de Dios?

Jesús les dijo:

—Sí yo soy. No lo niego, ustedes mismos lo dicen.

71 Entonces dijeron:

—¿Para qué necesitamos más testigos? ¡Lo hemos escuchado de su propia boca!

Palabra de Dios para Todos (PDT)

© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International