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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Reyes 21

Manasés, rey de Judá

(2 Cr 33:1-20)

21 Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar y gobernó por 55 años en Jerusalén. El nombre de su mamá era Hepsiba. Él hizo lo que no le agradaba al SEÑOR. Cometió los terribles pecados que cometían las otras naciones, las que el SEÑOR expulsó del país cuando entraron los israelitas. Manasés construyó de nuevo los santuarios sobre las colinas que su papá Ezequías había destruido. También construyó altares para Baal e hizo un poste de Aserá, tal como había hecho Acab, rey de Israel. Manasés adoró y sirvió a las estrellas del cielo, construyó altares en honor a dioses falsos en el templo del SEÑOR, aquel lugar que el SEÑOR mencionaba cuando dijo: «Yo pondré mi nombre en Jerusalén». Manasés construyó altares para las estrellas del cielo en el atrio del templo del SEÑOR, sacrificó a su propio hijo y lo quemó en el altar. Practicó la magia y la adivinación y consultó médium y brujos. Manasés hizo tantas cosas que desagradaban al SEÑOR, que provocó su enojo.

Manasés hizo una estatua de Aserá, y la puso en el templo. El SEÑOR le había dicho a David y a su hijo Salomón acerca del templo: «He elegido a Jerusalén de entre Israel, pondré mi nombre en Jerusalén para siempre. Yo no haré que los israelitas salgan de la tierra que les di a sus antepasados, los dejaré si obedecen todo lo que les mando y las enseñanzas de mi siervo Moisés». Pero ellos no escucharon a Dios, y Manasés los hizo hacer peores maldades que las otras naciones que vivían antes de Israel en la tierra de Canaán, a las que el SEÑOR destruyó cuando vinieron los israelitas para tomar posesión de la tierra.

10 El SEÑOR usó a sus siervos los profetas para enviar este mensaje: 11 «Manasés, rey de Judá, ha hecho tantas perversidades, mayores que las de los amorreos que vivieron aquí antes. Él ha hecho pecar al pueblo de Judá con sus ídolos. 12 Así que el SEÑOR de Israel dice: “Mira, traeré tantas dificultades a Jerusalén y a Judá que todo el que se entere quedará impresionado. 13 Mediré a Jerusalén con la misma medida que medí a Samaria y usaré la misma plomada que usé para juzgar a la familia de Acab. Limpiaré a Jerusalén como quien lava y restriega un plato y lo pone boca abajo. 14 Dejaré abandonado al resto de mi pueblo y los entregaré al poder de sus enemigos, que los saquearán y los despojarán. 15 Ellos han hecho lo que yo considero malo y han provocado mi enojo desde el día que salieron de Egipto hasta hoy. 16 También Manasés asesinó a mucha gente inocente en Jerusalén e hizo muchas cosas que no le agradaron al SEÑOR”».

17 Todo lo que hizo Manasés, incluso los pecados que cometió, está escrito en Las crónicas de los reyes de Judá. 18 Manasés murió y fue sepultado junto a sus antepasados en el palacio, en el jardín de Uza. Su hijo Amón reinó en su lugar.

Amón, rey de Judá

(2 Cr 33:21-25)

19 Amón tenía 22 años cuando comenzó a reinar y gobernó dos años en Jerusalén. El nombre de su mamá era Mesulémet hija de Jaruz, de Jotba. 20 Amón hizo ante el SEÑOR las mismas maldades que había hecho su papá Manasés; 21 siguió su mal ejemplo y adoró y sirvió a los mismos ídolos que su papá había adorado. 22 Amón abandonó al SEÑOR, Dios de sus antepasados y no vivió como le agradaba al SEÑOR.

23 Los funcionarios de Amón tramaron una conspiración en su contra y lo mataron dentro de su propia casa, 24 pero la gente del pueblo mató a los funcionarios que participaron en la conspiración contra el rey Amón y en su lugar pusieron como rey a Josías hijo de Amón.

25 El resto de los hechos de Amón está escrito en Las crónicas de los reyes de Judá. 26 Amón fue sepultado en el jardín de Uza. Su hijo Josías reinó en su lugar.

Hebreos 3

Jesús es más grande que Moisés

Por lo tanto, hermanos santos, ustedes que participan de una invitación que les llega del cielo, fijen su atención en Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que nosotros confesamos. Él fue fiel a Dios, tal como Moisés fue miembro fiel de la familia de Dios. Jesús es más importante que Moisés porque el que construye una casa[a] tiene más importancia que la casa misma. Toda casa tiene un constructor, pero Dios es el arquitecto del universo. Moisés fue respetado como siervo fiel en toda la casa de Dios y su trabajo era ser testigo de lo que Dios iba a decir. Pero Cristo dirige la casa de Dios como un hijo fiel. Somos la familia de Dios siempre y cuando nos mantengamos seguros y confiados de hablar abiertamente de la esperanza que tenemos.

Permanezcan firmes

Pues el Espíritu Santo dice:

«Si escuchan hoy la voz de Dios,
    no se opongan como antes,
cuando se rebelaron contra él,
    el día en que lo pusieron a prueba en el desierto.
Durante 40 años sus antepasados
    vieron las obras que hice en el desierto;
sin embargo, me pusieron a prueba,
    se me agotó la paciencia que les tenía
10 y por eso me enojé con ese pueblo.
    Dije: “Sus pensamientos siempre están equivocados
    y nunca han entendido mis enseñanzas”.
11 (A)Como estaba enojado hice una promesa:
    “Ese pueblo nunca entrará a disfrutar de mi reposo”».[b]

12 Tengan cuidado, hermanos, de que en ninguno de ustedes se esconda la maldad ni la falta de fe como para darle la espalda al Dios viviente. 13 Al contrario, anímense unos a otros todos los días, mientras todavía exista ese «hoy»[c]. Ayúdense para evitar que el pecado engañe a alguno de ustedes y lo vuelva tan terco que le impida cambiar. 14 Tenemos el privilegio de compartir todo lo que Cristo tiene, pero si es que seguimos firmes hasta el final con la misma confianza que teníamos al principio. 15 (B)Les repito:

«Si escuchan hoy la voz de Dios,
    no se opongan como antes,
    cuando se rebelaron contra él».[d]

16 ¿Y quiénes fueron los que escucharon la voz de Dios y aun así se rebelaron contra él? Los que Moisés sacó de Egipto. 17 ¿Con quién estuvo enojado Dios durante 40 años? Con esos mismos pecadores que murieron y cuyos cuerpos quedaron tendidos en el desierto. 18 ¿A quiénes les estaba hablando Dios cuando dijo que nunca entrarían a disfrutar de su reposo? A los que se rebelaron. 19 Entonces vemos que por su falta de fe, ellos no pudieron entrar a disfrutar del reposo de Dios.

Oseas 14

Hay que volver al Señor

14 Israel, regresa al SEÑOR tu Dios.
    Tu pecado te ha hecho caer.
Piensen bien cómo se disculparán ante el SEÑOR.
    Díganle:
«Perdona todos nuestros pecados
    y recuerda sólo lo bueno que hemos hecho.
Si lo haces, te ofreceremos
    palabras de alabanza y agradecimiento.
Asiria no nos salvará.
    No montaremos nuestros caballos
    para ir a buscar ayuda en Asiria.
No volveremos a decirle a lo que hicimos con nuestras manos:
    “Tú eres nuestro dios”.
Porque tú eres
    quien compadece al huérfano».

«Los perdonaré por haberme abandonado;
    les daré el regalo de mi amor.
    Mi furia contra ellos ha desaparecido.
Seré para Israel como el rocío.
    Él florecerá como un lirio.
    Crecerá como los cedros del Líbano.
Sus raíces se extenderán por todos lados para obtener alimento
    y se volverá tan bello como un olivo.
    Tendrá el aroma de los bosques del Líbano.
Los que vivían bajo su sombra regresarán
    y crecerán como el grano.
Darán fruto como la viña.
    Israel será recordado en el mundo como el vino del Líbano.
Efraín, ya no tendré que preocuparme por los ídolos.
    Yo soy quien te ha respondido;
    yo soy quien te protegerá.[a]
Soy como un árbol de ciprés siempre verde.
    Tu fruto viene de mí».

Consejo final

Quien sea sabio entenderá estas cosas.
    Quien tenga capacidad para entender aprenderá esto:
Los caminos del SEÑOR son correctos;
    los justos los seguirán
    pero los perversos tropezarán con ellos.

Salmos 139

Tú sabes todo de mí

Al director. Canción de David.

SEÑOR, tú me has examinado
    y sabes todo de mí.
Tú sabes cuándo me siento
    y cuándo me levanto;
aunque me sienta lejos de ti,
    tú conoces cada uno de mis pensamientos.
Sabes para dónde voy y en dónde me acuesto.
    Tú sabes todo lo que hago.
SEÑOR, tú sabes lo que voy a decir
    aun antes de que las palabras salgan de mi boca.
Tú siempre estás a mi alrededor,
    adelante y detrás de mí;
    siento tu mano sobre mí.
Lo que tú sabes de mí es demasiado profundo;
    va más allá de lo que puedo entender.

Tu Espíritu me acompaña a todas partes;
    no puedo escapar de tu presencia.
Si subiera al cielo,
    allí estarías;
si bajara a las profundidades de la tierra,
    allí estarías.
Si fuera al oriente donde nace el sol,
    allí estarías;
o al occidente, al fin de los mares,
    allí estarías.
10 Aun allí me tomarías de la mano y me conducirías;
    tú fuerte mano derecha me ayudaría.
11 Si yo pensara que seguramente en la oscuridad podría esconderme
    o que la luz de mi alrededor se hiciera noche,
12     ni siquiera la oscuridad es oscura para ti.
No importa cuán oscura sea una noche,
    para ti seguirá siendo tan clara como el día.
Para ti es lo mismo el día que la noche.

13 Tú hiciste todo mi ser,[a]
    tanto mis sentimientos como mi cuerpo,
    desde que me hiciste tomar forma[b] en el vientre de mi madre.
14 Te agradezco porque me hiciste de una manera maravillosa;
    sé muy bien que tus obras son maravillosas.
15 Tú sabes todo de mí.
    Tú viste mis huesos crecer
    mientras mi cuerpo se formaba en el vientre de mi madre.[c]
16 Tú viste formarse cada parte de mi cuerpo;
    todo ya estaba escrito en tu libro;
fueron formadas a su debido tiempo,
    sin faltar una sola de ellas.

17 Mi entendimiento no puede con tus pensamientos;
    la suma de ellos es inmensa.
18 Si pudiera contar cada uno de tus pensamientos,
    serían más numerosos que los granos de arena,
y cuando terminara de contarlos,
    tendría todavía que continuar.
19 Dios mío, cómo quisiera que les quitaras la vida a los perversos,
    que te llevaras a esos asesinos lejos de mí,
20 esos que hablan mal de ti
    y usan tu nombre para hacer falsos juramentos.
21 ¿Acaso no tengo la actitud correcta?
    ¿Acaso no odio y desprecio a los que tú desprecias?
22 Los odio con todas mis fuerzas;
    tus enemigos son también mis enemigos.
23 Dios mío, examíname y conoce mis pensamientos;
    ponme a prueba y reconoce todos mis pensamientos.
24 Fíjate si tengo algún mal pensamiento
    y guíame por el sendero que me lleva hacia ti.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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